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CIENCIA TRABAJADORES

Inteligencia artificial ¿Al servicio de quién?

Por Germán Mangione

La semana pasada se conoció, a través de sus redes sociales, un nuevo alegato de preocupación por el avance y la orientación que está tomando la tecnología de inteligencia artificial. En este caso el impacto del planteo tiene que ver con que lo hizo Geoffrey Hinton, uno de los pioneros en el área.

En 2012 Hinton, informático que hasta esta semana formó parte de Google, a la que renunció para “poder hablar libremente”, inventó la tecnología base de la inteligencia artificial (IA) que hoy utilizan las grandes empresas como OpenAI, desarrolladora de ChatGPT.

El técnico se sumó así al coro de voces de la industria yanqui de la tecnología que viene pidiendo “una pausa” en el desarrollo de esta tecnología que avanza vertiginosamente en una carrera que los científicos del área aseguran “es un salto como el de la llegada de los teléfonos inteligentes y para el que la sociedad no está preparada”

Hace algunas semanas la revista Futurelife.org.  publicaba una carta firmada por científicos y CEOs del área tecnológica, entre los que se encuentra Elon Munsk (CEO de Twitter, Space X y uno de los inversores primigenios de OpenAI), en la que hacían un llamado a todos los laboratorios de AI para que “pausen inmediatamente durante al menos 6 meses el entrenamiento de los sistemas de IA más potentes que GPT-4″

¿Cuál es la preocupación? Que en la carrera empresarial por lograr el mayor adelanto no se tengan en cuenta las consecuencias en la sociedad. Por un lado, aparecen preocupaciones en torno a la producción de imágenes y textos a través de inteligencia artificial en un nivel que hace muy difícil el reconocimiento de que es creado por humanos y que por máquinas y por tanto que es real y que no. Algo complejo en el mundo de la comunicación actual y que ya tuvo su primera prueba viral con la supuesta foto del Papa con una campera moderna.

“El trabajador sólo respetará la máquina el día que ésta se convierta su amiga, reduciendo su trabajo, y no como en la actualidad, que es su enemiga, quita puestos de trabajo y mata a los trabajadores”
Émile Pouget (1860-1931), anarcosindicalista francés

Es el capitalismo, estúpidos

“La IA avanzada podría representar un cambio profundo en la historia de la vida en la Tierra, y debe planificarse y administrarse con el cuidado y los recursos correspondientes. Desafortunadamente, este nivel de planificación y gestión no está ocurriendo, a pesar de que en los últimos meses los laboratorios de IA entraron en una carrera fuera de control para desarrollar e implementar mentes digitales cada vez más poderosas que nadie, ni siquiera sus creadores, pueden entender, predecir o controlar de forma fiable”, afirma la carta que firmó junto a científicos y empresarios de todo el mundo.

Lo que ni Munsk, ni Hinton, ni ninguno de los popes de los monopolios tecnológicos se preguntan es si bajo el capitalismo es posible que suceda de otra manera, y no lo hacen porque la respuesta (que no hace falta consultar en ChatGPT) es que no.

Las características propias de la carrera incesante por aumentar la productividad y las ganancias, que va más allá de las definiciones particulares de tal o cual empresario y que está impregnada en la esencia misma del sistema capitalista como forma de sobrevivencia, hacen que sea una fantasía irrealizable cualquier “planificación”, cualquier “acuerdo” entre monopolios o cualquier “pausa” en el avance técnico. Y mucho menos por cuestiones morales o éticas.

¿Alguien puede pensar que en un mundo donde se avanza a pasos agigantados hacia la guerra y hacia la consolidación de bloques imperialistas antagónicos, y en donde la tecnología juega un doble rol de competencia económica y bélica, algún país va a siquiera pensar en detener sus investigaciones con el riesgo de quedar rezagados frente a las otras potencias? Solo aquel que desconozca que vivimos en la etapa del capitalismo imperialista que ya describió Lenin hace más de 100 años podría fantasearlo.

