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PUERTO TRABAJADORES

Recuperar el Puerto de Rosario.

Por Germán Mangione (*)

Estas últimas semanas los trabajadores portuarios de Rosario, organizados en su gremio SUPA, vienen protagonizando una gigantesca y combativa lucha, que tuvo su punto de partida en la defensa de los puestos de trabajo y el cumplimiento de los acuerdos salariales, pero que también puso sobre la mesa la necesidad de rediscutir la concesión del puerto de la ciudad, uno de los más importantes de la cuenca del plata, hoy en manos de empresas mafiosas como Vicentín y Ultramar.

El bloqueo del puerto, las movilizaciones y los cortes de ruta que difundieron esta semana los medios de comunicación son la profundización de un reclamo y un plan de lucha que lleva varios meses desarrollándose por parte de los portuarios rosarinos, sin obtener respuestas (más que amenazas de despidos y quita de derechos) de Terminal Puerto Rosario, la empresa compuesta por los estafadores de Vicentin y el grupo chileno de origen alemán Ultramar (vinculados al nazismo), que tiene a su cargo lo esencial del puerto local.

Un conflicto de larga data.

Muchos rosarinos y rosarinas conocieron estas últimas semanas el conflicto a partir de que los trabajadores se vieron obligados a llevarlo a la calle ante la falta de respuestas, pero la cosa viene complicada desde hace rato.

Desde que se concesionó el Puerto de Rosario, que es patrimonio público de todos los santafecinos, TPR opera las terminales I y II donde trabajan unos 400 empleados fijos bajo convenio y otros 600 de rotación eventual. La empresa presiona desde unos años para reducir la cantidad de trabajadores, e imponer un sistema de tercerización de los eventuales que queden sin protección gremial.

A fines del año pasado escaló el conflicto con paros y amenazas de despido, pero se llegó a un acuerdo.En agosto de este año la empresa suspendió el pago de los aumentos salariales comprometidos a los estibadores y el gremio, con gran protagonismo del conjunto de los trabajadores, comenzó con los bloqueos de los accesos a la terminal portuaria. La respuesta de la empresa fue la suspensión de 600 trabajadores.

La empresa alega problemas de costos y presiona a los estibadores para que acepten una baja de las asignaciones y cargas sociales como condición para pagar los acuerdos salariales. No es extraño viniendo de una empresa como Vicentin que estafó a miles de productores y al estado argentino, que quiera utilizar nuevamente las arcas del estado (que se perdería de recibir las cargas sociales) para financiar el aumento comprometido.

Pero la extorsión de TPR al estado va más allá. Como denunció Cesar Aybar, titular del gremio “En realidad, lo que ocurre es que desde hace meses, entre presiones para despedir y suspender compañeros y ahora directamente no abonando los aumentos acordados, lo que TPR busca es que nosotros saltemos y generemos un conflicto laboral y social para así culparnos de la crisis, pero su objetivo de fondo es presionar al gobierno provincial para que invierta el dinero que ellos no quieren invertir en los muelles o que, a cambio de hacer las inversiones que ellos están obligados por contrato a hacer, les extiendan varias décadas la concesión. Al Enapro (el organismo público/privado que administra el puerto) la empresa ya le debe 140 millones de pesos porque dejó de pagar el canon”

Esta semana el Supa decreto huelga por tiempo indeterminado en el puerto de Rosario y en todos los muelles del sur de la ciudad (puerto de Servicios Portuarios, concesionario de los muelles VI y VII de puerto de Rosario, de Cargill en Villa Gobernador Gálvez y Alvear, de Dreyfus en General Lagos y de ADM en Arroyo Seco) y de no resolverse el conflicto se anunciarían medidas de carácter nacional.

Empresas piratas, en busca de la plata del estado.

Vicentín controla el puerto de Rosario desde 2010 y 2 años después se asoció con la chilena Ultramar. En los últimos años la empresa dejó de invertir en el puerto (la mitad de los muelles que tiene TPR no pueden ser usados por riesgo de derrumbe ante la falta de obras de fondo y de mantenimiento) y comenzó a presionar al estado provincial mejores condiciones, extensión del contrato y aportes del estado como condición para hacerlas. Con el default de Vicentín las inversiones se alejaron aún más. Y en 2020 con el cambio de autoridades en el Enapro se cayeron los planes que la empresa había acordado con funcionarios anteriores como Angel Elías de que el estado se hiciese cargo de las mismas, en lo que hubiese sido una estafa mayor al estado.

La socia de Vicentín es Ultramar que viene realizando planes de ajuste en todas sus terminales en el mundo, inclusoen el puerto de Montevideo. Controla 12 puertos concesionados en Chile, Brasil, Argentina y Uruguay y tiene operaciones en una decena más de países de la región.  Como explica Javier Corizzo, del Foro por la recuperación del Paraná de Rosario en su nota “Ultramar, el socio fascista de Vicentín”:“Ultramar no solo es una empresa de capitales chilenos con peso internacional. Tiene una identidad histórica vinculada con el fascismo, de la cual, hasta hace algún tiempo atrás, hacían gala en sus sitios oficiales”

Recuperar el puerto, recuperar soberanía.

