Por Feliciano Ramos (*)
En estos días mientras el sufrido pueblo argentino hambriento de felicidad se da una un atracón de alegría junto a la selección nacional y el valioso título de campeón mundial, la entrega del país a los extranjeros sigue firme y segura como si nunca hubiéramos salido de la maldita década del 90. Es curioso que, al igual que la película “El día de la marmota”, cuando nos levantamos a diario ratificamos que jamás salimos de los 90 y que, en manos de los políticos de turno, el país se sigue entregando. Solapadamente, en el absoluto secreto o con el titulo de progreso, de mejoras, de oportunidades, de desarrollo.
El pasado 17 de diciembre en una revista digital de Concepción del Uruguay llamada “La Ciudad” se informa que el gobernador Bordet encabezó la firma de un convenio para el dragado del Río Uruguay destacando el impulso a la producción y a las exportaciones que esto traería aparejado, además de ratificar su compromiso de llevar la profundidad a 34 pies.
Recordemos que la concesión que se firma es una renovación por 3 años más a la empresa belga Jan De Nul para el dragado de 23/25 pies (23 pies de navegación y 25 pies de profundidad) desde el kilómetro cero al 187,1.
También recordemos que este mismo dragado lo llevó acabo el Estado argentino con la draga 258-C Santa Fe, la misma que el 28 de Junio de 2016 no pudo continuar sus tareas (a 23/25 pies) porque tenía que reparar un motor que registraba problemas. Reparación que no superaba la suma de 1.800.000 pesos y en 25 días permitía continuar con los trabajos (hasta esa fecha había dragado 959.200 m3).
No valió su historia: haber hecho el dragado de emergencia a 19 pies y con el mismo presupuesto también hacer el dragado a 21 pies, o sea dos convenios (19 y 21 pies) al precio de uno solo. Así de barato es el Estado dragando sus ríos. No apareció el $1.800.000 para reparala, ni un solo peso mas para la draga 258-C Santa Fe. Los políticos de turno y el puerto de Concepción del Uruguay la dejaron abandonada sabiendo que era menos costosa. Yo como capitán la lleve al distrito río Uruguay para que por lo menos tenga la provisión de luz y agua.
Luego se realizó una licitación por 40 millones de dólares (para eso si hubo plata) que por supuesto gano Jan De Nul que ahora se renovó por 3 años más.
Esta es la técnica de privatización: cortar el presupuesto para asegurarse que las cosas no funcionen, la gente se molesta cuando ve las maquinas abandonadas y se lo usa como excusa para pasarlo a manos del capital privado. Lamentablemente no solo es privatización, con ese término que a primeras vista parece inofensivo, pero no lo es, este término al igual que el de “Hidrovia” se usó y se usa para encubrir la extranjerización y entrega del país.
En los hechos una nueva entrega, en este caso del río Uruguay, se viene concretando desde 2016 cuando la draga 258-C Santa Fe de la Dirección Nacional de Vías Navegables necesitó una reparación menor y no se la hizo. A lo que hay que sumar el recorte del presupuesto a toda la DNVN y la orden (solapada) que no se mueva un solo barco, ¡ESTO TAMBIEN ES UNA ENTREGA DEL PAIS!
Es curioso que los mismos que han sido votados por el pueblo para defender sus intereses sean los mismos en regalar y destruir el patrimonio nacional. Es bueno reflexionarlo para el próximo año electoral.
Con este discurso se está entregando la soberanía en todo el territorio. Como el caso de los diputados nacionales que votaron la expropiación de forma gratuita (a costa de todos los argentinos) del predio de la Dirección Nacional de Vías Navegables sito en la ciudad de Paraná con la excusa de que la ciudad “aproveche los terrenos en desuso”. Otra vez los mismos argumentos. Siendo que es de público conocimiento (lo dijo el propio intendente) que esas tierras serán entregadas a una importante empresa inmobiliaria que recibirá ¿gratis? un predio privilegiado (que albergaba cerca de 2000 operarios) para llevar adelante sus construcciones VIP solo para ricos. Tal vez alguna placita para la gilada.
Todo esto constituye una entrega de la soberanía y más cuando por el río Uruguay no navega ni un solo buque mercante argentino, salvo algún arenero que no le alcanza para decir que constituya una navegación mercante nacional y mucho menos de ultramar, pero eso no preocupa ni ocupa a nuestros gobernantes, solo la “privatización”, que en realidad es extranjerización y entrega pero…¿por qué entregamos nuestra soberanía y para quien la entregamos?
(*) Feliciano Ramos, Capitán Fluvial Dragador. 48 años de servicio.
Una respuesta en “Río Uruguay, sigue la entrega…”
DESDE EL COMIENZO DE CARLOS MENEM FUE LAS DESTRUCCION DE CPVN ACOMPAÑADA TRISTEMENTE X FUNCIONARIOS POLITICOS Y CON MUCHO DOLOR COMAPAÑEROS NUESTROS,A ESTA ALTURA LO VEO MUY DIFICIL DE REFORMAR NUESTRA QUERIDA REPARTICION SOLO DIOS HACE MILAGROS