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Histórica Muestra soberana y juramento a la bandera en la ciudad de Rosario

Una amplísima convocatoria tuvo su impactante despliegue en una “muestra soberana”al cumplirse 212 años de que nuestra “bandera argentina”fuera enarbolada por primera vez de manos de su creador, Manuel Belgrano, y sus valientes patriotas. Lo hicieron  en la fecha junto a las barrancas del río Paraná, por el que hoy “sangra” la Argentina, las mismas que la vieron nacer un 27 de Febrero de 1812.

La celeste y blanca rodeó la jornada desde todos los ángulos y fue sostenida y flameada permanente y orgullosamente por los presentes.

Bajo la consigna “La Patria no se vende” y con el estandarte de la causa nacional de“la defensa y la recuperación de la soberanía argentina en todas las áreas estratégicas de su economía y sobre el manejo de sus recursos y la defensa del trabajo argentino”, sus organizadores reafirman que “esta tarea encuentra en el actual contexto plena vigencia”.

La convocatoria a esta “jornada patriótica” hecha desde el “Foro por la recuperación del Paraná” y el “Encuentro Federal por la Soberanía” (que marcha a su segundo encuentro en el mes de Mayo de este año), fue sumando en destacable unidad a un vasto arco de organizaciones sociales, sindicales, políticas, estudiantiles, culturales, de pueblos originarios, de intelectuales, científicos, académicos, escritores, sectores de la pequeñas y medianas empresas y comercios, que comprometidos con estas causas definidas “soberanas y urgentes” acudieron a la cita.

Se destacó la presencia de una delegación de ex soldados combatientes de Malvinas, “reserva moral de la Patria”, que representados por Claudino Chamorro protagonizaron el momento más emotivo de la jornada, con el juramento a la bandera frente a una gigantesca bandera argentina desplegada y sostenida por los presentes, que cantaron “a viva voz” las estrofas del Himno Nacional Argentino.

Con la presencia de Luciano Orellano en nombre del Foro por la Recuperación del Paraná y del Encuentro Federal por la Soberanía, quien fue uno de los oradores que cerró la actividad, más de cuarenta paneles con enormes infografías y mapas, gazebos propagandísticos, y proyecciones de videos ilustrativos sobre la temática convocante, reflejaban y ponían en valor en esta verdadera jornada definida por sus organizadores “de docencia patriótica” la historia y la actualidad de las riquezas y recursos de nuestro país como del trabajo argentino, denunciando las gravísimas consecuencias de la entrega, la extranjerización y el saqueo que sufre la Argentina, como del feroz ajuste y pérdida de derechos para el pueblo, “pretensión en la que avanza al galope el gobierno de Javier Milei junto a sus socios de afuera y de adentro ”en una contundente denuncia que puso también al mando una serie de “propuestas para defender y recuperar lo nuestro”.

La jornada incluyó las voces de convocantes y convocados en una radio abierta que acompañó la jornada con una artillería de testimonios y argumentos en ese mismo sentido.

De este modo, los legados de los revolucionarios de Mayo, de nuestras gestas de la Independencia, de San Martín y Belgrano, y de las “cuentas pendientes de estos procesos” estuvieron presentes en todo el transcurso de la jornada.

Para ver todas las fotos de la actividad ingresá al siguiente link: https://www.facebook.com/share/9ESox2qNQkHoerTh/?mibextid=oFDknk