El actual estado de la política portuaria fue delineado primigeniamente por la dictadura militar asociada al capital transnacional, consagrada y profundizada durante el menemismo. Por lo tanto sigue siendo una deuda pendiente desde el punto de vista de los intereses nacionales recuperar lo nuestro y empezar a poner en discusión el rol estratégico del sistema portuario, así como también el rol activo que el Estado provincial debe tener en el mismo. 

Desde hace meses el Foro por la recuperación del Paraná comenzó una convocatoria para recuperar el puerto de Rosario, que cuenta con la participación de un amplio abanico de referentes políticos y sindicales de Santa Fe.

“Es hora de que el pueblo pueda conocer el contrato de concesión y las condiciones en que se entregó el patrimonio público. Tenemos que recuperar los puertos de Santa Fe para el Estado, en el marco de la pelea por la recuperación de la soberanía portuaria y comercial”, afirmó en aquella oportunidad Luciano Orellano, referente del Foro.  En el mismo sentido el diputadoCarlos Del Frade planteó que “vamos por el final de la concesión de Vicentin en el puerto rosarino, por la nacionalización de los puertos y la recuperación del comercio exterior en defensa de las fuentes laborales y en contra del narcotráfico. El puerto de Rosario es nuestro”.

En Santa Fe mediante la Ley provincial N° 11.011 son los “Entes administradores Puerto Santa Fe y Puerto Rosario” los quese encargan de la administración, funcionamiento y explotación de los mismos, con participación público privada, pero que en el práctica ceden esa administración a los privados. En medio del conflicto por ejemplo ingreso a la mesa directiva del ENAPRO un representante de La Bolsa de Comercio de Rosario.

Es fundamental modificar dicha ley para aumentar el poder de decisión y participación a favor de la representación estatal.

Y sobre todo en este momento es fundamental que el gobierno provincial deje de estar ajeno a lo que sucede en uno de los puertos más importantes de la Cuenca del Plata, que en 2021 facturó $3745 millones  y está en el puesto 778 entre las mil empresas que más facturan en Argentina, siendo la quinta terminal portuaria que más facturó en el país.

Es urgente que el gobierno de Santa Fe intervenga directamente para garantizar la continuidad de los puestos de trabajo y la recuperación de la soberanía rescindiendo el contrato a estas empresas y recuperando el puerto para los santafesinos y santafesinas en el marco de un proyecto productivo e industrial para la región.

(*) Germán Mangione. Periodista. Miembro del Foro por la recuperación del Paraná y Soberanía Popular San Lorenzo.

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ECONOMIA SOBERANÍA

Dólar soja II ¿Y la soberanía monetaria?

Por Germán Mangione (*)

Este lunes se oficializó un nuevo tramo del “Dólar Soja” que otorga a los exportadores un precio preferencial de dólar para la exportación de la oleaginosa, que los grandes productores todavía guardan en los silos. Con esta medida del gobierno se vuelve a instalar la lógica de la extorsión y se pulveriza cualquier posibilidad de decisión soberana sobre nuestro comercio y nuestra moneda. 

El formalmente llamado “Programa de Incremento Exportador” regirá desde este lunes 28 de noviembre hasta el viernes 30 de diciembre un tipo de cambio diferencial para que los productores vendan los granos que aún conservan en sus silos, mediante el cual los agroexportadores recibirán $230 por cada dólar230 vs los 165 de la cotización oficial. 

Los sectores concentrados de la producción y la exportación (porque los productores medios y pequeño no tienen espalda para guardar el cereal y especular) retienen la producción (se calcula que todavía retienen granos por más de U$s 5000 millones) presionando por una devaluación o una mejora del precio del dólar pagado por el estado que les genere mayores ganancias.

Lo demostraron durante septiembre durante la primera aplicación del dólar soja, cuando se comercializaron unas 14 millones de toneladas de producto y se liquidaron divisas por u$s8.123 millones de dólares, a instancias de un tipo de cambio diferencial de 200 pesos por dólar, cuando el oficial estaba a 153 pesos.

Es que en lo que va de noviembre el sector había ingresado menos de u$s1.000 millones con una liquidación diaria promedio de apenas u$s50 millones. Probaron su poder de fuego y ahora lo volvieron a utilizar.

¿Soberanía monetaria?

La soberanía monetaria según las definiciones académicas es el derecho exclusivo del Estado de emitir billetes de curso legal, modificar su valor en relación a otros activos (la tasa de interés) y otras monedas (el tipo de cambio), y regular su uso. La mayoría de las economías tienen moneda propia, y este esquema se ha sostenido y fortalecido con el tiempo. 

Y en la práctica es la posibilidad de decidir sobre el sistema financiero y monetario en pos del beneficio y la felicidad de la mayoría de nuestro pueblo, organizando la economía para mejorar sus condiciones de vida.

En los hechos un grupo de monopolios exportadores, en su mayoría extranjeros, y un reducido grupo de terratenientes definen en su propio beneficioel valor del dólar y por tanto del peso argentino, trasladando además los altos precios de las materias primas al mercado interno impulsando a la alza la insostenible inflación que sufrimos.

