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RÍO PARANÁ

“Salvemos el Paraná”: una travesía náutica contra la profundización del río Paraná y su reprivatización.

El próximo 8 de diciembre se realizará una travesía náutica hermanando las ciudades de Victoria y Rosario bajo la consigna “Salvemos el Paraná”, convocada por un amplio abanico de organizaciones ambientales, sociales y políticas que fueron parte a principios de este año de la remada en defensa del río Paraná que unió Formosa y Rosario bajo la consigna “Remar contracorriente. Por el agua, la vida y la soberanía”.

El manifiesto de la convocatoria —reflejado en un flyer difundido recientemente— advierte contra lo que califican como un “crimen ambiental” y una “entrega de soberanía”: se rechaza el proyecto de dragado a 44 pies del Río Paraná, así como su reprivatización y entrega a manos extranjeras.

‎La travesía

Desde el Foro por la Recuperación del Paraná, una de las organizaciones que impulsan la actividad, se informa que el itinerario previsto: parte a las 9hs desde Victoria para aquellos que puedan sumarse con embarcaciones con motor; continúa a las 13hs en Isla de los Mástiles para los que se sumen principalmente con kayaks; y culmina a las 17hs en la Rambla Catalunya (Rosario) con una radio abierta y un festival cultural. De este modo se busca visibilizar el reclamo y “vivenciar el río como patrimonio de todos”, coinciden sus organizadores.

Un consenso creciente une las organizaciones ambientalistas, comunidades ribereñas, técnicos hidrográficos, organizaciones gremiales y sociales. Todas advierten que el plan oficial —que prevé dragar y profundizar la vía troncal navegable desde el Río de la Plata hasta el norte de Rosario— carece de fundamentos básicos: no hay un estudio de impacto ambiental, no existe evaluación hidrológica de largo plazo, ni menos aún mecanismos de participación real de las comunidades.

Según la exposición colectiva de estos grupos —que se expresó claramente en el masivo rechazo expresado en la audiencia pública ambiental convocada por el gobierno nacional el 3 de noviembre— el proyecto no es una “modernización necesaria” sino una ofensiva que transforma al río en autopista para buques de ultramar, favoreciendo a grandes corporaciones agroexportadoras y extranjeras. Una mayor profundización del Paraná implicará graves riesgos ambientales: destrucción de humedales, deterioro de la biodiversidad, amenaza sobre pueblos originarios y comunidades ribereñas, y degradación de los cauces naturales.

El reclamo de soberanía y participación ciudadana

Además del impacto en el ambiente, los convocantes se afirman también en un argumento histórico-político: la reprivatización del mantenimiento y administración del río —junto con su dragado intensivo— representa una cesión de control estratégico sobre un recurso vital. Para muchos, se trata de un retorno a lógicas extractivistas que concentran poder en manos privadas y extranjeras, despojando al Estado y a las comunidades de su derecho a decidir sobre el uso del agua, la navegación y los puertos.

Tal como lo expresó Luciano Orellano, miembro del Foro por la Recuperación del Paraná: en un país donde “el 63 % del territorio es agua”, resulta absurdo que no exista una flota nacional ni un control estatal efectivo sobre los mismos puertos.

Representantes de organizaciones ambientalistas, de comunidades ribereñas, abogados especializados, miembros de la Iglesia y sectores sindicales coincidieron en un mensaje: “El río no se vende”.

Por qué ahora: contexto, urgencia y un modelo que preocupa

El impulso actual de la protesta tiene su eje en el avance a paso rápido del gobierno, y el lobby agroexportador (representado en La Bolsa de Comercio de Rosario) de la intención de cerrar en mayo la nueva licitación para reprivatizar la mal denominada “hidrovía” del Paraná.

Según los críticos, no se trata solo de permitir buques más grandes: se trata de rediseñar la hidrografía a favor de un modelo exportador, ignorando un criterio universal: los barcos deben adaptarse a los ríos y no al revés.

