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RIO PARANÁ SOBERANÍA

Geopolítica y Soberanía en la Vía fluvial Paraná-Paraguay.

Por Luciano Orellano (*)

El 20 de noviembre, el gobierno nacional hizo público el llamado a licitación para la concesión de las tareas de dragado y balizamiento de la Vía Navegable Troncal (VTN), el tramo del río Paraná comprendido desde el km 1.238 (Confluencia de los ríos Paraná y Paraguay) al km 239 del Canal Punta Indio, tal lo establecido por el pliego que elaboró la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables dependiente de la Secretaría de Transporte del Ministerio de Economía.

La fecha elegida, en la que en todo el país se conmemoró el día de la soberanía nacional, no es un hecho fortuito, y tiene que ver con las innumerables provocaciones a las que intenta   acostumbrarnos el gobierno de Javier Milei en su cruzada contra todas las causas nacionales y populares, la “batalla cultural” con la que pretende enterrar definitivamente los sueños de igualdad y emancipación que dieron origen a nuestra patria.

El anuncio fue realizado por el Jefe de Gabinete Guillermo Francos, quien como si se tratara de una presentación a examen, brindó detalles de los “beneficios” que se obtendrán con la obra ante la presencia de Luis Zubizarreta, CEO de la francesa Dreyfus y presidente de la Cámara de Puertos Privados Comerciales, representante de los intereses de las multinacionales que hoy tienen el control prácticamente total de nuestro comercio exterior.

La presentación de las ofertas está pautada para el 29/01/2025, y como se infiere del rápido tratamiento que se le ha dado a todo el proceso, el gobierno se apura a hacer efectiva una nueva entrega del Paraná, un eslabón clave en la cadena de dominación de nuestro comercio exterior por parte de las potencias extranjeras.

Los tiempos se aceleran y nada de lo que viene ocurriendo puede analizarse por fuera del complejo contexto internacional que hoy está teñido por las perspectivas cada vez más ciertas de conflictos bélicos globales y una permanente escalada de las guerras en curso.

El Pliego es un escrito interminable, con 1.919 páginas de extensión, que sin embargo no establece ni siquiera las tareas que se pretenden encomendar, dejando librado al criterio del concesionario la elaboración de la propuesta. Es decir, el Estado ha renunciado a planificar, a delinear el trazo más importante que recorre el corazón de nuestra Argentina. Esta renuncia del Estado a este rol indelegable, no es sino una acción deliberada para dejar su diseño en manos de un puñado de multinacionales, que lo harán a la medida de sus necesidades y de los intereses a los que responden en el plano internacional.

Tan desprolija ha sido la elaboración del Pliego, que el mismo presidente del CIARA – CEC, Gustavo Idígoras, sostuvo que existen “muchos puntos de mejora”, y sostuvo “Es mejor tomarnos 30 días más para no hipotecar 30 años de futuro”, reconociendo además explícitamente que han formado parte de la redacción del mismo.

Como si la experiencia menemista de privatización de nuestro río, iniciada en 1995, con sucesivas prórrogas de la concesión que alcanzaron más de 25 años ininterrumpidos de negociados en beneficio de la belga Jan de Nul asociada a EMEPA (la empresa argentina con múltiples denuncias por corrupción), el gobierno va por más. Plantea un plazo de concesión de 30 años, con posibilidad de renovación por otros 30, lo cual implicaría asegurar un negocio millonario por un plazo de más de medio siglo, un hecho sin precedentes en la historia argentina.

A la vez, en el mismo Pliego se establecen una estimación de ingresos por 410 millones de dólares, casi un 40% por encima de los ingresos actuales. Esto tiene que ver en parte con el esquema tarifario planteado, que lejos de reducirse respecto de las tarifas de los últimos años (en 2014 se fijó en 3,06 USD/TRN), se estima un valor de referencia inicial de 4,30 USD/TRN, que se eleva a 5,20 USD/TRN y 6,05 USD/TRN en las etapas sucesivas.  Es evidente, que se anticipan a “mayores gastos”, que no son otra cosa que prever los costos de una mayor profundización del calado, un anhelado objetivo que desde hace tiempo han planteado las grandes agroexportadoras y su vocera oficial de mayor peso, la Bolsa de Comercio de Rosario.

La disputa por el control de la Cuenca del Plata y la perspectiva de una guerra global

La vía fluvial Paraná -Paraguay cuyos 3.442 km llegan al corazón de América del Sur, forma parte de una unidad económica, productiva y demográfica denominada Cuenca del Plata cuyos territorios comparten Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Posee inmensos recursos: mineral de hierro, soja, subproductos, energía, madera, etc.

