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Argentina en venta: Las hidroeléctricas… ¡Afuera!

Por Mercedes Meier (*)

En el boletín oficial del 19 de Agosto de 2024, estrenando la Ley Bases se publica la Concesión y venta del paquete accionario de cuatro empresas hidroeléctricas del sur.

Se trata de los complejos hidroeléctricos Cerros Colorados, El Chocón-Arroyito, Alicurá y Piedra del Águila, todas ubicadas en la provincia de Neuquén.

Estas represas fueron privatizadas en el año 1993 por 30 años. El año pasado, vencido el contrato pasaron a ser propiedad de ENARSA y NASA, y concesionado su funcionamiento y explotación.

La norma establece que las empresas ENARSA y NASA* deberán transferirle a la Secretaría de Energía las acciones de las empresas a privatizar dentro de los próximos seis meses para formalizar el proceso.

*ENARSA (Energía Argentina Sociedad Anónima) y NASA (Nucleoeléctrica argentina Sociedad Anónima) son las dos empresas del Estado que tienen hoy la posesión del paquete accionario (98% ENARSA, 2% NASA).

Desde aquellos años 90 donde se anunciaba que “nada de lo que deba ser estatal pasará a manos del Estado”, hasta este Gobierno que retoma la política de entrega total de nuestros recursos, el energético es uno de los sectores más codiciados para su venta.

En este contexto en el que los comodities que le dan dólares a la Argentina como la soja están con precios muy bajos, y los préstamos internacionales que no llegan, el remate del patrimonio nacional es una de las salidas que encuentra este gobierno para lograr algún dolarito.

Pero no se trata sólo de una cuestión económica: es un paso más en el avance de su modelo cipayo.

Qué es una hidroeléctrica

 “La energía no se crea ni se destruye, se transforma”, dice el primer Principio de la termodinámica. La energía que acumula agua almacenada en altura es muy grande. Al dejarla caer sobre una “máquina” –turbina-  que pueda transformar esa energía del agua -en movimiento por su caída- en energía eléctrica, se habrá transformado la energía mecánica del agua en electricidad. Así funciona una hidroeléctrica.

Cómo es una energía que no emite gases de efecto invernadero se denomina “energía renovable”. Se trata de una energía barata, es decir, una vez hecha la inversión de instalación, tiene bajos costos de funcionamiento ya que prescinde de combustibles.

Otros artículos harán falta para explicar por qué teniendo tanta energía barata a disposición, e incluso los combustibles fósiles para la generación térmica en nuestros suelos, es tan cara la tarifa eléctrica que pagamos.  Pero para resumir en una oración la esencia de ese fenómeno, podemos decir que la privatización, concentración y extranjerización de los recursos hacen posible tan injusta realidad.

La maravillosa geografía Argentina hace que en muchos puntos del país sea posible la instalación de estas centrales, aunque no sin discusión mediante: La construcción de una represa modifica el ambiente, e influye a toda una región.

Desde nuestro punto de vista esta discusión siempre se debe dar y abordar de manera integral, ubicando la necesidad de resolver las carencias básicas de los pueblos como objetivo y ejerciendo soberanía sobre qué, cómo y cuándo producir.

Qué es lo que está entregando Milei

En las últimas décadas han tomado un rol protagónico en nuestra matriz de generación eléctrica la generada por centrales hidroeléctricas, tanto que llega a ocupar un 30% de ella.

Gráfico de CAMMESA

La central de Yaciretá (Corrientes), con una potencia instalada de 2750 MW es la más grande. Ésta es binacional, ya que se encuentra instalada en un salto del Río Paraná en la frontera con Paraguay.  

Luego le siguen las protagonistas en el boletín oficial del lunes: la central de Piedra del Águila con 1400 MW de potencia instalada. El resto, Alicura (1050 MW), Cerros Colorados (472 MW) y El Chocón-Arroyito (127 MW) son parte de las centrales más importantes del país y responsables de que las “Hidro>50MW” tengan una importancia tal en la matriz energética que alcanza el segundo lugar en la generación.

Información de la Secretaría de Energía de la Nación

Hasta ahora nacional, pero concesionadas.

Durante los 180 días que demore el llamado a licitación, las centrales seguirán concesionadas por quienes ya lo vienen haciendo.

