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¿Monopolizarán la carne en Argentina?

El impacto potencial de la Ley de Bases y la disminución del consumo de carne en Argentina: ¿Estamos en riesgo de una monopolización del mercado cárnico?

Por Ezequiel Nant (*)

Implementación del articulo 228 La ley bases

Con la ley bases, en el ámbito de la producción ganadera, el gobierno y ABC (Argentine Beef Consortium) buscan generar las condiciones para establecer el dominio del monopolio de la carne. en el articulado del proyecto de la ley bases dice: “El Poder Ejecutivo Nacional reglamentará, en todo el territorio del país, el régimen de habilitación y funcionamiento de los establecimientos donde se faenan animales, o se elaboran o depositan productos de origen animal”. De aprobarse esta norma, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) sería el único actor con posibilidad de habilitar frigoríficos.

Esto unificaría el estándar sanitario en todo el país, eliminando las habilitaciones de mataderos y frigoríficos por parte de municipios y provincias, que hasta ahora convivían con el permiso de “tránsito federal” otorgado por Senasa. La mayoría de estos establecimientos no cumple con las condiciones sanitarias impuestas por Senasa[1], lo que podría llevar a un cierre masivo. Este escenario beneficia a los actores más grandes del negocio, alineando a Argentina con países como Estados Unidos y Brasil, donde la faena está concentrada en muy pocos operadores. Estas medidas, de aprovechar la oportunidad de aumentar el rodeo basado en el aumento de la demanda externa, podrían acelerar la caída del consumo interno, generar despidos masivos y menor demanda, y bajar el precio pagado a los productores.

En el marco del tratamiento de la ley bases, la cúpula del Consorcio ABC (Argentine Beef Consortium), que incluye monopolios extranjeros como JBS, Marfrig y Minerva y controla el 80% de las exportaciones de carne, buscan estandarizar el mercado argentino eliminando la competencia de pequeños operadores y frigoríficos locales. Mantienen un diálogo directo con el ministro de Economía y el secretario de Industria para adaptar las leyes a su favor, lo que podría cerrar muchos establecimientos locales. La caída del consumo interno de carne en un 17% interanual, con un 55% por debajo de la línea de pobreza, ha afectado gravemente a las pequeñas y medianas industrias cárnicas. En un escenario internacional favorable y a pesar de un aumento del 30% en las exportaciones, surge la pregunta de quién se beneficiará realmente: ¿los productores y el pueblo argentino o los monopolios extranjeros? Se debate si esta oportunidad se está utilizando para aumentar la producción o simplemente para desplazar del consumo a la población y cerrar los pequeños y medianos frigoríficos.

La disputa por el mercado. Y la voracidad de los monopolios extranjeros

En argentina hay un fenómeno particular de descentralización de la faena. Es diferente en los otros principales países productores y consumidores donde reina el monopolio de la matanza. ¡Esta situación puede cambiar rápidamente si se aprueba la “Ley bases”!

En nuestro país, de los 460 “establecimientos de faena” registrados por la Ruca, unos 170 tienen habilitación de Senasa y matan el 84% del total en 2022.  La planta de Swift de VGG que es la de mayor matanza del país en 2023 representó solo el 2,64% del total faenado. Sobre una faena total que en el año 2023 fue de 14,5 millones de cabezas, las diez empresas frigoríficas más grandes mataron en 23 plantas unas 3,4 millones de cabezas, o sea el 23,4% del total de lo faenado, mostrando un grado de concentración mucho más bajo que el que presenta la industria frigorífica en Estados Unidos, Brasil o Uruguay[2].

El consorcio ABC está jugando fuerte para barrer a sus competidores.

La cúpula del Consorcio ABC, que agrupa a una veintena de empresas exportadoras, incluyendo a los grandes grupos extranjeros JBS, Marfrig y Minerva, representa el 80% de las exportaciones de carne. Para este consorcio, la estandarización del mercado argentino de carne vacuna es la principal batalla, ya que compiten por la compra de materia prima (el ganado) con decenas de otros operadores, matarifes y frigoríficos destinados al consumo local. Ellos son quienes mantienen un diálogo directo con el ministro de Economía, Luis Caputo, y con el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, Juan Pazo, y vienen a la ofensiva para acomodar las leyes a su antojo.

El Troceo de media reces es otra de las medidas para fomentar el monopolio en la industria.

