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RIO PARANÁ SOBERANÍA

La influencia de EEUU en Argentina crece a pasos agigantados

La entrega de la soberanía por parte del gobierno de Milei parece no tener límite. Peligrosas medidas y decisiones que amenazan todo el territorio del Mercosur. Un informe detallado, por Germán Mangione.

Fuente: revista Zoom (https://revistazoom.com.ar/)

Nadie esperaba otra cosa del gobierno actual, que había anunciado en campaña su reversión de las relaciones carnales de los 90 con EEUU. Sólo que esto se está dando “más rápido y más furioso” de lo pensado. Lo estamos viendo en diferentes ámbitos de las relaciones internacionales argentinas, con diversos hechos que concentran el crecimiento de esta influencia en el principal activo económico del país: el complejo agroexportador asentado en el Paraná.

Tampoco sorprende que los recursos naturales –de países dependientes como el nuestro— sean el campo de batalla de los grandes imperios que disputan su abastecimiento, algo que había dejado claro Laura Richardson (jefa del Comando Sur de los Estados Unidos) al hablar de cuestión de “seguridad nacional de EEUU” al referirse a la disputa con China por esos recursos.

En un mundo donde resuenan los tambores de guerra, y las proyecciones son de endurecimiento de esos conflictos, tanto los recursos naturales como –y sobre todo— el alimento pasan a ser un arma central en la disputa.

Y, si bien, la influencia de EEUU no se da solo en esa área (la de los commodities agrícolas), ni es el único imperialismo que rapiña nuestros recursos, es llamativo cómo en los tres meses el gobierno de Milei avanzó en puntos clave: el ingreso formal del ejército norteamericano al Paraná, el control del comercio exterior de granos y derivados con sus empresas volviendo a la cima del ranking local, y el avance en el monopolio portuario con el reciente fallo del caso Vicentin que les entrega las instalaciones de la empresa nacional.

El río suena

La Administración General de Puertos (AGP), organismo oficial que quedó a cargo de la administración de la vía Troncal del Río Paraná (la mal llamada Hidrovía), luego del fin de su concesión privada anunció la firma de un memorándum de entendimiento que habilita la llegada del Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense para “asesorar” al organismo local.

«El convenio permitirá profundizar el intercambio de información entre ambas gestiones, con el eje puesto en la eficiencia y la concreción de nuevas capacitaciones en aspectos de gestión de puertos y vías navegables, mantenimiento de la navegación y equilibrio ambiental, así como desarrollo de infraestructura, entre otras áreas», se enunció en un comunicado.

Del acto de firma del convenio participaron el Secretario de Empresas del Estado, Mauricio González Botto, el interventor en la AGP, Gastón Benvenuto, el Embajador de los EEUU, Marc Stanley, y el representante del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EEUU, Adriel McConnel (quien viene encabezando otros acuerdos similares en toda América Latina, como en Ecuador y Paraguay)

Al día siguiente del anuncio del convenio, la AGP comunicó desde su cuenta en X (ex Twitter) la realización de la primera reunión entre ambos organismos para “avanzar con el intercambio de información de nuestras respectivas vías navegables, y la profesionalización de nuestros cuadros técnicos a través de capacitaciones”.

El tema alertó a quienes ven una intromisión directa de una fuerza militar extranjera en una zona sensible para la soberanía nacional como nuestro Paraná, por donde circula el 80% de la agroproducción argentina, pero también para la de Brasil (producciones de metal de hierro), o la de Bolivia y Paraguay. Es el embudo por donde entra y sale casi todo lo que compra y vende América del Sur.

El diputado nacional peronista Eduardo Toniolli presentó un proyecto en el que pide que el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, asista al Congreso para explicar las implicancias del acuerdo. En el documento pregunta: ¿Cuáles son los fundamentos por parte de la AGP para realizar el convenio? ¿Cuál es la justificación para que no hayan sido parte del convenio las provincias que forman parte de la Hidrovía, como tampoco el Ministerio de Seguridad, la Cancillería y el Ministerio de Defensa? ¿Cuál es el alcance de dicho convenio? ¿Qué actividades va a realizar el Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos en la Hidrovía?

Algunas pistas podemos tener si miramos unos años atrás al Paraguay que intentó avanzar en dos acuerdos similares (en 2015 y en 2022) con el mismo fin y con el mismo Cuerpo de Ingenieros de EEUU, pero en el tramo del Río Paraguay de la Hidrovía. Intentos que quedaron truncos por el reclamo de países vecinos usuarios también de la Hidrovía como la Argentina.

En el preacuerdo presentado en Paraguay en la primera ocasión se explicaba las tareas a realizar por el organismo militar estadounidense:

“El convenio prevé un plazo de cuatro años, a un valor de U$S 16.500.000, cuyo proyecto incluye: planificación e ingeniería para apoyar el desarrollo del río Paraguay para la navegación sostenible y el crecimiento de su capacidad; diseño del Plan Maestro de Navegación; informe para seleccionar los proyectos para la toma de decisiones; preparación de todos los documentos de los proyectos, entre ellos: el diseño, especificaciones técnicas, memoria de cálculo, así como todos los estudios ambientales, económicos, culturales y de ingeniería que sean necesarios; desarrollar y publicar cartas hidrográficas de navegación fluvial en formato electrónico; entrenamiento y transferencia de conocimiento; trabajos de fiscalización, control y seguimiento de las tareas ejecutivas a realizar; y, dictámenes técnicos”

En otras palabras el ejército de EEUU tendrá información privilegiada sobre el flujo comercial y el comercio exterior nacional, pudiendo además “aconsejar” y orientar las políticas de administración de la vía troncal. Algo inaudito en el mundo, que no sucede en ningún país desarrollado sobre sus palancas soberanas. ¿Se imaginan al ejército chino controlando u opinando sobre la administración del Mississippi?

En ese proyecto paraguayo, de hace casi una década, también figura el costo de ese asesoramiento. Con esa referencia la pregunta es ¿cómo será en el caso del convenio argentino? ¿Argentina pagará 16 mil millones de dólares al Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos? ¿Tiene disponible ese capital? ¿Lo pondrá el Estado o los privados? Una incógnita que todavía nos es imposible develar porque no se ha dado más información que un comunicado por redes sociales por parte de la AGP, algo también inaudito en un tema tan sensible.

En un anexo del acuerdo presentado en Paraguay en 2015, en su artículo 7 se afirma que: “El Gobierno de la República del Paraguay debería proveer los medios de seguridad adecuados para el desempeño de las actividades del personal y los equipos y materiales proveídos para el desarrollo del Proyecto. Para dicho propósito, se podrá disponer la utilización de unidades militares, instalaciones u otras áreas de trabajo específicamente designadas para el efecto”

Esto transforma el tema casi en un trabajo conjunto de las fuerzas armadas de ambos países. De mantenerse las condiciones exigidas en Paraguay, no solo estaríamos entregando el control y la información de nuestro comercio exterior, sino que le daríamos acceso a instalaciones y unidades militares a uno de los países más agresivos y en disputa con otras potencias por nuestros recursos. Una claudicación total.

El proyecto presentado en la Cámara de Diputados de la Nación para citar a Posse, se exige que el acuerdo debería pasar por el Congreso, por lo establecido en la Ley 25.880 actualmente vigente, que legisla sobre el Art.75 Inc.28 de la Constitución Nacional, definiendo en su artículo tercero como “tropas extranjeras” a todos los elementos de fuerzas armadas extranjeras. El texto del proyecto lleva la firma de un gran número de legisladores.

De hecho fue en el Congreso que en octubre de 2022 el tema fue abordado en un proyecto de resolución presentado por el diputado Juan Manuel Pedrini, en el que expresó “preocupación y rechazo ante la posible presencia militar de los Estados Unidos en el sector paraguayo de la Hidrovía Paraná-Paraguay, por amenazar la Seguridad Nacional y desequilibrar las relaciones de Defensa entre los países integrantes del Mercosur”, y señaló que “la presencia militar del gobierno de Estados Unidos en nuestra Hidrovía Paraná-Paraguay compromete la seguridad de los estados ribereños y convierten a la región en escenario de conflictos ajenos”.