Vale mencionar, por el tamaño de la represa, a la actual Concesionaria del complejo de Piedra del Águila, que es CENTRAL PUERTO SOCIEDAD ANÓNIMA. Empresa conocida en nuestra región porque es la dueña de CENTRAL PUERTO SAN LORENZO – que provee el vapor a Terminal 6-, pero además se trata del grupo económico de generación de energía más grande de la Argentina.

Central Puerto SA, genera casi el 17% de la energía eléctrica de Argentina, superando a Pampa Energía, que hasta hace poco tiempo llevaba la delantera. El grupo económico de esta Sociedad Anónima está relacionado con Nicolás Caputo, el “hermano de la vida” del ex presidente Macri.

El avance del grupo Rocca

En el mismo Boletín oficial del 19 de agosto se publica otro decreto (740/2024) de Javier Milei: Un hombre del grupo Rocca queda al mando de las cuencas del Comahue. Se trata de Horacio Deleonardis que es nombrado Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas que administra los cauces de los ríos Limay, Neuquén y Negro.

El manejo de la cuenca es clave en el negocio de la hidroeléctricas porque define los caudales de agua de los ríos. Y de ese caudal depende la cantidad de energía posible de producir por las hidroeléctricas.

Con este nuevo funcionario el grupo Rocca, rey del negocio Siderúrgico-petrolero, asienta su poder en el sector energético, ya que se suma a Horacio Marín –otro de sus discípulos- que dirige YPF y a Julio Cordero, Secretario de Trabajo de la Nación. 

¿Qué está en juego?

No parece ser esto una débil casualidad. Ya Paolo Rocca advirtió la necesidad de controlar la energía en este mundo donde las disputas interimperialistas se dan con guerras:  

China ve la transición energética como una oportunidad extraordinaria para reducir su dependencia de los combustibles fósiles, que necesariamente se importan a través de rutas marítimas expuestas a sanciones o que son vulnerables en caso de conflictos armados”, dijo Paolo Rocca hace unos días en un Congreso siderúrgico en San Pablo.

En el mismo reconoce que la potencia asiática consolidó en los últimos años una fuerte presencia en todos los segmentos de ese negocio: desde el refinado de litio hasta la fabricación de paneles solares, baterías y molinos eólicos y advierte esto como un riesgo. Esta es una disputa que se suma a la del acero (la capacidad de producción de acero de China aumentó 690% desde el año 2000).

Vale recordar que está en pausa la construcción de dos centrales hidroeléctricas en la Provincia de Santa Cruz financiadas por China. 

El gobierno nacional alineó a la Argentina con la OTAN, y esa decisión preside la política nacional. El terreno energético lejos de ser la excepción, es un lugar clave; y la venta de los recursos estratégicos va más allá que una medida económica: la posesión de la energía es un arma en este contexto.

Los trabajadores y trabajadoras marcan el camino

“La Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza, conjuntamente con el Sindicato Regional de Luz y Fuerza y el Sindicato de Luz y Fuerza de la Zona del Paraná; con ámbito de representación en la empresa Nucleoeléctrica Argentina S.A., nos dirigimos a la opinión pública y a nuestros compañeros trabajadores para expresar nuestra profunda preocupación y rechazo ante los intentos de privatización de las centrales nucleares en Argentina.”

Así inicia el comunicado que difunden desde las centrales de Atucha las y los trabajadores que reclaman salarios dignos, al mismo tiempo que ponen en discusión el negro futuro que promete el gobierno con las privatizaciones nombradas en la Ley de Bases.

Empezaron con las hidroeléctricas, pero van por más.

La lucha para pararle la mano a este Gobierno y recuperar la soberanía nacional toma diferentes formas en cada rincón. La conciencia de lo que eso significa para la planificación del país y -por ende- para el destino de los puestos de trabajo, para el desarrollo de la ciencia y la tecnología, viene creciendo en toda la Argentina.

Recuperar lo nuestro. Conocer para amar, amar para defender. Hablar, escuchar, unir. Buscar, ingeniar, imaginar el cómo. Es el único camino para terminar con la injusta realidad de tener que decidir si ir a la verdulería o pagar la luz.

