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FERROCARRILES SANTA FE SOBERANÍA

Sobre la venta de terrenos estratégicos: Ferrocidio en Santa Fe

Por Paola Vera (*)

Enajenación

El Gobierno de la Nación acaba de publicar en el Boletín Oficial que inicia un “procedimiento de enajenación” de terrenos fiscales a lo largo y ancho del país, entre los que se incluyen más de 25 hectáreas ubicadas en la ciudad de Santa Fe. Hectáreas utilizadas anteriormente para talleres ferroviarios, donde se encuentra la Estación Belgrano -ex estación de trenes-.

Sobre la historia ferroviaria santafesina

La provincia de Santa Fe posee una larga historia alrededor de los ferrocarriles, impulsada principalmente por la necesidad de los terratenientes del Norte de impulsar sus mercados, llevando trigo y harina al puerto de Santa Fe. Por ejemplo, en 1879, se publicó a modo de informe la carga anual que se traslada hasta el puerto, siendo un total de 60.000 Toneladas, en un momento donde las cargas más importantes rondaban las 26.000 Toneladas.

Esta clase estaba principalmente preocupada en consolidar el latifundio y va a utilizar “ayudas” de capital extranjero para realizarlo, crear ramales -sin estudios previos de los lugares donde iban a ser insertados, por cierto-, la manutención y el control total de los mismos. Esto va a girar entre manos inglesas y francesas.

En 1900, el Gobierno de la Provincia de Santa Fe, transfiere la propiedad de todas las líneas existentes a la Compañía Francesa.

En 1908 llega el Ferrocarril General Belgrano a la provincia. El entramado más extenso de redes ferroviarias del país.

Tras esta narración de entrega, cabe remarcar que existe un momento histórico donde en el 45, Juan Domingo Perón pone el crecimiento del país en pos de incrementar el ingreso a los asalariados, fortaleciendo la industria y con una política de estatizaciones, donde una de ellas fue el sistema ferroviario argentino.

Creando una empresa estatal llamada Ferrocarriles Argentinos. Frenado por el Golpe de Estado del año 1955.

Luego fue vuelto a privatizar por las políticas neoliberales del menemismo durante los ‘90.

En fin, este recorrido histórico muy rápido lo hago principalmente para remarcar dos cosas.  Primero, la importancia que tuvo el sistema ferroviario para la vida de las y los santafesinos, no solo dando puestos de trabajo sino también condicionando la ciudad, porque una ciudad que nace al calor de los trenes tiene su arquitectura y su distribución geográfica puesta para la misma. Quien recorre la provincia sabe cómo fue construido su camino para terminar en los puertos.

Y segundo, para qué fue construido el sistema ferroviario. Fue, principalmente el flete para los terratenientes, buscaba profundizar un modelo que facilitaba el traslado de la materia prima del Norte del país. Con ayuda de quienes en un futuro serían sus mayores condicionantes, los capitales extranjeros. Capitales que lejos de prestar ayuda desinteresada, estaban haciendo pie en un país sumamente rico en recursos naturales.

Situación actual nacional

Adorni anunció la privatización del Belgrano Cargas, quien había vuelto al Estado tras el desguace que sufrió en manos de privados. Actualmente transporta alrededor de 9 MILL. de toneladas.

Hay un recurso muy utilizado por el gobierno: que es un modelo deficitario, esto no solo es mentira sino que la empresa año tras año supera ese número con sus ingresos, los cuales van en aumento -se triplicaron del 2016 para acá-.

Hoy Trenes Argentinos Carga (con los ramales Belgrano, Urquiza y San Martín) transporta 8.418.271 Toneladas anuales representando el 38% de la carga total movilizada en trenes en 17 provincias y 5 fronteras nacionales. Administra 9.100 Km de vías con distancia media prom. de 700Km, y reportó ingresos el pasado año por $34.651.140.000, donde según la página del Gobierno Nacional se le destinaron $40.000.000 del presupuesto anual.

Fuente: https://www.argentina.gob.ar/transporte/cnrt/estadisticas-ferroviarias

Agregando que es la mejor manera de transportar materia prima en un país con las condiciones y distribución geográfica como el nuestro.

Esta decisión afecta también a 4.800 trabajadores a nivel nacional, 40 en la Ciudad de Santa Fe y 80 en Laguna Paiva, que viven una situación de incertidumbre con respecto a sus puestos de trabajo.

Entonces, ¿qué necesidad tiene el Gobierno de Milei para privatizar algo que funciona?

No es descabellado pensar que Javier Milei planee entregar los trenes que transportan estas materias primas, como sucedió en los 90’. Esto fue planteado en la Ley Bases.

Se concesiona todo, hasta el personal.

Solo permanecen en manos del Estado ALGUNOS terrenos ferroviarios.

Al oír esto, a los grandes magnates inmobiliarios se les activa la misma parte del cerebro que como relatan los libros de ficción, a un vampiro al oler sangre. 

Esto, lejos está de generar un mejor servicio ferroviario, ya lo vimos con la concesión de trenes de AGD.

Para terminar, la búsqueda detrás de la privatización del Belgrano Cargas es profundizar un modelo de país que sirve a aquellos que más tienen, donde los recursos naturales y las riquezas de nuestro pueblo son regaladas.

No solo es una disputa económica, es principalmente ideológica. El sistema ferroviario en manos del Estado no contribuye al modelo de país que ellos quieren.

Profundizar un modelo agroexportador donde ni siquiera nuestro país cobra el peaje o el flete del mismo, la entrega es totalmente repudiable e indignante.