De avanzar, el convenio seguramente sería un influjo para concretar lo que no pudieron en Paraguay, en dos oportunidades, por la protesta argentina. Ese avance implicaría que su influencia sea aún más grande (que la que se planteaba para Paraguay), ya que hablamos de la mayor cuenca de Sudamérica, que significa un punto estratégico para el control de los negocios legales y también de los ilegales que utilizan esta vía para, por ejemplo, exportar drogas a Europa y dejar en Rosario y la región un reguero de sangre.

Un fallo a favor de la estafa y mayor extranjerización del comercio de granos

Los aires de la justicia nunca están ajenos a los tiempos políticos. Quizás por eso, los directivos de Vicentin respiraron con tranquilidad cuando Javier Milei llegó a la presidencia. Sin duda, avizoraron que su propuesta rechazada por el juez del concurso iba a terminar siendo aceptada como sucedió en estos días con el fallo de la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Laboral de Reconquista, Santa Fe, que revocó la sentencia del juez de primera instancia Fabián Lorenzini, que rechazaba la propuesta de la cerealera, y homologó el acuerdo preventivo obtenido con las mayorías.

Mientras todavía resisten las causas penales contra sus directivos por fugarse la plata al exterior, la estafa comercial parece camino a consumarse. Y, de los 1.400 millones de dólares de la deuda verificada a 1.700 acreedores en un concurso iniciado a principios de 2020, éstos se irán cobrando de a puchos y durante décadas.

Por si alguna duda quedaba sobre cómo los aires políticos empañan la visión judicial, este párrafo de la resolución que parece sacado de una proclama libertaria lo aclara: “En efecto, los que la han consentido (a la propuesta) han dispuesto libremente de su patrimonio y no corresponde que el Estado (a través del Poder Judicial) se inmiscuya en su esfera de libertad patrimonial”.

¿Qué tiene que ver esto con los intereses estadounidenses en la región? Que la propuesta consta de la entrega de los principales activos de Vicentin a un consorcio de empresas en las que participa la nacional ACA pero que tiene como actor principal al meganopolio exportador Bunge/Viterra, transformado en el mayor exportador de commodities del país a partir de la fusión de ambas empresas a nivel global.

El 13 de junio de 2023 la empresa Bunge Limited anunció un acuerdo con Viterra Limited, junto con ciertas filiales de (Glencore), Canada Pension Plan Investment Board (CPP Investments) y British Columbia Investment Management Corporation (BCI), para fusionarse con Viterra en una transacción de acciones y efectivo.

Glencore, la compañía madre de Viterra, posee en Argentina la propiedad de Renova, la mayor procesadora de cereales del mundo, que compartía con Vicentin. Sus capitales son principalmente ingleses y suizos, pero desde hace tiempo tiene participación accionaria el fondo buitre yanqui más grande del mundo: Black Rock.

“La fusión aumenta significativamente la capacidad de manejo de granos y oleaginosas, al mismo tiempo que expande la capacidad de operación en regiones y cultivos clave en los que Bunge no estaba tan presente hasta ahora. La empresa resultante de la fusión se diversificará en los principales destinos de exportación, así como en los principales mercados de consumo” aseguraba el comunicado oficial de la empresa estadounidense el día del anuncio de la fusión.

Las dos empresas unidas crearon un exportador dominante en Brasil y una trituradora de soja líder del mercado en Argentina, Bunge fue el año pasado el mayor exportador de maíz y soja de Brasil, Viterra fue el tercer exportador de maíz y el séptimo de soja.

En conjunto, las empresas representaron alrededor del 23,7% de las exportaciones brasileñas de maíz en 2022 y el 20,9% de las exportaciones brasileñas de soja.

En Argentina en 2023, Viterra ocupo el primer lugar entre los agroexportadores con el 18,8% de las exportaciones, y Bunge el séptimo con el 7,1%. Un cuarto de las exportaciones agropecuarias en manos del megamonopolio yanqui. A eso habría que sumarle las otras empresas estadounidenses que lideran el sector: Cargill (12,81%), ADM (10,13%) y CHS (1,71%).

El 50,55% de las exportaciones de granos y subproductos agropecuarios en Argentina están en manos de empresas estadounidenses dejando muy atrás a la estatal china COFCO que exporta el 5,5% o la europea Dryfus o las nacionales ACA, AGD o Vicentin.

De hecho, las tres empresas nacionales que participaban del top ten de la exportación y el comercio exterior de granos en Argentina hoy están asociadas a capitales yanquis, mediante joint ventures, en el caso de ACA y AGD, o absorciones en el caso de Vicentin.

Van por más

Pero esto recién parece comenzar, y se puede verificar con el férreo apoyo que los empresarios de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AMCHAM) dieron al rumbo económico del gobierno de Milei en la su edición 2024, que se desarrolló en estos días y nucleó a representantes de 720 compañías de 42 sectores económicos.

Y no es para menos, la ley ómnibus, que después de su rechazo legislativo el gobierno intenta retomar bajo el Pacto de Mayo, incluye un capítulo denominado Régimen de Grandes Inversiones que está claramente destinado a darle negocios a las multinacionales en sectores como Agroindustria, Infraestructura, Forestal, Minería, Gas y Petróleo, Energía y Tecnología.

Por otro lado el ministro de economía promete la reducción de impuesto y la libre disponibilidad de divisas para fugarlas a sus casas matrices. Una oferta irrechazable.

La cámara aporta el 24% del PBI nacional, el 39% de la recaudación fiscal, el 45% de las exportaciones y 35% de las importaciones del país, según sus propios datos, y ve con buenos ojos el rumbo del gobierno aunque duda de que pueda llevarlo adelante. De eso, dicen, dependen las grandes inversiones que podrían venir.

Sin embargo, algunas empresas como las del sector de commodities que mencionábamos antes no tienen dudas que pase lo que pase van a seguir facturando millones. La prueba de esto es el anuncio de Terminal 6 (Bunge/AGD) de la construcción de un mega silo para acopiar 360 mil toneladas en su planta de Puerto San Martín, que se suman a 1,6 millones de toneladas que ya poseía ese puerto.

Con cuatro muelles y nueve plataformas de carga, con una capacidad máxima de descarga de 80.000 toneladas diarias, es el puerto con mayor capacidad de carga y descarga en simultáneo de Argentina. Posee una capacidad de embarque de 12 millones de toneladas anuales.

Si bien el bombardeo de noticias y medidas suele ocultar estos trazos gruesos de la política nacional que implican la entrega de la soberanía y las palancas claves de la economía, está claro que el plan motosierra y el plan licuadora venían acompañados del plan águila imperial que van tan rápido y tan profundo como aquellos.

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RIO PARANÁ SOBERANÍA VIAS NAVEGABLES

AGP, en contra del  país

Por Feliciano Ramos (*)

En Argentina, un país  rico cada vez más entregado y saqueado por los extranjeros donde sus habitantes tienen cada día más dificultades para comer, comprar medicamentos y otras tantas  necesidades básicas cada vez más postergadas. En nuestro país lo que crece y se multiplica es la pobreza de su población y el saqueo de las multinacionales extranjeras. Cambian los gobiernos y la política de pobreza y de saqueo no cesa, aun más, se agudiza.

El resultado de poner las riquezas naturales del país en manos de las multinacionales de las potencias extranjeras y de sus socios locales y que el Estado se desentienda a modo de control e impositivamente multiplica la pobreza, anima el contrabando  y viabiliza el narcotráfico, especialmente si la falta de control del Estado es en sus puertos y vías navegables, que es en definitiva en su comercio exterior.  En esto descubrimos dónde están los recursos que le faltan al Estado. 

Cuando Defendemos la Soberanía es porque sabemos que en la soberanía de nuestras riquezas naturales, ríos, mares,  puertos, etc., está la grandeza de la nación que no es otra cosa que la misma felicidad para su pueblo.

