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RÍO PARANÁ SOBERANÍA VIAS NAVEGABLES

Sin protección ambiental del Estado y con un sobre dragado que solo tienen en cuenta las ganancias se destruye el río Paraná y a su población ribereña

Por Feliciano Ramos (*)

Ante el requerimiento de la abogada Dra. Susana Beatriz Pérez Vexina,  la Secretaria de Ambiente de la Nación, (ex Ministerio de Ambiente de la Nación), contesta en una providencia que el propio Estado reconoce la ausencia total de un estudio de impacto ambiental  previo al dragado del río Paraná. Esto es no solo en el paso Las Hermanas, frente a la localidad de Ramallo, donde se genera el amparo en cuestión, sino previo a todo el dragado de red troncal del río Paraná iniciado por la empresa Hidrovía SA a mediados de la década infame de los 90.

Por supuesto que eso venimos diciendo; desde hace 30 años que no hicieron ningún estudio ambiental.  Porque el Estado entregador, de los 90 hasta la fecha, no protegió sus ríos ni a su pueblo. Porque para la coalición extranjera que ocupó nuestros puertos y nuestros ríos con la ayuda inestimable de los traidores locales, somos una zona de sacrificio en aras del bien supremo de saquear todo lo que se pueda, generando para ellos enormes ganancias, sin tributar nada por supuesto.

Ni al Estado ni a los extranjeros les importó el río Paraná ni su población

Entonces ¿quién nos protege? Tenemos un Estado bobo incapaz de proteger las riquezas naturales, tampoco sus ríos ni sus mares ni su población. Cuando se escriba la historia de estas décadas de intrusión extranjera y saqueo no entenderán cómo, sin tirar un tiro, se entregó tanto.  No se protegió ni se tuvo en cuenta la salud ni del gran río de agua dulce ni de su población, la que sufrió las consecuencias no solo de una política económica saqueadora, fugadora y empobrecedora, sino que  además atenta contra la salud, enferma a la población  con glifosato y demás pesticidas entre otras cosas.

Sin Estudio ambiental y con un sobre dragado, que solo tienen en cuenta las ganancias, se destruye el río, su fauna ictícola y se deja sin acceso de agua a ciudades enteras

Un sobre dragado donde solo se tiene en cuenta la profundidad y el ancho de canal para ampliar ganancias y donde se ignora completamente el río, su geografía, su historia, sus corrientes, la morfología de su lecho, su fauna, la poblaciones ribereñas, siempre será perjudicial para todos, menos para los saqueadores extranjeros.

El río Paraná, al ser uno de los más caudalosos del mundo, tiene de hecho su sedimentación natural que varía según la creciente o bajante. 

La ex Dirección Nacional de Vías Navegables que por más de cien años se dedicó a estudiar los ríos de la patria, antes de un trabajo de dragado hacía un estudio previo del canal, las corrientes y la morfología de su lecho, dragando luego en consecuencia y depositando el material de dragado en una zona estudiada, donde no se movería ni se sumaria a la sedimentación natural, aunque para esto se debía navegar a veces más de una decena de kilómetros, para carga y descarga, haciendo con ello más lento y complicado el trabajo de dragado (a veces por el mismo tráfico en el canal dragado). Más lento pero con un sobrado cuidado ambiental, que es en definitiva  lo que cuenta.

Con el dragado extranjero de la empresa Jan de Nul, el material dragado se comienza a descargar a medida que va dragando en el mismo canal. El río, al ser caudaloso, suma ese material dragado (arena, barro, limo) a la sedimentación natural del mismo, por lo que la sedimentación se multiplica y el río, con sus corrientes naturales, finalmente lleva y deposita en el mismo río y en sus arroyos que nutren los humedales de su amplio delta ese material dragado (especialmente cuando el río está crecido). Por esta acción en el propio lecho de sus arroyos y riachos va depositándose el material de dragado,  lo que hizo aumentar la altura de esos lechos.

Al bajar el río, el lecho de los riachos y arroyos que nutren el humedal quedaron más altos que la altura del río

Esto es lo que produjo, entre otras cosas (como la acción del hombre en las islas), que los riachos que llevan el agua a la ciudad de Victoria (Entre Ríos) se secaran, dejando a la misma sin poder renovar el agua de la toma. Problema que se repite con cada bajante.

Otra consecuencia importante del aumento del lecho de riachos es que los peces van a desovar allí sus crías y al secarse los riachos en bajante no pueden hacerlo, dañando la reproducción de la fauna ictícola.

Además, el hecho de que se sequen los arroyos y riachos en bajante del río Paraná hace que estos no puedan llevar agua a su humedal, su delta, deteriorando gravemente la flora del mismo.

El Estado ausente daña a la población, sus ríos, su flora y su fauna

Nada escapa al deterioro que produce la falta de un Estado que actúe frente al privado y mucho más si es extranjero, controlando toda acción económica o no del mismo, en defensa no solo del territorio nacional sino también de su población.

Ríos contaminados, riachos secos, falta de agua, agua contaminada, fauna y flora agredida. El daño es enorme,   falta cuantificarlo, estudiarlo científicamente Debemos comparar batimetrías (mapas del fondo del río) antes de la privatización y actuales,  previo y pos sobre dragado extranjero. Debemos identificar, calificar y cuantificar los daños, que son muchos. Las universidades, la ciencia, tienen  una gran tarea, y el Estado también, volver a ser el Estado que protege y trabaja para la población y no para los capitales extranjeros.

¿Cuándo perdimos el rumbo?

¿Cuándo el Estado dejó de representar a los argentinos y fue funcional al capital privado? ¿A los intereses económicos privados y extranjeros?

Porque política y protección ambiental van de la mano, no podemos separar una de otra.

Poderes ejecutivo, legislativo y judicial dejaron de tutelar a la población y se hicieron “socios” del poder económico y cómplices de los “negociados”.

Las leyes se dejaron de promulgar en aras del bien común o para la protección de la ciudadanía y se comenzaron a legislar para favorecer a  grupos económicos nacionales y extranjeros. (Algunos ejemplos: Leyes Número 24.184 – 21526 – 24.196).

El daño económico y ambiental es la consecuencia de años de un Estado ausente y cómplice que en el fondo es lo mismo 

(* ) Capitán Fluvial – Miembro del Foro por la recuperación del Paraná

 

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