Otro futuro es posible

Entender el carácter de clase del enfoque de este debate también permite evitar caer en visiones apocalípticas que impiden o paralizan la perspectiva de un futuro mejor en el cual las grandes mayorías trabajadoras sean protagonistas de un cambio revolucionario.

Como sucede con cualquier avance técnico, este salto tecnológico se da en el momento que maduraron las condiciones necesarias para que sea posible. Y ese salto es casi inevitable teniendo en cuenta las reglas de la competencia capitalista.

Pero ese mismo grado de desarrollo adquirido permite preguntarse por su posible uso en favor de las grandes mayorías. ¿Podría servir para trabajar menos, trabajar todos y distribuir mejor? ¿Podría aplicarse para desarrollos en salud, y educación que permitan mejorar las condiciones de millones de personas en el mundo?

Como explicaba en los años 70 Camilo Taufic en su libro Periodismo y lucha de clases, refiriéndose a los medios de comunicación masiva que ya mostraban su poder de dominación sobre las masas: “En tanto instrumentos, los medios de comunicación no jugarán otro rol que el que quieran asignarles sus dueños, y así podrán ser instrumentos de cultura o instrumentos de incultura; medios de dominio o medios de liberación; elementos para unir a un pueblo o para desorganizarlo; para enaltecerlo o para hundirlo. Es la propiedad sobre el medio de comunicación la que determina al servicio de quiénes éste se coloca, a favor de qué causa, de qué valores, de qué clase social. Y los grandes medios ultramodernos llegarán a estar al servicio del progreso, de la cultura, del pueblo, únicamente cuando todo el pueblo sea el dueño de ellos; cuando la propiedad sobre los medios sea una propiedad social”.

Es lícito el miedo y la preocupación de la gente sobre el tema porque hasta ahora el proceso de tecnologización creciente de la producción no ha mejorado la vida de los trabajadores y trabajadoras, sino que ha acentuado la desigualdad, con la creación de menos trabajos y más precarios.

Pero por supuesto que sus usos en manos de las mayorías y en defensa de sus intereses podrían mejorar la vida de millones de personas. Lo que está claro es que en ambos casos el nudo de esa perspectiva no está en la tecnología misma sino en su uso. Porque nunca es un problema de técnica, sino en manos y al servicio de qué clase está.

 

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ENERGÍA SOBERANÍA

Visitas atómicas en el suelo argentino

Por Germán Mangione (*)

La llegada a la Argentina, hace quince días, de uno de los más altos funcionarios de energía nuclear estadounidense terminó de cristalizar una disputa entre dos potencias que tiene como teatro de operaciones el suelo argentino y, como eje, el desarrollo nuclear.

¿Qué vino a controlar Christopher Hanson, titular de la Comisión Regulatoria Nuclear de EEUU? ¿Cuáles son las inversiones chinas que preocupan a EEUU en esta área? ¿Puede Argentina maniobrar en esta disputa e impulsar un desarrollo autónomo?

El visitante

El miércoles 12 de abril los y las trabajadores de los principales centros donde la Argentina tiene sus desarrollos nucleares pudieron ver cómo un funcionario estadounidense recorría, sin el acompañamiento de ningún alto funcionario del gobierno argentino, las centrales Atucha I y II y la obra de la central modular argentina CAREM. Y al día siguiente, lo mismo sucedía en el Centro Atómico Bariloche, de la Comisión Nacional de Energía Atómica.

Según informa Raúl Dellatorre en Pagina 12 esta semana Hanson llegó acompañado por otros cuatro miembros de la NRC (sigla en inglés de la comisión de regulación nuclear), en una misión que “no está inscripta en ningún convenio bilateral de cooperación o colaboración en materia nuclear, sino que expresa la decisión unilateral del gobierno de Estados Unidos de enviar sus agentes en la materia para tomar contacto con pares argentinos”

Esta visita “unilateral” incluso generó una peculiar y terrible fotografía difundida por el embajador de Estados Unidos en Buenos Aires, Marc Stanley. La foto del diplomático y su compatriota nuclear no tendría nada de raro sino fuese porque muestra a dos funcionarios estadounidenses que tienen detrás la bandera de su país y la de Argentina. En la imagen, Stanley hace las veces del anfitrión local que guia a un funcionario de su gobierno –por nuestras tierras— sin la compañía de ningún funcionario local. Más colonial no se consigue.

