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RÍO PARANÁ SOBERANÍA

Ajustemos los buques a los ríos

Por Feliciano Ramos (*)

En la página digital Análisis, se publica el 30 de Noviembre una nota  con el título: El aporte de Entre Ríos a la Hidrovía “minimizará el impacto ambiental”, afirmó Martín Anguiano. En esta nota habla de inclusión de Entre Ríos en la futura licitación de dragado, pero en esto hay una contradicción supina, porque si querés minimizar el impacto ambiental no llames a una licitación de dragado de profundización, simple. Porque con una licitación de dragado a 44 pies, donde se dragarán de 120  a 200 millones de metros cúbicos de lecho contaminado, no hay forma de minimizar el daño ambiental.

También habla de una postergación del desarrollo de Entre Ríos, y presentan como válido que el desarrollo vendrá si profundizamos los ríos, y no es así. El desarrollo de una provincia o un país no depende de unas terminales portuarias extranjeras que evaden, contrabandean y nada tributan al fisco, sino de reactivar puertos propios provinciales y nacionales, como el puerto de Concepción del Uruguay que es provincial y tiene actividad mínima, casi nula, y las cargas de la zona viajan hasta los puertos extranjeros del Gran Rosario, ¿por qué no facilitan que productores de la zona lo utilicen?

El presidente del Instituto Portuario de la Provincia de Entre Ríos (IPPER), Martín Anguiano, dijo además: “Las comunidades se han desarrollado siempre a la vera de los puertos. Buenos Aires, por ejemplo. Es fundamental el comercio que se genera a través de los mares y de los ríos de gran porte.”  Lo que quiere instalar como una verdad absoluta es relativa. Buenos Aires y Rosario, por ejemplo, sí se desarrollaron por el puerto, pero lo hicieron cuando el puerto era del Estado y estaba la Junta Nacional de Granos. Luego de la extranjerización menemista del comercio exterior el único crecimiento fue de la pobreza. Cosechas récord y pobreza récord.

Le hacen (o se auto hacen) esta pregunta: “Hay un sector importante que viene planteando que no se opone a la iniciativa del dragado o balizamiento de la vía navegable, sino quién lo hará, argumentando que el Estado tiene las dragas y los recursos necesarios para hacerlo en lugar de entregar una concesión a una empresa extranjera. ¿Han evaluado ese punto o escuchado esa postura? ¿Qué tienen para decir al respecto?”. Anguiano responde: “Calcule que las dragas que estaban en operaciones hace muchísimos años de la Nación hoy estarían obsoletas. La inversión de capital que necesitaría hacer la Nación es justamente contraria a la situación económica.”

¿No sabe el señor Anguiano que una de estas dragas que hoy tiene el Estado, la draga 256-C Capitán Núñez, le sirvió a la empresa belga Jan de Nul durante más de 30 años? Esta draga no es obsoleta como lo dice, si le sirve a Jan de Nul a los argentinos también. Y además hay otras dragas, cómo la 261-C Córdoba y la 258-C Santa fe, entre otras. Esta última estuvo operativa hasta junio de 2016 y tienen un año menos de antigüedad que la  256-C Capitán Núñez. Los que están obsoletos son los políticos y funcionarios que funcionan para los extranjeros y no para la provincia y/o la Nación Argentina.

Con lo nuestro podemos, aunque tengan años. Nunca debemos renegar de lo nuestro.

Dice que la inversión (para reparar y/o alistar las dragas) que necesitaría la Nación es contraria a la situación económica, pero parece que para llamar y pagar una licitación millonaria en dólares no es contraria a la situación económica, para eso sí hay millones de dólares. Para eso sí hay plata.

Sepa el lector que una licitación así aproximadamente nos costaría anualmente 400 millones de dólares  (y llevaría unos cuantos años sacar toda esa barbaridad de lecho contaminado por agrotóxicos). ¿Sabe cuánto sale una draga en el mercado internacional? Sale 50 millones de dólares aproximadamente. O sea, en el costo de solo un año de licitación la Argentina podría tranquilamente comprar 8 dragas y dragar nosotros los argentinos.  ¿Por qué tienen los políticos y funcionarios argentinos esa fijación con contratar a los extranjeros y esa apatía y aversión con los trabajos nuestros, 100 % argentino? ¿Será tal vez que con trabajo nacional no hay coima en dólares?

Las licitaciones de dragado solo favorecen a las terminales portuarias,  mayormente extranjeras, que con cada licitación les cobran más al productor;  como si ellos fueran los que hicieron el gasto.  El costo del dragado del río Paraná por más de 30 años, desde la entrega de los 90 hasta hoy, lo pagó el Estado Nacional Argentino, o sea vos con tus impuestos, con la tuya, solo para que los puertos privados ganen más y más.

Los marinos mercantes argentinos sabemos lo que pasa en nuestros ríos, sabemos de la entrega, sabemos que se han robado el río Paraná, que lo han contaminado con agrotóxicos, que nada les importa la población a la que no temen enfermar. Sabemos que se robaron el comercio exterior, que por eso las divisas faltan en Argentina, que toda la exportación agrícola se fuga al exterior, solo los productores pagan tributos en las exportaciones fugadas. Por eso no quieren el canal de Magdalena, porque los puertos de salidas en Montevideo son ingleses y belgas.

También este funcionario público habla de los puertos entrerrianos y entre ellos el de Concepción del Uruguay. Quiero decirles al funcionario,  al gobernador y al mismo lector que, de los 4 puertos entrerrianos, el más estratégico es el puerto de Concepción del Uruguay, que es del Estado, de la  provincia. Recordemos que desde el menemato en adelante, los puertos que no se privatizaron, o mejor dicho se  extranjerizaron, pasaron a tener una forma jurídica de ente portuario. Esta forma nunca funcionó porque a cargo de los mismos pusieron siempre funcionarios comprometidos con las terminales extranjeras, que no alentaron el servicio portuario. Se debe encarar desde los Estados provinciales y nacionales el manejo de los puertos públicos, siempre en el ámbito estatal, bien administrado y controlado por los Estados, los trabajadores y los productores de la zona, y así, volverán a funcionar bien como lo hicieron alguna vez  para el desarrollo de la zona. 

Hablan de grandes buques, de cargas gigantes y una gran profundización, canales navegables bien profundos y bien anchos para los nuevos buques de diseño, ¡¡torpes!! El río no es un comoditie, es un ser vivo, un complejo viviente, que da vida y salud.

No adaptemos los ríos a los buques, sino deberemos profundizar y ensanchar eternamente el canal y mataremos al río.  Pensemos un nuevo sistema de transporte fluvial de cargas, con zonas o puertos de alije, hagamos como EEUU y como los demás países,   protejamos nuestra marina, nuestra industria y nuestros ríos. Ajustemos los buques a los ríos, pensemos un nuevo modelo de transporte de cargas por aguas. No hay que romperse el cráneo pensando, miren cómo hace EEUU en el Misisipi y cómo trasportan por ríos las demás naciones en ríos similares. ¡Fácil!, solo se requiere un poco de amor a la patria. 

(*) Capitán Fluvial (dragador) – miembro del Foro por la recuperación del río Paraná

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