Para estos movimientos, la travesía “Salvemos el Paraná” es una forma de resistencia cultural, ambiental y política. Una protesta simbólica, sí, pero que busca poner en agenda una pregunta profunda para las próximas décadas: ¿quién tiene derecho sobre el agua que nos atraviesa?

La convocatoria del 8 de diciembre no es un paseo náutico más. Representa una tensión histórica renovada: entre quienes defienden al río como bien común, ecosistema, fuente de vida y producción, soberanía e identidad; y quienes lo conciben solo como canal para las exportaciones, ganancias rápidas y expansión de un modelo en beneficio de grandes empresas extranjeras.

El resultado de esa disputa —técnica, ambiental, pero también política— determinará no sólo el futuro del Paraná, sino el de muchas comunidades ribereñas, ecosistemas vulnerables y, en definitiva, del derecho al agua como inherente a la vida.

 

Contacto prensa: 3415 02 9151 (Luciano Orellano)

Contacto para info de la travesía: 3416 61 4020 (Sebastián Martínez Ledesma)

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MARINA MERCANTE SOBERANÍA

UN PAÍS DONDE: “Hay plata para desguazar, pero NO para reparar ni mantener”

Por Feliciano Ramos(*)

Una nota digital titula que la Administración General de Puertos licita el desguace de la Draga 259-C Mendoza, de propiedad del Estado argentino. O sea, de todo el pueblo argentino, porque nunca debemos dejar de tener presente que las propiedades del Estado son del pueblo.

Recuerdo tantos magníficos años como tripulante de esta poderosa draga, incluso durante su reparación general en Tandanor, para luego ser enviada a dragar a Mar del Plata. Es así, esta draga se envió a dragar el puerto de Mar del Plata reparada a nuevo. Motores y casco fueron recorridos y reparados o cambiados, así como cadenas y anclas de fondeos, también palas de timones, hélices y línea de ejes reparados totalmente. Además, el tren de dragado se hizo a nuevo (cabezales, flexibles y bombas de dragado) y se le colocó la tecnología nueva de dragado; todo esto pagó el Estado (o sea todos nosotros, los argentinos con nuestros impuestos).

Draga 259-C en el puerto de Mar del Plata

Una vez llegada a Mar del Plata, el consorcio se hizo cargo del trabajo de dragado pero este no puso un solo peso para mantenerla en las mismas condiciones de dragado que la recibió. Es una constante que en cada campaña de dragado el Estado repare a nuevas las dragas y luego estas quedan desgastadas y abandonadas a su suerte. Ocurrió lo mismo en el dragado del río Uruguay con la Draga 258-C Santa Fe y también con la Draga cortadora 332-C Misiones que hizo la defensa de la ciudad de Formosa. Tuve la suerte de estar embarcado en todas estas embarcaciones y ser testigo presencial de todo esto.

Pero la historia de la Draga 259-C Mendoza en Mar de Plata fue la siguiente: la draga estaba amarrada en los muelles de la base naval al amparo de las inclemencias del mar, pero cuando se rescató la Fragata Libertad de la interdicción de los fondos buitres y al regreso de la misma a dicha base naval se hizo un acto, que contó hasta con la presencia de la presidenta de la nación. La Fragata Libertad amarraría en proximidades del amarre de la draga y como a la Draga 259-C Mendoza no le pusieron un peso ni para pintura y se estaba oxidando por la sal del mar, no tuvieron mejor idea que sacarla porque visualmente deslucía el acto. La llevaron a un muelle donde no hay protección y el mar golpea mucho. La draga comenzó a golpear contra el muelle y entonces el capitán y los tripulantes, para protegerla, para salvarla, libraron una ardua lucha contra la burocracia de los funcionarios y contra el mismo mar; fue una lucha desigual que nunca encontró eco en la superioridad. Para graficar: solicitaron por todos los medios protección para que no golpee contra el muelle, y la protección adecuada es de las de buques tipo Yokohama, como se ve en la imagen.