Sin embargo, existe una salida a todo esto. La historia de nuestro país, durante la estatización del sistema ferroviario durante el peronismo, nos demostró que es posible una mejor distribución de los ingresos para los asalariados y en pos de una industria nacional fuerte, reformando el modelo de país.

Necesitamos una industria independiente, que genere empleo y devuelva la riqueza de nuestra nación a las manos de las y los argentinos. Pero para eso, primero debemos ser dueños de nuestros recursos, y uno de ellos es el sistema de fletes.

(*) Estudiante de ING. Civil, UTN Facultad Regional Santa Fe – Miembro del Foro por la Recuperación del Paraná.

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PUERTOS SANTA FE SOBERANÍA

El futuro del Puerto de Santa Fe

Por Pablo Landó (*)

Según informa el medio Rosario 3, el día de hoy: El gobierno nacional tomó dos decisiones importantes para Santa Fe en lo que respecta a la hidrovía. Por un lado, hizo un cambio en la traza del canal troncal estirando el dragado a 34 pies hasta Timbúes, cuando hasta ahora llegaba a Puerto General San Martín, una medida que beneficiará a los grandes puertos allí instalados como los de Cofco, Renova, Dreyfus, ACA y AGD. Y por el otro, eliminó la obligatoriedad de dragar desde Timbúes a la ciudad de Santa Fe a 25 pies, una decisión sustentada en que no hay ese tramo tránsito de grandes buques, pero que será de difícil digestión para el establishment de la capital provincial”(1). (el subrayado es mío)

Preciso resumen periodístico de la decisión tomada por la gestión de Javier Milei. Beneficio extraordinario (aún más y más) a monopolios exportadores (mayoría extranjeros) y grandes terratenientes que consolida el modelo actual para el que nuestro Puerto representa “un gasto”.

El “círculo rojo” de la ciudad (o establishment como lo llama el autor de la nota citada) anida en corporaciones como el Ente Portuario, la Bolsa de Comercio, etc. Pero existen en su interior, llamémosle, sectores productivos, con interés en el impacto industrial regional, la generación de empleo y, por supuesto, “prenden velas” a que derrame algo de la crema del negocio concentrado en los puertos del sur provincial. Este sector recibe hoy un golpe letal que, a su vez, envalentona al otro sector, los “especuladores” inmobiliarios, financieros y comerciales que hicieron mega-negocios privados en cada ciclo de parálisis total del Puerto público de la ciudad.

En el medio de esta ciudad, cada vez más desigual con 60% de pobres y demandante urgente de empleo, viven santafesinas/os que asisten con desesperanza como testigos invisibles de esta disputa.

Pregunta. ¿Qué van a hacer las autoridades provinciales y municipales con esta situación?

¿Cuál es el estado del puerto de la ciudad?

Nuestro Puerto siempre estuvo operativo y tiene una infraestructura que ni los desguaces de zona de diques pudieron derrumbar (aunque sí afectar). Tiene más calado que muchos puertos europeos, terminando así con el mito instalado que “no tiene profundidad”.  

Los detractores de nuestro puerto viven hablando de “los altísimos costos de mantenimiento del dragado”. Acá quisiera detenerme. Se demostró durante el 2021/22, -período que el Estado nacional mediante la Administración General de Puertos y Vías Navegables-, que cobrando el peaje se obtuvieron recursos importantísimos en dólares para inversiones estratégicas. Y quedó demostrado que tenemos dragas, balizadores y personal altamente capacitado para hacernos cargo del control (y cuidado) de nuestro río Paraná y afluentes. Por esa razón, el destino de nuestro río en manos del Estado nacional o extranjeras está íntimamente ligado al futuro de nuestra ciudad y la región e impedir su re-privatización es una tarea central de nuestra comunidad y la posición política que deben adoptar tanto el gobernador como el intendente municipal. Recordemos que Santa Fe, -con 720 km de ribera al Paraná, 23 puertos privados y extranjeros y 4 puertos públicos-, renunció a ser parte del Ente de Control de la Vía Navegable trocal del Paraná.

Recuperar la Santa Fe portuaria, industrial y ferroviaria

¿Se puede?, sino, ¿para qué sirve la política? La condición es planificar un modelo de ciudad y la región diferente. Nuestro Puerto debe desarrollar su actividad con barcazas, reparadas y construidas por un Astillero local y mediante “muelles flotantes” en localidades costeras, unir las cargas de productos del centro y norte provincial y provincias vecinas con la capital provincial, mediante estas pequeñas embarcaciones. Imaginemos el impacto en pymes, pequeños y medianos productores agrícolas y ganaderos, comercio. ¡Cuántos puesto de trabajo industrial podrían crearse! A la vez, este modelo se desarrolla en armonía con el cuidado ambiental para no seguir dragando ferozmente los cursos de vías navegables y su impacto en la naturaleza y la biodiversidad.

La provincia firmó hace días un acuerdo de la “Región Litoral” (junto a Entre Ríos, Corrientes, Chaco, Formosa y Misiones) y se debaten proyectos de “región fluvial del litoral” que, ante el modelo nacional “industricida” y de superganancias para grandes terratenientes y monopolios extranjeros, debe definir su rumbo y objetivos. Hasta ahora, son solo palabras. Urge planificar y fortalecer este sistema regional de transporte fluvial de barcazas.

Para finalizar, no dejaremos que los acontecimientos sucedan sin señalarlos y ubicando a sus responsables. El altísimo “costo social” que significaron las decadentes gestiones del Ente Portuario santafesino haciendo ciclos de negocios privados con patrimonio público, paralizando el Puerto y desguazándolo; o bien la incapacidad de diseñar un modelo diferente, generador de una matriz industrial y ferro-portuaria para la ciudad capital, nos exige seguir de cerca la situación y proponer, incansablemente, una salida diferente.