Después de años de lucha por la soberanía de las riquezas naturales, de nuestros ríos y mares, además de la nacionalización de nuestro comercio exterior totalmente enajenado en el poder de extranjeros, se vuelve a traicionar a la patria, se vuelve a entregar. Es así que desde que AGP se hizo cargo del dragado y balizamiento de los ríos Paraná y de La Plata siempre se recurrió a empresas extranjeras de dragado, hasta ahora otorgándole a Jan de Nul en forma directa el dragado del Paraná en contratos cortos. Pero ahora el nuevo gobierno por medio de AGP acordó con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EEUU por el dragado del río Paraná, ¿se imaginan ingenieros del Ejército Argentino dirigir en el dragado del río Mississippi? ¿Cómo respondería el Congreso de dicho país?

En el tema del dragado del río Paraná ya sea JDN (belga), el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EEUU o tal vez una empresa holandesa o china,  es entregar a un país extranjero justamente nuestros ríos, justamente por donde un país se conquista. ¿Cómo responderá el Congreso argentino? ¿Y los gobernadores? Solo se ha expresado en contra de esto el gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof. El resto es como que aquí no pasa nada. Por eso insisto que el tema de soberanía  nacional, es un tema donde la población espera la opinión de todos, porque si fuera justamente el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de China hoy seria vox populi nacional. Y siempre sostengo ni belgas, ni chinos, ni EEUU ni de ningún otro país ¡¡¡¡ARGENTINOS!!!!

Los argentinos podemos balizar y dragar el río Paraná y cualquier otro río, debemos hacerlo nosotros, encargarnos nosotros mismos de nuestros ríos, mares, buques, y puertos es la única salida como país, somos tan capaces como los extranjeros, pero parece que para  la Bolsa de Comercio de Rosario y los políticos de turno los argentinos somos incapaces.

AGP una repartición del Estado nacional que debería bregar por los intereses de la nación, pero es la que se suma a la entrega del poder político, sus responsables deberían responder de ese manejo en contra del país.

Como si toda esta entrega fuera poca, la AGP le adjudicó a la empresa ex argentina (que se hizo uruguaya), BUQUEBUS, una concesión por 40 años gratis, sin costo alguno, esta empresa deja de pagar un canon mensual y tampoco impuesto alguno, esta empresa usufructúa el puerto de CABA.

BUQUEBUS es una empresa que transporta pasajeros desde la ciudad de Buenos Aires hasta la República Oriental de Uruguay y viceversa,  la  mayoría de los  pasajeros que transporta son argentinos, pero si como marino mercante argentino vas a pedir trabajo te dicen que solo toman marinos mercantes uruguayos, otra injusticia más de las que abundan en este país. Buquebus trabaja con pasajeros argentinos pero no da trabajo a marinos argentinos ni tampoco paga nada por la concesión como tampoco los impuestos, o sea se sirve del país pero no le sirve a nuestro país, todo eso por la nadería de 20 años con prórroga a 20 años más, 40 años o sea 14.600 días enteros, 350.400 horas haciendo mucha plata pero sin pagar un peso, una constante de todas las empresas extranjeras que ganan fortunas en Argentina, como así también de muchas grandes empresas nacionales. Por esto el país deja de percibir mucha plata, muchos dólares que les perdonamos a los extranjeros,  pero al pueblo argentino le suben todos los impuestos de una forma descomunal, y tratan que sus salarios suban lo menos posible.

Espero se investiguen estas nuevas entregas de país por parte de AGP. Justicia, Senado, gobernadores y demás ciudadanos en general deben pedir explicaciones a los responsables. 

Estas gestiones o convenios constituyen una traición a la patria misma, una entrega más que postra al país y su pueblo a inundarnos de pobreza.     

(*) Capitán Fluvial

Miembro del Foro por la recuperación del Rio Paraná

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RIO PARANÁ SOBERANÍA

Entregar el Paraná es como entregar nuestra bandera…

Por Luciano Orellano (*)

Desde el Encuentro Federal por la Soberanía junto al Foro por la Recuperación del Paraná, consecuentes con la posición que hemos sostenido en todo este tiempo, expresamos nuestra absoluta preocupación tras los trascendidos y declaraciones tanto del presidente electo Javier Milei y de quien se presume será su ministro de Infraestructura, el empresario Guillermo Ferraro, que han planteado en diferentes medios de comunicación la necesidad de re-privatizar nuestro Río Paraná y dejarlo nuevamente en manos extranjeras.

Lo hacen, como parte de un plan mayor, que es el de avanzar con la privatización de empresas estatales que hacen a nuestra historia, soberanía e identidad nacional: YPF / Vaca Muerta (la empresa más importante de Argentina, que bate todos los récords de facturación y exportación con un potencial enorme), Aerolíneas Argentinas, Astillero Río Santiago, Tandanor, Fabricaciones Militares, TV Pública, Télam, Radio Nacional, ARSAT, Trenes Argentinos, AySA, Correo Argentino, ENARSA, etc, etc.

Son anuncios que van en contramano del mundo. Los procesos de “desglobalización” y “repatriación de empresas” que se viene dando a nivel mundial (particularmente en los EE.UU), las medidas proteccionistas, o casos como los de China en donde el Estado tiene el 51% de todas las empresas estratégicas, muestran que es otro el camino que hay que tomar para defender la industria y el trabajo argentino.

Y si del río hablamos, basta ver como el Cuerpo de Ingenieros de la Armada de los EE.UU. es el encargado de realizar las tareas de administración y dragado del río Missisippi. A nadie se le ocurriría entregarla a empresas extranjeras, pero parece que acá si…

Los argentinos sabemos de la importancia y el carácter estratégico de nuestra Cuenca del Plata cuyo saldo exportable cubre un 40% de la seguridad alimentaria del planeta. Sus enormes riquezas que circulan por el río Paraná, en un mundo en donde los factores de guerra se acrecientan, son objeto de una aguda disputa por parte de las grandes potencias imperialistas.

Siempre hemos dicho que es paradójico que con tantas riquezas nuestro pueblo padezca tantos sufrimientos. Lo cierto es que todo el crecimiento de la producción en las últimas décadas lejos de igualar, nos desiguala, porque el río, el comercio, los puertos, el paquete tecnológico, los buques, las barcazas, etc, etc, está todo en manos extranjeras.

Fue lo que pudimos analizar sector por sector, en el histórico Encuentro Federal por la Soberanía que realizáramos en junio de este año, y que nos permitió dar cuenta de la necesidad de recuperar soberanía en todos los planos, porque como siempre decimos, Argentina ha tocado fondo.

La pelea que hemos venido desarrollando en los últimos años para que el control, la administración y el dragado de nuestro querido río Paraná esté en manos argentinas no ha sido en vano. Fruto de la lucha de un movimiento infinitamente amplio logramos que sea hoy la Administración General de Puertos la que realice las tareas de gestión de la vía troncal fluvial, y lo ha hecho con eficiencia e información al alcance de todos. Lo hizo, luego que durante más de 25 años, nuestro Paraná estuvo bajo el control de una empresa belga que gravita en la esfera de la OTAN (Jan de Nul).

También logramos que se anuncie la realización del canal Magdalena que tanto hace a la posibilidad de conectar nuestro litoral fluvial y litoral marítimo por aguas argentinas, ejerciendo un derecho soberano irrenunciable.

En este nuevo escenario que se avecina, entendemos será necesario redoblar la pelea frente a quienes preanuncian nuevas y dolorosas entregas. Lo volveremos hacer, en un marco de unidad mucho mayor, porque presumiblemente serán muchos más los sectores que se verán afectados y porque tenemos enorme confianza en la capacidad de lucha de nuestro pueblo.

La “casta” que nos roba un tercio de la cosecha y defrauda a los argentinos.

No es casual que los voceros de las cámaras de las agroexportadoras como Luis Zubizarreta (de la francesa Dreyfus), vuelvan a insistir con la necesidad de privatizar nuestro río y profundizar su dragado (eso si con la “justificación” de los “estudios” ambientales), porque sabe que con el Estado afuera del Paraná, es más sencillo las operaciones de triangulación, subfacturación y los múltiples mecanismos de evasión que han desarrollado en todos estos años. De nuevo quieren que esto vuelva a ser un negocio para cuatro o cinco vivos.