Adhirieron a esta convocatoria:
Claudino Chamorro presidente del centro de ex soldados combatientes de Malvinas
Damián Lerman (VicedecanoFac. de Ciencias Médicas UNR)
Jorge Molina (DecanoFac. de Ciencias Médicas UNR)
Pedro Peretti (escritor y chacarero. Mov. Arraigo)
Carlos del Frade (dip. prov. Frente Amplio por la Soberanía)
Pablo Paillole, (Bases Federadas)
Walter Palombi , Marcos Marini (Sind. Correos)
Sindicato de Trabajadores Municipales de Rosario
F eliciano Ramos (Capitán fluvial)
Marcelo Conde (Barrios originarios)
Mariano Sala (AIRE Sec. Gral FUR)
ALDE y Movimiento de Unidad Secundaria
Matías Marangoni (Unidad Popular)
Paula Sosa, José Ainsuain e Irene Orellano (Instituto Soberanía),
Diego Rosello y Graciela Nuño (Agrup. Docente Mariano Moreno),
Carolina DiFiori (Escuela Técnica Naval)
Cecilia Miguel (Foro Patriótico y Popular)
Paulo Junco, Roque Jaime y Violeta Castillo (Amsafe CTERA)
Eduardo Delmonte (CCC)
Juan Ariel Charras (Frente Amplio por la Soberanía VGG)
Héctor Gutiérrez (Frente Jubilados en Lucha)
Mauricio Ferola (Frente Patria Grande)
Mercedes Meier (Secretaria bloque FAS)
Carlos Alvarez (Conicet)
Mónica Polidoro (Amraf)
Diego Ainsuain (Siprus)
Posta Sanitaria Ramón Carillo VGG
Silvio Acosta (Comisión Interna Acindar – UOM VC)
Alejandra Frassati (La Dignidad, Liga de los pueblos libres)
Leonardo Caruana (Concejal Frente Amplio por la Soberanía)
Ezequiel Nant (Asoc Civil La Fábrica VGG)
Julieta Pepino (Cátedra libre de estudios políticos regionales)
Víctor Degirolamo, (ATE SENASA)
Regina Bianchi (ATE Salud)
Marisa Blanco (Presidenta comunidad QOM Gran Baigorria)
Alberto Albergoli (Junta Prov. Casa Patria)
Pablo Payró, Severo Van Kruijsen, German Mangione y Facundo Retamoza, (Foro por la Recuperación del Paraná de Rosario, San Lorenzo y Santa Fe)
Sindicato La Bancaria
Ciudad Futura
PTP PCR
CAUSA
Frente Liberación Socialista
Liga Argentina de Derechos humanos Rosario
Movimiento desde Abajo Rosario
Asociación Anahí Filial Rosario
Acción Popular
Escuela de Formación Política Lisandro Gringo Viale
Apdh Regional Rosario
Liliana Galeano, de Pueblos Originarios en Lucha
Verónica Martinengo presidenta de la Asociación de Comercio  e industria de Villa Gobernador Gálvez
La Asamblea por la Soberanía de Puerto Quequén- Necochea
Matilde Bruera
Economista Sergio Arelovich (MATE)
Marcelo Barab  – movimiento por la recuperación del petróleo. Chubut
Jorge Schmith. Astillero Río Santiago
Miguel Bayón ( Asamblea x la soberanía Quequén)
Gabriel Carpano – Movimiento salvemos al tren de la localidad de Moreno
Rodolfo Kempf – (Secretario Relaciones Institucionales CTA A) – Investigador científico CNEA
Diego Lualdi (com. Interna Banco Nación BS As)
Amsafe Rosario
MOR (movimiento obrero rosarino),
 Multisectorial 21F
 Claudia Indiviglia Secretaria General Sindicato N.Or.T.E.
JP La Corriente (ciudad de santa fe)
FUNAP (Frente de unidad nacional y popular – ciudad de santa fe)
Corriente nacional de la militancia villa Gobernador Gálvez
Comisión Permanente por la Memoria, los Derechos Humanos y Sociales de Villa Gobernador Gálvez
Concejales de VGG:
Jorge Murabito (Presidente del Concejo de V.G.G), Nicolás Ramírez , Daniela Bonita Bermúdez, Juan Acosta, Julieta Vega, Natalia Martínez
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SOBERANÍA Uncategorized VIAS NAVEGABLES

Por las Escuelas Navales de Aprendices en la recuperación de nuestra “soberanía”

Por Oscar Verón, Capitán Fluvial Dragador (*)

El 26 de octubre de 1898 se creaba la Dirección General de Obras  Hidráulicas, dentro del Ministerio de Obras Públicas (MOP), en la zona ubicada en Dársena Sud del Puerto de Buenos Aires, luego célebremente conocida como Isla Demarchi.

Fue “objetivo” desde los años 90 y los gobiernos siguientes, para concretar allí ávidos planes de “negociados inmobiliarios”: prolongación del barrio de lujo Puerto Madero, el Polo de Medio de Audiovisuales, el barrio Santa María del Sur de la Empresa IRSA. Esto nos impulsó no solo a realizar la carrera como trabajadores, sino a transformarnos en “militantes”, en luchadores, defendiendo los bienes del Estado Nacional.