Para ese objetivo convocar ampliamente para la realización de una transformación del modelo de ciudad y la región con el Puerto como eje central en un modelo que desarrolle industria naval de barcaza, fortalezca el comercio regional, consolide el mercado interno como prioridad y cuide el ambiente. Necesitamos del conocimiento de sectores de la investigación, la docencia y estudiantes de las universidades, a trabajadoras/es y sus organizaciones sindicales y sociales, pequeñas y medianas industrias, empresas, cooperativas y comercios. Para este fin, desde nuestra humilde parte, nos proponemos dialogar y construir en común con quienes tengan interés en defender los intereses de la ciudad y constituir un arco de fuerzas sociales y políticas dispuestas a avanzar en este objetivo de recuperación plena de nuestro Puerto Santa Fe.

(*) Dirigente de Fuerza Común

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BANCA PÚBLICA SANTA FE

1 de Septiembre – A 150 años de la creación del Banco de Santa Fe

Compartimos nota para Infosoberana de Carlos del Frade y Mercedes Meier (*)

Un proyecto para recuperar el Banco Público de la Provincia

La pobreza y la desocupación crecen al ritmo de la política de privatizaciones del patrimonio público. Desde aquellos años 90 donde se pregonaba que “Nada de lo que deba ser estatal permanecerá en manos del Estado”, a los nuevos gritos del Presidente para vender todo, sólo hay un bucle en la historia. ¿Es posible salir de esta lógica? ¿Podemos ser protagonistas de un proyecto emancipador?

Sólo basta imaginar cómo podría ser el financiamiento de las obras públicas que niega el Gobierno nacional si tuviéramos Banco público. O el acceso a créditos para vivienda, defender una Pyme, las condiciones para discutir el sistema previsional ¡Qué distinto sería todo!

La historia sirve para aprender de errores y aciertos. Para entender el presente y proyectar el futuro. Conocer los motivos de la fundación de nuestro Banco de la Provincia de Santa Fe, y las consecuencias de su privatización nos ayuda a comprender la dimensión que tiene la Banca pública en una sociedad.

 A 150 años de la Fundación del Banco Santa Fe transcribimos parte de los fundamentos del Proyecto de Ley para recuperar la banca Pública de la Provincia que venimos impulsando desde el 2019, que hoy tiene estado parlamentario y necesita salir de los cajones para empezar a revertir los destinos que nos quieren imponer.

“Dar impulso a todos los ramos de la riqueza pública”

El 27 de mayo de 1874, la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe recibió un mensaje del entonces gobernador, Servando Bayo y del ministro de Gobierno, Melquíades Salva, donde se destacaba que “ni los poderes colegisladores, ni poder alguno de la tierra, tiene el derecho de enajenar el porvenir de los pueblos, por concesiones gratuitas, ni nadie tampoco puede tener derechos irrevocablemente adquiridos, contra las leyes de orden público, entrando en esa categoría las emisiones de los bancos, en la forma que se encuentran establecidos entre nosotros

El primero de septiembre de 1874, el Banco Provincial de Santa Fe abrió sus puertas por la decisión política del gobernador, Servando Bayo. Ese día, el diario “La Capital”, de la ciudad de Rosario, escribió: “El Banco Provincial viene a cambiar la faz de este pueblo. Viene a dar impulso a todos los ramos de la riqueza pública. Viene a poner término a todas las explotaciones usurarias, que estorbaron el engrandecimiento y la prosperidad del Rosario. Viene a secundar los esfuerzos de los hombres honrados y laboriosos que aspiran el bien general. El acontecimiento de este día es tan grande o más grande para nosotros, que pudiera serlo la inauguración de un ferrocarril de esta ciudad a la de Santa Fe. Seis meses bastan y el Rosario será comercialmente el doble de lo que es hoy. Felicitamos al pueblo, a los proponentes y al gobierno, por el acontecimiento de este día, que abre para el pueblo santafesino anchos horizontes de progreso, de bienestar general y prosperidad para todos los ramos del comercio y de la industria“.

El contexto no era el mejor: ” … la crisis económica que aflige a los pueblos de la República y de que antes me he ocupado, hacen sentir la necesidad de poner en movimiento una palanca poderosa que restableciera el equilibrio -y salvando dificultades- la carta constitutiva del Banco Provincial de Santa Fe fue puesta en ejecución“, sostuvo Servando Bayo.

Un año más tarde decía el Gobernador:  “los servicios prestados por el Banco Provincial al comercio y la industria han sido de gran trascendencia. Es fuera de duda que debido a él la actualidad de la provincia es próspera. El comercio se encuentra bastado para sus operaciones y no tiene apremio. La industria se desarrolla con ventaja por la protección que el Banco presta al hombre honrado y laborioso. Yo considero que el Banco Provincial tiene que ser y debe ser el alma de nuestra prosperidad y pienso que debemos empeñarnos en favorecerlo decididamente … “, apuntaba en 1875.

Dos años después (en 1877) Bayo advirtió que “no han sido pocos los sacrificios que se han hecho para conseguirlo, ha sido necesario en parte toda vuestra energía, todo vuestro patriotismo, toda vuestra previsión y prudencia, sino ha de llamarse alta sabiduría para dominar el inmenso cúmulo de intereses nada legítimos que se oponían a la conservación de este Banco y trabajan su desaparición; pero merced a ello el Banco Provincial se ha salvado y con él una gran parte del comercio y de la industria que habría sido forzosamente arrastrada en su caída, empeorando los males de la situación y presando desastrosamente y por largos años en el progreso y adelanto de la provincia“.

Los años noventa.

