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RIO PARANÁ SOBERANÍA

El dragado y el balizamiento del río Paraná en manos argentinas, más que una necesidad, una urgencia

Por Facundo Retamoza (*)

Una decisión soberana, más económica, ambientalmente sustentable y técnicamente posible

Atravesamos horas determinantes para el futuro de nuestro país y el desafío es estar a la altura de los debates que instala un gobierno que no titubea en involucrarnos en un nuevo escenario de guerra mundial, aliado a potencias como Estados Unidos, Inglaterra o Israel. Hay que estar claros: quien controle el río Paraná controla la salida al océano del 40% de la proteína que consume el mundo. Por eso nuestra histórica posición neutral frente a las guerras imperialistas es clave, pero debe ser abordada de manera integral. Ejercer soberanía sobre el dragado y balizamiento es FUNDAMENTAL para mantener nuestra autonomía frente a cualquier conflicto internacional.

Entonces ¿por qué entregar el control de nuestro Paraná a la empresa belga Jan De Nul, ubicada exactamente a 11.242 km del principal complejo agro exportador de nuestro país, cuando tenemos todo el equipamiento y la infraestructura para hacerlo nosotros mismos a 168 km? ¿Por qué ocultar la existencia y capacidad de la Dirección de Vías Navegables Paraná Medio (Paraná, Entre Ríos) y Paraná Superior (Corrientes capital)? ¿Por qué entregarle la administración de nuestra principal vía comercial a una empresa denunciada por coimas, fraudes, que además apunta a profundizar el calado a pedido de las cerealeras exportadoras, con importantes consecuencias ambientales?

Ratificar a Jan De Nul es sin lugar a dudas una condición impuesta por la OTAN y aceptada gratuitamente por el gobierno nacional que reafirma su carácter cipayo y colonial, pero que traerá grandes costos para el pueblo argentino (1).   

No se puede ocultar lo que está a la vista de todos

En el año 2018 visité la Delegación Paraná Medio de la Dirección de Vías Navegables,  organismo que durante décadas se encargó del dragado, balizamiento y estudio de la cuenca del río más importante de nuestro país. Sus inmensas instalaciones ubicadas en calle Liniers 395 de la capital entrerriana son,  a simple vista, el reflejo de la grandeza que tuvo nuestra nación al hacerse cargo del control, administración y planificación de la principal vía comercial de la Argentina, así como de los ecosistemas y poblaciones ribereñas que la habitan.

Bibliotecas, galpón de reparaciones, astillero, muelles, draga, remolcadores, grúas, mulas, hasta una escuela secundaria técnica con orientación en construcción  naval. Todo eso existe y se puede ver en el puerto de la ciudad de Paraná. Si no les importa a quienes pretenden entregar el río Paraná a empresas extranjeras, nos tiene que importar a nosotros.

Dos años atrás mi visita tenía que ver con la resistencia al cierre de la delegación bajo la excusa de vender los terrenos en “desuso” para emprendimientos inmobiliarios. Anhelo de quienes por acción u omisión aportan al objetivo de enterrar cualquier posibilidad de control soberano sobre nuestro río y sus estratégicas vías navegables.  Hoy la situación es peor porque la voracidad con la que apuntan a reprivatizar el dragado y el balizamiento del río Paraná por treinta años (con opción a treinta años más, que sumarían sesenta años), es directamente proporcional al desguace y venta de todos los bienes del Estado.

Conocer para defender

Afirma Feliciano Ramos, Capitán Fluvial, trabajador de la Dirección de Vías Navegables:

“Así como nos ocultaron por 3 décadas que nos robaron el comercio exterior las terminales portuarias extranjeras y que hoy siguen en manos extranjeras, también el Estado argentino nos oculta la flota de dragas, remolcadores, balizadores, lanchas hidrográficas y demás buques y artefactos navales auxiliares que tiene la Dirección Nacional de Vías Navegables. Podrán decir que son dragas antiguas pero le sirvieron a la empresa belga Jan de Nul por más de 30 años, por lo tanto si les sirven a ellos mucho más nos serán útiles a nosotros que son nuestras, son argentinas”. (2) 

Nos sobra capacidad científica, técnica, recursos humanos, infraestructura y embarcaciones para ejercer soberanamente el control, la administración y la planificación sobre nuestro río Paraná.

Como dice Mario Agrafolio, capitán fluvial, miembro de la Dirección de Vías Navegables entrerriana: “Contamos con embarcaciones que están para volver a operar. Los remolcadores 283 y 286 y las mulas (remolcadores más pequeños) 278 y 290 que son muy buenos, también, para hacer balizamiento. Todas son embarcaciones que sirven y con pequeñas reparaciones podrían estar haciendo el trabajo que por ejemplo acá en Bajada Grande le entregaron a la Jan De Nul”.  

A lo que hay que agregar la draga 402 C Entre Ríos que flota en el muelle esperando hace siete  años que el Estado le asigne operaciones.

Pero  no se puede defender lo que no se conoce y menos hacerle frente a semejante entrega si no sabemos con qué armas contamos. Por eso este pequeño repaso busca que abracemos nuestra flota, a nuestros profesionales y nuestras instalaciones. Que todos los que estamos cerca de la Dirección de Vías Navegables de Paraná o de Corrientes vayamos a visitarlas y las llenemos de banderas argentinas para visibilizarlas. Que hagamos el ejercicio de enfrentar la desidia con solidaridad, que al fin de cuentas es defender la patria que habitamos.

Como un 20 de noviembre de 1845 frente al embate extranjero por apropiarse de nuestras aguas, tal vez no ganemos esta batalla, pero estemos dando los primeros pasos para ganar la guerra. Necesitamos volver a enamorar a nuestro pueblo de lo que alguna vez fuimos para construir un futuro con dignidad. Abrazar lo que aún queda en pie de nuestra gloriosa historia es el primer paso.

(*) Integrante del Foro por la Recuperación del Paraná

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