Por Luciano Orellano
Este 20 de Junio, Día de la Bandera Nacional, se cumplen 203 años del fallecimiento de Manuel Belgrano, quien fuera mucho más que el “creador de la bandera”: fue economista, abogado, periodista, militar, patriota y revolucionario. Junto a este mismo río Paraná “por el que sangra la Argentina” enarboló por primera vez, frente a la ciudad de Rosario, la bandera de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que desde ese día flameó en los campos de batalla ante la victoria y en la derrota, guiando a nuestros patriotas al llamado de la libertad. “Ni amo viejo, ni amo nuevo, ¡Ningún amo!”.
El 3 de Junio pasado, en el marco del 253° Aniversario del nacimiento de Manuel Belgrano, se realizó en la ciudad de Rosario el Primer Encuentro Federal por la Soberanía con el propósito de poner en valor todos los temas que hacen a nuestra soberanía nacional que hoy no podemos terminar de ejercer y que nos llevan a un estrangulamiento de la economía que repercute todos los días en los bolsillos de las mayorías de nuestro pueblo. Belgrano vislumbró y denunció la miseria en que vivía nuestro pueblo y el saqueo al que éramos sometidos.
Fue partícipe en la defensa de Buenos Aires, que era la capital del Virreinato del Río de la Plata, de las dos Invasiones Inglesas en 1806 y 1807 y promovió la emancipación de Hispanoamérica respecto de España.
Con el sueño de construir una patria grande, Belgrano planificó y actuó sobre los temas más importantes en la defensa de la soberanía en todos sus planos: echando al invasor de nuestro suelo; estableciendo que “la agricultura, industria, comercio, caminos, navegación, etc., son los únicos que pueden llevar a estos países a la libertad” y que era necesario darnos los “medios generales de fomentar agricultura, animar la industria, proteger el comercio “…”fomentar la educación y los oficios”; sentenciando a aquellos que actúan “en contra de la causa de la Patria, que tal vez son habidos del sudor y sangre de los mismos naturales”.
Entre los temas que más vínculo tienen con nuestra actualidad en relación con la soberanía sobre nuestro río Paraná, podemos encontrar en Belgrano una de sus frases más cargadas de contenido en este sentido, afirmando que: “Toda nación que deja ser por otra una navegación que podría hacer por ella misma, compromete su soberanía y lesiona gravemente la economía de sus habitantes”.
Repartió tierras dando instrumentos para la agricultura y el ganado, estableciendo que “las tierras de los pueblos, se repartirán en prorrata, entre todos para que unos y otros puedan darse la mano”. Fue incansable creador de escuelas, de artes y de oficios, incluyendo a las mujeres, que hasta el momento no tenían acceso.
Sentenciaba que con el “infernal monopolio, se reducirán las riquezas a unas cuantas manos que arrancan el jugo de la Patria y la reducen a la miseria” y que “los países que se dedican a producir materia prima, generan desempleo en su país, y empleo en el país que la compra”.
El rumbo de sus ideas y de su lucha comparte el mismo desvelo que nos impulsa y es nuestro legado: “…Juremos vencer a los enemigos interiores y la América del Sud será el templo de la Independencia y de la libertad…”.