 

(*) Ing. Química, Docente UTN. Secr. Del bloque del Frente Amplio por la Soberanía (Cámara de Diputados y Diputadas Prov. Santa Fe). Presidenta del Partido del Trabajo y del Pueblo de Santa Fe

 

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ENERGÍA SOBERANÍA ENERGÉTICA

Cortaste toda la luz: Una historia de cortocircuitos, déficit y Caputo’s

En la noche del jueves 7 de marzo se dio un corte de energía que afectó al centro-norte de la provincia de Santa Fe y la ciudad de Paraná. Este hecho nos sirve de excusa para hablar sobre la situación del sector energético argentino. Vamos a hablar de ajuste, de energía y de cómo Caputo está de un lado, del otro, arriba, abajo y al costado del mostrador.

Fuente: www.logicadelpueblo.com.ar

Estimadxs, la nota es extensa, por eso voy a resumir la introducción para que quien quiera pueda obviarlo o usarlo de consulta y seguir con “cortocircuitos”: La energía se produce, se transporta y se distribuye en los hogares y fábricas. Pero no se pagan entre empresas, sino que el dinero que se le cobra a los usuarios va a una empresa que se llama CAMMESA y es esta la que le paga a las empresas que producen y transportan la energía a un precio plano: 500 dólares por GW/h.

A su vez, el Estado le da a CAMMESA dinero del Tesoro Nacional para cubrir subsidios, es decir esa parte del costo de la energía que los usuarios no pagamos, pero si cobran las empresas productoras y transportista de energía. Caputto ordenó no girar ese dinero a CAMMESA.

La Argentina esta electrificada

El sector energético es necesario entenderlo en partes: generación (ej Atucha), transporte (líneas de alta tensión) y distribución (ej EPE). El Mercado Eléctrico Mayorista de Argentina tiene una capacidad instalada para producir 42.927 MW, provenientes de cerca de 400 centrales de diferentes fuentes (térmica, hidráulica, nuclear y renovables) distribuidas a lo largo y ancho del país. Llega a nuestros hogares mediante 36.656 km de líneas de cables por toda la Argentina, salvo Tierra del Fuego, lo que se conoce como Sistema Argentino de Interconexión (SADI).

Pero para que llegue a los hogares no es que la EPE va a Atucha y le compra energía, sino que existe CAMMESA. Una empresa privada con propósito público hija de la desregulación del menemismo, compuesta por un 80% de privados (asociaciones de empresas de generación, trasmisión, distribución y grandes usuarios) y 20% del Estado Nacional. Es CAMMESA quien controla el SADI y la intermediaria entre recibe el dinero que las empresas de las empresas de generación, de transporte y de distribución de energía.

Las empresas distribuidoras cobran el servicio a los usuarios y pagan a CAMMESA el costo de la energía; CAMMESA les paga a las empresas de generación y de transporte un costo promedio de 500 dólares por megavatitos-hora. Es decir, que impone un precio plano de la energía, más allá de que cada planta generadora tiene un costo específico.

Entonces, la energía tiene un camino lineal: producción> transporte> distribución a usuarios. Pero el camino del dinero que se cobra se sucede de la siguiente manera: las empresas de distribución cobran a usuarios > CAMMESA >empresas productoras y de transporte.

Ahora bien, el Estado implementa subsidios al sistema eléctrico. A esto lo hace restándole un porcentaje a la factura que pagan los usuarios. Es decir, que lo que se cobra a los usuarios por su energía es menos que lo que cuesta producirla. Esta diferencia -entre lo que se cobra a los usuarios y lo que realmente cuesta- es financiado por el Tesoro Nacional.

Cortocircuitos

“Toto” Caputo decidió que, para llegar al superávit fiscal de 413 mil millones, se dejen de girar 11 mil millones del Tesoro Nacional a CAMMESA que permitían el pago de subsidios. Sólo permitió el envio del 80% del dinero correspondiente a diciembre ($396.825 millones) y nada de enero y febrero; lo que sumado a las demoras de los pagos recibidos por las distribuidoras, y a la devaluación del peso; deja a CAMMESA en una situación compleja para el pago a las generadoras y transportadoras de energía.

Tanto generadoras como transportadoras reciben el 100% de sus ingresos de CAMMESA. Entre las transportadoras, se identifican las de alta tensión que llevan desde la generación a las regiones (500 Kv); y la distribución troncal en las regiones. En las primeras, el 100% es gestionado por Transener, que es una compuesta en partes iguales entre Pampa energía (Marcelo Mindlin) y el Estado Nacional. La empresa tuvo problemas para pagar sueldos de marzo y dice que peligra el funcionamiento en abril; es en sus líneas que ocurrió el problema que generó el apagón del jueves.