En las últimas décadas el río Paraná se ha convertido en un verdadero “doble embudo”. Es la arteria principal por la cual salen el 80% de las exportaciones de granos, subproductos y aceites de Argentina (unas 120 millones de toneladas) y por otro lado, es la puerta de entrada para el ingreso de infinidad de productos importados, que no son otra cosa que miles y miles de horas de trabajo que tanta falta hacen en esta Argentina cada vez más desigual (mucho más en la coyuntura actual en donde han anunciado la eliminación de gran parte de los aranceles a la importación, lo que hace prever un verdadero “remake” de destrucción de ramas enteras de la industria nacional como ya ocurrió con Martínez de Hoz).

De allí que el control, la administración y el dragado de su tramo principal (el que posibilita esta conexión comercial con el resto del mundo) se convierta en un objetivo de primer orden para las principales potencias del mundo.

El complejo agroexportador con epicentro en la zona del gran Rosario, está en la cima del ranking mundial de los puertos de este tipo de cargas[1], y como ya hemos señalado en el libro “Argentina sangra por las barrancas del río Paraná” en él reina soberano el capital extranjero.

La trascendencia de esta obra de infraestructura, de cuyo funcionamiento depende la salida de la producción de materias primas cuyo saldo exportable de una parte importante de la cuenca del Plata (de Brasil, Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Argentina) representa hoy el 40% de la seguridad alimentaria del mundo, es lo que permite entender la verdadera trascendencia de lo que hoy está en juego.

Lo que es más grave aún, es que todo esto se da en un contexto en el cual la Argentina ha abandonado su histórica política de neutralidad frente a los conflictos bélicos, y avanza sin pausa en un alineamiento total a los intereses de los EE.UU, el Reino Unido e Israel, por lo cual cada una de las decisiones que se vienen tomando, no pueden entenderse por fuera de esta definición geopolítica que expone a nuestro país a conflictos de consecuencias impredecibles.

Mas allá de la diferencia de los contextos históricos, los objetivos por los que aquella flota anglo-francesa en 1845 intentó imponer a sangre y fuego la libre navegación de nuestros ríos interiores, parecen hoy más vigentes que nunca, en un mundo que vuelve a poner en discusión el proteccionismo y el “librecambio”, y en el que las grandes potencias buscan asegurarse las cadenas de suministro y remachar la división entre países productores de materias primas y países productores de manufacturas.

Con esta licitación, Argentina se encamina a profundizar un modelo de extranjerización y entrega que ha consolidado el dominio del capital extranjero en todos los eslabones de nuestro comercio exterior y su logística. De este modo, el sistema portuario, el dragado del río, los buques y barcazas que transportan las cargas y hasta el control del acceso al Río de la Plata, seguirán en manos extranjeras.

La historia de las grandes guerras mundiales nos puede ayudar a entender el altísimo nivel de vulnerabilidad que tiene la economía argentina frente a los escenarios actuales. ¿Alguien se imagina, en un enfrentamiento EE.UU- China, qué pasaría con nuestras exportaciones? ¿Sería tan difícil de imaginar que en un escenario así las empresas que gravitan en la esfera de la OTAN, que hoy son hegemónicas en todo este entramado que describimos, dejen a la Argentina presa en sus propias aguas?  ¿O ya nadie recuerda que el origen de nuestra marina mercante en el año 1940, se debió a la falta de bodega que generó el uso de la flota comercial en las guerras? Hoy, prácticamente ninguno de los barcos que hoy navega por el Paraná tiene pabellón argentino, así estamos…

¿O ya nadie recuerda que el primer enfrentamiento naval de la Segunda Guerra Mundial no se  dio en el corazón de Europa, sino que tuvo epicentro en nuestro Río de la Plata, con el hundimiento del acorazado Graf Spee, en medio de la disputa por la provisión de carnes que dependía en gran medida de la producción de los frigoríficos de Argentina y Uruguay?

Si no se comprende esta dimensión geopolítica que está detrás de todo este tema, podemos creer que la discusión en torno a la licitación de la VTN es solo un tema de costos y de mayor eficiencia logística.

Un traje a la medida de la OTAN

Si hay un aspecto que queda claro en el Pliego, es la intención del gobierno de mantener el control del Paraná en la órbita de empresas cuyas casas matrices gravitan en la esfera de la OTAN.

