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SOBERANÍA YPF

El fallo de YPF y la Soberanía Nacional

Por Augusto Vidoret (*)

La reciente decisión de la jueza Loretta Preska, que condena a la Argentina a pagar USD 16.099 millones a fondos buitres por el caso YPF, no juzga la expropiación realizada en 2012. Lo que se juzga es el incumplimiento de una cláusula empresarial asumida por el Estado argentino en 1993, cuando privatizó la petrolera y aceptó someterse a las leyes y tribunales de Nueva York.

Ese fallo, aparentemente técnico, es en realidad un caso emblemático de cómo los pactos de entrega de soberanía del neoliberalismo pueden transformarse, décadas después, en verdaderas condenas económicas contra el interés nacional.

En 1993, durante el gobierno de Carlos Menem, se privatizó YPF y se pactó que cualquier accionista que tomara el control debía lanzar una Oferta Pública de Adquisición (OPA) por el resto de las acciones. Además, se aceptó que cualquier disputa legal se resolvería bajo ley del Estado de Nueva York. Estos compromisos, asumidos  voluntariamente por el Estado, son los que hoy permiten que una jueza extranjera imponga un fallo contra el país.

¿Quién es el fondo buitre Burford Capital y qué vínculos tiene con el actual gobierno?

Burford Capital es un fondo de inversión con sede en Londres y operaciones en Estados Unidos, especializado en la compra de derechos litigiosos. Su negocio consiste en adquirir demandas de
empresas quebradas o en crisis para luego litigar contra Estados, buscando compensaciones millonarias.

Fue quien compró en 2015 los derechos del Grupo Petersen en la quiebra, por una fracción del valor que hoy reclama judicialmente. Desde entonces, ha financiado múltiples litigios contra la Argentina, incluyendo el caso YPF.

Burford Capital tiene un lobby jurídico y financiero muy activo. Algunos analistas y periodistas han señalado vínculos indirectos con figuras del actual gobierno argentino, como Luis Caputo (ex ministro de Finanzas de Macri y actual funcionario de Milei), por su paso por fondos de inversión y contactos con operadores internacionales. Aunque no hay evidencia directa de una relación contractual, sí existe una afinidad ideológica y estratégica en la apertura irrestricta al mercado financiero global.

En ese contexto, es importante preguntarse qué rol juega la política económica actual ante fallos que benefician a fondos como Burford: ¿los enfrenta o los habilita?

En 2012, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner expropió el 51 % de YPF en manos de Repsol, en una decisión soberana avalada por ley del Congreso. Sin embargo, no se cumplió con la OPA, por razones de oportunidad política, falta de fondos y prioridad estratégica en recuperar la soberanía energética. El fondo buitre Burford Capital compró los derechos de litigio del Grupo Petersen y demandó a la Argentina en Nueva York por no haber lanzado la OPA.

La jueza Preska consideró que no se juzgaba la expropiación, sino el
incumplimiento contractual. Y por ello condenó al país a pagar una suma que no representa la participación original de Petersen, sino lo que el Estado habría debido pagar si hubiera lanzado la OPA por el resto de las acciones.

Este fallo, legalmente posible por los compromisos firmados en los 90,
muestra cómo la soberanía nacional sigue condicionada por decisiones del pasado. La necesidad de revisar el marco legal heredado y proteger jurídicamente a nuestras empresas estratégicas no puede seguir postergándose.

Brindamos este informe a las organizaciones políticas comprometidas con la soberanía, para aportar herramientas jurídicas y claridad frente a un fallo que, aunque revestido de legalidad comercial, es profundamente adverso al interés nacional.

¿Por qué el Estado argentino no derogó formalmente los estatutos de YPF de los años 90?

Durante el proceso de expropiación en 2012, el Estado argentino cuestionó abiertamente el marco legal heredado de la privatización. Tanto en el mensaje del Poder Ejecutivo al Congreso como en los debates legislativos, se criticó ese entramado normativo por haber facilitado el vaciamiento de la empresa, su control extranjero y la subordinación jurídica a tribunales foráneos.