Las líneas de distribución troncal tienen una controladora por región: Transba (Buenos Aires y AMBA) de Transener -Marcelo Mindlin-; Transnoa (NOA) controlada por sectores Luz y Fuerza asociados al Grupo Tasselli; Transnea (NEA), Transcomahue (Comahue) -gobierno de Río Negro-; Distrocuyo (Cuyo); Transpa (Patagonia), Yacylec(yacireta), Litsa (Litoral) de CECSA. Y las de distribución es diverso en cada provincia o ciudad.

Saca la mano de ahí, carajo: El clan Caputo


Nicolás Caputo es el amigo del alma de Mauricio Macri, con el que -al igual que Carlos Miguens- fueron al Newman. Ahora bien, hace un año se anunció el retiro de Nicolas Caputo de la industria energética. Algo que no sucedió e incluso parece haberse potenciado su presencia en el sector, tanto por las empresas que controla como los vínculos políticos que teje en el gobierno de Milei. La empresa en la que hace pie es Sadesa, junto con Carlos Miguens Bemberg, ex director del holding de Quilmes -quinsa-, y actual director de Holding Miguens Bemberg y la minera Patagonia Gold; Eduardo Escasany, del grupo Galicia; Jorge Bledel del Banco Francés; y Guillermo Reca.

Este grupo controla la principal distribuidora de energía -Edesur-; y plantas de generación de energía con una potencia instalada por 9.922,8 MW, lo que corresponde al 23,1% de la instalada en el país. A lo que hay que sumarle a diferentes productoras, distribuidoras y operarias de gas natural desde ecogas.

La llegada de Milei hizo desembarcar en la rosada a Luis “toto” Caputo -primo de Nicolas- como ministro de economía; y a un conocido del ambiente energético -por ser parte de las privatizaciones menemistas-, Eduardo Rodríguez Chirillo como secretario de energía. Estos actores potencian las posiciones políticas de Nicolas Caputo dentro del mercado energético. Es así que puso un director de su riñón – Alberto Peña- en la dirección de la represa binacional de Argentina: Yacyretá. Un importante puesto, dado que cuenta con una capacidad instalada de 3200 MW. A lo que hay que sumarle los rumores de que Macri y Nicolas Caputto lidian por la entrada de un secretario de energía propio: Javier Iguacel, quien fue ministro de Energía -degradado a secretario- durante el gobierno de Macri.

Hay un proyecto (?)

El gobierno echó a todo el directorio y desfinanció CAMMESA, lo que genera un estado de crisis entre las generadoras. Esto parece ser el comienzo de un cambio de paradigma en el sistema energético nacional. Hay muchos proyectos barajados, pero parece que el que prima es que CAMMESA deje de ser intermediaria entre empresas de generación, trasmisión, distribución y permita la “autogestión” del sistema.

La autogestión permitiría que la relación sea entre las empresas de diferentes eslabones de la cadena. También promovería la liberación de precios, es decir que no existiría más el precio promedio impuesto hasta hoy de 500 dólares y cada empresa podría imponer el propio. Esto admitiría un encadenamiento intrafirma y precios oligopólicos. Es decir, Caputto al tener el 23,1% de la producción y la principal empresa de distribución, encontraría una posición dominante y podría fijar precios a los demás actores.

Este sistema cambiaría de uno con precio estable para usuarios y de ayudas al consumo mediante el control del Estado; a uno que podría variar según la producción, la temporada, la región y la demanda.

Este sistema es utilizado en países europeos donde se dan situaciones donde se utilizan lavarropas sólo de noche porque el precio de la energía es menor. El proyecto de los Caputo´s rompería la posibilidad de planificación e incentivo a industrias y hogares.
Cabe preguntarse cuál sería un mejor sistema energético para un país con las extensiones, la diversidad y la dependencia que tiene la Argentina; y si entra en esta dicotomía o es necesario superarla. También si vamos a volver a insistir con proyectos de privatización y concentración de los servicios, como sucedió con el sistema ferroviario, que derivó en un desguase y en tres años se llevó la vida de 66 personas sólo en la línea Sarmiento; además de que desfederalizó el servicio. Por último, cabe preguntarse si en un país con tantas necesidades, en un mundo en guerra, vamos a entregar el control de nuestra energía al capital financiero internacional, que es lo que representa el grupo Caputo y cia.