Si bien la formulación establece que el llamado a licitación es de carácter nacional e internacional, ninguna empresa argentina cumple con los requisitos de facturación y patrimonio que se exigen. Todo se encamina a entregar el control y administración de nuestro río a los grandes jugadores que a nivel internacional tienen peso en este tipo de actividades.

En este sentido, como se indica en el Pliego, en el Art. 16 se establece que “Toda persona jurídica que sea controlada, directa o indirectamente por Estados soberanos o agencias estatales, en el capital, en la toma de decisiones o de cualquier otra forma.”. Es decir, si alguna duda quedaba de que al actual gobierno no le interesa que ninguna empresa china participe de la licitación, con esta cláusula se disipan las dudas de forma explícita. De este modo, empresas como Shanghai Dredging  Co., filial de la China Communications Construction Company  (CCCC), quedan afuera de la compulsa.

Pero si a pesar de esto, la injerencia de los EE.UU en la definición fuera puesta en duda, en otra de las cláusulas de este artículo se establece que no serán admitidos “quienes se encuentren incluidos en las listas elaboradas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) dependiente del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos”. Esta Oficina, bajo la fachada de la lucha contra la corrupción y lavado de activos, es un instrumento de presión en función de los intereses norteamericanos desde hace décadas. Solo con ver la nómina de los países con sanciones[2] generales y específicas, permite entender el rol que juega esta oficina en la disputa mundial y la guerra comercial en curso.

Recuperar nuestra flota. ¡Si se pudo, se puede!

Una idea subyace en todo este proceso. Y es que Argentina no puede hacerse cargo y que el Estado debe estar lo más lejos posible de su definición.  Nos preguntamos: ¿los argentinos no lo podemos hacer?, ¿no tenemos condiciones?

Tal como hemos afirmado en el documental “Recuperemos el Paraná. Recuperemos nuestra flota”, la Dirección Nacional de Vías Navegables desde 1898 efectuó eficientemente el dragado de nuestros ríos, consolidando un patrimonio científico y técnico de enorme valor y que es fundacional del Estado argentino.

El abandono de los 90 con la privatización, y la desidia posterior, nos llevaron a la situación actual, en la que a pesar de tanto esfuerzo por enterrar nuestro patrimonio, aún sobrevive a duras penas parte de aquello que supimos tener. Está claro que nadie quiere un Estado burocrático ni parasitario, pero eso no implica renunciar a la posibilidad de hacer efectivo el ejercicio de nuestra soberanía. La reactivación de nuestra flota es una asignatura pendiente para todos los que pensamos que el Estado no puede ser un espectador en una obra de semejante trascendencia geopolítica.

Por eso no se entiende que se hable de “chatarra acumulada” al referirse a nuestras dragas.  A solo título de ejemplo, decimos que siguen esperando terminar con décadas de abandono, las dragas Dustpan 402-C (amarrada en la ciudad de Paraná) y Dustpan 403-C (amarrada en la ciudad de Corrientes), o lo que es peor aún, el caso de la draga 256-C Capitán Nuñez, que hasta la actualidad ha sido utilizada por la empresa belga Jan de Nul, sin costo alguno, y que le fuera cedida tras el inicio de la concesión, junto a todo el patrimonio de instalaciones, boyas y equipamiento de la otrora DNVN.

Por eso no sorprende, como afirmáramos en dicho documental, que dentro de las condiciones que se establecen para poder ofertar, la empresa debe certificar la propiedad de 6 dragas, que son las que serían necesarias para poder efectuar dicho dragado. Como allí afirmáramos, en tan solo 1 año de cobro de peaje (estimado en 300 MM USS) se podría financiar la adquisición y/o construcción en astilleros argentinos de dicho equipamiento. Es claro, que se trata de una decisión política, y que lo que realmente está en juego, es mucho más que un simple negocio del dragado del río Paraná.

Federalismo ¡Afuera!

Es preciso recordar, que a lo largo del río Paraná se ubican 79 puertos (entre públicos y privados) y que en su extensión, se atraviesan 7 provincias: Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires.

Un logro importante de las luchas que se realizaron en el último período había sido la conformación del Consejo Federal de la Hidrovía, y el Ente Nacional de Control y Gestión, un órgano federal que avanzaba en la democratización de la gestión y en el control y administración del río Paraná y que reconocía el papel de las provincias en la definición del tema, así como lo establece el Art. 124 de nuestra Constitución Nacional en el que se afirma que: “corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en sus territorios.” 