Esto es posible porque el comercio exterior argentino, principal fuente de ingreso de divisas, está en manos extranjeras. En el año 2021, Cargill(EEUU) terminó siendo el principal exportador de granos de Argentina, (12,9 % del total), en el segundo puesto del ranking de exportadores se ubicó el holding estatal chinoChina NationalCereals, Oil&Foodstuffs (Cofco)  con 14,4 millones de toneladas (12,3 % del total), apenas por debajo, en el tercer puesto del ranking se encuentra Viterra, (ex Glencore, socio de la estafa de Vicentin a los productores y el estado) exportando 14,35 Mt (12,3 % del total). Le siguen las yanquis ADM, Bunge y la europea Louis Dreyfus.

Estas empresas se nuclean en la Cámara de la Industria Aceitera Argentina (CIARA) con quien el gobierno acordó este nuevo plan soja con la promesa de la liquidación de U$s 3000 antes de fin de año para recomponer las escasas reservas del Banco Central de la Argentina.

Son las mismas empresas que se concentran en la dirección de la Bolsa de Comercio de Rosario, uno de los principales órganos de poder de la Argentina, que influye y define sobre las políticas públicas, la inversión y hasta la construcción de las leyes.Este mes se renovaron autoridades de la institución y se incorporaron Martín Spino (Cofco) y Pablo Cechi (AFA), sumándose a otros miembros representantes de los exportadores como Mario Sampaolesi(Dreyfus) y Gerardo Calace (Glencore).

No solo consiguieron que Sergio Massa les de un dólar diferencial financiado por el estado, sino que además consiguieron la vuelta del diferencial en las retenciones para el aceite y la harina. Actualmente pagan 33% al igual que el poroto, pero volverán a tributar el 31%.

Y por supuesto los exportadores no se conforman con estas ganancias sino que siempre van por todo, como queda claro en el comunicado público de CIARA en el que piden la eliminación de retenciones y un dólar más alto de forma permanente.

Parche sobre parche

Esta medida lejos de atacar los problemas de fondo que generan la inflación y el aumento del dólar vuelve a intentar poner un parche al puente para llegar al año electoral con cierta estabilidad.Incluso en el mismo decreto advierte que la secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca tiene el poder de “ampliar de manera extraordinaria y excepcional los plazos de cumplido de las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE)”. Les avisa a los exportadores y terratenientes que si necesitan puede ser que se extienda. Solo tienen que presionar no liquidando.

Esta medida se da en el marco de que se cumplen 3 años desde que la empresa Vicentín estafó a cientos de productores y al estado argentino con el famoso “strees financiero” que no fue otra cosa que el vaciamiento de la empresa en pos de la timba financiera propiciada por el macrismocomplice de la estafa.

Es importante recorrer la historia del caso Vicentin para pensar el problema de nuestra soberanía comercial y monetaria. No solo porque con este caso quedo sobre la mesa el entretejido de delitos que hoy organiza la mayoría de nuestro comercio exterior fugando millones de dólares al exterior (subfacturación, triangulación, paraísos fiscales, falta de controles), sino porque también poner de manifiesto la falta de voluntad del gobierno de avanzar en resolver los problemas que están por detrás de los parches.

Con la participación estatal en Vicentin, en cualquiera de sus formas, la Argentina no solo recuperaría el control de una porción del ingreso de dólares (Vicentín era la 6º exportadora cuando declaró el stress financiero, y hoy su cuota de mercado se la quedaron las multinacionales), sino que hubiese permitido tener una referencia estatal que permita desbaratar parte de las maniobras que hoy le impiden el acceso de dólares a nuestras reservas

Argentina necesita tener el control de su riqueza, administrar su riqueza, organizar su riqueza y poder planificar la Argentina, y para eso necesita tener el control del comercio, recuperar su soberanía comercial para poder recuperar su soberanía monetaria y a partir de ahí podemos plantear otra Argentina.

(*) Germán Mangione. Periodista. Miembro del Foro por la Recuperación del Paraná.

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RIO PARANÁ

La disputa mundial navega el Paraná.

(*) Publicado en revistazoom.com.ar

Repasamos el conflicto que hay entre EEUU y China respecto a la vía troncal navegable entre Argentina y Paraguay. Sus razones, los intereses de cada país en ella y como afecta la presencia de dos potencias en Latino América.

La vía troncal navegable, (mal) conocida como Hidrovía Paraguay/Paraná, es la arteria comercial más importante de América Latina por la que entra y sale la mayor parte del comercio internacional del subcontinente. Por eso su control se ha transformado en prenda de disputa de las potencias imperiales con presencia en nuestra región, disputa que se agudiza tras la invasión rusa a Ucrania y un mundo que marcha a la guerra.

Desde el comienzo de la historia de nuestras civilizaciones un principio geopolítico se ha mantenido inalterable: quien controle el sistema de ríos y mares controla el comercio, pero por sobre todo controla el contacto de nuestros países con el mundo. Su importancia es ante todo geopolítica. Lo supieron los ingleses y los franceses en los siglos precedentes. Hoy lo saben China y Estados Unidos.

En esa disputa se inscribe el avance de Estados Unidos en los acuerdos con el gobierno de la República del Paraguay, con el llamado “Plan Maestro” que a partir de la colaboración del cuerpo de ingenieros de EEUU le permitirían tener presencia militar en la Cuenca del Plata. Necesidad que tiene su origen no solo en el aspecto comercial sino en contrarrestar el avance chino en la infraestructura fluvial de América Latina, que se va consolidando con la adhesión de varios países (entre ellos Argentina) a la iniciativa de La Ruta de la Seda.

