En estos tiempos en que la Argentina viene siendo saqueada, desde el milenio pasado, por las empresas multinacionales de los países imperialistas, cuando algunos quieren cambiar de imperio y nos proponen cambiar de collar sin dejar de ser perro, es imprescindible la urgente derogación del decreto 949/2020 que nos deja atados al mismo collar imperialista, sin destino posible, siendo siempre el fiel perro de las multinacionales.
En estos tiempos donde la Soberanía parece una utopía, una ilusión, un anhelo que algunos patriotas militamos, en estos tiempos se está gestando un cambio.
Está creciendo el clamor por un país soberano, por eso es tiempo de que el poder en este país escuche y entienda que es necesario y urgente un cambio de rumbo para no caer en el abismo. Y ese cambio de rumbo, como ya dijimos y hoy decimos una vez más, debe venir por la recuperación de la soberanía del comercio exterior, y para recuperar la soberanía del comercio exterior es fundamental recuperar nuestros puertos y la marina mercante argentina.
La recuperación de una marina mercante nacional es urgente, y se debe comenzar por la única flota que no pudieron hundir, la flota que no pudieron cerrar, pese a que lo intentaron, como sí lo hicieron con ELMA y La Flota Fluvial del Estado Argentino. Esta flota es la que todavía está a flote: es la flota de La Dirección Nacional de Vías Navegables (compuesta por 14 dragas, 5 balizadores, 15 remolcadores, 8 chatas ganguiles y alrededor de 20 embarcaciones auxiliares, además de muelles, oficinas, galpones y demás instalaciones que usan gratuitamente Jan De Nul y EMEPA).

Por eso proclamamos, una vez más, que es urgente que se comience la recuperación de la flota mercante nacional con los buques de la flota que ya tenemos, y así recuperaríamos nuestros ríos para un dragado argentino auténtico, y continuar con la construcción de buques mercantes marítimos y fluviales para poder cumplir con la reserva de carga, en un primer momento, y luego, llevando nuestras cargas a los puertos del mundo. Los primeros beneficiarios de todo esto son el pueblo trabajador de los astilleros estatales, como el Astillero Río Santiago, y los trabajadores de la marina mercante que vienen sufriendo desde hace décadas la falta de embarques y las desmedidas exigencias estatales para conservar su título y libreta de embarco. Vienen filtrándonos para que haya cada vez menos marinos, ya que marina mercante no hay.
Hoy los recursos están, y son el cobro de peajes por parte del Estado y el nuevo peaje a cobrar de Santa Fe al norte. Esos recursos se están cobrando gracias a la lucha por la soberanía, de lo contrario los seguiría cobrando Jan de Nul como lo hizo por varias décadas. Por eso proponemos y exigimos que se designen estos recursos a la recuperación de la flota de la DNVN y a la construcción de dragas y buques para una nueva marina mercante argentina, que es también la construcción de soberanía y de un nuevo país, donde el empleo se multiplicara como así también el bienestar y felicidad de todos los argentinos de bien.
Feliciano Ramos. Capitán Fluvial Dragado. 48 años de servicio.