Y de eso debe saber bastante el que ya se asegura será el ministro del área, que hasta hace unos meses y durante 13 años trabajó para la empresa holandesa KPMG, famosa mundialmente por las maniobras de elusión fiscal de las grandes multinacinales que fugan divisas y que casualmente estuvo encargada de realizar las “auditorias contables” de la empresa Vicentín en el marco del escandaloso fraude al Estado argentino que denunciáramos oportunamente.

Y ni hablar de los negocios ilegales que corren por nuestras aguas, como el narcotráfico y el contrabando, que han tenido vía libre para crecer ante los nulos controles del sector privado, dejando a su paso la violencia y la sangre que se riega en nuestros territorios.

Por eso, volvemos a reafirmar como ya lo hicimos: entregar el Paraná es como entregar nuestra bandera.

Ni belgas 🇧🇪, ni yanquis 🇺🇸 , ni chinos 🇨🇳 , el Paraná argentino! 🇦🇷

Volvemos a hacer nuestras, las palabras del creador de nuestra bandera, Manuel Belgrano:

“Juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores y la América del Sur será el templo de la independencia y de la libertad “

“Ni amo viejo, ni amo nuevo, ningún amo!”


(*) Luciano Orellano (miembro del Encuentro Federal por la Soberanía y el Foro por la Recuperación del Paraná)

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RIO PARANÁ SOBERANÍA

“Las cargas son de nosotros, las ganancias son ajenas” (II)

Por Feliciano Ramos (*)

Para cualquier pueblo litoraleño su río representa lo más profundo de todo su ser. Es su pertenencia, es su entraña, es su canto, su cultura, su lugar, es también su forma de vida y su progreso. Esto ocurre en todos los pueblos del mundo. Pero para los argentinos, se transforma también en la causa de sus males, de su pobreza, de su dolor. Es “la otra hermanita perdida”, como las islas Malvinas, porque desde los años 90 su río, su esencia, su progreso, les fue arrebatado. Su río fue extranjerizado.

Hoy, Argentina tiene su comercio exterior, sus exportaciones, casi totalmente extranjerizados. Y hasta hace poco el Estado, como la mayoría de los argentinos, lo ignoraban totalmente. 

Si bien Argentina tiene con países hermanos ríos compartidos (binacionales),   como el río Uruguay, el Río de la Plata, el río Paraguay y el río Paraná, este último tiene un importante trecho que es totalmente nacional y está dentro de los límites de la Nación Argentina. Justamente el trecho que fue extranjerizado, donde las terminales portuarias y el dragado son extranjeros y el Estado solo es convocado a la hora de pagar el dragado y el balizamiento para que siga fluyendo ese negocio multimillonario y multiextranjero. Los dólares de la exportación no ingresan al país, lo que explica que un país netamente exportador no tenga dólares.

Entre los extranjeros que multiplican sus negocios en el río Paraná (en el tramo puramente nacional), está la flota fluvial de bandera paraguaya. Si bien esta flota es de “bandera paraguaya”,  pertenece a:

  1. Empresas argentinas que se formaron con el beneficio de los empujes y barcazas baratos  por el cierre de la Flota Fluvial del Estado que luego, por la “ley de bandera de conveniencia”, cambiaron su bandera ¡y listo!  ¡extranjerizada nuestra flota fluvial!
  2. Otras empresas de otros países no limítrofes.

 

Una de las últimas embarcaciones argentinas que cambiaron su pabellón. (Remolcador Río Piray Guazú)

Evidentemente que están en Paraguay porque es como un paraíso fiscal y, al igual que el comercio exterior extranjerizado, el tema es hacer pingües ganancias ¡sin tributar absolutamente NADA!

A esta evasión fiscal jamás se les ocurriría hacerla en sus países de origen, pero en Argentina… “que solo el pueblo argentino que trabaja pague impuestos” (trabajadores, comerciantes, pymes).

Se habla de “malestar” por el cobro del peaje a los buques de bandera paraguaya. Es un “malestar” del gobierno paraguayo y de la Bolsa de Comercio de Rosario y sus socios extranjeros.

Debemos considerar que hay un tratado de “libre navegación” de Argentina con Paraguay (firmado por la dictadura de Onganía en 1967), por el cual Argentina “concedía todo” a Paraguay, que lo tomaba todo sin dar absolutamente nada a cambio.[1]

Consideremos que en 1967 Argentina tenía una Marina Mercante numerosa: E.L.M.A. era quinta en el mundo y la Flota fluvial del Estado estaría entre las cinco primeras. Paraguay carecía de una flota fluvial como la que tiene hoy, solo tenía unos pocos empujes con barcazas.

Ese tratado de navegación, sumado a la extranjerización y a la entrega menemista, condenó a Argentina a quedarse sin Flota Mercante Fluvial. Por ese tratado, Paraguay puede navegar, cargar y descargar en puertos de la República Argentina sin que se los toque, pero la escasa flota argentina que queda no puede hacer lo mismo en Paraguay.

Ese tratado de una dictadura no es conveniente para Argentina. Hoy, ante un tratado donde una parte o las dos están disconformes, entonces: ¡NO HAY MÁS TRATADO!

Otra cuestión es el tema del “peaje” que impone el gobierno argentino con los buques de bandera paraguaya u otra bandera, que usen el río Paraná. Un río Paraná en el que el mismo gobierno argentino siempre, de una manera u otra,  se encargó de su dragado y balizamiento (en la parte puramente nacional como en la binacional), por 123 años con la Dirección Nacional de Vías Navegables o, a partir de la extranjerización, pagando miles de millones de dólares a la empresa Belga Jan De Nul (que dicho sea de paso jamás pagó tributo alguno al Estado por operar en Argentina, desde la década del 90 hasta hoy). ¿No tiene derecho Argentina a pedir un peaje por mantenimiento? No quieren pagar impuestos y tampoco peaje. ¡Las quieren todas!

Hay otro tema más importante todavía. El Estado argentino debería colocar una aduana fluvial justo donde se enfrentan las provincias ribereñas de Chaco y Corrientes, donde está la frontera, porque río abajo de ese límite las aguas del río Paraná son aguas puramente nacionales y cualquier buque extranjero debería ser sometido a los controles y pagos aduaneros para ingresar mercaderías al país o viceversa, como así también a los controles de prefectura. Les guste o no les guste, es así. Si miran un mapa del país verán claramente los límites geográficos.

La solución al disgusto de las empresas argentinas y otras de bandera paraguaya, es clara. Así como usaron la bandera de conveniencia para colocar la paraguaya, hagan lo opuesto por la ley de bandera de conveniencia que invocan: coloquen el pabellón argentino. Lógico, deberán pagar impuestos. Y los marinos mercantes argentinos, agradecidos.

Otro tema para abordar es el pago de impuestos de los buques marítimos (de ultramar) mercantes “extranjeros”, que por miles operan en aguas nacionales  del río Paraná, cargando la enorme exportación argentina en manos extranjeras, llevándose el 100 % de la carga, sin aportar el 50% correspondiente por la reserva de carga, ni tampoco tributar por ejercer una actividad comercial en el país.

Por todo esto, urgen “leyes claras” de origen impositivo y aduaneras de operatoria comercial en puertos y aguas nacionales para buques argentinos y extranjeros (como la “ley de reserva de carga”, entre otras), donde los buques de bandera argentina estén beneficiados impositivamente respecto a los extranjeros y no como hoy, que es al revés.

Si no cambiamos esto, seguiremos lamentando que “las cargas son de nosotros…¡las ganancias son ajenas!”.

 


 

(*) Feliciano Ramos. Capitán Fluvial. 48 años de servicio. Miembro del Foro por la Recuperación del Paraná.

 

[1]  https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/150705/texto.   

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RIO PARANÁ SOBERANÍA

¿Nada que ver con la soberanía?

Por Germán Mangione (*)

Este lunes se realizó en la ciudad de San Lorenzo el “1er Foro Nacional e Internacional del Hub San Lorenzo con el título “¿Qué Hidrovía queremos?” organizado por la Unión de Comerciantes e Industriales de San Lorenzo (UCI).