Posdata: ¿Qué pasa con el gas?

Paolo Rocca, Mindlin y Eurnekián son pesos pesados en el mercado del gas natural, el cual también esta controlado por CAMMESA. Luis Caputto decidió que tampoco se desembolse desde el Tesoro Nacional lo necesario para el Plan Gas – de incentivo para la producción-. Este punto puso en jaque la continuidad del ministro de energía Chirillo, quien se cruzó con el Jefe de Gabinete Posse y el Ministro Caputo para que se gire el monto correspondiente.

A esto se le suma que la única gran obra pública que pareciera sostenerse sería el gasoducto norte, por el cual Rocca y Mindlin piensan batallar por ganar la licitación con la misma UTE con la que construyeron el gasoducto Nestor Kirchner. ¿El problema? El proyecto propone ser financiado por CAMMESA, hoy desfinanciada y en proceso de desarticulación.

La tensión pareciera crecer semana a semana en el sector energético. Por lo que creemos pertinente atender en los próximos días a qué sucede con la unidad entre diferentes sectores dentro del gobierno de Milei que planteamos en una editorial previa a su asunción. Ya que algunos actores plantean intereses contrapuestos entre sí, pero no se sabe si eso puede hacer tambalear el acuerdo de intereses coincidentes entre ellos.

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🔵 RODOLFO KEMPF en INFO▶SOBERANA #39

“Energía – Entre desarrollo y ambiente, la clave es una perspectiva Soberana”

🎙 Ciclo de entrevistas. Con la conducción de Marina Cerquetti.

🗣 Conversamos con Rodolfo Kempf , doctor en materiales de la UNSAM y físico egresado de la UBA, investigador de Comisión nacional de energía atómica, especialista en combustibles nucleares, docente en la UBA, en la UNDAV, Secretario de Relaciones Institucionales de la CTA y uno de los autores, junto a Nuria Giniger, del libro: “Libre de humo. Ensayo sobre desarrollo, ambiente y emancipación.”

➡ Conversamos sobre energía y recursos naturales, en un país dependiente, en el que aparecen como dos opciones polarizadas y contrapuestas: Desarrollo o Ambiente. Rodolfo propone pensar una tercera, una con perspectiva emancipadora y soberana.

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Visitas atómicas en el suelo argentino

Por Germán Mangione (*)

La llegada a la Argentina, hace quince días, de uno de los más altos funcionarios de energía nuclear estadounidense terminó de cristalizar una disputa entre dos potencias que tiene como teatro de operaciones el suelo argentino y, como eje, el desarrollo nuclear.

¿Qué vino a controlar Christopher Hanson, titular de la Comisión Regulatoria Nuclear de EEUU? ¿Cuáles son las inversiones chinas que preocupan a EEUU en esta área? ¿Puede Argentina maniobrar en esta disputa e impulsar un desarrollo autónomo?

El visitante

El miércoles 12 de abril los y las trabajadores de los principales centros donde la Argentina tiene sus desarrollos nucleares pudieron ver cómo un funcionario estadounidense recorría, sin el acompañamiento de ningún alto funcionario del gobierno argentino, las centrales Atucha I y II y la obra de la central modular argentina CAREM. Y al día siguiente, lo mismo sucedía en el Centro Atómico Bariloche, de la Comisión Nacional de Energía Atómica.

Según informa Raúl Dellatorre en Pagina 12 esta semana Hanson llegó acompañado por otros cuatro miembros de la NRC (sigla en inglés de la comisión de regulación nuclear), en una misión que “no está inscripta en ningún convenio bilateral de cooperación o colaboración en materia nuclear, sino que expresa la decisión unilateral del gobierno de Estados Unidos de enviar sus agentes en la materia para tomar contacto con pares argentinos”

Esta visita “unilateral” incluso generó una peculiar y terrible fotografía difundida por el embajador de Estados Unidos en Buenos Aires, Marc Stanley. La foto del diplomático y su compatriota nuclear no tendría nada de raro sino fuese porque muestra a dos funcionarios estadounidenses que tienen detrás la bandera de su país y la de Argentina. En la imagen, Stanley hace las veces del anfitrión local que guia a un funcionario de su gobierno –por nuestras tierras— sin la compañía de ningún funcionario local. Más colonial no se consigue.