Lo único que consiguieron fue que les den unas cuantas cubiertas viejas que no sirven para nada ante la fuerza del mar.

De ahí en adelante la lucha de los trabajadores embarcados por mantener a flote la draga fue totalmente titánica y desigual con el solo apoyo del Sindicato de Dragado y Balizamiento y sin ningún otro apoyo. Los trabajadores lucharon como solo ellos saben. Hoy, con este gobierno sádico, estos trabajadores (como los demás compañeros míos de trabajo) están en disponibilidad, y a los que estaban contratados no les renovaron, porque lo único que sabe el gobierno es despedir trabajadores de la manera más cruel posible.

Hoy, el mismo Estado que no puso un solo centavo para mantener y proteger la draga, licita para desguazarla. Una licitación que tendrá seguro un costo de más un centenar de millones.

Esto es una constante de los responsables del Estado en abandonar sus bienes y no proteger el patrimonio de todos los argentinos.

Recuerdo que en el gobierno de Macri yo estaba embarcado como capitán de la Draga 261-C Córdoba en la ciudad de Buenos Aires, isla Demarchi. La draga había salido de una licitación de reparación general en Tandanor, y había que terminar con dicha reparación a flote, ni un solo peso hubo para terminar la reparación. La Draga 261-C Córdoba debía de culminar la reparación, ya que poco le faltaba para salir a dragar. Reitero, ni un solo peso hubo para concluir la reparación.

A pocos metros del lugar de amarre había otra draga hundida apoyada en el lecho del río por la poca profundidad del agua, era la Draga 260-C Santa Cruz, que hace años estaba así hundida.

Draga 260-C Santa Cruz

No hubo plata para terminar de reparar la Draga 261-C Córdoba, pero si para desguazar una draga hundida hace años. Fue tanta mi indignación que tomé la foto del cartel. Había para eso más de 65 millones más IVA, pero para reparar y mantener ¡nada!, ¡ni un peso para un tarro de pintura! Una constante en la suprimida Dirección Nacional de Vías Navegables. Solo la lucha titánica desigual de los trabajadores contra el desinterés y las políticas privatistas y extranjerizantes que ningunean lo nuestro y solo valoran lo ajeno se interpone ante el abandono y la destrucción.

En ese entonces yo me preguntaba y me pregunto hoy: ¿Cómo podemos como país crecer, desarrollarnos y ser una nación independiente con esta forma de proceder? ¿Cómo podemos abandonar lo que se puede salvar y gastar fortunas para desguazar, destruir, demoler, suprimir y ni un solo peso para reparar, construir, edificar, erigir, levantar?

Lo mismo sucede con el país, todos los gobiernos se ocupan más de destruir que de construir. Hay una nación destruida, desguazada, que hay que levantar, que reconstruir.

Tengo la impresión de que sale más desguazar la Draga 259-C Mendoza que hacer los trabajos de reparación necesarios a flote para poder llevarla a un astillero cercano para luego repararla. Pero hace muchas décadas que la palabra “reparar” no está en el diccionario de los funcionarios que jamás funcionan, por lo menos para el bien de la nación.

“Haciendo lo que hay que hacer” anunciaba el cartel, en realidad era “haciendo lo que NO hay que hacer.

Los predios de la suprimida Dirección Nacional de Vías Navegables junto con sus muelles, galpones, oficinas y barcos, de a poco se van pareciendo a los talleres y estaciones herrumbradas de los Ferrocarriles Argentinos: gigantes vacíos e inactivos, testigos involuntarios de la gran nación, del gran país que alguna vez fuimos, que nos interpelan, que nos demandan desandar el camino para recuperar la Argentina y volver a construir en vez destruir un gran país.