Sin embargo, esos estatutos -incluyendo la obligación de someter disputas a la ley del Estado de Nueva York- no fueron derogados. Tampoco se retiró a YPF de la cotización bursátil internacional.

La Ley 26.741, que declaró de utilidad pública el 51 % de YPF, fue un acto soberano importante. Sin embargo, no se dio en el marco de un conjunto de leyes revolucionarias que pusiera fin al entramado normativo de dependencia económica y política. Por el contrario, fue
una reforma puntual y coyuntural, que otorgó beneficios específicos dentro de una red normativa -nacional e internacional- regida por la lógica de entrega de recursos y subordinación financiera.

En ese marco, una derogación abrupta del estatuto y del sometimiento a tribunales extranjeros podía haber generado:

  • Demandas por default contractual,
  • Sanciones económicas,
  • Embargos de activos estatales en el exterior,
  • Y una profundización del aislamiento financiero argentino.

Frente a ese riesgo, el gobierno optó por avanzar dentro de los márgenes legales disponibles, priorizando la recuperación del control accionario sin abrir, al mismo tiempo, un frente de conflicto jurídico multilateral.

En síntesis: el Estado argentino impugnó políticamente el marco privatizador, pero no lo desmanteló legalmente. Esta tensión -entre la decisión política soberana y la continuidad jurídica del orden neoliberal- explica en parte las condiciones que permitieron el avance judicial del capital financiero internacional sobre una decisión del Estado nacional.

 

(*) Dr. Augusto Vidoret. Abogado. Matrícula L – XLV F – 362 – Colegio de Abogados de Rosario

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HISTORIA

El peón heroico

Por Carlos del Frade (*)

Se cumplen 211 años del combate de San Lorenzo. Fueron catorce minutos en los que murieron cuarenta personas. Entre ellas el mulato y esclavo Juan Bautista Cabral. Síntesis de la lucha por las emancipaciones nacionales y sociales, aquella muchachada daba inicio al primer ejército popular latinoamericano en operaciones que sería el comandado por el también correntino José de San Martín. En estos tiempos de saqueo y dependencia es fundamental tomar contacto con nuestras raíces para sentir que la Argentina es mucho más que el negocio de unos pocos. Esta crónica forma parte de nuestro libro “Cabral y Rivero, peones heroicos”. Gracias.

-Déjenme, compañeros. ¿Qué importa la vida de Cabral?. Vayan ustedes a pelear que somos pocos – fue la frase que dijo Juan Bautista Cabral, según entiende el fraile Herminio Gaitán del convento San Carlos de San Lorenzo en su investigación sobre el combate.

Dos horas después, según el sacerdote historiador, en el refrectorio del monasterio – utilizado en ese momento como banco de sangre y sala de primeros auxilios- repitió la frase antes de morir.

Para el investigador Norberto Galasso, en su imprescindible “Seamos libres. Vida de San Martín”, en cualquier caso, “lo más probable es que en el soldado correntino, en situación de muerte, haya brotado espontáneamente su lengua originaria por encima de la educación, prejuicios y modales y entonces haya dicho: Avyáamanó ramo yepé, ñajhundijheguereumípytaguá, expresión guaranítica de la frase que pasaría a la historia. Así lo sostiene criteriosamente Fray Herminio Gaitán: “palabras dichas en guaraní”. También razonablemente, Gaitán sostiene que “San Martín las escucha y las traduce, luego, al español, cuando las incorpora al parte de batalla, pues es tan natural que San Martín no dominase el idioma inglés, como que entendiese el guaraní”, sostiene el historiador.