“Es un gusto dar la bienvenida al presidente de la Comisión Reguladora Nuclear de EEUU, Christopher Hanson. Estados Unidos y Argentina comparten una larga historia de cooperación nuclear y son socios en el uso pacífico de la energía nuclear”, afirmó Stanley en su cuenta de Twiter.

Es interesante recalcar que esta visita no es aislada, ni EEUU está enfocado solamente en la energía nuclear sino que es parte de una avanzada sobre “su patio trasero” y los recursos que existen en él.

En el twitter del embajador puede verse en estos últimos 10 días una catarata de visitas de altos funcionarios yanquis a la Argentina. Al día siguiente hizo su aparición Wendy Sherman (vicesecretaria de Estado de Estados Unidos), y a los pocos días volvió a visitar el país y reunirse con altos funcionarios locales Laura Richardson (jefa militar del comando sur de EEUU), quien saltó a la palestra pública con declaraciones sobre “nuestros recursos” y lo que implicaban los mismos para la defensa nacional estadounidense.

Pero volviendo al tema de esta nota ¿a qué vino Christopher Hanson? En una nota muy explicativa Daniel Arias, del concejo editorial de AgendAR y especialista en temas vinculados a la energía nuclear de factoría nacional, da cuenta del interés estadounidense por el desarrollo del proyecto de la pequeña central modular argentina CAREM. Un proyecto que lleva más de 50 años (y en el cual Argentina es pionera en el mundo) pero que siempre ha sido trabado por intereses extranjeros impidiendo su concreción.

Hoy el prototipo CAREM se encuentra en un avance del 62 % . Se comenzó a construir en 2014 y luego fue paralizado durante el macrismo. La obra compite con un desarrollo similar de Estados Unidos. Argentina es uno de los únicos tres países del mundo con el modelo en etapa de obra, con Corea y China.

Avance en la construcción de la central CAREM – julio de 2019

Pero, volviendo a la visita: ¿cómo el funcionario yanqui puedo hacer el recorrido? El periodista Arias, asegura en su nota de AgendAR, que “conociendo a CNEA y NASA, la orden de abrirle la tranquera a Hanson debe haber llegado de Presidencia de la Nación. No creo que el gringo hubiera podido pasar de ningún otro modo” y alerta:

“Hanson no es un cuatro de copas ni tendría que haber entrado jamás al CAREM. Como licenciador de diseños, trabaja simultáneamente para TODAS las empresas nucleares viejas y emergentes de su país, y a sola vista de la obra civil puede comparar y evaluar sin mucho error las ventajas y debilidades de nuestro proyecto medidas contra los similares estadounidenses”

La disputa

Sin embrago y más allá del posible espionaje nuclear el funcionario (y el resto de las visitas yanquis) no se dan en cualquier momento sino en uno de los más álgido de la disputa por la influencia sobre nuestro subcontinente y principalmente sobre Argentina.

En el área nuclear en particular, la visita se enmarca en las presiones de Estados Unidos para impedir que Argentina avance en el acuerdo de construir una cuarta central nuclear Hualong-1, con financiamiento y tecnología que proveerá China.

Ya el año pasado, también en abril, Ann Ganzer (diplomática del Departamento de Estado) visitó la Argentina y dejó claro que EEUU estaba en desacuerdo con el avance de la inversión china. En aquella oportunidad estuvo en el edificio de Villa Martelli, que aloja a la empresa operadora de las centrales de energía nuclear más grande de la Argentina.

La gira contó con reuniones en Casa Rosada con Juan Manzur, Jorge Taiana y Daniel Filmus; y con el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz. Otras en Cancillería y recorrida al predio bonaerense de Atucha y de la empresa IMPSA, en Mendoza, para observar el desarrollo del CAREM.