Lejos de esta voluntad de revertir décadas en donde las provincias fueron convidadas de piedra en la definición del futuro de la mal llamada “Hidrovía”, todo parece indicar que la historia volverá a repetirse, y lo que es peor aún, con el silencio de la gran mayoría de los gobernadores, que prefieren mantener una buena sintonía con el ejecutivo para evitar mayores recortes en el marco del plan motosierra que venimos padeciendo. Por eso es muy importante el papel que ha desempeñado el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, en la denuncia de toda esta situación y en la necesidad de insistir en otro reclamo soberano, la ejecución del canal Magdalena.

Aturde el silencio del gobernador Maximiliano Pullaro, sobre todo entendiendo que es la provincia con más kilómetros de costas frente al Paraná (720km) y en donde mayor presión ejerce el lobby agroexportador. ¿Será esa la causa a tanto silencio?

Un crimen ambiental

No por ser el último punto de este escrito, es el de menor importancia. Mucho se viene discutiendo en relación a la necesidad de contemplar los aspectos ambientales en obras de infraestructura de esta envergadura, en donde los impactos son cada vez más notorios.

Salvo el actual presidente que lo niega cada vez que puede, el denominado “cambio climático” es un hecho incuestionable y afecta cada vez con mayor fuerza a todo el mundo. La urgencia de la situación requiere de medidas concretas para revertir un deterioro que cada vez se expresa de mayor fuerza con sequías prolongadas y desastres climáticos cada vez más recurrentes.

Por eso, es inconcebible que se deje en manos del concesionario la realización de los estudios de impacto ambiental. Es sabido que si no tienen marcos objetivos e independientes para su realización, en general terminan en dibujos a la medida de los intereses de los que pagan los estudios.

Y lo peor de todo, es que en el Pliego ni siquiera se establecen parámetros de profundidad del dragado. Es decir que el objetivo, tantas veces reiterado por la Bolsa de Comercio de Rosario, de llevar a 42 pies el canal de navegación, podría hacerse realidad, efectuando al hacerlo un daño de magnitudes y consecuencias incalculables.

¿Dónde imaginan que se podrán acumular los 125 millones de m3 que implicaría este sinsentido?

Es una locura que se pretenda llevar todo el tramo del río Paraná hasta Timbúes a una profundidad de un puerto director de aguas profundas de ultramar. ¿Quién se va a hacer responsable de este crimen?

En este sentido, se sabe, las tareas de dragado no pueden realizarse sin atender a una precisa planificación en la movilización de sedimentos y los reservorios de refulado. El hacerlo sin control ya ha venido generando modificaciones en el curso del río, en muchos casos, acelerando los procesos de sedimentación de forma descontrolada.

Muy lejos parecen quedar con estos lineamientos las metas sobre sostenibilidad económica, ambiental y social del sistema fluvial más importante del país.

Es imperioso denunciar esta entrega de soberanía, y avanzar en acciones que permitan un futuro distinto para nuestro río y nuestra patria, porque como siempre decimos, “ENTREGAR EL PARANÁ, ES COMO ENTREGAR NUESTRA BANDERA”

(*) Miembro del Foro por la Recuperación del Paraná y del Encuentro Federal por la Soberanía

[1] Después del puerto de New Orleans, por el cual salen las exportaciones de EEUU, a través del río Misisipi que recorre el país de norte a sur, el complejo agroexportador del Gran Rosario, ocupa en la actualidad el 2do puesto del ranking mundial por el volumen de cargas transportadas.

[2]https://cnnespanol.cnn.com/2024/04/25/paises-sanciones-departamento-tesoro-eeuu-orix

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RIO PARANÁ

Un contrato de dragado por 30 años es inadmisible

Por Feliciano Ramos (*)

Como si fuera poco para el pueblo argentino tener que pagar (con sus impuestos) por más de 30 años (desde la década del 90 hasta la fecha) sumas multimillonarias en dólares por el dragado extranjero de la empresa belga Jan de Nul para que las terminales portuarias multinacionales extranjeras puedan seguir haciendo fortuna con las exportaciones de nuestro país, ahora quieren hacer una licitación internacional de dragado por 30 años.