El 7 de marzo de 1996, el Senado Santafesino daba media sanción al proyecto privatizador. Afuera de la legislatura, el gobernador Obeid reprimía a sangre y fuego a los trabajadores y trabajadoras que se movilizaban en defensa del patrimonio del pueblo santafesino. Sabían mejor que nadie lo que significaba semejante entrega y por eso sostuvieron esa resistencia en aquel momento.

El 26 de Julio de 1996, como un irónico homenaje a María Eva Duarte a 44 años de su fallecimiento, la legislatura santafesina aprobaba la Ley Nº 11387, que facultaba al Poder Ejecutivo provincial a privatizarlo.

El 1 ° de Julio de 1998 se efectivizaba la privatización. Sin embargo, la lucha de cientos, de miles de trabajadores/as, productores, comerciantes, industriales, por la recuperación de la Banca santafesina sigue de pie aun hasta nuestros días.

Muchos de esos hombres y mujeres son los que aportaron a la redacción de este proyecto que esperamos, se convierta pronto en Ley. Una ley reparadora y necesaria para un futuro diferente.

El Banco privado

El banco fue regalado al Banco General de Negocios, que no puso un peso, dado que los 56 millones de dólares que fue valuado, los tomó como garantías por los hipotéticos quebrantos de los préstamos en situación 1 y 2, de la cartera transferida. Sus dueños de entonces, los hermanos Rohm, fueron imputados en los delitos de lavado de dinero por narcotráfico.

Nunca se investigó qué hicieron los hermanos Rohm durante los cinco años de conducción del ex Banco Provincial de Santa Fe. Terminaron presos y uno de ellos muriéndose en una prisión estadounidense condenado por lavado de dinero procedente del narcotráfico. Lo que sucedió después en el territorio santafesino no parece estar ajeno a aquella privatización que, además, le terminó costando mil millones de dólares al pueblo de la provincia.

Toda una síntesis de la historia argentina de los últimos cuarenta años: deuda externa, participación en privatizaciones- lavado de dinero-precarización laboral-impunidad política, nuevos negocios a través de la generación de nueva deuda externa y de las privatizaciones provinciales.

En febrero de 2003, cuando se presenta a licitación, el Banco de San Juan, tenía activos por $ 380 millones, aproximadamente 300 empleados y menos de 10 sucursales. El Banco de Santa Fe tenía activos por $ 2250 millones, 1950 empleados y 126 sucursales.

Al momento de la adjudicación el Banco de San Juan, presenta como parte de sus activos plazos fijos de la provincia de Santa Cruz por $ 25 millones cada uno. En septiembre de 2003, el B.C.R.A., cuyo presidente era A. Prat Gay, adjudica el Banco de Santa Fe al Banco de San Juan.

Los empleados del banco de decían por aquellos días, “La mojarrita se comió el tiburón”. El banco de San Juan era 7 veces menor en depósitos, préstamos, sucursales, etc. al adquirido Banco de Santa Fe.

Una propuesta: el proyecto de reestatización

El proyecto de Ley que presentamos tiene como objetivo principal contar con una entidad financiera propia en la Provincia de Santa Fe. Un Banco Público, de fomento, bajo gestión y dirección estatal. Para ello proponemos la pronta recuperación del Banco Santa Fe, entidad creada en sus inicios para tal fin, y hoy en manos del grupo Petersen.

Se propone la expropiación del 93,3% de las acciones, es decir, el total de las que hoy están en manos privadas, para la creación del Banco Público.

(Ver el proyecto en https://mercedesmeier.org/proyecto/reestatizacion-del-banco-de-santa-fe/)

Este Banco Público, de fomento, bajo gestión y dirección estatal deberá dirigir sus acciones bajo los lineamientos que se establecen en el presente proyecto: brindar una herramienta económica financiera que fomente la actividad productiva de los pequeños y medianos productores del campo y la ciudad, que brinde a la comunidad el servicio necesario para su integración, que promueva el comercio exterior de los productos elaborados en la Provincia.

Que permita al Ejecutivo provincial implementar políticas de salvataje para los afectados por inclemencias climáticas, que implemente planes de préstamos hipotecarios para construcción, remodelación, ampliación, mejoras o adquisición de vivienda única a los trabajadores en relación de dependencia y monotributistas, proyectos urbanísticos para municipios y comunas, etc. Un banco que sea el recaudador de todos los dineros de las distintas actividades gubernamentales.

Recuperemos lo nuestro

150 años después “El Banco Santa Fe es la entidad financiera más importante de la provincia de Santa Fe y cuenta con la mayor cobertura territorial, que alcanza al 96 por ciento de los habitantes del distrito. Es un banco comercial de capital nacional y de carácter regional. Junto con Banco San Juan SA, Banco de Santa Cruz SA y el Nuevo Banco de Entre Ríos S.A. conforma el Grupo Banco San Juan, que se ubica entre las 10 principales entidades del Sistema Financiero Argentino.

Al 31 de diciembre de 2023 el Banco de Santa Fe S.A. tuvo una ganancia de $94.616 millones de pesos, es decir $10.801.000 por hora, $180.000 por minuto. 

Estatales santafesinas y santafesinos de los tres poderes, en actividad o jubilados, intendencias y comunas, están obligados a trabajar con el Nuevo Banco de Santa Fe. Un riesgo mínimo para los sectores privados.

Mientras tanto la provincia busca financiamiento externo profundizando la dependencia con bancos internacionales u otros organismos que están lejos de las necesidades materiales y cotidianas de la población santafesina.