En aquella oportunidad, Gustavo Béliz, –conocido por sus vínculos con el lobby estadounidense y acusado de ser quien pisaba el avance de las inversiones chinas en el país— fue citado por el bloque del Frente de Todos en el Congreso, por las demoras para activar la última etapa de las inversiones en Atucha III. Horacio Verbitsky daba cuenta de este rol del ahora ex funcionario en una nota del Cohete a la Luna del 10 de abril del año pasado titulada “Beliz, el radiactivo”

“Un informe sin firma que está circulando dentro del sector nuclear, sostiene que Béliz y su equipo de trabajo ‘han sido consistentemente esquivos a darle la celeridad que requiere la negociación financiera asociada al contrato comercial por Atucha III con el consorcio de bancos liderados por el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC)’. Hace un mes que Béliz no responde a un pedido de audiencia presentado por el presidente del Directorio de Nucleoeléctrica Argentina S.A. Tampoco asistió a la Quinta Reunión del Mecanismo de Diálogo Estratégico para la Cooperación y la Coordinación Económica (DECCE) desarrollada de forma virtual el 27 de enero de 2022” en donde la Cancillería argentina acordó con la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma china el listado de los 10 proyectos prioritarios a incluir en el Plan Quinquenal de Infraestructura, entre los que se encuentra el proyecto Atucha III”. La contraparte china ha solicitado sin éxito que se formalice la solicitud del 100% del financiamiento del proyecto Atucha III, para poder comenzar con las negociaciones correspondientes”

La China atómica.

Las preocupaciones de EEUU sobre proyectos nucleares chinos van mucho más allá de la Argentina y están asentados en los planes nucleares chinos, que como siempre son a gran escala y a largo plazo.

China planea construir al menos 168 nuevos reactores en los próximos 15 años, más de los que el resto del mundo ha construido en los últimos 35. El esfuerzo podría costar hasta 440.000 millones de dólares. A mediados de esta década, el país superará a EEUU como mayor generador de energía nuclear del mundo.

China tiene actualmente 51 reactores en operación, 18 en construcción, 37 planeados (7 de ellos comenzarán a construirse este año) y un total de 168 reactores propuestos. Con unos tiempos de construcción rondando los cinco años, es fácil predecir que a finales de esta década China será el país con mayor producción nuclear del mundo, superando con creces a Francia y a Estados Unidos, con 56 y 93 reactores respectivamente.

De hecho el gobierno chino señaló a la energía atómica como la única forma de energía con objetivos provisionales específicos en su plan quinquenal oficial. El objetivo: 200 gigavatios de energía para 2035, suficientes para abastecer a más de una docena de ciudades del tamaño de Pekín y combinado con una nueva tecnología que pueda reducir los residuos para evitar contaminar.

China afirma que sus planes podrían evitar unos 1.500 millones de toneladas de emisiones anuales de carbono, más de lo que generan el Reino Unido, España, Francia y Alemania juntos, informa Bloomberg. Y tiene además la fuente de financiación, ya que alrededor del 70% del coste de los reactores chinos está cubierto por préstamos de bancos estatales.

Si bien puede rastrearse un motor de estos proyectos en la promesa medioambiental de Xi Jinping de que China alcanzará un pico en las emisiones de dióxido de carbono antes de 2030 y la neutralidad de carbono antes de 2060, el interés chino no es solamente ecológico sino que como todas las decisiones de los estados en este último tiempo tiene como telón de fondo el avance hacia tensiones de un mundo que avanza hacia el desacople comercial y tecnológico movido por las perspectivas de guerra. La energía, como otros insumos críticos, son un arma.

Por último, pero fundamental en el debate de los avances nucleares, China afirma haber desarrollado un sistema que permite reutilizar los residuos radiactivos de las centrales nucleares como nuevo combustible apto para esas mismas plantas. La nueva tecnología crea un ciclo infinito para el uranio, evitando la generación de residuos radiactivos, cuyo tratamiento y deposición es el talón de Aquiles de la energía de fisión nuclear.

Las preocupaciones estadounidenses tienen, por supuesto, fundamento de cara a la disputa por la energía, uno de los vórtices centrales de la contienda por la hegemonía mundial.

La ruta atómica de la seda

El proyecto de potencia nuclear de China no se reduce a su propio territorio, también espera que sus proyectos nacionales convenzan a los posibles compradores extranjeros. En 2019, el ex presidente de China National Nuclear dijo que China podría construir 30 reactores en el extranjero, que podrían hacer ganar a las empresas chinas 145.000 millones de dólares para 2030 a través de su Iniciativa Belt and Road (La Ruta de la Seda).

La propuesta inicial acordada entre China y Argentina en 2014 tuvo sucesivos capítulos que se fueron moldeando de acuerdo a los vaivenes políticos internos y de la diplomacia argentina, que suele ir variando a medida que cambian de signo político los gobiernos.