El gobierno y el consorcio ABC, en el marco de la implementación de un chip de trazabilidad[3], buscan implementar el troceo de la media res, aprobado durante el gobierno anterior. Sin embargo, la mayoría de los frigoríficos no están preparados para esta medida y, de aplicarse, muchos podrían cerrar sus puertas. Los pequeños y medianos frigoríficos proponen una solución intermedia, utilizando carritos para transportar las medias reses y así eliminar la carga de más de 100 kg que realizan los trabajadores en las carnicerías y supermercados. Si bien es necesaria una modernización, esta no debe darse a costa del cierre de frigoríficos, la pérdida de puestos de trabajo.

Es preocupante la caída del consumo interno en un 17% interanual en el primer trimestre. Parece que para este gobierno la carne no es un bien nacional, sino que es una mercancía monopolizable.  En primer lugar, esta caída del 17% grafica que los argentinos con un 55%  de la población debajo de la línea de la pobreza han reducido el consumo de carne, y de ese 55% el 17.5% es indigente (7,8 millones) y casi no se come carne de Vaca.

Pero también quienes se ven afectados son las pequeñas y medianas industrias que producen la carne para esta población. padeciendo una caída de faena y el aumento de costos como el de la energía  con la consecuente retracción y perdida de mano de obra. Según los empresarios: “Hoy tenemos frigoríficos con hasta 30% de caída y, por eso, la participación de los costos por kilo de carne se dispara. Además, no podemos cargar el precio a la venta porque el consumidor no lo puede pagar”[4].  En la localidad de San José trascendió el despido del personal de El Frigorífico Procesadora Ganadera Entrerriana S. A. (PGE), que paró la secretaría de trabajo[5], e incluso se hablaba de su posible cierre. También hay despidos en el frigorífico rioplatense, en el frigorífico Azul Natural Beef entre 21 y 60 personas. el frigorífico La Vincola y Cárnicos Momoncho S.A. de la localidad de Rojas. Sumando a esto hay muchos despidos encubiertos con retiros y otras medidas.

El monopolio en el mercado mundial de la carne revela un panorama complejo, ilustrado por ejemplos significativos a nivel internacional. En Estados Unidos[6], las cuatro principales empresas empacadoras de carne (Tyson, JBS, Cargill y Marfrig) controlan el 85% del mercado, un aumento drástico desde el 25% en 1977. En Brasil[7], la industria está dominada por tres grandes empresas (JBS, Marfrig y Minerva), que poseen un 50% de participación en el mercado y ejercen un fuerte control sobre los precios y las condiciones para los productores ganaderos. En Uruguay[8], la concentración en la industria frigorífica ha crecido significativamente, con cuatro empresas manejando inicialmente el 30% de la faena en los años 90, aumentando luego a más del 60%. En Paraguay, Minerva y otro grupo brasileño (Concepción) realizan conjuntamente el 60% del sacrificio de ganado en el país, destacando la alta concentración en este mercado.

Soberanía alimentaria.

¿Cómo aprovechamos el viento a favor de la demanda internacional?

Lo paradójico de la situación es que tenemos viento a favor, ya que en los últimos años el escenario internacional ha cambiado drásticamente con un aumento constante de la demanda. Esto genera que en un contexto global donde la seguridad alimentaria es crucial, Argentina cuente con muy buenas condiciones con un 30% de aumento de las exportaciones en lo que va del año.

Argentina destaca por sus extensas áreas de pasturas naturales, suelos fértiles y un clima propicio que favorecen la cría y el engorde del ganado bovino. Además, cuenta con una genética bovina de calidad, tradición ganadera, acceso a mercados internacionales y tecnología avanzada que potencian su posición en la producción y exportación de carne.

Es uno de los principales productores mundiales de maíz y soja, con una producción de maíz que supera los 50 millones de toneladas anuales y una producción de soja que alcanza más de 50 millones de toneladas también. ¿quién aprovecha esta oportunidad, los productores y el pueblo argentino o los monopolios extranjeros? ¿Se utiliza para aumentar la producción o para sacarle el bocado a la población y cerrar los pequeños y medianos frigoríficos?

Se puede triplicar la producción de carne manteniendo el consumo y multiplicando la exportación.

