Por: Feliciano Ramos (*)
Una noticia del portal Rosario3 anuncia que hay veda a la exportación de sábalos. Agrega que de cada 100 sábalos tan solo 6 están aptos para reproducirse. Y continúa que con la bajante del Paraná, las lagunas están “desconectadas”. Sí, la conexión de las lagunas con el río Paraná se hace por medio de sus riachos. Pero estos riachos están secos, debido a que el lecho de los mismos están más altos que la altura del agua. Lo que no dice el portal es por qué ocurre esto, le hecha la culpa a las bajantes pero olvida la otra causa, de que los riachos que conectan el río Paraná a las lagunas tengan el lecho más alto que el río, y eso se debe gracias a más de 30 años continuos de un dragado de refulado, donde los sedimentos del río se multiplican exponencialmente. Tampoco dice que el sábalo es el pez más contaminado del mundo por agro tóxicos. Sí, los medios siguen haciendo la “vista gorda” a la devastación ambiental del río Paraná hecha por una ocupación ilegal extranjera en nuestro comercio exterior.
El río Paraná, el más contaminado de Sudamérica, carece de derechos que protejan a la flora y fauna que lo beben, entre ellos nosotros los humanos.
Ciegos y sordos a todos estos inconvenientes es que el gobierno, a través de la Agencia Nacional de Puertos y Navegación, convocó a una Audiencia Ambiental, como si esta “Agencia” fuera una autoridad ambiental. Además presentó viejos y dudosos estudios del río, pretendiendo convalidarlos como estudios ambientales. La audiencia fue rechazada e impugnada por más del 90 % de los expositores. Ese amplio rechazo de la población que cuida y protege su río fue una muestra de la preocupación de la población por su río. No hay aprobación, no hay consenso popular para una nueva licitación de dragado del río Paraná. Este masivo rechazo a la licitación de dragado debe ser tenido en cuenta por el gobierno y por las terminales portuarias extranjeras (con sus socios locales), estos deben oír la voz de la población, no hay espacio para una nueva licitación de dragado.
Frente a este reclamo cada vez más popular de cuidar su agua, su río, y teniendo en cuenta (como escribí mil veces en mis notas) que “los buques se deben ajustar al río y no el río a los buques”, es que proponemos que se reestructure el transporte fluvial-marítimo del comercio exterior argentino, o mejor dicho extranjero, en Argentina.
Se debe pensar en un tipo de buque que pueda transportar las cargas desde los puertos del río Paraná hacia los puertos de aguas profundas de Quequén y Bahía Blanca, pasando por el canal Magdalena, para allí trasvasar a buques de ultramar. O sea, este tipo de buques deben cargar con poco calado (los 34/36 pies al cero más la altura del río) y ser capaces de una navegación marítima costera hasta los puertos del sur de Buenos Aires.
A estos buques debemos pensarlos y construirlos en la Argentina promoviendo así la demanda laboral. Deben ser de bandera nacional y permanecer con la bandera argentina, solo así demandará trabajo embarcado argentino que es de máxima calidad.
Utilizando el canal Magdalena se asegurará al país el regreso de las exportaciones argentinas a una terminal de salida nacional.
El dragado de mantenimiento del río Paraná, previo amplios estudios de impacto ambiental, puede hacerlo tranquilamente la ex Dirección Nacional de Vías Navegables convertida en empresa del Estado, con las Dragas 256-C Capitán Núñez (utilizada por Jan de Nul hasta hace muy poco), la Draga 261-C Córdoba (y después de una reparación general sumar a la Draga 258-C Santa Fe), además de Santa Fe al norte se pueden sumar la Draga 402-C Entre Ríos y la Draga 403-C Corrientes. Con esto tenemos suficiente para mantener el río Paraná. Si les sirvieron a los belgas estas dragas, a los argentinos también nos pueden servir.
Repensar un transporte fluvial y marítimo Nacional es urgente e importante. Proceder a un dragado de mantenimiento nacional y estatal también. Y si a todo esto le sumamos la nacionalización de todos los puertos, especialmente los que fueron hechos con los impuestos de los argentinos y que eran de la Junta Nacional de Granos, colocaría nuevamente al país en el lugar donde siempre debió estar, manejando y controlando el comercio exterior.
Se levantarán voces diciendo que no se puede, que las dragas son viejas, que les faltan los papeles, etc., voces que son amigas y socias de los extranjeros. Yo humildemente les contesto que nunca podemos renunciar a lo nuestro, con lo que tenemos. Y si insisten diciendo que las dragas son viejas, etc., les contesto que con lo cobrado por el peaje se pueden comprar más de 3 Dragas de última generación en el comercio internacional.
No hay excusas, solo entrega y traición a la patria, a nuestra bandera, lo demás es cuento trillado. Sepan que van a ocupar el peor lugar en la historia que seguro se está escribiendo. No hay oportunidad para el país con un comercio exterior extranjerizado.
(*) Capitán Fluvial – Miembro de Foro por la recuperación del Paraná