Se habla de dragar el río Paraná desde Timbúes (Km. 470) aguas abajo de 34 pies a 42 pies, o sea 12,81 metros. Pero atención, no se vaya a creer que se mide desde el pelo de agua sino 12,81 metros desde el cero hacia abajo. ¿Y qué es el cero? El cero es un promedio de las bajantes históricas más bajas que tuvo el río Paraná. Para que se entienda 12,81 metros para abajo desde la altura del río Paraná en las bajantes históricas más bajas, ese es el “cero”. Imaginase la cantidad de material de dragado sin destino cierto, millones de metros cúbicos de arena, barro, limo, removidos y dragados para luego dejarlo y que el río se encargue de acomodarlo cómo y donde pueda. ¡Pobre río Paraná, ya lleva más de 30 años de daños por un mal dragado! De desprecio al mismo río, de explotación descontrolada, ¿se aguantara 30 años más de sobre dragado? Más aún con las bajantes que se sufren ¿quién defenderá nuestro río? Si no lo hacemos nosotros no esperemos que lo hagan los gobiernos y menos aún los extranjeros que lo explotan, pues para ellos solo es un medio para seguir haciendo dinero.

Por otro lado, es raro hacer una licitación internacional donde el monto del contrato es por lo menos incierto. Dicen: pero les pagan con el peaje que hoy cobra el Estado, es contradictorio, además el peaje corresponde al país que exporta y por la ley internacional de reserva de carga hay un 50 % que es netamente carga del país que exporta. El peaje que cobra hoy el país es por el dragado y señalización que desde 126 años vino haciendo la Dirección Nacional de Vías Navegables y por el dragado desde los 90 también. Además, el peaje que hoy cobra el Estado son apenas la migajas de la gran torta que son las exportaciones en manos de terminales portuarias extranjeras que nada aportan al país y se la llevan toda. El modus operandi: autocompra, triangulación y contrabando.

Ningún gobierno puede hacer solo una licitación por 30 años siendo que su mandato llega apenas a 4 años, claramente sobrepasa el tiempo de mandato por esto se debería debatir y consensuar con la oposición y demás fuerzas políticas, porque aunque no parezca estamos en democracia.

El daño del río Paraná ya está, es una realidad y es peligroso, más aún en bajante, profundizar de acuerdo a los intereses comerciales de los extranjeros y más por 30 años sin tener en cuenta un estudio serio y completo ambiental, las provincias y sus respectivas poblaciones que serán las perjudicadas por tan insensato daño. No se tienen en cuenta las provincias por donde pasa el río, las despojaron de su derecho natural de decidir sobre sus ríos.

La decisión de cuál será la profundidad de dragado y ancho del canal debe surgir de un estudio integral del estado y el daño producido al río Paraná, y de un estudio ambiental hecho por las universidades de cada provincia ribereña y no de los puertos extranjeros, bolsa de comercio, ni dragadoras extranjeras. Es una atrocidad darle la opción de profundidad a la dragadora y puertos extranjeros

Hoy todo esto se hace más peligroso aún, con la decisión de querer dragar los pasos de piedra del río Paraguay, estos pasos de piedra hacen de diques naturales de contención del río y así como un dragado a 42 pies en el Paraná inferior acelera el drenaje de las aguas el dragado de pasos de piedras lo acelera aún más, se debe tener mucho cuidado en no destruir aún más estos ríos.

La decisión debe ser de toda la clase política y de todas las provincias, si no esta licitación está viciada y no tiene validez, más aún cuando por decreto se derogó el Ente de Control y Gestión creado por ley.

Es curioso este hecho, en un gobierno que suspendió todas las obras públicas, como ser reparaciones de rutas y otras de diversas índole que son necesarias y benefician a la población, todo para que le cierren las cuentas, pero lo que no hizo por la población lo hace por los puertos extranjeros que hoy se quedan con el multimillonario negocio de las exportaciones argentinas.

Ya está probado a través de más de 30 años, desde la década del 90 hasta hoy, que con el dragado y las terminales portuarias en manos extranjeras se multiplican: los desmontes, las cosechas y la pobreza.

(*) Feliciano RAMOS – Capitán Fluvial Dragador (Integrante del Foro por la Recuperación del Paraná).

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SOBERANÍA

En nuestra Patria “herida”: peligros y desafíos para la Argentina que viene

Defender el patrimonio nacional, la soberanía popular y la independencia argentinas

¡A contracara de los sentimientos del pueblo argentino!

La política del gobierno de Javier Milei, de entrega y claudicación nacional y descarados alineamientos internacionales frente a un mundo que enfrenta la forma más bárbara y brutal del imperialismo que pretende imponernos la esclavitud “moderna”, acelera hoy nuestra urgencia ante nuevos desafíos.   