Propuestas para Garantizar Cortes de Carne Vacuna Baratos y Promover la Pequeña y Mediana Industria

Para garantizar cortes de carne vacuna baratos, aumentar las exportaciones para mejorar los precios y promover la pequeña y mediana industria, así como los frigoríficos municipales, se pueden implementar las siguientes propuestas, inspiradas en las mejores experiencias de los últimos 100 años en Argentina, como el IAPI, y experiencias más recientes:

Programa para el Desarrollo Sostenible de la Ganadería en Argentina

Basándose en las fortalezas históricas y actuales del país, nuestro país puede proponer un programa integral para aumentar la producción, el consumo interno y las exportaciones de carne vacuna:

  1. Aumento de la Producción Ganadera:
    • Implementación de un plan a 20 años para triplicar el stock ganadero, enfocado en mejorar la genética bovina, la eficiencia en el manejo del ganado y la adopción de prácticas de agricultura de precisión.
    • Incentivos fiscales y financieros para productores que adopten tecnologías avanzadas y sostenibles en la producción ganadera.
  2. Promoción del Consumo Interno:
    • Establecimiento de políticas para garantizar cortes de carne vacuna a precios accesibles, mediante la regulación de precios máximos y la implementación de subsidios directos para los consumidores de bajos ingresos.
    • Creación de mercados municipales y ferias locales para facilitar el acceso a productos cárnicos frescos y de calidad.
  3. Impulso a las Exportaciones:
    • Fomento de las exportaciones de carne vacuna, asegurando cuotas que permitan satisfacer la demanda internacional sin descuidar el mercado interno.
    • Apoyo a pequeñas y medianas empresas frigoríficas para mejorar su capacidad de exportación y cumplir con estándares internacionales de calidad.
  4. Experiencias Históricas y Recientes:
    • Recuperación de políticas exitosas del pasado como el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI), adaptadas para regular el comercio exterior y los precios internos de manera justa y equitativa.
    • Promoción de la sostenibilidad ambiental mediante prácticas agrícolas y ganaderas que conserven los recursos naturales y minimicen el impacto ambiental.
  5. Investigación y Desarrollo:
    • Inversión en investigación para innovar en técnicas de producción y procesamiento de carne, con el objetivo de aumentar la eficiencia y reducir costos.
    • Desarrollo de programas de capacitación y asistencia técnica para mejorar la gestión y la productividad en todas las etapas de la cadena ganadera.

Este programa puede no solo incrementar la producción y las exportaciones de carne vacuna, sino también fortalecer el mercado interno, garantizar precios accesibles para los consumidores y promover prácticas sostenibles que aseguren la viabilidad a largo plazo de la industria ganadera en Argentina.

Programa Inicial para el Desarrollo Sostenible de la Ganadería en Argentina

Este programa se presenta como una propuesta inicial y flexible, destinada a iniciar un debate amplio y constructivo sobre el futuro de la ganadería en Argentina, con el objetivo de fortalecer la industria, garantizar precios accesibles para los consumidores y promover prácticas sostenibles para asegurar su viabilidad a largo plazo.

(*) Integrante del Instituto Soberanía


[1] https://bichosdecampo.com/todo-el-poder-al-senasa-el-gobierno-libertario-quiere-limitar-la-ley-federal-de-carnes-y-establecer-un-estatus-sanitario-unico-para-los-frigorificos/

[2] https://www.defrentealcampo.com.ar/radiografia-de-los-frigorificos-que-faenan-y-exportan-en-argentina/

[3]

El Gobierno quiere poner en agenda un debate sobre la carne que promete ser arduo – LA NACION

[4] https://www.laarena.com.ar/la-pampa/temen-cierres-y-despidos-en-los-frigorificos-locales-20245310350

[5] https://www.elentrerios.com/actualidad/pidieron-el-reingreso-de-una-veintena-de-obreros-frente-a-pge-y-sacaron-a-la-luz-los-telegramas-de-despidos.htm

[6] https://www.cattlerange.com/articles/2023/12/small-processors-face-big-obstacles-in-ultra-consolidated-meat-packing-industry/

[7] https://www.canalrural.com.br/pecuaria/pecuaristas-pais-mobilizam-contra-monopolio-cadeia-carne-39412/

[8] https://www.infobae.com/america/america-latina/2024/05/17/uruguay-impidio-la-compra-de-tres-frigorificos-a-la-multinacional-minerva-para-evitar-la-concentracion-de-mercado/

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La patria no se vende, nuestra cuenca lechera tampoco

Por Facundo Retamoza (*)

Hace ya varios años que el objetivo de los grandes jugadores de la industria lechera mundial es quedarse con Sancor, la que fuera la cooperativa tambera más grande de nuestro país. Pese a que avanzaron en su desguace comprando varias de sus plantas, el corazón de la empresa, ubicado en la ciudad de Sunchales, aún resiste con sus trabajadores como trinchera frente a gobiernos que, en vez de defenderla y proyectarla como empresa estratégica nacional, buscan entregarla al mejor postor.