Y no es casualidad que sea esta ciudad y esta región la que intenta tallar en uno de los debates centrales de la Argentina, porque es aquí donde se concentra el complejo agroexportador más grande del país por donde sale el 80% de la agroexportación y por donde entran uno de cada 4 dólares que se exportan.

En este evento se expresaron, salvo honrosas excepciones, las voces del lobby agroexportador con sede en la región en torno a cuál debe ser el destino de la administración de nuestro río Paraná hoy momentáneamente en manos del estado después de 25 años de privatización.

Si bien el evento, que duro más de 4 horas, tuvo decenas de expositores del ámbito político y empresarial me quiero concentrar en la exposición de quien en estos últimos años se ha transformado en una de las principales voces del lobby en contra de la recuperación por parte de los argentinos y argentinas de las atribuciones de administración total de nuestro río, y en favor de los intereses del minúsculo grupo de empresas extranjeras  que orienta el sector: Luis Zubizarreta (CEO de la agroexportadora Luis Dreyfus y presidente de la Cámara de Puertos Privados de la Argentina).

Este personaje del mundo empresario se ha posicionado, junto a otros como Gustavo Idígoras de CIARA-CEC, en los más férreos defensores del modelo privatizador de los 90 para nuestro río y contra cualquier intento de que la Argentina vuelva a ser protagonista de la planificación de uno de sus recursos más importantes: el río Paraná.

En esta ocasión en el panel “Mirada empresarial internacional y nacional” Zubizarreta volvió a dejar claro que el sector empresario agroexportador no está dispuesto a ceder ni un ápice del control absoluto que durante estos años tuvo de nuestro río y del comercio exterior, con un estado mirando para otro lado y a lo sumo legitimando el saqueo.

Luego de la introducción obligada, que se repitió en casi toda la jornada, con reclamo de obras por parte del estado (porque para eso si se ve que sirve el estado, para hacer las obras que les mejoren la rentabilidad) el CEO de la multinacional francesa apuntó directo al caracú del asunto: “vemos que lamentablemente ha habido mucha confusión con algunos términos y eso ha generado unas discusiones que no han tenido mucho sentido uno es el tema de la soberanía”

Y antes de seguir algunas aclaraciones. ¡ No hay ninguna confusión en el tema Luis!. Quienes venimos luchando y organizando foros soberanos en todo el país desde hace más de 2 años para que el Paraná y todos nuestros recursos vuelvan a manos argentinas estamos clarísimos en el tema. Estamos claros que tenemos visiones antagónicas a las que vos y el lobby agroexportador expresan y quieren imponer en la política argentina. Estamos claros más que nunca que lo que se está discutiendo en el futuro de la Argentina es la soberanía y la necesidad de recuperar lo nuestro. En todo caso es el sector que representas el que quiere enmascarar esta tan importante discusión en un problema técnico, que de técnico no tiene nada. Prosigamos.

Para argumentar que esto no tienen nada que ver con la soberanía Luis argumento desde el estrado que “nadie discute la necesidad de que el Estado Nacional controle,supervise a través de los órganos que tiene como lo ha venido haciendo en todos estos años, supervise los flujos de carga los barcos a través de la Prefectura Nacional a través de la Aduana a través del Senasa a través de Migraciones.”

Y acá me surge siempre la misma pregunta (y siempre la misma respuesta)

¿Se puede controlar lo que entra y lo que sale por el Paraná y por nuestros puertos sin tener la administración completa del río? NO.

Y la respuesta no es solo por principio político y convencimiento de la necesidad de soberanía sobre el sector, sino que deviene de la experiencia.

Una experiencia que mostro como en 25 años de gestión privada, y con el estado supuestamente controlando como pide Zubizarreta, lo único que creció en nuestros puertos fue la evasión impositiva de empresas como la que él representa, robándole al estado y a todos los argentinos y argentinas y llegando según los cálculos más optimistas a 1/3 de la cosecha.

Lo que creció fue el narcotráfico por el Paraná y nuestros puertos como plataforma de exportación mundial de estupefacientes como vemos en los pocos cargamentos que se interceptan.

Y esto no se soluciona con el mismo sistema pero con más gente, sino tomando el control y la administración total de la vía navegable.

Como respuesta e intentando mimetizar sus intereses con los de los productores Don Luis vuelve a plantear que el río en manos privadas haría también ganar a TODOS LOS PRODUCTORES.

“Es que necesitamos una mejor infraestructura que nos permita cargar barcos más grandes generando una economía logística que va a redundar en el bolsillo del productor, porque cada dólar menos que logremos que tengan nuestro fletes hacia nuestros destinos somos un país que está alejado de los principales compradores. Va a ser un dólar más que va a recibir el bolsillo del productor con lo cual, nosotros lo que estamos planteando para ser muy claros, es que haya una obra de dragado y balizamiento controlada por el Estado Nacional y por las provincias pero replicar como dice el gobernador Omar Perotti las cosas que se hicieron bien y mantenerlas y no tratar de repartir de nuevo hay cosas que se hicieron bien desde los 90 y creo que estamos todos de acuerdo”, afirma.

Yo no sé si durante los 90 y las décadas siguientes el CEO de los franceses vivió en el mismo país que nosotros. Y si no fue así se ve que le contaron alguna historia medio cambiada.

Habría que contarle que con el modelo agroexportador y de control privado de los puertos y el Paraná de los 90, más precisamente a partir del 95 con la entrega del río, los que hicieron realmente grandes ganancias fue el puñado de agroexportadoras extranjeras que se fueron asentando a la vera del Paraná, y en todo caso el selecto grupo de grandes productores terratenientes asociados a ellos. Sino es inentendible la desaparición de más de 80 mil pequeños y medianos productores desde 2002 como arrojan los datos definitivos del Censo Agropecuario 2018, publicados recientemente. Desaparición que tuvo como contrapartida el aumento de escalas productivas y concentración de la producción y la tierra.

Y por supuesto para afirmar las barbaridades que dice tiene que apoyarse en la idea con la que machacan una y otra vez desde las usinas del poder como la UCI, el Concejo Agroindustrial ¿Argentino? o La Bolsa de Comercio de Rosario: tienen que ser privado porque Argentina no puede.

“Antes era el Estado quien hacía las obras y no las podía hacer porque no tenía recursos las dragas no funcionaban no tenían todo lo que ya sabemos entonces lo que nosotros desde nuestra cámara junto con otras instituciones venimos pidiendo es que haya un llamado a una licitación privada. Entonces esto no tiene nada que ver con la soberanía”, insiste el CEO de los franceses.

¿Qué no podía hacer la Argentina? ¿Dragar sus ríos?

Como tantas veces explicaron valiosísimos compañeros como Luciano Orellano y el capitán Feliciano Ramos se creó esa idea de que no tenemos cómo mantener el río para justificar este negocio privado, un negocio montado sobre el patrimonio intelectual público de 123 años de conocimiento del río. Un negocio que como hizo la belga Jan De Nul cuando se le adjudico la administración del Paraná se realizó con gran parte de las dragas nacionales. Tenemos las dragas, tenemos la flota, tenemos el conocimiento, tenemos la experiencia para recuperar el Paraná, no recibimos más espejitos de colores de un supuesto progreso que luego nunca derrama a cambio de entregar nuestro patrimonio.

Finalmente el señor de las exportadoras arremetió contra uno de los pocos buenos anuncios oficiales que vimos en los últimos tiempos en el tema: la realización del canal Magdalena.

Durante el comienzo del foro con las palabras de Alejandro Echevarne, director Nacional de Control de Puertos y Vías Navegables(en representación del Ministro de Transporte de Nación Diego Giuliano) llegaron los murmullos.

Y fue sobre un breve planteo final  que realizo sobre que “se estarían anunciando en poco tiempo el inicio de las obras para el Canal Magdalena”.

Varios de los oradores recogieron ese guante, pero Zubizarreta fue el más directo y el más tajante al respecto.

“Nadie está en contra que haya un segundo canal por supuesto que está buenísimo que haya dos o tres canales, lo que nosotros planteamos es que justamente en un país con recursos muy limitados hay que definir muy claramente las prioridades y nosotros creemos que el país no está hoy en condiciones y lo decimos así de hacer una inversión de 300 millones de dólares en un nuevo canal paralelo a uno existente cuando hay seguramente otras acciones para realizar y para gastar ese dinero y que tengan un retorno mucho más claro”, dijo sin tapujo el jefe de los puertos privados.

