Por Cecilia Miguel y Carla Morasso
Fuente: Diario El Ciudadano
Una vez más la embajada del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte ha lanzado el concurso dirigido a estudiantes universitarios de Argentina, Paraguay y Uruguay denominado “Conociendo a mis vecinos de las Islas Falkland” con el propósito de socavar y debilitar el reclamo soberano argentino sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y sus espacios marítimos circundantes.
Una vez más, desde una perspectiva soberana y autónoma es imprescindible aclarar las imprecisiones sobre las cuales se presenta dicho concurso y clarificar los intereses que subyacen en sus bases.
En primer lugar, debemos atender al vocablo “vecinos”. Los habitantes de las islas son ciudadanos/as de la República Argentina. Las islas Malvinas son parte del territorio nacional argentino. El Reino Unido invadió nuestras Islas Malvinas en 1833 y expulsó a los ciudadanos y autoridades argentinas y desde ese momento implantó población. Su ocupación es ilegal, violenta y contraria al derecho internacional. Nuestro país reclama la soberanía que no puede ejercer plenamente y no reconoce al gobierno colonial ilegal e ilegítimo emplazado sobre las colonias de los archipiélagos de Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
Esto lleva a la segunda consideración a tener en cuenta para comprender la falacia de las bases del mencionado concurso. Quienes actualmente habitan en Malvinas (dado que en Georgias del Sur y Sandwich del Sur no hay población estable) es una población implantada, no originaria, que no puede ser etiquetada como un “pueblo autóctono” en tanto no estaba en el lugar al momento de la colonización británica. Sus raíces e historia están vinculadas intrínsecamente a la metrópolis y viven en lo que el gobierno británico denomina un Territorio Británico de Ultramar, motivo por el cual cuentan con pasaporte británico y sus autoridades dependen de la Corona inglesa.
De manera flagrante este concurso desconoce el caso de colonización reconocido por Naciones Unidas en base al principio de integridad territorial que asiste a la República Argentina desde 1965 tanto como el llamado al diálogo bilateral entre los gobiernos para resolver la disputa. En este sentido, es importante señalar que la administración de las islas no es reconocida como una parte en la negociación y tampoco, tal como se señaló previamente, es un gobierno reconocido por la comunidad internacional, sino que es parte e instrumento de la ocupación y del desmembramiento de nuestro territorio.
En tercer lugar, es relevante prestar atención al uso de la toponimia. Nuestras islas se llaman Malvinas y Soledad y el sólo hecho de avalar una iniciativa británica que aplica la denominación colonial debería ser motivo de repudio.
La convocatoria a la participación de jóvenes estudiantes de nuestro país y de nuestra comunidad latinoamericana es ni más ni menos que una más de las herramientas de poder blando británico enfocadas en debilitar el reclamo argentino soberano e imprescriptible con el
propósito de naturalizar la ocupación colonial en nuestros territorios marítimos en el Atlántico Sur.
Como bien señala la Confederación de Combatientes de Malvinas de la República Argentina en su repudio al concurso “la Causa de recuperación de esos territorios ha dejado de ser sólo una aspiración argentina, para convertirse en una Causa de la Patria Grande”.
Los estudiantes universitarios argentinos y de la región, no deberían ser instrumentados por la potencia ocupante para mejorar su posición autodenominándose vecinos. Por el contrario, deben respetar las resoluciones internacionales que lo compelen a resolver pacíficamente el conflicto sobre la soberanía en las Islas.
En este sentido es importante retomar la Declaración del Consejo de Decanas y Decanos de Ciencias Sociales (CODESOC) que se opone al concurso británico y llama a “evitar promover la postulación de estudiantes”.
Las ciencias y disciplinas que se enseñan en las instituciones universitarias argentinas están orientadas a la contribución del desarrollo del conjunto social, a la defensa de los Derechos Humanos, a las instituciones democráticas y a la cumplimiento de la Constitución Nacional que en su cláusula transitoria primera indica: “La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.”
El colonialismo es un crimen condenado por el derecho internacional. Las islas se llaman Malvinas y son argentinas.
*Docentes de la Facultad de Derecho y de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, respectivamente, de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).









De la parte del arte , de la comunicación se trata de transmitir esta historia contemporánea la cual se ve reflejada en esta vigilia que está llena de jóvenes. Buscamos que estos jóvenes lleven adelante esta posta que vamos a dejar nosotros. Lamentablemente a medida que van pasando los años, por cuestiones de edad o de enfermedad desde que volvimos de Malvinas, 250 compañeros se van marchando. Queremos dejarle a las nuevas generaciones que lleven esta causa de reclamar nuestra soberanía y defender los recursos que se están robando y creo que la mejor manera es que esto se transmita desde el sector educativo. Nosotros siempre trabajamos a ese nivel para que se hable de esta historia.
Claudino Chamorro
La decisión de no realizar el desfile lo decidió la vice presidenta sin realizar ninguna reunión con nuestros referentes nacionales. Hubiese sido bueno poder organizar algo en conjunto y no que lo decida solo ella. Después pusieron como excusa que fue por una falta de recursos, igualmente resulta difícil organizar algo en conjunto porque en cada ciudad los centros organizan actos.
Nosotros desde que volvimos siempre buscamos la forma de hacerle entender a nuestra sociedad lo que significa Malvinas para nuestra Patria; buscamos siempre la forma de llegar a las instituciones educativas para dejar nuestra historia para que esas generaciones venideras conozcan la verdad sobre Malvinas. Lo que venos hoy es que muchos funcionarios que llegan a nivel nacional desconocen nuestra historia y por eso fallan en los reclamos que se deben hacer ante los entes internacionales por nuestra soberanía. Desconocer nuestra historia significa que cuando se va a reclamar no estén preparados para hacer esos reclamos diplomáticos; eso le está faltando a nuestros funcionarios. Este tema no es de ahora viene desde hace mucho tiempo. Vemos que hay muchos funcionarios serviles al imperio; lo vimos el año pasado en campañas electorales idolatrando a quien mandó y tomó la decisión de hundir el crucero General Belgrano. El gobierno que se fue dio la posibilidad que se instale un radar en Tierra del Fuego y que un Ministro de Defensa no esté a la altura de las circunstancia –como dijo- y de un jefe de gabinete que fue firmante de esa instalación y del gobierno de Tierra del Fuego que también dieron el visto bueno para que se instale. Hay muchos de esos funcionarios que tienen una hipocresía muy grande. El gobierno que asumió ahora no muestra los caminos a seguir en los reclamos por nuestra soberanía.
Reflexión final