Sostiene el cuerpo de delegados de la cooperativa:

“Las unidades industriales están devastadas y el panorama es desolador, se están llevando todo y las instalaciones se encuentran en un estado de abandono total.

SanCor viene tercerizando unidades de negocio, desguazando su actividad productiva y produciendo de esta manera un vaciamiento de la empresa. Esta despreciable estrategia, no cierra sin despidos masivos y sin violentar todos nuestros derechos laborales. No vamos a permitir que 1.400 familias queden en la calle. Buscaremos y encontraremos la forma legal para continuar con nuestra querida fuente de trabajo, al margen de estos delincuentes”.

Argentina, que ostentaba ser uno de los países con menor concentración de la industria láctea en el mundo y una pujante cantidad de PYMES de carácter nacional,  hoy muestra señales claras de un cambio de tendencia al calor de un Estado que se ha corrido de su rol estratégico en la planificación  y orientación de la política productiva nacional. Una actitud deliberada de quienes han detentado el gobierno en estos últimos años que propiciaron, o aceptaron de hecho, la penetración de capitales extranjeros como alternativa a la ausencia del crédito y de políticas que direccionen las rentas extraordinarias aportadas por el complejo agroexportador hacia la industria.

Una actitud que regala empresas nacionales estratégicas a países que nos imponen qué se produce, cómo y para qué objetivos. Una decisión que implica no tener en cuenta las necesidades de nuestro pueblo y del mercado interno frente a un mundo que, en el marco de la guerra y la disputa por los recursos claves, hace todo lo contrario. Desnacionalización que al final de la cuenta genera fuga de divisas a las casas matrices de estas empresas y menor tasa de reinversión.

En Santa Fe hay 99 empresas lácteas de las 670 que existen en el país, tan solo 12 de ellas explican casi el 35% de la leche que se procesa a nivel nacional.

6  concentran el 26% de esa producción, todas en manos extranjeras.

El derrotero de empresas emblemáticas de nuestro país y nuestra provincia como Ilolay, Milkaut  y La Paulina, hoy en manos extranjeras, sumadas al desguace de Sancor, son la muestra clara de un Estado que ha permitido que nuestra cuenca lechera se convierta en una paradoja del presente: mientras monopolios de países como Francia, Canadá o EEUU se reparten a precios viles lo que costó decenas de años construir, nuestros gurises hacen colas en los merenderos comunitarios para recibir un vaso de leche.

En Rafaela se procesan 5.176.107 millones de litros de leche por día pero más de 8.500 personas, en una ciudad con 100.000 habitantes, dependen de un comedor comunitario para consumirla.

La política de Milei: liquidar el mercado interno y la industria nacional

Frente a la concentración y extranjerización de la industria lechera, la política económica propuesta por el gobierno de Milei lleva al precipicio a cientos de Pymes generadoras de miles de puestos de trabajo, destruye el mercado interno  y quita la posibilidad de acceder a los lácteos a millones de argentinos. No es un fenómeno nuevo, pero claramente las medidas del ejecutivo apuntan a terminar de liquidar un sector estratégico para nuestro país con una riquísima historia de coopertaivismo.

Informe OCLA (Observatorio de la Cadena Láctea Argentina)

“En función al nuevo escenario en la política económica, con libertad de precios en el mercado interno y sin derechos de exportación y tipo de cambio competitivo en el externo, se modificará significativamente la estructura del destino comercial de la leche (de un 80% mercado interno, 20% exportación a un 65/35 respectivamente). Los mayores poderes de compra de la leche por parte de la industria al productor se incrementan para el destino externo y la traslación al mercado interno de esos precios, mas la fuerte inflación generalizada  y el deterioro del poder adquisitivo de la población, abren un gran interrogante respecto al comportamiento del consumo interno, sobre todo la convalidación de las importantes subas de precio.”

Los datos son alarmantes y se expresan a lo largo y a lo ancho de nuestro país. De las 670 industrias las primeras 25 concentran casi el 63 % de la producción, una tendencia que claramente se acentúa hacia delante con las medidas económicas anunciadas por el gobierno y que pone en juego más de 39.000 puestos de trabajo y cientos de economías regionales.

Recuperar Sancor para un nuevo proyecto productivo

La gran mayoría de las 670 empresas lecheras de nuestro país poseen una larga y rica historia detrás. En primer lugar de esos miles de obreros rurales e industriales del interior que les dan vida y que dejan la suya propia para hacer de nuestra región la cuenca lechera más importante de Sudamérica. Pero también están las historias familiares de esos emprendedores que apuestan al mercado interno y que avizoran, crisis tras crisis, la inexorable desaparición de años de sacrificio a manos de los grandes pulpos.