Así nomás, dejo expuesto el lugar que piensan que tienen (o que algunos sectores políticos les dan), el de decidir directamente las políticas públicas, los planes de inversión y la orientación al fin y al cabo de la política Argentina.

Y por si alguien del público seguía dudando finalizo su alocución explicando que “nuestro mensaje es claro, trabajemos en una licitación a riesgo empresario que nos traiga competencia que nos permita acceder al peaje más bajo posible”

O la política se orienta a los intereses nacionales y de las mayorías, o la seguirán orientando las oligarquías locales, los terratenientes y los monopolios extranjeros.

¿De verdad a esta altura alguien piensa la discusión de la administración del Paraná, nuestros puertos y recursos no tiene que ver con la soberanía?

 

(*) Germán Mangione. Periodista. Miembro del Foro por la recuperación del Paraná y Soberanía Popular San Lorenzo.

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BANDERA RIO PARANÁ

Video del histórico Banderazo en el Puente Rosario-Victoria

3 y 4 de marzo – Banderazo por la soberanía del río Paraná y la ejecución del canal Magdalena

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BANDERA RIO PARANÁ SOBERANÍA

Multitudinario banderazo en el puente Rosario-Victoria

Por la soberanía sobre el río Paraná y el canal Magdalena

En el marco de una actividad que tuvo sus capítulos simultáneos en todo el litoral marítimo y fluvial argentino, con actos en Chaco, Formosa, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Zárate, Buenos Aires, Quequén y Punta Indio, miles se convocaron en nuestra región en el puente Rosario-Victoria, en horas de la mañana de la jornada de hoy. El objetivo: “plantar bandera y flamear la celeste y blanca para que el río Paraná quede definitivamente en manos argentinas y por la realización del canal Magdalena”.   

Esta “amplia convocatoria” lanzada desde el “Foro por la recuperación del Paraná”, la “Federación Interactiva para Promover la Cultura del Agua (FIPCA)” y la “Mesa Coordinadora por la Defensa de la Soberanía Nacional sobre el Río Paraná y el Canal Magdalena”, sumó a una extensa lista de organizaciones y personalidades adherentes que se hicieron presentes en la cita, unificados en las consignas.   

Los jóvenes hicieron “la previa” en un campamento en defensa de la soberanía que se inició en la tarde del viernes en la “Isla de los Mástiles”, ubicada frente a la localidad de Granadero Baigorria, para sumarse, en palabras de sus organizadores “a la lucha por nuestro río, nuestros humedales y todos nuestros recursos naturales”. Cruzando el Paraná en diversas embarcaciones y portando banderas argentinas, incluyeron remadas, charlas-debate y guitarreadas.

Este sábado por la mañana, los jóvenes acampantes se hicieron presentes en la jornada “soberana” sobre el puente, en la que una multitud flameando cientos de banderas argentinas, marcharon entusiastas y encolumnadas.

Referentes organizadores de la jornada, expresaron: “Con nuestra lucha hemos avanzado. Recuperamos el control y administración del río Paraná en manos de la Administración General de Puertos. Por eso el lobby agroexportador, las cámaras empresarias del sector, los monopolios exportadores extranjeros y la Bolsa de Comercio de Rosario, presionan aceleradamente para reprivatizar la administración del Paraná en su propio y exclusivo beneficio. Necesitamos seguir avanzando en la recuperación de nuestros derechos soberanos y venimos a hacerles frente ¡plantando bandera!, ¡flameando la celeste y blanca!”, y reafirmaron tener “esperanza y confianza infinitas en las reservas del pueblo desde siempre, desde su profunda y permanente historia de lucha”.

El puente Rosario-Victoria fue colmado por la multitud y se vivió un momento de gran emoción al desplegarse una enorme bandera celeste y blanca de tal longitud que, pendiendo del mismo, en la imagen semejaba “unirse al río”

Con las “banderas argentinas en alza” el cierre del acto fue un verdadero estallido de la multitud presente entonando a viva voz las estrofas del Himno Nacional Argentino.

 

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RIO PARANÁ SOBERANÍA

La maldición argentina

Por Mempo Giardinelli

Compartimos nota de opinión publicada en Página 12.

En ningún país del mundo los ríos nacionales son entregados de manera tan imbécil como en la Argentina. Que siendo un país tan influenciado por los Estados Unidos, no lo es precisamente en materia hídrica. Así lo señaló esta columna en este diario, en junio de 2021, en la nota “Los gringos, sus puertos y sus aguas”. Allí se explicaba que en su política interior y en defensa de sus intereses estratégicos, los norteamericanos son ejemplarmente inteligentes, patrióticos, cuidadosos y sistemáticos.

Así, mientras aquí nosotros desesperamos por no perder nuestra soberanía sobre el río Paraná y el sistema fluvial-marítimo –víctimas de privatizaciones y abusos transnacionales– los Estados Unidos proceden de manera ejemplar con su río Mississippi, en el cual invierten millones de dólares para crear carreteras marítimas controladas por el Estado a fin de agilizar el transporte, aliviar autopistas y fortalecer el rol estatal en el control de sus grandes ríos, creando a la vez empleos en puertos y astilleros. Así, el país más pro-mercados del mundo y paradigma del capitalismo, no deja sus puertos ni la industria naval en manos del mercado ni de extranjeros.

Acaso no haya mejor ejemplo de cuidado soberano de un río nacional. Operado, cuidado y controlado como vía fluvial de máxima importancia política, económica y estratégica, el río Mississipi con sus tributarios Missouri, Illinois y Arkansas compone un sistema ejemplar de 6.275 kms de aguas y es el cuarto río más largo del mundo. Por razones de seguridad e interés nacionalfundamentales para ellos, la soberanía de sus ríos está a cargo del Gobierno de los Estados Unidos y el cuidado y control de los puertos está en manos del más poderoso ejército del planeta, mientras el dragado, balizamiento y control de esas vías navegables está a cargo de la Marina norteamericana. Y tan inteligente es el control que ejercen sobre sus ríos, que hay disposiciones que no permiten siquiera remontar sus aguas a buques que no hayan sido construidos en astilleros estadounidenses.

Frente a esto, y más allá del previsible y zonzo argumento de que aquí no hay dinero para algo semejante, lo que alarma es por un lado la ignorancia, por el otro el accionar cipayo, y por un tercero la indecisión del gobierno, que parece mirar las entregas de soberanía como si no tuviera nada que ver.

Así se rifan nuestro Padre Río, el majestuoso Plata y el Canal Magdalena, cuya habilitación se demora como para que la Argentina fluvial nunca tenga salida directa y soberana al océano Atlántico, a fin de que el comercio exterior siga bajo control extranjero, como hoy sucede.

En tal contexto, lo ocurrido en la Cámara de Diputados la semana pasada fue un baldazo de agua fría. En lugar de pronunciarse por reactivar todos los puertos, generando trabajos de balizamiento y dragado, y el estricto cuidado de un bien natural único, el hecho asombroso fue que se votó ceder a municipios diferentes bienes y territorios nacionales, entre ellos el puerto de Paraná, capital de Entre Ríos, así como una parte del emblemático terreno que ocupa el Espacio para la Memoria en el ex-Centro Clandestino de Detención “La Perla”, en la Provincia de Córdoba.

El proyecto de ley fue presentado por la diputada entrerriana Blanca Osuna (FdeT), pero lo más asombroso fue la aprobación con el voto del 98% de los diputados presentes: 210 votos de peronistas, radicales y macristas juntos, con la sola oposición cualunque de 3 incendiarios de ultraderecha.

Desde luego que la masiva votación en favor de estos desguaces puede ser un síntoma de descomposición de la democracia, lo que hace temer que también sea aprobado este criterio en la Cámara de Senadores, lo que sería una tragedia para la Soberanía Argentina. Máxime cuando el actual es un gobierno que se supone peronista.