El origen y el futuro. Ni el mundo, ni la Argentina, ni la provincia de Santa Fe de 2024 tienen puntos comparables a la realidad histórica de 1874. Pero en el principio filosófico, político y económico de aquel origen del Banco Provincial está la necesidad de profundizar la democracia a favor de las grandes mayorías santafesinas.

La vigencia de la llamada ley de entidades financieras de 1977, piedra angular del poder de los bancos en la Argentina del último medio siglo, exhibe los límites de la democracia. Es competencia de esta Legislatura hacer el esfuerzo por pensar un proyecto de provincia que vaya más allá de la coyuntura.

Hagamos posible lo necesario

Una visión que, a pesar de los pesares (muchos de los cuales fueron expuestos en estos fundamentos), todavía está reflejado en techo de vidrio que tiene la casa central del banco en la esquina de San Martín y Santa Fe en la ciudad de Rosario. Una provincia productiva que se mueve alrededor del corazón que hace circular el dinero que genera su pueblo, el Banco Provincial.

La gran discusión es saber qué hace el pueblo santafesino con la riqueza que produce cada año. Quiénes se quedan con esas riquezas y qué se puede hacer con ellas. Debate político y filosófico sobre una realidad concreta, material y económica. Con un Producto Geográfico de casi 50 mil millones de dólares anuales, el estado santafesino tiene la obligación de pensar en las actuales y futuras generaciones.

La banca privada, garantizada su ganancia a través de la decisión de los gobiernos, está lejos de preocuparse por interpretar los sentimientos de la provincial.  Esa valoración supone un punto de vista y, por lo tanto, una concepción filosófica y política. El Banco debe canalizar los sentimientos de la provincia y, por lo tanto, no puede estar ajeno las necesidades de sus mayorías.

La defensa del Banco como sinónimo de defensa de la industria y el comercio de Santa Fe es una postal que debe oponerse al cierre permanente de ambas actividades en los últimos años. Es preciso poner en funcionamiento el principal insumo básico del trabajo político: valentía.

No se trata de un tema financiero, ni tampoco económico, sino fundamentalmente político y filosófico. El drama de la desigualdad en una provincia rica como es Santa Fe no puede resultar indiferente ante el crecimiento vertiginoso de la facturación y las ganancias que tiene el banco privado que explota los servicios financieros oficiales. Basta de pensar y obrar según los mandatos de los mercados. Es hora de pensar y obrar según las necesidades de una democracia que no termina de hacer pie en distintos niveles de la realidad.

Es indispensable poner en funcionamiento una banca pública en Santa Fe. Es urgente ir al encuentro del pueblo de Santa Fe para que apoye la imprescindible recuperación del BANCO PROVINCIAL DE SANTA FE.

(*)

Carlos del Frade. Diputado provincial de la prov. de Santa Fe (Frente Amplio por la Soberanía). Escritor y Periodista.

Mercedes Meier. Ing. Química. Docente UTN. Secretaria del bloque del Frente Amplio por la Soberanía (Cámara de Diputadas y Diputados Prov. de Santa Fe)

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PUERTOS SANTA FE SOBERANÍA

El gigante que no se rinde

Por Pablo Landó (*)

Con porfiada insistencia, el Puerto de Santa Fe vuelve a demostrar la potencialidad de su infraestructura y el impacto económico-social en cada uno de sus movimientos operativos. La realidad indica lo que tantas veces señalamos: “solo se necesitan decisiones políticas, gestión y “apretar el botón”. Esta vez, fue la terminal granaria que embarcó 22 mil toneladas de soja (acopiadas en los silos del puerto) de productores del centro norte provincial. Cabe recordar que también se encuentra operativa la Terminal de Contenedores que operó hasta hace un año en convenio con el puerto de La Plata.

Funcionarios provinciales destacaron “el fuerte impacto en la baja de costos del transporte (la carga se lleva hasta la terminal de ACA en San Lorenzo y de ahí al exterior), la promoción de empleo local y regional, la descongestión de camiones en rutas”. Efectivamente el uso de nuestro puerto local posibilita el desarrollo de la actividad agropecuaria de pequeños y medianos productores y, en tanto pueda reactivar la terminal de contenedores, dará impulso también, a la actividad industrial regional generando empleo. Pero debemos señalar que, en el marco de este modelo agro-minero exportador, controlado por un oligopolio extranjero de puertos privados en el sur provincial, estos movimientos de nuestro Puerto local serán esporádicos, meramente complementarios de un mega-negocio absorbido por estos actores; sea por “altísimos costos” al aumentar distancias y del dragado requerido para mantener la profundidad que demandan buques de alto calado.

Santa Fe y la Región Portuaria Fluvial Litoral

Pero sí tenemos un enorme potencial si constituimos una “Región Portuaria Fluvial del Litoral” entre las provincias que compartimos el Paraná, con nuestro Puerto como eje central para dar impulso al transporte fluvial “de la ciudad de Santa Fe aguas al norte” para que las provincias mencionadas puedan convertirse en terminales de salida de la producción de las economías regionales, enfocadas tanto en el mercado interno como en el externo. Desarrollando Industria Naval en la ciudad de Santa Fe, construyendo Astilleros de fabricación y reparación de esas 3 mil barcazas que navegan el Paraná. Abaratando costos mayores a la producción del centro norte provincial, permitiendo crecer y generar empleo, impulsar una nueva industria, y potenciar la navegabilidad de barcaza que no requiere dragado y cuidando así el preciado curso de agua natural. Hay que avanzar en esa decisión política que, probablemente, encuentre resistencia en las Bolsas de Comercio y las Cámaras de Puertos Privados.