En la nueva fase de la disputa por el reparto del mundo, abierta tras la invasión rusa a Ucrania, ningún diplomático de las grandes potencias parece estar preocupado en disimular sus intenciones, ni disfrazar las disputas con el velo de la “guerra comercial”, como ocurría en la fase anterior de la geopolítica mundial, que voló por los aires con el primer tiro ruso sobre Ucrania, demostrando una vez más que la supuesta convivencia globalizadora era solo un momento en la dinámica natural de la fase imperial del mundo en la que la guerra abierta es la regla para resolver las necesidades del capital.

Por eso los funcionarios estadounidenses y sus organizaciones para América Latina pasaron de las sugerencias y las preocupaciones a la crítica abierta y el pedido de rechazo a las inversiones chinas en la región.

El río, una cuestión de seguridad nacional

En mayo de este año la Eno Center for Transportation, organización compuesta por un staff de referentes de grandes empresas multinacionales y políticos yanquis, que analiza y opina sobre temas de la logística de EEUU, alertaba sobre la presencia china en nuestro continente.

En el informe titulado “inversiones estadounidenses y extranjeras en vías navegables interiores” ENO advierte en el capítulo dedicado al futuro de la Hidrovía que “las empresas chinas, como una subsidiaria de China Communications Construction Company (CCCC) conocida como Shanghai Dredging Company, tienen sus propios puertos, embarcaciones y dragas en la vía fluvial. El mayor fabricante y comerciante de alimentos de China, COFCO, se convirtió en el mayor exportador de granos en Argentina a partir de 2018, transportando la mayoría de sus exportaciones a través de la HPP”

El paper explica que existen dos amenazas a la competitividad y el comercio estadounidense por vía fluvial. Una de esas amenazas es interna y está vinculada a la falta de inversión en infraestructura propia. La segunda: China.

“La segunda amenaza es externa. Mientras Estados Unidos ha estado mejorando la infraestructura de vías navegables internas, otros países han estado haciendo lo mismo para su propia ventaja militar y comercial. Las inversiones en desarrollo económico e infraestructura han impulsado el tráfico en ríos como el Amazonas y el Yangtze. Parte de esta inversión proviene de empresas estatales en países como China, lo que podría poner a los exportadores estadounidenses en una desventaja competitiva”

Y aclaran en el mismo trabajo que no es solo un problema comercial, sino de “seguridad nacional”.

En un apartado titulado “Vías navegables interiores y seguridad nacional” explican que “este informe está principalmente interesado en cómo las vías navegables interiores en los Estados Unidos y en el extranjero influyen en la competitividad económica de los Estados Unidos. La competitividad económica se vincula estrechamente con la seguridad nacional a medida que las empresas o los gobiernos extranjeros están cada vez más interesados en invertir en infraestructura portuaria global y cadena de suministro, particularmente en los países en desarrollo. Los estudios de caso seleccionados y el análisis de los mismos incluye una discusión sobre la inversión extranjera directa, particularmente de China (cuando corresponda) en lo que respecta a la seguridad nacional. La competitividad económica es seguridad nacional, y las inversiones en la red de vías navegables nacionales de EE. UU. Actúan como una inversión estratégica

El largo brazo de la ruta de la seda

La preocupación estadounidense es proporcionalmente directa a como se han concentrado las inversiones China en el exterior, sobre todo en infraestructura. Estas inversiones se desprenden en primer lugar del plan chino que desde principios del 2000 se lanzó a la conquista del mercado global con su estrategia Go Out o Go Global.

Salir al mundo a invertir. ¿Pero para qué? Ni más ni menos que para resolver su creciente demanda de productos primarios por un lado, mientras paralelamente se abren nuevos mercados para las mercaderías propias. Nada nuevo en la relación entre países opresores y países oprimidos desde el comienzo del siglo XX, pero sí para la República Popular China que venía concentrada en equilibrar internamente su economía con contactos menores con el mundo globalizado.

Las inversiones impulsadas por el Go Out, sin embargo, no están vinculadas a cualquier sector económico, ni las mismas para con todos los “socios comerciales”. En países como los nuestros, proveedores de materia prima, el acento está puesto en mejorar los costos y la infraestructura de transporte para sacarla.

De allí las grandes inversiones en el sistema ferroviario argentino, como las del Belgrano Cargas, que aseguran no solo mejorar los costos de la llegada a los puertos de la materia prima proveniente de zonas más lejanas al cinturón productivo pampeano, sino también contratos que implican el suministro del material rodante (locomotoras y vagones), los rieles y hasta los durmientes, por parte de la industria china. Un negocio redondo.

Esta iniciativa centrada en la infraestructura y el transporte termino de tomar cuerpo cuando Xi Jinpin, presidente chino recientemente reelecto en su tercer mandato, anunció en 2013 el lanzamiento de una plan bautizado como «One Belt, One Road» («Una Franja, Una Ruta»), proyecto difundido mundialmente como «la nueva Ruta de la Seda», haciendo alusión a las antiguas rutas que conectaban a china con el mundo.