El cuento del turismo en ex puertos bonitos, como el de la libre navegación, no es otra cosa que imponer dominio privado absoluto en favor de minorìas sobre bienes que son de todos y todas.

Como sea, es obvio conjeturar que por lo menos dos presidentes, Juan Perón y Néstor Kirchner, han de estar condenándolos desde sus tumbas.

Claro que más allá de revires verbales, y/o conjeturas bienintencionadas o ladinas, lo cierto e indesmentible es que el Congreso Nacional con esta disposición, de ser aprobada también por el Senado, será una vergüenza porque,digan lo que digan intentando justificar lo injustificable, es conjeturable que con esta decisión legislativa se entregarán las aguas con que la naturaleza dotó a este país a políticos y empresarios de dudosas trayectorias y abollados prestigios. Y así también lo que hoy es uno de los más trascendentes y emblemáticos símbolos de la Soberanía Argentina, nuestro río, pasará a manos de cipayos y traidores.

Esta decisión legislativa es prueba de que se ha empezado a recorrer el mismo camino que hace 30 años facilitó la privatización de decenas de puertos, hoy todos de propiedad de corporaciones extranjeras. Y así también se destruyó la siderurgia nacional y casi toda la industria naviera, que pasó de 70 astilleros a los pocos que hoy subsisten, y entre ellos los emblemáticos Río Santiago y Tandanor, amenazados ahora mismo por similares codicias.

Menem perfeccionó, además y con camiseta peronista, las traiciones de los dictadores. Si ahora, entonces, los que administran la democracia por voto popular hacen lo mismo, estaremos presenciando el retorno de viejas maldiciones argentinas. Por eso lo acontecido en Diputados no puede ser entendido sino como provocación o enorme torpeza oportunista. Con CFK bajo inminente condena, y en medio del desastre judicial y constitucional que impera hoy en la Argentina, es evidente que peligran la Paz y la Democracia.

Y es que no se visualiza reparación posible mientras no se desanden los únicos caminos de esperanza que le quedan al pueblo argentino: declarar a todo el sistema judicial en comisión y a la vez iniciar el proceso de cambio constitucional que es ya imperativo.

Desde todo punto de vista es injustificable que la Cámara de Diputados acepte someter los intereses nacionales al proyecto de ampliar una costanera que en el fondo no es otra cosa que un futuro negocio inmobiliario. Lo que haría pensar que acaso todo el recinto se ha larretizado. Viendo la destrucción de la Historia y la timba inmobiliaria porteña se advierte fácil que es el mismo modelo, que ya empezó en Corrientes y seguirá en Paraná.

Todo lo aquí expresado sería apenas una somera descripción de la maldición de la Argentina, sí que también es la pasión de quienes no bajan los brazos. Porque como dijo hace dos siglos uno de los Padres de la Patria, Manuel Belgrano, “una Nación que deja hacer por otra una navegación que puede hacer por sí misma compromete su futuro y el bienestar de su pueblo”. Es de esperar que al menos en la Cámara de Senadores se rechace este disparate votado por un inexplicable 98% de los diputados.

Para volver a ser una nación soberana es urgente repensar y reafirmar a la Argentina como territorio integrado que controla y cuida celosamente su Historia, sus bienes naturales y sus aguas. Que es precisamente lo que los intereses extranjeros buscan frustrar, con repugnante ayuda de cipayos locales. Esa maldición argentina.

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Magdalena, Maradona y geopolítica

Por Mempo Giardinelli. (*)

La alegría por la victoria futbolera ante la selección mexicana, no lleva a esta columna a desvincular ese episodio deportivo de la tragedia económica que vive este país, cuyo desvalijamiento final planificado empezó con el gobierno macrista. Y cuyo mazazo legalizador se inició con el decreto 949/20, para esta columna firmado no casualmente el mismo día y a las mismas horas en que toda la Argentina lloraba la muerte de Diego Armando Maradona.

La distracción y desinformación respecto del contenido cipayo de tal decreto era por entonces total. Y la realidad fluvial y marítima de esta República en ese momento era tan absoluta como ignorada.

Hoy, en cambio, nadie podría asegurar que se trata de un contemporáneo modus operandi ministerial pero aquella “coincidencia” embona perfectamente con la exageración textual de ese ministerio. El mismo pasado viernes 25, desde argentina.gob.ar se anunció pomposamente: “Histórico: luego de negociaciones, el Ministerio de Transporte logró que un importante balizamiento en Río Uruguay se realice con balizador y tripulación argentina. El ministro Alexis Guerrera firmó el convenio específico de cooperación con la Comisión Administradora del Río Uruguay que oficializa el balizamiento en un importante tramo del río a través del balizador-562 B, que pertenece a la Dirección Nacional de Vías Navegables, y que se llevará adelante con tripulación argentina, impulsando la industria y mano de obra nacional”.

Para quienes algo conocen de ríos, puertos y navíos, la exageración y el yerro son evidentes porque saben que el balizador 562-B es un viejo buque de poco calado que se entregó hace un cuarto de siglo a la entonces flamante Hidrovía SA, con destino a la parte que manejaba la empresa Emepa SA y fue destinado a la señalización en aguas de resguardo, dada su antigüedad”.

Ahora, muchos años después, este navío fue “recepcionado por el hasta hace poco Subsecretario Leonardo Cabrera –puntualizó a esta columna el veterano capitán Oscar Verón– sin que se cumplieran las condiciones fijadas por el pliego de concesión, que exigía que los buques a préstamo debían estar en óptimas condiciones de navegabilidad y operatividad, lo que significa con documentación otorgada mediante inspección de la Prefectura Naval Argentina”.

De donde “la verdad –sintetiza Verón– habrá sido que el 562-B ya no le importaba a Emepa porque toda embarcación necesita los certificados habilitantes expedidos por Prefectura, y el 562-B parece haber sido recepcionado en tiempo récord y sin mediar una comisión de especialistas en la materia, dado que todos los certificados –de máquinas, fondeo y gobierno, de posición y del casco– se vencían a los dos meses. Por eso cuando pedimos una reunión para plantear esto se nos respondió que la intención era que por lo menos un sector de balizamiento del río Uruguay lo hiciese el Estado. Lo que era una excusa propagandística que no justificaba que la Nación se hiciera cargo”.

Lo cierto es que hay muchas embarcaciones del Estado Nacional absolutamente recuperables y que cumplirían con todos los acuerdos de dragado, señalización y estudios batimétricos desde Puerto San Martín al Norte, y que fueron acordados por los gobernadores ribereños en su última reunión.

Como sea, en todo lo que atañe a ríos, puertos y flotas siempre hay, como en el Hamlet de William Shakespeare, algunos feos olores. Por eso fue sospechoso que justo el día de la Marina Mercante (ese mismo 25 de noviembre), se firmó un convenio entre el Ministerio de Transporte y la Comisión Administradora del Río Uruguay, con detalles del balizamiento que realizará el gobierno argentino en 135 boyas en el río Uruguay y que, se dice, “afianza la soberanía nacional, genera nuevos puestos de trabajo y potencia al sector” porque pone “tripulación y balizador nacional para el balizamiento de la zona compartida del Río Uruguay”. Lo que suena exagerado sobre todo porque en las costas de ese río es vox pópuli que la navegación será fundamental para que Brasil exporte su soja al mundo saliendo por el Río de la Plata, con cero beneficio para la Argentina.

La declaración ministerial concluye que “es importante remarcar que, tanto el ministerio de Transporte a cargo de Alexis Guerrera como la Comisión Administradora del Río Uruguay, pondrán a disposición sus equipos técnicos para ejecutar medidas y acciones conjuntas que incluyen programas y proyectos de cooperación y coordinación que favorezcan la navegación, el comercio, y las economías regionales”. Nada de lo cual delinea un proyecto importante para el pueblo argentino ni su economía y mucho menos para la Soberanía Nacional.