A la vez, urge tomar definiciones que salgan de la ambigüedad del ejecutivo provincial ¿No observan contradictorio (más bien antagónico) esta dirección que jerarquiza los puertos públicos provinciales y la del gobierno nacional de avanzar en la re-privatización del río Paraná; de las actividades de dragado, mantenimiento, balizamiento y control hidrológico de las vías navegables de jurisdicción nacional, así como eliminar el Ente de Control de la Vía Navegable (ECOVINA) del que participaban (y decidían) provincias como Santa Fe? Lo mismo puede señalarse de la disolución del Consejo Federal de la Hidrovía. Las autoridades de la provincia no pueden avalar semejante retroceso en materia de federalismo y democratización de los órganos de decisión.

Para finalizar, la pregunta que me vuelve siempre a la cabeza, ¿duermen tranquilos quienes entregaron el suelo e infraestructura pública de nuestro Puerto al capital financiero privado aprobando la creación de los Entes Portuarios allá por los 90? ¿Son conscientes del daño ocasionado? Y sigo preguntándome…, ¿registran el “costo social y laboral” del modelo que instalaron en la ciudad quienes “levantaron la mano” en el Concejo aprobando el Masterplan, dándole así negocios millonarios a privados? ¿Tanto les pedía el “círculo rojo” del poder santafesino? Seguiremos insistiendo con los proyectos de ley presentados junto a Carlos Del Frade, para recuperar el control del puerto modificando la Ley N°11.011.

Sepan que no olvidamos y vamos a transformar el modelo de la ciudad. Fuimos “portuaria, industrial y ferroviaria”. Volveremos a serlo.

(* )Dirigente de Fuerza Común

Foro por la Recuperación del Paraná

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HISTORIA PUERTO SANTA FE

450 años de la ciudad puerto

Por Pablo Landó (*)

El almanaque siempre interpela a la ciudadanía a reflexionar. Casi medio milenio puede analizarse desde múltiples aspectos. Elijo uno, la ciudad-puerto. Recorrer pasado y presente como reafirmación del sendero del atraso o el progreso para la región y la felicidad de su gente. Repasar la historia encuentra firme sentido si estudiamos las claves para una urgente reparación histórica y social ante la dolorosa actualidad: recuperar la Santa Fe portuaria, ferroviaria e industrial. Rescatar ese modelo de ciudad productiva, innovadora y generadora de empleo industrial, representa en esta etapa, el único horizonte de bienestar de las mayorías que habitan esta maravillosa geografía.

¿De dónde venimos?  Brevísima historia

Santa Fe se funda en el marco de la disputa por estos territorios entre dos de las principales potencias coloniales del siglo XVI: España y Portugal.

Portugal avanzaba conquistando el sur de Brasil y España apresura el envío de nuevas expediciones al río de la Plata. Primero funda Buenos Aires, en 1536 con Pedro de Mendoza (rápidamente debieron retirarse por resistencia de originarios) y, en 1573, Juan de Garay funda Santa Fe de la Vera Cruz buscando una salida directa hacia la corona de las riquezas del Alto Perú y Asunción.

A 87 años de su fundación, el sitio elegido por Garay debió ser abandonado por subidas del río y el constante hostigamiento de originarios que defendían su territorio. Las autoridades del Cabildo decidieron trasladar la ciudad al lugar que hoy ocupa.

La vida de los habitantes de esta geografía transcurría en medio del atraso y la pobreza. La esperanza de los vecinos de la ciudad se centraba en el puerto (de escasísima actividad). Fueron años muy difíciles hasta la conversión de la ciudad, por Real Cédula, en “puerto preciso” en 1662. Es decir, que todo buque que hiciera el tráfico por el Paraná tenía que registrarse y hacer escala obligada en nuestra ciudad. Las embarcaciones de la provincia del Paraguay debían incluirnos en su itinerario, lo que incrementó el comercio local, aumentó la población y contribuyó por muchos años a su beneficio y progreso.

Tiempo después los barcos de Asunción seguirían aguas abajo, olvidándonos. Buenos Aires que los esperaba en la desembocadura desde los tiempos de Garay, absorbió el tráfico a pesar de los continuos reclamos. Las Reales Órdenes dictadas a nuestro favor no se cumplen, los barcos paraguayos preferían Buenos Aires que, por su parte, fomenta las aspiraciones de la Asunción con la tolerancia de la complicidad de funcionarios y de su comercio próspero”. (Marta Rodil. “Puerto Perdido”)

¿Qué pasaba por acá en el siglo XIX?

Esta etapa va a estar agitada por la Revolución de Mayo y la gesta independentista y Santa Fe, que durante todo el período colonial pertenecía a la gobernación de Bs.As; a partir de 1813 pasaba a adherir a las ideas federales respaldando a Artigas en la “Asamblea del año XIII”. Desde su fundación la unían a Corrientes, Entre Ríos y la Banda Oriental, fuertes lazos económicos y sociales.

La tensión fue tal que Buenos Aires invade en más de una oportunidad Santa Fe y sus tropas derrotadas con un gran protagonismo de los pueblos de Rosario, Coronda y Santa Fe. En este período, la figura de Estanislao López ocupa un lugar central. Como jefe militar condujo los combates que derrotaron las intentonas porteñas en estas tierras.

Es preciso decir que así como López siempre impulsó una posición “federal” mantenía “independencia” del programa revolucionario de la época de la “Confederación de Estados” que promovía José Artigas. Esta postura lo va a llevar (ya siendo gobernador de Santa Fe) a aceptar negociar con Buenos Aires ante una nueva invasión en 1819. Un año después, López junto a Ramírez (Entre Ríos) derrotan en Cepeda a las fuerzas “directoriales” comandadas por Rondeau obligando a renunciar a las autoridades nacionales y diluir el Congreso. Poco tiempo después, López y Ramírez firman con Buenos Aires un Tratado que rompía abiertamente con Artigas.