Avanzada largamente la noche del 3 de abril, luego de un viaje apresurado, rastrero y sorpresivo a Uhsuaia (capital de Tierra del Fuego) para rendirle pleitesía desesperada y “genuflexamente” al gobierno de EE.UU (y a sus amigos de la OTAN), el presidente Milei reafirmó, una vez más de espaldas al pueblo argentino, su alianza estratégica  con el gobierno de EE.UU y la OTAN.

El acto que acompañó al inédito encuentro fue realizado en la base militar de la ciudad.

Se entonaron las estrofas de los himnos nacionales de ambos países (Argentina y EE.UU), y flameaban las dos banderas, pudiendo observarse en el mástil que la bandera de EE.UU superaba en altura a la “Bandera Nacional Argentina”.

Teniendo como principal protagonista a la Jefa del Comando Sur de EE.UU, Generala Laura Richardson (que no había sido recibida por el gobernador de la provincia, Gustavo Melella, quien manifestó su rechazo), Milei afirmó, entre otros dichos: “… hoy el mejor recurso para defender nuestra soberanía y para abordar de forma exitosa estos problemas es precisamente reforzar nuestra alianza estratégica con los Estados Unidos…”“… Estamos muy agradecidos por la visita de la general Richardson y por el apoyo que el gobierno de los Estados Unidos ha decidido brindarle a la Argentina. Esperemos que estos primeros pasos sean el comienzo de una relación especial entre ambas naciones…” Y anunció la construcción de una base naval conjunta en la zona que, según sus palabras: “Se trata de un gran centro logístico que constituirá el puerto de desarrollo más cercano a la Antártida y convertirá a nuestros países en la puerta de entrada al continente blanco.” 

El real objetivo de la reciente visita de Richardson es la claudicación y entrega total de soberanía de parte del gobierno argentino al país que preside la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y que conjuntamente con Inglaterra ocupa parte de nuestro territorio nacional como son las islas Malvinas, lo cual  Milei “obvió” mencionar (como también lo hizo con el gobierno inglés) escondiéndolo bajo la alfombra en el propio acto por el 2 de Abril.

El encuentro constituyó una verdadera afrenta a la Causa Malvinas, a nuestros ex Soldados Combatientes, y al justo y permanente reclamo de los derechos soberanos de todo el pueblo argentino sobre “nuestras Islas”, pueblo que apenas horas antes rendía su merecido homenaje a los caídos y reclamaba los “derechos soberanos” haciéndolos sentir una vez más.

Otra violación a nuestra soberanía, concretada recientemente por los ingleses, es la ampliación de la zona de exclusión en 166.000 kilómetros cuadrados en el litoral marítimo, lo cual acrecienta  aún más la pesca ilegal que realizan en nuestros mares.

¡Es de “necesidad y urgencia” recuperar y ejercer la soberanía sobre nuestras tierras y aguas y sobre todos nuestros recursos y riquezas! ¡Ni yanquis, ni chinos, ni ingleses, ni rusos, ni franceses, ni belgas…! ¡Argentinos!

Con esta profundización y extensión en la intromisión de la OTAN en nuestro territorio, ampliando su base militar, no solo está en peligro nuestra integridad territorial, fluvial y marítima como Nación, sino que tiene una proyección continental, apuntando los cañones contra toda América. Por eso la salida no es actuar de modo “independiente” sino en conjunto, conformando una verdadera “hermandad soberana” con los demás países de América Latina que son nuestros verdaderos aliados estratégicos, levantando siempre el principio de “la libre autodeterminación de los pueblos”.

¿Qué es la OTAN?

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es una alianza que se creó en el año 1949, luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial.

La OTAN tiene su base de operaciones en Bruselas (Bélgica). En sus comienzos estaba conformada por 12 países miembros, hoy cuenta con 32. Poseen 42 bases militares reconocidas en el mundo, distribuidas en alrededor de 40 países y más de 800 bases en forma “camuflada”. Contabilizan una fuerza conjunta de más de 3 millones de soldados. Una de esas bases, la más grande en el continente americano, está en nuestras Islas Malvinas, y buscan extenderla.

Se cumplen 75 años del nacimiento de la OTAN. Para conocer su legajo, basta ver las espantosas guerras de Kosovo, Libia, Afganistán, entre tantas otras.

¿Se alcanza a comprender la gravedad de la situación?

En esta coalición mundial son aliados fundamentales: Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Bélgica e Israel, los países más agresivos del mundo, desde siempre.

A este órgano no debemos analizarlo como algo homogéneo, monolítico, sino que en su seno conviven tremendas disputas, un reflejo de esto es el caso del proceso electoral de los EE.UU para este 2024, donde esta disputa está al orden del día.