El proyecto consiste en un megaplan de infraestructura que mejorará la conexión logística, comercial y cultural entre China y cerca de 68 países, sobre un área de influencia que abarca a más de 4.400 millones de personas, que explican más del 65% de la población mundial. En ese plan los puertos y las vías navegables tienen un peso fundamental, y están enmarcados en la denominada “Ruta Marítima de la Seda”. El plan está en marcha y según distintas estimaciones en la actualidad ha conseguido que empresas del gigante asiático controlen cerca de 100 puertos en más de 60 países y lidere la producción de maquinaria marítima. Cuenta con la segunda mayor flota comercial. Su flota naval ya es la más numerosa del mundo.

Según un informe de previsión emitido por la Academia de Ciencias de China, China tendrá 9 de los mayores 20 puertos de contenedores del mundo a finales de este año. Un plan que no se ha detenido a pesar de la pandemia, ni de las crisis de fletes provocadas por la epidemia de COVID y el cual esta semana ha encendido las alarmas en Europa con el anuncio de la posible entrada de capitales chinos al puerto de Hamburgo, en Alemania.

Si bien el plan está concentrado en Asia, Europa y África, relegando a un lugar secundario a América Latina, el mismo ha tenido su capítulo local.

China llegó… Hace rato.

Con la firma el 6 de febrero último del Memorándum de Entendimiento en Materia de Cooperación realizada por el canciller argentino Santiago Cafiero y el ministro a cargo de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma china, He Lifeng, la Argentina formalizó su incorporación a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR), y anunció la obtención de un financiamiento por US$ 23 mil millones, para distintas obras de infraestructura.

Pero esta firma no fue el puntapié inicial de la presencia china en nuestras vías navegables y nuestro comercio exterior, ni mucho menos. China estaba presente desde mucho antes en nuestro río Paraná.

En 2014, solo un año después de lanzada la iniciativa de La Ruta de la Seda, la empresa estatal china Cofco llegaba a la Argentina y en pocos años se transformaba en la mayor exportadora de granos en el país superando por primera vez a la estadounidense Cargill que históricamente ocupaba ese lugar.
La empresa estatal de alimentos compró el 51 % del paquete accionario de Nidera, para luego comprar el 51 % del capital de Noble Group. A fines de 2015 y 2016 el holding termina adquiriendo el total del paquete accionarial de ambos grupos, accediendo no solo a todo el paquete tecnológico desarrollado por la holandesa Nidera, sino también a varios puertos en las costas del Paraná.

Esto le permitió desde la campaña 2015/16 transformarse en el principal exportador de granos y subproductos de la Argentina, muy seguido de cerca por Cargill, que en la campaña 2016/17 llegó a superar levemente a COFCO, para volver a ceder el puesto en 2020 y recuperarlo el año pasado.
Acorde a una empresa organizada según las necesidades y las prioridades del estado chino, es de resaltar que COFCO concentra su negocio en la exportación de granos sin procesar, siendo por lejos su principal actividad aunque no la única.

Los puertos y el río también

Pero las intenciones de inversiones chinas vinculadas a nuestra vía fluvial no quedaron solo en los puertos.
Cuando China lanzó la nueva Ruta de la Seda, en nuestro país hacía solo tres años que se había renovado la concesión de la infraestructura más importante para el comercio de toda América Latina: el corredor fluvial Paraná/Paraguay.
Casi sin debate público, en el 2010 la entonces presidenta Cristina Fernandez de Kirchner renovaba por 10 años la concesión de la vía fluvial a la empresa Hidrovía S.A, compuesta por la argentina EMEPA y la empresa Belga Jan de Nul. La renovación extendía la concesión de la privatización del Paraná perpetrada por Carlos Menem en 1995. Habrían de pasar esos 10 años para que con el nuevo vencimiento de la extensión de la concesión se abriera un debate público y masivo (que dura hasta hoy) sobre qué destino debería tener la administración de nuestra principal vía navegable.
Las inversiones chinas que comenzaron a llegar a la Argentina tuvieron su continuidad durante todos los gobiernos de la última década. Con gran impulso durante el kirchnerismo que transformó la relación bilateral en “Estratégica integral” continuó con Mauricio Macri quién visitó China de manera oficial en 2017 para «consolidar la Asociación Estratégica».
En aquella ocasión Macri participó del Primer Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional en mayo de 2017 y que volvió a quedar marcado por las representaciones de ambos países un año después cuando en 2018 Xi visitó Argentina en el marco del G-20.

