Por Severo Van Kruijssen (*)
Para hablar de la situación del acero hoy, primero es necesario ubicar el momento.
Se ha abierto un nuevo reparto del mundo con guerras comerciales y militares en curso por territorios, por mercados y materias primas, con dos reagrupamientos que se vienen consolidando: por un lado la OTAN (EE.UU, Inglaterra, Japón, Francia, entre otros), y China y Rusia encabezando otro reagrupamiento.
Se ha abierto, además, una crisis de sobreproducción relativa en el acero. Ha caído la compra de productos fabricados con acero no por falta de necesidad sino por la escasez del bolsillo de los trabajadores, que son los principales consumidores.
Por falta de trabajo o por bajos salarios, los trabajadores bajan su nivel de compra. Para ponerlo en números podemos decir que en el año 2021, de más de 1.950 millones de toneladas de acero producido, hubo fábricas que no produjeron o bajaron su producción por 480 millones de toneladas¹, que corresponden 26 % a China, 8% América Latina y 66% al resto del mundo. Esta situación fue agravada en 2023, llegando a 650 millones de toneladas de acero no producido². En este panorama, más de la mitad de la producción mundial corresponde a China y viene ganando mercados, entre ellos el de América Latina.
Producimos en América Latina anualmente unos 60 millones de toneladas de acero, pero en lo principal no lo hacemos con empresas nacionales sino extranjeras que están bajo la esfera de la OTAN.
Un segundo elemento para el análisis, es que el lugar de esta región en la industria del acero en el mercado mundial no es en lo principal la producción con industrialización, valor agregado y exportación, sino que tenemos una balanza comercial negativa en productos siderúrgicos por más de 12 millones de toneladas³ (de los cuales más de 2/3 corresponden a China), sino que nuestro lugar como región es el de proveedor de materias primas a la gran industria del acero. Perú y Chile exportan gran cantidad de mineral de hierro principalmente a China; Brasil (si bien produce más de la mitad del acero de América Latina y es el único que tiene una balanza comercial positiva en productos siderúrgicos) es el segundo exportador de mineral de hierro del mundo, con más de 350 millones de toneladas anuales exportadas, en gran medida a China.
En Argentina, al panorama mundial se le suman las políticas del gobierno de Javier Milei, que con la paralización de la obra pública (que afecta directamente la demanda de acero en el mercado interno) viene agravando la situación de crisis que atraviesan algunas acerías radicadas en nuestro país (como el caso de Acindar). A lo que se suma la apertura indiscriminada de las importaciones lo que preanuncia la destrucción de ramas enteras de nuestra industria nacional.
Debemos ser claros en que una salida a favor del pueblo argentino y América Latina no es ni comprar acero chino más barato (destruyendo nuestra industria siderúrgica), ni seguir produciendo bajo el dominio de la OTAN y sus necesidades, sino que esa salida es posible siguiendo el camino de los patriotas de Mayo, luchando por la independencia de la “patria grande” de América Latina. Es el camino de Irigoyen en la alianza con Chile, acordando una frontera de alianza y no de disputa que solo sirve históricamente a las grandes potencias en el reparto de nuestras riquezas. Es el de Juan D. Perón con la “tercera posición” en la Segunda Guerra Mundial, teniendo como aliados a los pueblos hermanos de América Latina, y no ir a la cola de uno u otro reagrupamiento porque solo nos ofrecen “más dependencia, sufrimientos y servidumbre”.
Para la salida “soberana” que necesitamos, es imprescindible y urgente una propuesta “soberana” junto a la pelea por salario, por la defensa del empleo y el fortalecimiento del sindicato como herramienta de los trabajadores. Una propuesta integral, como lo fue el plan siderúrgico nacional de Savio, que junto al Plan Quinquenal de Perón tuvo el éxito de lograr el pleno empleo, donde el Estado tomó las riendas de la producción siderúrgica con plantas de fabricación de acero y laminados como Altos Hornos Zapla y SOMISA, una estatal y la otra mixta, que abastecían la industria nacional y la construcción a buen precio.
En el caso de SOMISA podríamos resaltar la producción de rieles para el ferrocarril que mucho tuvo que ver con el desarrollo y mantenimiento de la infraestructura ferroviaria de nuestro país. Imaginamos que si hoy existiera una experiencia similar a la de SOMISA, podría proveerse también de materia prima a empresas productoras de chapa naval (actualmente en Argentina solo lo hace la empresa Laminados Industriales S.A) con un abastecimiento constante y a bajo precio que permitiera apalancar el necesario desarrollo de la industria naval, que también supo tener en Argentina un desarrollo muy importante, con miles de puestos de trabajo industrial de alta calificación.
Una salida soberana con incentivos y leyes que favorezcan a la industria nacional, como créditos blandos y aranceles a la importación de productos que perjudiquen la producción local; con la nacionalización de la minería (la mina Sierra Grande, 9 de Octubre y Puesto Viejo son minas que abastecieron a SOMISA y a Altos Hornos Zapla ); con capacitación técnica, con escuelas técnicas y universidad pública al servicio de la industria, además de instituciones como la escuela superior técnica creada por Savio; con integración al mercado interno, privilegiando principalmente nuestros astilleros (industria solventada con el flete que generaría decenas de miles de puestos de trabajo directos y cuatro indirectos por cada puesto directo)⁴; con nuestra industria ferroviaria, que permitiría gran cantidad de puestos de trabajo y una red de integración de la industria nacional de la Argentina junto a una reducción del costo económico y ambiental del transporte de flete y pasajeros⁵; con nuestra defensa nacional (además de lo nombrado anteriormente, empresas de armas y municiones entre otros productos necesarios para la defensa de la nación ).
Hay una salida posible que emprenda un rumbo para conquistar la felicidad del pueblo, pero el único camino para lograrlo es privilegiando el mercado interno y la unidad con los pueblos hermanos de Latinoamérica.
(*) miembro del Foro por la Recuperación del Paraná y Encuentro Federal por la Soberanía
(1) https://cms.alacero.org/uploads/Alacero_America_latina_en_cifras_Espanhol_47683530c0.pdf
(2) https://www.ambito.com/energia/produccion-acero-es-ho
(3) idem (1)
(4) Del libro de Luciano Orellano “Argentina Sangra por las barrancas del río Paraná”
(5) Del libro de Luciano Orellano “Crónicas Soberanas de la Patria herida”