La “base central de comando” de la OTAN en Bruselas (Bélgica) se divide en tres funciones fundamentales: la primera es la “dirección de mandos y control”; la segunda es la de “dirección y estandarización de fuerzas aliadas y formas operacionales”; la tercera es la de “operaciones de maniobras”, tanto de defensa como de ataque.

Alineados con el gobierno de Milei: ¿Cuáles son algunos de los objetivos de EE.UU y el Comando Sur, Inglaterra, la OTAN?…

Es ampliar la base militar en Malvinas.

Es el control absoluto del Atlántico Sur, los pasos bioceánicos, el control del Pacífico y del Atlántico, el continente antártico, y  la proyección continental sobre toda América Latina. Controlar este lugar estratégico a escala mundial es controlar una parte del mundo.

Es el envío para el mes de mayo del portaaviones USS George Washington, el cuarto buque más importante de la Armada de EE.UU, como fue confirmado por el vocero presidencial Manuel Adorni.

Ese buque es un buque de propulsión nuclear, botado en julio de 1990. Tiene un largo de más de 330m y un ancho de 76m. Cuenta con distintos sistemas de radar y una capacidad de albergar a 3.200 tripulantes, 90 aviones, y helicópteros.

Se avanza en la compra de 24 aviones de combate F-16 a Dinamarca. Las naves fueron fabricadas por la empresa norteamericana Lockheed Martin y llegarían a la Argentina recién en diciembre, debido a que Dinamarca las entregará sin equipamiento ni armamento, y cuyo sistema operacional requiere, además, ser adaptado.

Cabe recordar como antecedente que en 2023, denunciado oportunamente, Laura Richardson hizo una especie de “inventario” de los recursos de América del Sur y los intereses norteamericanos en ese mismo sentido, por los que vienen y consideran como “propios”. Tomado de  sus palabras: “las reservas de petróleo más grandes, incluidas las de crudo, ligero y dulce”; “los recursos de Venezuela también, con petróleo, cobre y oro”; “el triángulo del litio de Chile, Bolivia y Argentina”; “los bosques de la Amazonia que son los pulmones del mundo”; tenemos el 31 por ciento del agua dulce del mundo en esta región”. Y agrega que a EE.UU le “queda mucho por hacer” y que “esta región importa” ya que “tiene mucho que ver con la seguridad nacional y tenemos que empezar nuestro juego”, refiriéndose a la disputa geopolítica que mantiene con China y Rusia por estos recursos.

EE.UU: Gran aliado de Inglaterra en la “guerra de Malvinas”

Cabe una pregunta: ¿cómo puede ser nuestro aliado un imperialismo que comparte una base militar en territorio argentino (OTAN), en nuestras Islas Malvinas, y que contribuyó con suministros a Gran Bretaña, primero en forma solapada y a partir del 30 de abril de 1982 abiertamente?

El suministro de armas y equipos y la firma de un apoyo pre existente al conflicto por parte de Estados Unidos a Inglaterra es más que notorio si tomamos datos relevantes.

Dos son los motivos por los cuales EE.UU apoyaría a los ingleses:

1) Gran Bretaña ocupaba un importante rol en el Atlántico Norte, en el marco de la OTAN y la distracción de sus medios en un teatro de operaciones de importancia realmente secundaria, implicaba que EE.UU debía llenar ese vacío, al menos temporalmente. Peor aún, si las fuerzas británicas sufrían pérdidas, ese reemplazo llevaría más tiempo. En dicha inteligencia, ayudar a Gran Bretaña implicaba ayudar a la OTAN, una alianza que tenía como principal protagonista a EE.UU.

2) Los británicos no podían ser vencidos por los argentinos. Ello sería visto como un signo de debilidad de los ejércitos de la OTAN.

El día 30 de abril de 1982, en una conferencia llevada a cabo en Washington, el secretario de Estado de los EE.UU señaló, entre otras cosas, que “Estados Unidos responderá positivamente a los requerimientos de material para las fuerzas británicas.”

Para el mismo momento, EE.UU bloqueaba pedidos argentinos de equipos militares y repuestos que ya se encontraban pagos, no así los pedidos ingleses que fueron cumplidos con máxima prioridad.

Hay que señalar también que los británicos retiraban el material desde EE.UU. Los norteamericanos se encargaban de transportar las armas a depósitos propios en Europa o, directamente, a la Isla Ascensión. Cuando los británicos las necesitaban, concurrían a retirarlas y recién entonces efectuaban el pago a la Reserva Federal estadounidense, agregando que si el material no era usado (por la razón que fuera) era devuelto a los norteamericanos, quienes reintegraban el dinero.