Y agrega en tono de reflexión: “Alguien probablemente, reste importancia a estas últimas circunstancias –Cabral, hablando guaraní y San Martín, entendiéndolo- pero, sin embargo, son reveladoras de la óptica con que se ha escrito nuestra historia, óptica europeizante y denigratoria de lo nativo, a la cual disgusta que sean dos correntinos, expresándose en el viejo idioma nativo, quienes protagonicen un episodio épico y prefiere, por tanto, limarle esas aristas pues, por supuesto, la Argentina la hicieron los rubios de ojos azules, directores de las empresas ferroviarias, frigoríficos, compañías de seguro, etcétera”, sostiene Galasso.

Según su estudio, Cabral sería hijo natural de don José Jacinto Cabral y Soto y de la morena Carmen Robledo que luego se casó con el también moreno Francisco que lleva el apellido Cabral, por ser también servidor de esa antigua familia.

Tal vez por esta razón otras fuentes lo dan como hijo de los dos esclavos, Carmen y Francisco, pues su nacimiento es anterior a la ley de libertad de vientres y de raza negra.

Hay una carta de don Luis Cabral, su amo, del 4 de diciembre de 1812, donde se refiere “a la situación de nuestro negro Juan Bautista…que en su carta me pide le escriba a San Martín para que lo baje a la infantería porque en la caballería corre peligro” (los negros integraban habitualmente la infantería pues no se caracterizaban por ser buenos jinetes, por lo cual el pedido tiene fundamento), apunta Galasso.

Añade que no contrajo matrimonio y en su condición de esclavo desempeñaba funciones de peón. “Suponemos que se integró al cuerpo de granaderos al fundarse éste –es decir, pocos meses antes del combate- y que desde Buenos Aires le pidió al amo que intercediera ante San Martín, como surge del fragmento de carta que reproducimos. A los veinte años declaraba, por único patrimonio, un caballo rosillo con la marca de don Luis Cabral y una sortija de oro en poder de doña Tomasa”.

Finalmente, Cabral no era sargento.

-Informo que el granadero Juan Bautista Cabral…– decía el parte de guerra de San Martín.

“Era simplemente un granadero sin rango”, escribió el sacerdote Gaitán.

-Al soldado Juan Bautista Cabral. Murió en la acción de San Lorenzo, el 3 de febrero de 1813 – decía una placa que mandó colocar el propio San Martín sobre la puerta del cuartel de Retiro en un tablero de forma oval.

“También estas apreciaciones acerca de Cabral pueden ser tachadas de baladíes. Sin embargo, importan, no sólo para demostrar los débiles cimientos en que reposa la historia oficial, sino también para que se las recuerde en las escuelas, especialmente en aquellas adonde concurren niños pertenecientes a la clase media liberal que escuchan habitualmente, en sus familias, los peores epítetos sobre “los negros”, “los correntinos”, “los peones”, “los paraguas”, pues entonces aprenderían que es muy común en nuestra historia que esos “negros”, “esclavos” que “hablan guaraní” y se asemejan más a los paraguayos o a los bolivianos que a la gente blanca de Buenos Aires, son los que acompañaron y dieron su vida por San Martín para que algún día tuviésemos patria”, concluye Norberto Galasso con justicia y contundencia.

 

(*) Carlos del Frade. Periodista. Diputado Provincial Frente Amplio por la Soberanía.

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AGUA SOBERANÍA

🔵 JOSÉ AINSUAIN en INFO▶SOBERANA #41

“Agua – La disputa por su control pone en riesgo un derecho soberano”

🎙 Ciclo de entrevistas. Con la conducción de Marina Cerquetti.

🗣 Conversamos con José Ainsuain, Trabajador de Aguas Santafesinas, participa en la “Cátedra de salud y medio ambiente” en la facultad de Ciencias Médicas e Integrante de la lista Azul y blanca del Gremio de Obras Sanitarias

➡ Conversamos sobre el agua, su escasez, la disputa por ella y la mercantilización de este derecho indispensable para la vida. Y pensamos caminos posibles para su protección desde una perspectiva Soberana.

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