Las negociaciones entre China y Argentina contemplan la construcción de una central nuclear de tecnología china con un reactor Hualong-1, de diseño chino de agua a presión HPR-1000, perteneciente a la llamada Generación III, de 1200 MW, que se ubicará en el Complejo Nuclear Atucha situado en la localidad de Lima, Provincia de Buenos Aires. De ahí el nombre de Atucha III.

Complejo Nucelar Atucha

El financiamiento liderado por el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC) prevé el otorgamiento de un crédito de tipo concesional del orden de los 7900 millones de dólares, que alcanzaría el 85 % del precio del reactor. Este financiamiento incluye un período de gracia equivalente a la duración del proyecto (8 años), un período de repago extendido (12 años) y una tasa de interés única para este tipo de proyectos.

Según la cancillería argentina el proyecto “generaría unos 7000 puestos de trabajo directos durante el pico del proceso de construcción, a los que se deberían sumar las fuentes de trabajo generadas de forma indirecta, así como también el impacto positivo en las industrias locales que participen en el suministro de insumos, componentes electromecánicos y servicios asociados a su ejecución.”

Los intentos del lobby estadounidense para frenar esta obra empezaron en 2015 y lograron detener el avance de la obra pese al apoyo que se había generado en los profesionales de Nucleoeléctrica Argentina SA (NA-SA) y la Comisión Nacional de Energía Atómica.

Washington comunicó, durante la visita de Trump al país, su oposición a las centrales nucleares que la Argentina había acordado construir con la ayuda de Rusia y China. En las sucesivas reuniones bilaterales que el presidente Macri tuvo con los líderes de esa potencia, la Casa Rosada dejó en claro que ambos proyectos se daban por cancelados, con la excusa de la falta de fondos.

El proyecto, reactivado durante el gobierno de Alberto Fernandez, pese a las maniobras de personeros como Gustavo Béliz, entra nuevamente en una nebulosa con la reciente visita de los funcionarios nucleares yanquis y el rol del FMI ante la desesperante necesidad de divisas de la Argentina que seguramente empujara a políticas de mayor obediencia con la potencia del norte.

¿Qué hacer frente a la disputa de las potencias?

Argentina enfrenta en este ámbito múltiples retos. Pero sobre todo el de armar un camino propio, en medio de la disputa mundial, que permita y apuntale el desarrollo, pero con la traba de la falta de financiación propia.

Al respecto aclara el panorama Rodolfo Kempf, (físico de la UBA, docente, investigador, miembro de la CTA, especialista en Combustibles Nucleares, y Coordinador de Transición Energética en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Industria (CNTI)), quien asegura que “el orden de magnitud en dinero de costo de una central nuclear es de 5.000 millones de dólares. El financiamiento que hace la corporación nuclear china, hacia la central Hualong, es lo que facilita la posibilidad de, en pocos años tener esta central nuclear, y teniendo por parte de los chinos un comprador calificado, de los más calificados en el mundo. Por lo tanto, la principal limitante en una economía dependiente y devastada por las políticas macristas de endeudamiento a más de 100 años es el financiamiento que proveen los chinos”

Según argumenta Kempf el emplazamiento de esta nueva central fue una pelea que han dado por más de 15 años los trabajadores y trabajadoras del área nuclear, del sistema de ciencia y tecnología y del área energética, alcanzando que se cumplan dos condiciones al mismo tiempo: por un lado, la transferencia de tecnología del combustible para su fabricación en Argentina y todas las áreas asociadas, es decir, los estructurales, el combustible, la producción de polvo de dióxido de uranio por vías que minimicen los residuos del ciclo de combustible, que son radiactivos, y que son mínimos con respecto a otras fuentes de energía.

“Esa transferencia de tecnología nos permitiría conservar una singularidad que mantiene Argentina, no solo los 72 años de tecnología nuclear que nos ponen con muchos más años de desarrollo nuclear que otras potencias, estando constantemente a la vanguardia, sino que mantenemos nuestra tradición de fabricación del combustible” asegura.

Lo que está claro es que el camino hacia un desarrollo energético propio no será fácil, ni sin presiones, pero algo es seguro, la carrera comenzó hace rato, Argentina es parte y muchos nos quieren afuera.

(*) Germán Mangione. Periodista. Miembro del Foro por la recuperación del Paraná y Soberanía Popular San Lorenzo.

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