“Coincidieron en que la Iniciativa de la Franja y la Ruta inyectará dinamismo a la cooperación sino-argentina. Destacaron que la Asociación Estratégica Integral entre ambos países es extensible a la relación con la Iniciativa de la Franja y la Ruta y coincidieron en promover acciones conjuntas para la cooperación de empresas de ambos países en mercados de terceros Estados en proyectos relacionados”, aseguraba la comunicación oficial argentina.
En 2019 aparecieron más claras las señales del interés chino en el control del Paraná. Corría el 22 de marzo de ese año y la Bolsa de Comercio de Rosario, cumpliendo su función de órgano del poder real de la región, era anfitriona de una reunión que por primera vez dejaba claro públicamente el interés chino por nuestro río. El viceprimer ministro chino Hu Chunhua se reunía en Rosario con el entonces Ministro de Agricultura del macrismo Luis Miguel Etchevehere, autoridades de la Bolsa de Comercio y el gobernador de Santa Fe, Miguel Liftchitz.
“Otro tema a considerar son las inversiones chinas en nuestra provincia, como la participación de la compañía Cofco en la adquisición de Nidera en 2017, líder mundial en el sector de agricultura de precisión, desarrollo y certificación de semillas. En 2018, capitales chinos destinaron recursos a la adquisición de activos fijos en frigoríficos radicados en nuestra provincia y se han mostrado interesados en participar de proyectos PPP vinculados al desarrollo de infraestructura dentro del sector de comunicaciones y transporte” se entusiasmaba el fallecido líder socialista que por entonces gobernaba la provincia y encontraba en la promoción del perfil agroexportador su punto de unión tanto con el lobby representado por La Bolsa de Comercio como con los referentes del macrismo.
El anuncio chino sobre su interés en la administración del Paraná despertó la alarma de otros sectores interesados en mantener el status quo geopolítico en el tema.
Otra vez con la Bolsa de Comercio como telón de fondo el portal PuntoBiz daba cuenta en 2019 de una reunión “reservada” entre los empresarios de la entidad, enviados de la empresa dragado Jan de Nul y las máximas autoridades del Sindicato de Dragado y Balizamiento para rechazar la posibilidad de la llegada de los capitales chinos al manejo de la hidrovía.
Los tres actores del debate “coincidieron en dejar expuesto los supuestos riesgos de la avanzada china sobre la hidrovía. Es que la dragadora oriental Shangai Dressing Compañy, peso pesado global, ya mostró su interés por el contrato. Aseguraron que las rebajas excesivas de peaje, que es la punta de lanza de la propuesta china, pueden significar una menor inversión en seguridad; al tiempo que resaltaron los inconvenientes técnicos que tuvieron los chinos en el dragado del canal Martín García”, afirma el portal.
Recién asumido el gobierno de Mauricio Macri, la compañía china lo tentó con una tarifa de peaje que pudiese bajar los costos como le reclamaban las agroexportadoras, pero la iniciativa no prosperó.

Lo barato puede salir caro

Shanghai Dredging es una subsidiaria del holding estatal chino Communications Construction Company (CCCC), que solamente en América Latina tiene a cargo más de 50 grandes proyectos de infraestructura.
Y es que para una parte del sector empresario, a pesar de verse tentados por conseguir un peaje más barato, el prontuario de la empresa china no les genera confianza. Shanghai Dredging tiene antecedentes en la Argentina con el dragado del canal Martín García y el dragado del canal Norte y Acceso a Puerto Buenos Aires, ambos en Buenos Aires.
Pero esos antecedentes no son alentadores. En 2015, la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP) convocó a los privados para recuperar el Canal Martín García a las condiciones de diseño y mantenerlo posteriormente por un período de un año renovable. La licitación fue ganada por Shangai Dredging Corporation y la argentina Servimagnus S.A
A los 8 meses ambos estados contratantes, Argentina y Uruguay, debieron rescindir el contrato por incumplimientos de la empresa.
En julio de 2021, la misma Shanghai Dredging Corporation fracasó en su trabajo de profundizar el canal de acceso al estratégico puerto de Barranquilla y su incapacidad puso en jaque a la logística colombiana.

Es la geopolítica, estúpido

Sin embargo no es solo un problema técnico, sino principalmente el geopolítico el que intenta bloquear la llegada de capitales chinos a la administración del Paraná.
Para dimensionar la disputa hay que tener en cuenta que el propio secretario de Estado de EEUU Michael Pompeo en agosto de 2020 criticó públicamente al gigante portuario estatal chino afirmando que “CCCC y sus subsidiarias han participado en (hechos) de corrupción, financiamiento predatorio, destrucción medioambiental y otros abusos en todo el mundo”.
Y es que así como EEUU penetra el subcontinente con su “cuerpo de ingenieros” que vienen a “ayudar técnicamente” pero dependen del ejército, la empresa china también tiene relación directa con sus fuerzas armadas, y agudiza las contradicciones de las potencias en la región ante el avance de los factores de guerra mundial y de división del mapa mundial en bloques.