El 8 de noviembre de 1942 se creó la primera Escuela de Aprendices, que llevaba “la N° 1”, en un predio en Dársena Sud del Puerto de Buenos Aires, hoy conocida como Isla Demarchi. Posteriormente fueron creadas las Escuelas de Aprendices en Corrientes, Paraná, Rosario, Concepción del Uruguay, las cuales fueron “orgullo” en las provincias por su excelente capacitación en los más diversos oficios.

Creadas para que pudiesen acceder los hijos de las familias pobres, dado que incluían desayuno, almuerzo, merienda y un sueldito con aporte jubilatorio, contenían la especialidad de Talleres Navales (soldadura, electricidad, mecánica, carpintería de ribera, tornería,  matricería, y otras) y los cursos para personal embarcado podían ser de Cubierta o Máquinas.

En marzo de 1963, llegaba de la mano de mi viejo a un establecimiento que impresionaba, que abarcaba varios sectores. Con el “cagazo” que tenía no logré retener ningún nombre: ¡era la N° 1!

Mi Padre había descubierto esa Escuela porque había dejado su trabajo de Estibador Portuario, siendo empleado como chofer del Estado en la Universidad de Ingeniería. Mi Madre, “mujer trabajadora”, viajaba cuatro  horas, entre tres y cuatro veces a la semana, a limpiar casas de familias por unas magras monedas, feliz de que sus cuatro hijos varones y su hija pudieran estudiar para que no tuvieran que “burrear” como su Padre.

Acceder a la Escuela ¡era toda una odisea!

A las 8 de la mañana, desde la ribera del barrio de la Boca (frente a lo que era la Ítalo-Argentina), salía una “balsa”. Subir a esta era ingresar a un mundo fantástico. Su planchada tipo portalón, se levantaba cruzando el canal del Riachuelo mediante malacates (guinches), que traccionaban las cadenas lentamente atravesando el agua del canal hasta llegar a la orilla de enfrente. Para nosotros, los “noveles alumnos”, era propio de iniciar una aventura.

El perder la balsa, traía aparejados un par de problemas…

Una llegada tarde significaba una “sanción”. No era excusa que viviese en el Pueblo de Guernica, hoy ciudad de Presidente Perón, ni que me levantara a las 5,30 hs. de la mañana, ni que tomara desde mi casa un colectivo, el tren, y luego otro colectivo hasta la Boca para tomar la balsa. Ahí no quedaba otra que correr 35 cuadras para llegar a la Escuela, lo que no representaba un gran inconveniente ya que siendo joven servía para ejercitar las piernas, pero no salvaba la “llegada tarde”.

La Escuela era parte de un “mundo” en el cual reinaba el trabajo para el desarrollo de la industria naval.

Al primer año 1963 lo dividieron en cuatro grupos de 35 alumnos, por riguroso orden de inicial del apellido. Verón, me tocó 1ero 4ta. No nos conocíamos, así que, siguiendo el orden de las iniciales, me senté con un chico Zaccaro, con quien tengo buenos recuerdos de Compamigos. Los bancos y pupitres, rigurosamente de maderas, guardaban celosamente diversos grabados de alumnos que habían pasado por ellos. Duros, entrado el invierno el frío se hacía sentir. 

Desfilaron profesores varones, matemáticas, historia (la oficial), castellano, dibujo lineal, reglamentación y organización del taller, practica taller. En los años siguientes se agregaron materias como tecnología, nomenclatura naval. Cuando en 3er año elegí seguir “curso cubierta”, aparecieron legislación marítima, maniobras, navegación, natación y remo, prácticas abordo, topografía. En 4to año nos incorporaron hidrografía, cartografía, arquitectura naval, meteorología.

El comedor escolar era el mismo que utilizaban los trabajadores del Ministerio. El primer turno era el nuestro, unos 300 alumnos, contabilizando todos los años. Los de 4to año hacían el triste papel de “controladores”; era un jolgorio, como los recreos. Lo ideal nunca existió: las cargadas, la discriminación, el bullying, fueron un lugar común. Por venir de lejos, era el indio y “¿cómo están las tolderías?”, era una constante.