Claro que también así se generan entusiasmos honrados –algunos superficiales, inclusive– por parte de gobernadores estimables y respetados, cuyo optimismo quizás merecería más prudentes reticencias: “El Consejo apoya además la concreción de la estratégica obra del Canal Magdalena, a la que considera una cuestión de soberanía nacional” tuiteó el ministro Guerrera. Y también que se resolvió que el cobro del peaje así como la contratación de las obras de mantenimiento y ampliación queden en manos del Ente Federal. Y también que estas obras incluyen la mejora del acceso a los puertos situados de Santa Fe al norte, en el alto Paraná y el Paraguay. Y también que se decidió promover la creación de una flota mercante nacional y la revisión del tratado internacional.

Anuncios todos que –es habitual en la Argentina– en los hechos suelen ser diferentes y/o fáciles de esquivar. Baste recordar que el próximo 22 de diciembre vence la concesión del Puerto de Punta Loyola, Provincia de Santa Cruz, cuya recuperación sería vital para reactivar industrias en toda la Patagonia. No obstante no parece figurar en agenda alguna, y quizás porque según reiteradas denuncias Punta Loyola es un puente de abastecimiento a las Islas Malvinas, lo que además de estar prohibido por leyes provinciales como la llamada “Ley Gaucho Rivero”, implica una clara traición a la Patria y a la memoria de cientos de combatientes muertos en aquella maldita guerra.

Lo cierto es que hoy en materia de Soberanía se visualiza una Argentina signada por la sistemática entrega del patrimonio nacional. Y ahora mismo es feo constatar que desde la muerte de Maradona y hasta la alegría futbolera del sábado pasado se avanzó, inesperadamente y a paso redoblado, hacia la rifa total de la soberanía sobre el riquísimo patrimonio con que la naturaleza prodigó a esta república.

Quizás por eso este fin de semana resultó conmovedora la nota escrita por un veterano marino civil –el capitán Feliciano Ramos– en la que muestra con contundencia cómo se pensaba la Argentina fluvial y de ultramar en tiempos del tantas veces gorilamente execrado Juan Domingo Perón, insuperado gestor de aquella patria que entre 1945 y 1955 canceló el hambre en este país y aseguró vivienda, salud, educación y seguridad social para millones de compatriotas.

Una Argentina que hoy mismo podría garantizar lo que Martín Ayerbe –joven dirigente político y sindical de Astilleros Río Santiago, el más grande del país– sintetizó con gracia y severidad en un volante el mismo día del golazo de Messi, que podría cambiar el rumbo futbolero de los próximos días: “Nos hacen falta 118 buques graneleros, 39 petroleros, 14 portacontenedores, 2.400 barcazas y 840 pesqueros de altura. Esto lo puede hacer nuestro astillero y nos aseguraría 35 años de trabajo para más de 145.000 empleos”. Nada menos.

 

(*) Mempo Giardinelli. Escritor, periodista. Miembro de la Mesa Coordinadora de Defensa de la Soberanía Nacional sobre el Río Paraná y el Canal Magdalena

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RIO PARANÁ SOBERANÍA

Llamando “Privatización” a “La Entrega”

Por Feliciano Ramos (Capitán Fluvial Dragador)

En un Portal Económico se lee “el Gobierno nacional dio un paso sustancial  en  su camino hacia la privatización del dragado de la hidrovía…”

¡Es tragicómico que desde la década del 90 estén llamando “privatización” a la  “extranjerización”!

Pregunto: ¿Por qué no empezamos a llamar las cosas por su nombre?

Si el gobierno a través de AGP (Administración General de Puertos) quiere  seguir entregando el dragado a las potencias ¿por qué no sincerarse con el  pueblo que lo votó? ¿Y por qué no gobernar para el pueblo que lo votó, y no  para las multinacionales y los intereses de las grandes potencias?

Se está preparando otra vez (y van…) una nueva embestida para lograr  abrocharnos a todos los argentinos y argentinas con un contrato de dragado   extranjero por diez o veinte años (multimillonario en dólares), donde el pueblo  argentino a través de sus impuestos (cada vez más caros) “pagaremos”. Es  curioso ver que si a este tipo de contratos los hicieran los políticos en su  economía privada, ya estarían fundidos hace rato, pero no, solo a la Argentina   la amarran con semejante gasto.

Ya hemos dicho una vez, que si el dragado extranjero se hace para las  multinacionales y para la corporación terrateniente agroexportadora ¿por qué  no lo pagan ellos?; ¿por qué debemos pagarlo todos los argentinos y  argentinas con nuestros impuestos?; ¿por qué no lo pagan las terminales  portuarias multinacionales que ganan miles de millones de dólares al año y que  pagan menos impuestos que un pequeño comercio de barrio?

El pueblo argentino, además de pagar esos contratos millonarios en dólares  por el dragado, sufre las consecuencias cada vez más nefastas de una política  extranjerizante y agroexportadora sin valor agregado, que imprime más  pobreza a todos los argentinos, especialmente a la clase trabajadora.

Se prepara la nueva trampa del dragado “extranjero” bajo el engaño de  “privatización”. Como si estuviéramos en los 90, como si la población no  estuviera  advertida de esa maniobra, como si en el país no estuviera creciendo  la semilla de la “soberanía”, como si el mundial fuera suficiente distracción para  no advertir una nueva entrega del río Paraná.

Ya los argentinos y argentinas sabemos que tenemos una flota estatal de  dragado y balizamiento, nuestra flota de la Dirección Nacional de Vías  Navegables, y que en lugar de gastar algunos pesos en mantenerla y repararla  prefieren gastar miles de cientos de millones de dólares en un dragado  extranjero. Mientras tanto promulgan leyes para regalar los predios de la nación,  de la D.N.V.N. (Distrito Paraná),  para un emprendimiento inmobiliario para  ricos, ninguneando a los trabajadores que cumplen servicio en ellos, como así  también a sus familias.

¿Cuándo dejará el Estado de negar su propia flota? ¿Cuándo comenzaremos  nosotros los argentinos a hacer las cosas? A dragar, a balizar,  a llevar  nuestras cargas por ríos y nuestras exportaciones por mar. ¿Cuándo  recuperaremos nuestros puertos? Es más, ¿cuándo recuperaremos la nación  que fuimos?  

¿No es extraño ver tanto apuro para gastar millones de dólares en el dragado  extranjero, pero no mover nada para hacer el canal de Magdalena ni tampoco  para reactivar la Dirección Nacional de Vías Navegables? Es que parece que  nos manejan los intereses ajenos al país.

En cuanto al peaje que el gobierno quiere imponer de Santa Fe a Confluencia,  debería imponer un peaje, permisos y controles para la navegación del río  Paraná ¡puramente argentina! Sea para los buques paraguayos como para los  de todas las nacionalidades.

Hay un tratado de navegación con Paraguay, por el cual Argentina le autoriza a  Paraguay a navegar el río Paraná y el Río de la Plata, donde Argentina  concede todo a Paraguay, que lo recibe todo sin dar nada a cambio. Dicho   tratado data de la dictadura y está firmado por ONGANIA y Costa Méndez el 23   de enero de 1967 – Ley 17.185, por lo tanto debería desconocerse. Si todos los  argentinos y argentinas supiéramos realmente cuántas leyes de las dictaduras  están vigentes  hoy…  ¡nos sorprenderíamos!

En 1967 la Argentina era otra, tenia una enorme “flota fluvial del Estado” y  “ELMA” era la 5ta flota mercante del mundo. Paraguay tenía una marina  mercante de aproximadamente diez buques. Las cosas han cambiado desde  ese entonces. Hoy Paraguay tiene la 3ra flota fluvial del mundo y nosotros no  tenemos flota mercante ni fluvial ni de ultramar.

Las decisiones del poder sumieron al país en lo que hoy somos: un país pobre,  saqueado, entregado. Pero nos queda la invaluable convicción y el patriotismo  de los argentinos y argentinas, que se manifiestan y peticionan ante un “poder  sordo”. Un pueblo al que se le hincha en su pecho el orgullo por la esperanza  de volver a ser argentinos soberanos, un pueblo que ama a su bandera y a sus  patriotas, y que está “peticionando ante las autoridades” tantas veces, que no   puede comprenderse cómo las éstas no escuchan su sagrado grito:  ¡SOBERANÍA! ¡SOBERANÍA! ¡SOBERANÍA! 

 

(*) Feliciano Ramos. Miembro del Foro por la Recuperación del Paraná.

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