Licitación fallida y después

Más allá de las advertencias de los lobbys con intereses propios en el tema, el estado argentino avanzó este año en un intento de licitación para la contratación de la obra de dragado de mantenimiento de la vía navegable troncal por el término de 180 días corridos prorrogables, con un presupuesto oficial estimado de USD 80,28 millones que terminó en un escándalo y con la compañía china presentándose a la justicia por supuestas discriminaciones en la elección de licitantes que terminó quedando desierta y suspendida, otorgándole el actual control provisorio de la administración a la Administración General de Puertos y los trabajos a la empresa Jan de Nul (hoy con el nombre de Compañía Sudamericana)
La unión transitoria de empresas integrada por la empresa estatal china CCCC Shanghai Dredging Corporation, la belga Dredging International y la argentina Servimagnus, una empresa Grupo Loginter, del empresario local Ricardo Román, se presentó en la licitación en competencia con la Compañía Sudamericana de Dragados (Jan de Nul), la danesa Rhode Nielsen sucursal Argentina y EMEPA, de Gabriel Romero, en unión transitoria; y la holandesa Boskalis International con su filial.
La descalificación Shanghai Dredging Corporation y sus socios fue “arbitraria e improcedente”, según los chinos, que fueron descalificados en la etapa técnica antes de poder dar su oferta económica, que era su fuerte a la hora de competir. Pero no fueron los únicos en quedar afuera, de hecho Sudamericana (Jan de Nul) es la única que hubiese quedado habilitada para la apertura del sobre 2 con la oferta económica.
La licitación sigue en veremos y no hubo novedades sobre el interés chino que algunos especulan podría perderse ante las trabas burocráticas. Aunque en el marco de la situación mundial esa opción no parece la más lógica.
La batalla por el control de nuestra vía navegable va mucho más allá de la administración del dragado y balizamiento del Paraná. Es una disputa compleja que incluye el control de las exportaciones, la marina mercante, la industria naval y por supuesto el control del Paraná. Una disputa que hoy sigue teniendo la balanza inclinada hacia la mayor potencia del mundo y con mayor presencia en nuestra región y nuestro río que es Estados Unidos. Posición que está demostrando va a defender incluso si es necesario con presencia militar.
El mundo convulsionado y la batalla entre las potencias, aquí tienen color marrón, como nuestro Paraná.

Germán Mangione. Periodista. Director del Observatorio de Actividad de los capitales chinos en Argentina y América Latina

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EDUCACIÓN

La Bolsa y la mala educación

La Bolsa de Comercio de Rosario, el Ente Administrador del Puerto de Rosario (ENAPRO), y de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA), con el aval del Ministerio de educación de santa Fe,  anunciaron esta semana la puesta en marcha de un programa llamado “El río educa” para “educar a los niños y niñas de Santa Fe” sobre el río Paraná y el complejo agroexportador.

¿Pueden quienes quieren mantener el río privatizado y para provecho de unos pocos enseñar sobre un bien común como el Paraná? ¿Que pueden compartir sobre biodiversidad de nuestro delta quienes a diario lo contaminan y propician su devastación para ampliar un modelo productivo que los beneficia? ¿El estado provincial avala la tercerización del conocimiento en manos de estas instituciones?

Hace mucho tiempo venimos advirtiendo que La Bolsa de Comercio de Rosario, además de concentrar el poder económico de la provincia y el país, es la usina ideológica que genera la producción intelectual para justificar el saqueo en la Argentina.

Con un trabajo sostenido sobre los profesionales en formación moldea los programas de las Universidades públicas, como la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad del Litoral, principales objetivos de esta usina de los monopolios agroexportadores y los grandes propietarios de la tierra.

Con cursos, becas y hasta una Diplomatura en Gestión de Puertos y Vías Navegables en la UNR, se impone la visión de La Bolsa, Jan de Nul (la empresa belga que tiene hace 25 años el dragado del Paraná) y las empresas privadas del rubro por encima de cualquier visión crítica basada en los intereses de los argentinos y argentinas.

Por otro carril, desde la entidad, influyen sobre los grandes medios de comunicación intentando generar consensos y aceptación sobre el rumbo económico que intentan impulsar en el país, las obras que consideran necesarias y las políticas económicas que quieren o que rechazan, siempre para su propio beneficio.

No hay otra manera que trabajando sobre las ideas de la sociedad de que este rumbo, que va demostrando a cada paso su grosera inequidad y perjuicio para las grandes mayorías, pueda ser aceptado.  En este último tiempo redoblan esfuerzos por blindar sus ideas para explicar lo inexplicable: como crecen la producción y el ingreso de divisas a niveles inusitados, record de las últimas décadas, mientras 9 de cada 10 trabajadores no sobrepasa la línea de la pobreza y crecen la desocupación y el hambre.

Pero esta semana cruzaron una línea que es escandalosa.

Quienes pugnan por mantener privatizado el rio y el comercio exterior en manos de monopolios extranjeros para sostener el saqueo, impedir el efectivo control de lo que circula por nuestras vías navegables, y en última instancia impedir la soberanía plena de la Argentina, se proponen como educadores de nuestros pibes y pibas sobre el Paraná.

¿Pero por qué quieren educar a nuestros hijos e hijas sobre el Paraná?

En primer lugar parece una respuesta a la fenomenal movilización, que estos últimos años, desarrollan miles de militantes; intelectuales; periodistas y referentes políticos, sociales y sindicales rescatando la concepción de soberanía tan pisoteada en nuestro país.

Libros, conferencias, charlas, videos y encuentros siembran soberanía, hacen docencia patriótica advirtiendo la necesidad de recuperar lo nuestro, hoy en manos de unos pocos monopolios extranjeros y sus socios locales y socializar así la felicidad entre nuestro castigado pueblo.

La educación de los poderosos, a diferencia de la educación popular nacida de las entrañas de las mayorías, tiende a conservar las cosas como son. A que no haya grandes transformaciones. Educan para sostener un rumbo que sòlo a ellos favorece.