Las prácticas en el taller de la Escuela determinaron mi carrera. Limar, tornear, desarmar un motor, carpintería, no era lo mío. Cuando me interioricé de que era el “capitán” quien mandaba en un barco, no dudé: era mi profesión. 

Las prácticas se realizaban a bordo de las Embarcaciones del Ministerio y los talleres, acorde con la especialidad que opcionaran los alumnos, donde se contabilizaban más de 10.000 trabajadores. Aprendíamos de los que operaban en el sector de fundición que, a puro fuego y fragua, creaban hélices, anclas, cadenas, tracas, varengas, trancaniles, entre tantos elementos que se generan en la industria naval. Soldadores a quienes su protección les daba aspecto de astronautas, unían y devastaban materiales generando vida. Así la electrónica naval, matriceros, carpinteros (lindo oficio).

Los Embarcados subíamos a distintos buques, remolcadores, lanchas batimétricas, balizadores, dragas. Los de máquinas a su sector, en mi caso a practicar con las cartas náuticas, el compás (la rosa de los vientos, dicho en romance), sacar rumbos y azimuts, timonear, manejar la sonda ecógrafo y la de mano, a leer sus marcas, a maniobrar para zarpar una boya averiada, a mantener los canales de navegación, a tener presente la comunicación radial y de señales internacionales.

Lo que llamó mi atención fue que de 125 alumnos que habíamos empezado, en mi último año (1967) contando los de máquinas, cubiertas y taller, no llegábamos a 40, con algunos que repetían.

A los 18 años ingresamos al Estado nacional en planta permanente, muchos se iban a trabajar en la actividad privada, su capacitación era muy reconocida en los Astilleros que poblaban las riberas, como Astillero Alianza (construyó la Draga 256-C Capitán Núñez), Astilleros Mestrina, construyeron la Draga 32-C, 33-C y 34-C), como así también varios Talleres navales. La escuela les dotaba de herramientas en el conocimiento, para emprender una vida “digna”.

Para los egresados de Embarcados de Cubierta, era difícil conseguir conchabo, se volvía indispensable la experiencia para darte el comando de un buque. Mi egreso fue como Patrón menor sin cargo. Previo exámenes, psicofísicos, teóricos técnicos, tiempo de singladuras, pasé al de Patrón de 3era, así al de 2da, al de 1era, y con 29 años llegué a Capitán.

En los años 90, el menemismo ayudó a lavarle la cara a la dictadura. Primero hizo desaparecer las Escuelas de Aprendices, las transformó en Escuela exclusiva de Embarcados, luego las puso en manos de la Armada con el nombre Escuela Nacional de Cabotaje. Después siguió degradándola, la cambió a Escuela Nacional Fluvial, lo que significaba que los egresados navegaban exclusivamente en los ríos, siendo que antes era entre cabos por todo el mar argentino. El peor y “asesino” golpe fue trasladarla a la Escuela Mecánica de la Armada: los milicos estimaron que, llevando las escuelas a ese lugar, lavarían la cara de ese sitio de “exterminio”. Con Néstor Kirchner se logró revertir esa decisión y la Escuela volvió a funcionar en la Isla Demarchi.

Es para destacar que los egresados de Cubierta de esta Escuela, que llegaron a Capitanes, han sido y son los mejores Baqueanos y Prácticos de Ríos, altamente reconocidos por su pericia para navegar y maniobrar en los más diversos puertos, con los buques tipo Panamax y similares.

Hoy la Escuela Nacional Fluvial, depende exclusivamente de la Armada Argentina, decisión errónea porque la Armada “EDUCA” civiles. Ha dejado de ser para los chicos y chicas de las familias pobres, ahora les exigen tener el secundario. O sea, ser Capitán o Jefe de Máquinas Navales, pasó a integrar el grupo de títulos privilegiados para la elite.

Han distorsionado totalmente el origen de su creación.

¡Tenemos la obligación moral de rescatar su esencia!

(*) Oscar Verón. Capitán Fluvial Dragador. Miembro de la Mesa Coordinadora por la defensa de la Soberanía Nacional sobre el río Paraná y el Canal Magdalena. Delegado Gral. ATE Vías Navegables. CTA-A

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