Sancor llegó a procesar más de 4,5 millones de litros  de leche por día liderando el sector con cientos de tambos asociados y miles de puestos de trabajo directo e indirecto. Después de 7 años de intervención nadie sabe qué sucedió con los millones de dólares que entraron cuando desguazaron la empresa vendiéndola en pedazos (situación que está en la justicia con demandas penales en curso). Pese a todo esto resiste del remate total gracias a sus trabajadores y ocupa el puesto número 12 a nivel nacional.  

En la lechería nuestro país aún conserva una estructura industrial PYME muy diversificada que debemos defender frente a un futuro, cada vez más certero, de desaparición. Pero para eso necesitamos otro tipo de Estado que planifique la producción y el desarrollo de las economías regionales como la lechería integrado a un proyecto de país soberano que controle la banca y el crédito, el comercio exterior y por sobre todas las cosas ponga las necesidades de nuestro pueblo como prioridad.

En un mundo en conflicto entre potencias imperialistas que buscan quedarse con alimentos y energía como botín de guerra nuestra industria está en peligro. Pero a la vez se abre una gran oportunidad para pensar otra Argentina.  Sancor es un emblema que debemos recuperar para cambiar el rumbo de este modelo lechero y de esta política económica y volver a regar el interior de nuestra patria con miles de PYMES. La patria no se vende, Sancor se defiende.  

 

(*) Miembro del Foro por la recuperación del Paraná Santa Fe y Encuentro Federal por la Soberanía

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Continúa la extranjerización de la economía

Con la venta de Ilolay a la francesa Savencia Fromage & Dairy se profundiza la extranjerización de la industria láctea argentina y de uno de los sectores más importantes en materia de soberanía: el de los alimentos.

Este miércoles 5 de abril se dio a conocer lo que ya era un secreto a voces, la adquisición de una histórica empresa rafaelina por parte del grupo extranjero que ya controla Milkaut. A través de un comunicado, los propietarios de la firma Sucesores de Alfredo Williner S.A. informaron la venta del 100% del paquete accionario a quienes desembarcaron en nuestro país en la década de los noventa.

En un contexto mundial de guerra, recesión económica, crisis financiera y desabastecimiento, los alimentos se convierten en recursos estratégicos en el plano geopolítico. De más está decir que Argentina es un país sumamente rico en materia de recursos naturales, capaz de proveer la energía, los minerales y alimentos que el mundo necesita, como rezan tantos políticos y lobbistas de turno. El problema es si esos recursos los vamos a manejar y vender nosotros o lo harán manos extranjeras. No es lo mismo que una empresa líder se encuentre controlada por capitales trasnacionales a que la mayor parte del mercado lo esté.

Con esta compra, el podio lácteo argentino pasa a ser extranjero. La canadiense Saputo (La Paulina, Molfino) y la francesa Danone (La Serenísima) son las otras compañias presentes en el top del ranking.

No sólo se trata de una cuestión de negocios, sino también de soberanía. El claro ejemplo es el de la llamada Hidrovía Paraná, por donde sale el 80% de nuestro comercio exterior. Aunque decir nuestro no es más que un eufemismo, ya que la mayoría de los puertos y el control de la vía navegable se hallan en poder foránero. Esto no es sin consecuencias cuando sufrimos la peor crisis del sector externo en la historia de nuestro país y las palancas de la economía las tienen otros. Necesitamos dólares que no fabricamos, para pagar una deuda contraída con la finalidad de fugar capitales por parte de grupos económicos concentrados que cuando exportan en realidad están transfiriendo dividendos de una subsidiaria propia a otra en el extranjero. Como si fuera poco, rezongan si tienen que aportar algunas migajas en forma de impuestos. En la provincia de Santa Fe las agroexportadoras pagan tan solo 2% de Ingresos Brutos.

Por todo lo dicho es importante comprender quiénes están detrás de cada una de las marcas que consumimos y a qué intereses responden. No es una dinámica nueva la que fundamenta la disputa por aquello que nos pertenece, pero sí hay ventanas temporales en las que se aceleran procesos de saqueo. Es momento de prestar atención.

Se trata de un espectáculo obsceno que tiene lugar en nuestro territorio y al que no fuimos invitados. La paz tiene su costo: el sangrado de los recursos naturales de nuestra patria y la expoliación de las mayorías condenadas a la pauperización extrema, que disputan una guerra sin cuartel por la supervivencia en los barrios más vulnerados.

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