López tuvo un nuevo intento de rebelión en su contra y fue socorrido por Rosas, siendo ya este la figura central de poder. Celebraron un nuevo acuerdo que lo alejó para siempre de Ramírez. Estas divisiones en el bando federal y la acumulación de poder de Buenos Aires debilitaron por completo el programa más avanzado de la época que encabezaba Artigas. En simultáneo la lucha independentista se desarrollaba con Güemes en el norte, para culminar con la campaña de San Martín en Perú y el triunfo de los ejércitos bolivarianos en 1824. Sin embargo, el programa revolucionario de la “izquierda de Mayo”, que señalaba la opresión de la dependencia y el latifundio, era lentamente derrotado, cerrándose así una etapa.

A mediados de siglo, la realidad se marcaba por la centralidad del puerto de Buenos Aires y una resistencia santafesina desde una Rosario que buscaba desarrollarse. En la zona abundaban cueros, cebos, carnes saladas que solo podían comercializarse por contrabando dado el unitarismo porteño. La derrota de Rosas a manos de Urquiza contó con la adhesión de un núcleo de terratenientes poderosos (habían adquirido tierras vírgenes post independencia de 1816 y lograron mantenerlas hasta el derrocamiento de Rosas) y una incipiente burguesía rosarina.

Con el nuevo escenario, se constituyeron dos grandes bloques antagónicos de terratenientes y comerciantes que marcaron la disputa por el modelo de provincia. Se agruparon sectores progresistas (integración a los modelos avanzados de Europa y Estado Unidos) detrás de Nicasio Oroño, Patricio Cullen y José Aldao. Del lado conservador, Simón de Iriondo y Mariano Cabal los máximos referentes de la resistencia a esos cambios, aferrados a mitos coloniales, el caudillismo, y un catolicismo sin concesiones.

La ciudad capital sentía, mayoritariamente, afinidad por el bando conservador. Tanto que en los años 1867/8 acompañó una asonada encabezada por la iglesia y la aristocracia ganadera del norte contra el gobernador Oroño que había llegado con mucha fuerza en Rosario con esa naciente burguesía que crecía aceleradamente de la mano del ferrocarril, las inmigraciones e incipientes desarrollos industriales. A ese proyecto de ley de fomento de la colonización agrícola, creación de escuelas agrarias, matrimonio civil, etc. se le oponía la Santa Fe tradicional, católica y vacuna con epicentro en la ciudad capital. Dos modelos confrontaron y marcaron política, social y culturalmente (hasta nuestros días) el sur y centro norte provincial. Derrocaron a Oroño y terminaron imponiendo a De Iriondo.

A pesar de las feroces disputas, la fuerza del ferrocarril seguía empujando surcos de desarrollo (y construyendo dependencia del capital extranjero). Por esos años, el peso de los grandes terratenientes se incrementó en el período de la infame guerra de la “triple alianza” contra el Paraguay. Santa Fe proveía alimentos y soldados y ellos acumulaban fortunas y más tierras.

Los inicios del siglo XX

La ciudad de Santa Fe estuvo marcada por el impulso económico y productivo que significó la construcción del Puerto Santa Fe en 1910 (donde se encuentra actualmente). Décadas atrás, el puerto de Colastiné (1886-1929) ya mostraba su potencial generador de empleo y desarrollo en la zona. Luego, su futuro estuvo afectado por inundaciones y el impacto del traslado del centro operativo-productivo al emplazamiento actual en el centro de la ciudad.

Retomando a Rodil: “La ciudad de Santa Fe, que hasta 1911 había llevado una vida lenta, de estancamiento colonial, logra un cambio fundamental por obra de su puerto. En 1926-30 recibe 1643 ultramarinos, con un movimiento de importación-exportación de casi 7 millones de toneladas (sin contar el movimiento de cabotaje) que empleaba a 5600 trabajadores en jornadas de 8hs. diarias. A mediados y fines de la década del 40, la absorción anuladora creciente del puerto de Buenos Aires afecta sensiblemente la actividad y el empleo. En 1949 se movieron 7.900 toneladas y se emplearon 200 trabajadores”

Décadas de intensísima actividad y nuevamente el factor lesivo determinante del unitarismo porteño (hoy puede trazarse similitud con los puertos privados/extranjeros del sur santafesino). Este movimiento incesante de actividad portuaria, industrial y ferroviaria se anclaba en un proyecto de desarrollo nacional que ejecutó el primero gobierno de Perón: el último proyecto político/económico de soberanía nacional.

El rol del Estado durante este período fue central para ejercer un papel integral como regulador, productor, demandante y proveedor de financiamiento en el sector de la construcción naval y la actividad portuaria. Y comprobado años después, -dictadura y menemismo mediante-, si el Estado se retira de estas funciones, o solo las ejerce parcialmente, se pone en cuestión la posibilidad de recuperación y desarrollo de la industria misma.

Pero todos los beneficios heredados de la ISI se fueron minando con la implementación de las políticas de la dictadura primero y, luego, con el ajuste estructural ortodoxo de los 90 basado en el endeudamiento externo, las privatizaciones, la desregulación y la concentración y extranjerización de ramas claves de la industria y el comercio. El ciclo de reformas de los 90 concluyó con una profunda recesión económica y una grave crisis económica, social e institucional.

La dirigencia política nacional y provincial menemista ejecutó con entusiasmo las recetas neoliberales de privatización de empresas públicas proveedoras de bienes y servicios, desregulación de los mercados (reconfiguración del marco regulatorio), y apertura externa. La desregulación y desestatización aplicadas afectaron particularmente al sector de transporte con la privatización de las empresas navieras estatales, la derogación del régimen de reservas de carga y la cesión a manos privadas, principalmente a capitales internacionales, de la gestión de la infraestructura y terminales portuarias.