¡Grandes ejemplos “malvinizadores”!

En la patriótica, histórica y emotiva vigilia por el “2 de abril” en la ciudad de Rosario, el pueblo acompañó a nuestros ex Soldados Combatientes: “reserva moral de la Patria”.

Desde las 17 hs. del lunes 1 de abril, con cantidad de stands y un escenario con gran despliegue musical en vivo, por allí  pasaron miles, con gran presencia de jóvenes. Cientos se tatuaron en el cuerpo a nuestras Islas Malvinas.

Desde los oradores, se resaltó y agradeció con gran emoción el acompañamiento y apoyo popular a las “vigilias”, donde también fue compartido cómo fue su origen en Argentina. 

Se entonó a “viva voz” el Himno Nacional Argentino y, una vez más, entre muchos otros cánticos, se escuchó con fuerza a la multitud entonando a coro “¡No se vende, la Patria no se vende!”.

En el acto realizado durante la jornada siguiente en el Cenotafio a los caídos en Malvinas, en el  Monumento Nacional a la Bandera, Claudino Chamorro dirigió la palabra  en nombre de los ex Soldados Combatientes, manifestando la preocupación con que viven actualmente la política del gobierno nacional, que no tiene una posición clara en relación a la defensa de la soberanía nacional. Asoció los falsos ídolos o falsos héroes que se construyen y promueven en la actualidad y son hoy los ejemplos a seguir en muchos casos para nuestra juventud, contraponiéndolos a quienes tienen que ocupar el lugar de nuestros verdaderos ídolos y nuestros ejemplos a seguir, justo lugar en el que ubicó a quienes dejaron la vida defendiendo la Patria: ¡nuestros caídos y nuestros héroes de Malvinas! Ever Arnoldo, de Generación Malvinas e hijo de ex Soldado Combatiente, manifestó en su mensaje que cuenten siempre con los malvineros para la reconstrucción y defensa de nuestra “soberanía nacional”. Se expresó inclaudicablemente del lado de Malvinas, nunca del lado de Margaret Thatcher. Cabe destacar que, vergonzosamente, Margaret Thatcher es ¡una de las ídolas máximas del presidente argentino Javier Milei!

El espíritu de Manuel Belgrano nos continúa alumbrando el camino: “NI AMO VIEJO, NI AMO NUEVO, ¡NUNGÚN AMO!”

Un mundo “multipolar” reconfigurándose en bloques

La guerra Rusia-Ucrania es un punto de inflexión. Toda la política internacional, como parte de este nuevo reparto del mundo, está presidida de guerras en curso, locales y regionales, con perspectiva de guerras globales inéditas.

En un mundo “multipolar” reconfigurándose, se van delineando dos bloques: por un lado el liderado por EE.UU, Inglaterra y Japón; por el otro el que conforma Rusia en alianza con China. La disputa por controlar las fuentes y suministros de materias primas, alimentos, energía, hacen que el nuestro sea un territorio de feroz disputa.

Los argentinos y los pueblos de América Latina y del mundo debemos abrazar la lucha por una paz justa y duradera, en contraposición a la paz de la sumisión y el sometimiento: esta pasa a ser la bandera de todos los pueblos del mundo y debe estar a la orden del día, oponiéndonos  radicalmente a una guerra interimperialista en la cual nada tenemos que hacer.

Fue un grave error del campo popular pregonar la “alianza estratégica con China”, como permitir la instalación de su base militar espacial en Neuquén.

Es un grave error aliarse con Estados Unidos. Esto nada tiene que ver en absoluto con ninguna  salida soberana, como pretende hacernos creer el presidente Javier Milei, que expone a todos los habitantes de América a las garras -y las miras- de la OTAN.

Por eso reafirmamos: ¡ninguna injerencia militar, ni ninguna dependencia de nuestro país! ¡Ni de EE.UU, ni de China, ni de la OTAN! Es importante tener claro que ¡no hay imperialismo bueno!

Frente a la disputa por el nuevo orden mundial, Argentina debe rechazar cualquier orden que hipoteque o lesione su desarrollo independiente y unirse fundamentalmente a los pueblos hermanos de latinoamérica para romper la cadena de la dependencia.

¡Seguiremos el camino para lograr la más amplia unidad en el avance de la lucha por una Patria libre, justa y soberana!

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