Lo hacen, por supuesto, presentándose como grandes benefactores desinteresados. Como escribía el gran Eduardo Galeano  en “Patas Arriba: Escuela del Mundo al Revés”:

“En estos tiempos neoliberales, los derechos públicos se reducen a favores del poder, y el poder se ocupa de la salud pública y de la educación pública, como si fueran formas de la caridad pública, en vísperas de elecciones”

El programa acordado entre las entidades esta semana se llama “El Río Educa” y contempla visitas de los estudiantes de primaria y secundaria al museo de la Bolsa para conocer la historia de la institución, de sus mercados y del comercio de granos en la región, una charla informativa en la nueva terminal fluvial y un viaje en barco para “conocer desde el río lo que es el puerto de Rosario, la vía navegable troncal, la zona de humedales y el puente Rosario Victoria, desde donde dónde podrán ver el polo agroindustrial más importante del mundo”

Según Miguel Simeoni, presidente de la BCR, “creemos que a través de esta iniciativa, cuando los alumnos conozcan lo que es la Bolsa, los mercados y puedan ver el trabajo que se hace en el puerto con las embarcaciones, podrán compartir con sus familias los conocimientos y generar un circulo virtuoso de información”

¿Qué pueden enseñar sobre los humedales y la conservación de nuestro ambiente quienes diariamente arrojan miles de litros de desechos sin control a nuestro Paraná como mostramos en el documental “Los 100 caños, enemigos ocultos del Paraná”?

¿Qué pueden explicar sobre el funcionamiento de los mercados quienes esta misma semana protestaban y rechazaban los controles de la AFIP y la Aduana por “burocráticos”  como hizo Ciara esta semana en su cuenta de Twitter, mientras se comprueba a cada paso las maniobras de evasión de impuestos y subfacturación de sus empresas? Son los que rechazan los pocos controles que todavía sostiene el estado en los enclaves coloniales en que se han trasformado los puertos de nuestra región.

¿Cuando dicen que enseñarán la historia de la institución, le contarán a nuestros pibes y pibas que Alberto Padoan era presidente de la entidad cuando estafó a miles de productores agrarios y al Banco Nación con Vicentin?

¿Cómo pueden explicarle a nuestros niños y niñas el trabajo que se hace en el río los que mienten sistemáticamente sobre la capacidad humana y técnica de la Argentina, en la fabricación y desarrollo de las dragas necesarias para hacer, por nosotros mismos, el trabajo que hacen los privados desde el menemismo?

Y es preocupante, aunque no inesperado, que esto se lleve adelante con el aval del Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe. Ya en mayo se firmó un convenio entre la BCR y el Ministerio de Educación de Santa Fe para que estudiantes secundarios de escuelas técnicas y agro técnicas realicen prácticas profesionales. Y esto sigue la misma línea.

Y no es un problema en este caso de articulación público/privada, o de lo que puedan aprender los y las estudiantes del mundo productivo, sino que son instituciones que representan a quienes tienen intereses contrapuestos con los de la patria y los de las mayorías populares.

Como explica Paulo Freire en su “Pedagogía del oprimido” hablando de los mecanismos de dominación cultural que utilizan los poderosos en la educación:

“En verdad, toda dominación implica una invasión que se manifiesta no solo físicamente, en forma visible, sino a veces disfrazada y en la cual el invasor se presenta como si fuese el amigo que ayuda. En el fondo, la invasión es una forma de dominar económica y culturalmente al invadido. En la invasión cultural, es importante que los invadidos vean su realidad con la óptica de los invasores y con la suya propia. Cuanto más mimetizados estén los invadidos, mayor será la estabilidad de los invasores. Una condición básica para el éxito de la invasión cultural radica en que los invadidos se convenzan de su inferioridad intrínseca”

Es fundamental ante estos intentos de colonizar cada vez más temprano las cabezas de nuestro pueblo, avanzar en la educación liberadora, que tienda a transformar lo que hay que transformar para desarrollar nuestro proyecto colectivo de país. Una educación que además no solo sea de especialistas sino que se apoye en la vastísima experiencia de nuestro pueblo y los actores que han construido el entramado productivo que nos llevó a ser potencia en otros tiempos.

Los y las trabajadoras vinculados al sector de las vías navegables, pescadores, aquellos militantes que ponen el cuerpo para defender el ambiente agredido por estos monopolios a diario, intelectuales comprometidos con su patria, docentes que militan diariamente por una patria justa, libre y soberana y muchos actores más.

En ese protagonismo educativo reside nuestra esperanza y ante este avance de la pedagogía de los poderoros, de la maña educación, seguimos trabajando en alimentar la “contraescuela” que Galeano supo definir tan brillantemente.

“El mundo al revés nos enseña a padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y a aceptar el futuro en lugar de imaginarlo: así practica el crimen, y así lo recomienda. En su escuela, escuela del crimen son obligatorias las clases de impotencia, amnesia y resignación. Pero está visto que no hay desgracia sin gracia, ni cara que no tenga su contracara, ni desaliento que no busque su aliento. Ni tampoco hay escuela que no encuentre su contraescuela”

(Eduardo Galeano – El mundo patas para arriba)


Germán Mangione. Periodista, miembro del Foro por la Recuperación del Paraná y Soberanía Popular San Lorenzo y del Instituto Soberanía.

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