El agua potable es de todos
Por Feliciano Ramos (*)
Desde la década del 90 el Estado dejó de estar presente y por medio de la concesión (que fue y es siempre internacional) dejó el dragado de la red troncal del río Paraná en manos de la empresa belga Jan de Nul. Los criterios de dragado fueron y son desde entonces los de las necesidades de las multinacionales exportadoras y sus socios locales.
El río Paraná no fue respetado ni cuidado, su canal troncal fue profundizado, ensanchado y el material dragado fue arrojado al mismo río sin estudio previo y sin el menor cuidado. El sobre dragado del río Paraná hizo que haya mucho material de dragado circulando que el río acomodó como pudo. Por eso el río Paraná multiplicó sus zonas críticas donde el sedimento circulante volvía a tapar el canal, se multiplicaron las determinantes y todo el río quedó en situación crítica. El sedimento tapó los riachos que son accesos al humedal.
Por otra parte los que explotan los humedales en beneficio propio hicieron terraplenes, entubaron riachos de accesos y algunos lo taparon, todo esto además de las quemas acostumbradas.
El hombre está arruinando el río que le dio bienestar, en muchos casos podemos ver que no son habitantes del litoral sino extranjeros los que explotan el río sin reparar en el daño que producen.
La frontera agrícola se agranda por el desmonte indiscriminado y los incendios intencionales, eso parece estar cambiando el clima de todo el litoral y las lluvias no son tan frecuentes en el norte por lo que las bajantes serán cada vez más recurrentes.
Hoy todo ese combo de agresiones al majestuoso río y su extenso delta, dio como resultado que los riachos que alimentan a Laguna Grande, el reservorio de agua de la ciudad de Victoria (Entre Ríos), estén tapados, por lo tanto otra vez la ciudad de Victoria se encuentra en problemas con el agua potable. Como dijimos, la entrada de los riachos que aguas arriba alimentan la laguna grande está totalmente tapada y ninguno de los que contribuyeron a esta crisis van a destaparla. Las dragas de la Dirección Nacional de Vías Navegables otrora hacían este trabajo, pero desde el gobierno del Pro (Macri) la repartición está sin recursos para mover una draga, y las dragas de la empresa Jan de Nul no están para “estas cosas”.
Con el Estado cada vez más ausente la suerte de sus habitantes es incierta, hoy el pueblo de Victoria en pleno litoral y en pleno humedal se está quedando sin agua potable, parece imposible si se lo ve geográficamente pero es un hecho. La imbecilidad humana de los que quieren ganar cada vez más y más sin importarle si matan a la gallina de huevos de oro con su actitud, es ilimitada así como su codicia.
Ahora las preguntas son: ¿Cómo solucionamos el problema de agua potable de la ciudad de Victoria? Ante esta situación ¿el Estado Nacional seguirá estando ausente? ¿Quién pone los recursos para dragar la boca de los riachos que alimentan la laguna de la toma de agua de la ciudad de Victoria? Porque los que multiplican su riqueza a costa del río Paraná y de sus humedales seguro que no ponen un peso.
Con la Dirección Nacional de Vías Navegables vaciada de recursos e intervenida, por funcionarios empleados de las terminales multinaciones cerealeras, se hace imposible arreglar este problema que tiene una sencilla solución, dragar las bocas de acceso al río Paraná de los riachos que alimentan Laguna Grande y luego con dragas chicas repasar el recorrido de los mismos hasta laguna grande donde está la toma de agua de la ciudad de Victoria.
Estas cosas nos señalan claramente que el Estado ausente compromete seriamente las necesidades básicas de la población. El drama de los habitantes de la ciudad de Victoria y sus alrededores lo demuestra. En ninguna parte del mundo en pleno litoral, rodeados de agua dulce, se quedan sin agua potable, en esto tristemente somos los primeros.
Por eso es necesario y es urgente que la solución venga del Estado Nacional, que éste intervenga en la solución al tema del agua potable de la ciudad de Victoria, la solución no es complicada, se necesita decisión y recursos.
Porque los que, textualmente, están “explotando” el río Paraná y sus deltas, sus humedales, seguirán multiplicando sus riquezas dejando ríos, riachos, y delta en estado crítico, porque solo les importan las ganancias, las consecuencias de su explotación económica las sufre la población, no ellos.
El agua potable debe ser protegida, es un bien común, es de todos los habitantes de este país, es un derecho inalienable, nadie puede creer que tiene el derecho de tapar un riacho, de cambiar su cauce a beneficio propio, de entubarlo (salvo una obra de la provincia para el bien común), como así tampoco de sobre dragar el río Paraná y generar un descontrol del material dragado y no hacer un estudio de dónde depositarlo para que no tape ninguna entrada de algún riacho o laguna.
(*) Capitán Fluvial – Miembro del Foro por la recuperación del Rio Paraná