 

(*) Feliciano Ramos. Capitán Fluvial. Miembro de “Foro por la Recuperación del Paraná”

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RÍO PARANÁ

¡El río Paraná no se toca! ¡No al dragado de profundización!

Por Feliciano Ramos (*)

Según el portal Rosario 3, a pedido de la Bolsa de Comercio de Rosario y la Cámara de Puertos Privados (que más que privados son extranjeros), la ministra de seguridad Patricia Bullrich aprobó una medida que permitirá aumentar el calado navegable del río Paraná. Además la ministra mandó a la prefectura a que flexibilice los pies de seguridad que todo buque debe tener bajo quilla, o sea el calado (o profundidad de navegación), esta debe ser 10 % menor que la profundidad del río.  En la nota, dicho portal expresa  “La Prefectura Naval Argentina acaba de hacer lo que durante años nadie se animó”: flexibilizar el margen de seguridad bajo quilla, es muy probable que esa medida de aumentar el margen de seguridad se deba al aumento de proporciones (eslora, manga y calado) de los nuevos buques de diseño.

El tema es que a la Bolsa de Comercio de Rosario y la Cámara de Puertos Privados les pareció poco un pie más y pidieron más profundidad, más dragado, 40 pies de calado,  quieren  poder dragar el río Paraná más profundo sin considerar el daño ambiental y con la única razón de poder facturar cada vez más y más millones de dólares que seguramente no quedarán en el país, lo único que va a quedar en el país es el daño irreparable del río Paraná, sus riachos y sus humedales donde desovan muchas especies ictícolas.

Hoy el río Paraná, desde Puerto San Martín hacia su desembocadura, tiene un calado de 34 pies y una profundidad de 36 pies. Ahí están los dos pies de profundidad que la PNA históricamente siempre requirió.

Parece que no importara la población de las 7 provincias ribereñas argentinas, porque cuando se draga, se draga territorio de las mismas, no les importa nuestro río Paraná que será dragado, profundizado, ocasionando un daño ambiental permanente.

El hecho que de 34 pies de calado lo quieren llevar a 35 pies y el margen de seguridad  será el 10 % más, o sea una profundidad que ahora es de 36 pies la quieren llevar a 39 pies,  ¿pero tanto dragar, profundizar, tanto daño para aumentar solo un pie de calado? Los daños ambientales, la fauna ictícola, la flora, los humedales, las provincias y hasta la misma población argentina, porque el río Paraná es la fuente más importante de agua dulce de la República Argentina. El río Paraná no se recupera con  más de 30 años de dragado y refulado, ni se recuperará si se sigue profundizando.

Hasta a la Bolsa de Comercio de Rosario le sabe a poco un pie más de calado. Por eso pidieron al gobierno  que incorporen la obligación del concesionario de profundizar de los actuales 34 pies de calado a los 40 pies y la profundidad a dragar con el aumento del margen de seguridad terminará en 44 pies. Con crimen ambiental de por medio.

¿Cuándo aprenderemos que como en todos los ríos del planeta se hace,  DEBEMOS AJUSTAR LOS BUQUES A LOS RÍOS Y NO LOS RÍOS A LOS BUQUES?

El tema es que el pueblo argentino está gritando fuerte ¡¡NO AL DRAGADO DE PROFUNDIZACIÓN!!

Porque ¡¡EL RÍO PARANÁ NO SE TOCA!!  ¡¡NO AL DRAGADO DE PROFUNDIZACIÓN!!

Y si la Bolsa de Comercio y las terminales portuarias extranjeras están preocupadas por abaratar el flete, les recomiendo que así como presionan para dragar el río Paraná, presionen para la creación y  protección de una marina mercante marítima y fluvial netamente Argentina, así llevaremos (como hace décadas atrás) las exportaciones puerto a puerto por argentinos. ¡Ojo! Netamente argentina. No extranjera con bandera argentina.

(*) Feliciano Ramos – Capitán Fluvial (dragador) – Miembro de “Foro por la Recuperación del Paraná”

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