El Ente Portuario Santa Fe y su ADN menemista

La aprobación de leyes como la N°11.011 del año 1993 y la creación de los Entes Portuarios son el resultado de la política de entrega, privatización y desregulación del menemismo; con un entramado jurídico que les posibilita acaparar recursos de la población así como realizar negocios de parte de grupos privados de poder local que lo administran y, en los hechos,dirigen.

El secreto de la maniobra legal se resume en dos aspectos: 1) su composición: ellos siempre superan a representantes del Estado provincial y Municipal; 2) la figura de “ente autónomo no estatal” por la que no rinden cuentas al Estado y los ingresos por actividad quedan en el propio Ente.

Existe legislación pero también legitimación de la política y resignación. Nunca se debaten estos temas; por el contrario, gobernadores e intendentes marchan año a año a rendir cuentas a los jefes de turno de las Bolsas de Comercio de Rosario y Santa Fe.

En tiempos donde los recursos son necesarios y urgentes, en una zona como el Gran Santa Fe con 234.643 personas pobres y 54.655 indigentes; con más de 70 mil personas con problemas de empleo (INDEC. 1er.semestre 2023). Donde PYMES y pequeños y medianos productores requieren crédito, poder desarrollar la producción; con barrios enteros que necesitan más y mejores servicios públicos, con un transporte en estado crítico, etc… el poder local, ese “círculo rojo” de la ciudad, obtiene extraordinarias ganancias.

Esta situación configura, además de la señalada apropiación de recursos públicos por privados, una traba y condicionamiento de cualquier política portuaria y su respectivo impacto en la producción y el empleo local.

Los “festejos” por los 30 años del Ente Portuario

El directorio del EAPSF celebró 30 años de institucionalidad”, dice la nota de un importante diario de la ciudad el pasado 10/11/23. En las imágenes, se abrazaban quienes instalaron durante años la idea que era una “pieza de museo” inservible y lo desmantelaron, junto a actuales hacedores de mega negocios inmobiliarios y comerciales en ese suelo público. Su carácter “público” hay que destacarlo siempre como patrimonio del conjunto de santafesinas/os y para impedir intentos actuales de “transferencia de propiedad del suelo” de nuestro puerto al Directorio del Ente. La voracidad del saqueo nunca encuentra límites.

La celebración de “los 30 años del EAPSF” intenta imponer un balance social de estas políticas heredadas de los 90 y buscan ocultar el altísimo costo social que provocó a la ciudad: su desindustrialización y creciente desocupación que perdura hasta nuestros días.

El puerto es nuestra identidad y futuro

El Puerto de la ciudad de representa la llave para transformar la matriz dela ciudad, reactivar la industria local y regional y, fundamentalmente crear empleo.

Somos una generación comprometida para confrontar las ideas de sectores dominantes de la ciudad que instalaron (durante años) que “este puerto no sirve para nada”. Para esos objetivos, trabajaron sobre la opinión pública el concepto de “puerto = pieza de museo” (asentándose en el evidente abandono de obras de mantenimiento e inversiones productivas por años) y transformaron un lugar de desarrollo industrial regional, producción y empleo; en un puñado de negociados inmobiliarios y comerciales. En paralelo, se desarrollaba en el sur provincial, el modelo agro-minero-exportador y crecía exponencialmente el polo portuario-industrial (la mayoría de banderas extranjeras).

El “círculo rojo” santafesino impuso, -ante la resignación y complicidad política local-, que la ciudad debía ser “subsidiaria” de esa extraordinaria renta para su inversión en el negocio de la especulación inmobiliaria y la revalorización financiera.

Con el paso de los años fueron incorporando negociados e innovando propuestas. Así es que pasaron a denominar nuestra zona como “nodo logístico” del modelo agro-exportador dominante. Ellos disponen “moldear” la ciudad e imponérsela a autoridad políticas (de todos los niveles) como una gran “rotonda y estación de servicios” de las grandes corporaciones económicas que representan y/o se subordinan, para continuar obteniendo ganancias exorbitantes como subsidiarias del modelo.

Las nuevas autoridades provinciales ya fueron en busca de financiamiento internacional (léase endeudamiento) para obras y servicios que demandan los puertos exportadores y definieron que los 4 puertos públicos (Santa Fe, Rosario, Villa Constitución y Reconquista) deben “autofinanciarse”. De ahí surge la idea de la “transferencia” de los suelos a los Entes.

Aprender de la historia para transformar el presente. En eso trabajamos. Y soñamos con la Santa Fe de la FIAT en Sauce Viejo y centenares de empresas autopartistas; del Puerto repleto de barcazas dinamizando el comercio y la producción; de los trenes circulando la zona con carga y pasajeros y sus talleres repletos de máquinas, vagones y laburantes; el frigorífico municipal. No son postales de la nostalgia sino registros de lo que fuimos y nos arrebataron. Ese modelo de ciudad, queremos recuperar. Vamos a recuperar.

Feliz cumpleaños… querida Santa Fe.

(*) Pablo Landó. Comunicador Social. Dirigente político de Fuerza Común

 

Bibliografía consultada (y recomendada)

  • Ainsuain Oscar. “Del genocidio y robo de tierras al boom sojero”. UNR Editora. 2006
  • Rodil Marta. “Puerto Perdido”. Centro de Publicaciones UNL. 1994
  • Arturo Marcos Lozza. “Tiempo de Huelgas”. Editorial Anteo. 1985
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