“Es un gusto dar la bienvenida al presidente de la Comisión Reguladora Nuclear de EEUU, Christopher Hanson. Estados Unidos y Argentina comparten una larga historia de cooperación nuclear y son socios en el uso pacífico de la energía nuclear”, afirmó Stanley en su cuenta de Twiter.

Es interesante recalcar que esta visita no es aislada, ni EEUU está enfocado solamente en la energía nuclear sino que es parte de una avanzada sobre “su patio trasero” y los recursos que existen en él.

En el twitter del embajador puede verse en estos últimos 10 días una catarata de visitas de altos funcionarios yanquis a la Argentina. Al día siguiente hizo su aparición Wendy Sherman (vicesecretaria de Estado de Estados Unidos), y a los pocos días volvió a visitar el país y reunirse con altos funcionarios locales Laura Richardson (jefa militar del comando sur de EEUU), quien saltó a la palestra pública con declaraciones sobre “nuestros recursos” y lo que implicaban los mismos para la defensa nacional estadounidense.

Pero volviendo al tema de esta nota ¿a qué vino Christopher Hanson? En una nota muy explicativa Daniel Arias, del concejo editorial de AgendAR y especialista en temas vinculados a la energía nuclear de factoría nacional, da cuenta del interés estadounidense por el desarrollo del proyecto de la pequeña central modular argentina CAREM. Un proyecto que lleva más de 50 años (y en el cual Argentina es pionera en el mundo) pero que siempre ha sido trabado por intereses extranjeros impidiendo su concreción.

Hoy el prototipo CAREM se encuentra en un avance del 62 % . Se comenzó a construir en 2014 y luego fue paralizado durante el macrismo. La obra compite con un desarrollo similar de Estados Unidos. Argentina es uno de los únicos tres países del mundo con el modelo en etapa de obra, con Corea y China.

Avance en la construcción de la central CAREM – julio de 2019

Pero, volviendo a la visita: ¿cómo el funcionario yanqui puedo hacer el recorrido? El periodista Arias, asegura en su nota de AgendAR, que “conociendo a CNEA y NASA, la orden de abrirle la tranquera a Hanson debe haber llegado de Presidencia de la Nación. No creo que el gringo hubiera podido pasar de ningún otro modo” y alerta:

“Hanson no es un cuatro de copas ni tendría que haber entrado jamás al CAREM. Como licenciador de diseños, trabaja simultáneamente para TODAS las empresas nucleares viejas y emergentes de su país, y a sola vista de la obra civil puede comparar y evaluar sin mucho error las ventajas y debilidades de nuestro proyecto medidas contra los similares estadounidenses”

La disputa

Sin embrago y más allá del posible espionaje nuclear el funcionario (y el resto de las visitas yanquis) no se dan en cualquier momento sino en uno de los más álgido de la disputa por la influencia sobre nuestro subcontinente y principalmente sobre Argentina.

En el área nuclear en particular, la visita se enmarca en las presiones de Estados Unidos para impedir que Argentina avance en el acuerdo de construir una cuarta central nuclear Hualong-1, con financiamiento y tecnología que proveerá China.

Ya el año pasado, también en abril, Ann Ganzer (diplomática del Departamento de Estado) visitó la Argentina y dejó claro que EEUU estaba en desacuerdo con el avance de la inversión china. En aquella oportunidad estuvo en el edificio de Villa Martelli, que aloja a la empresa operadora de las centrales de energía nuclear más grande de la Argentina.

La gira contó con reuniones en Casa Rosada con Juan Manzur, Jorge Taiana y Daniel Filmus; y con el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz. Otras en Cancillería y recorrida al predio bonaerense de Atucha y de la empresa IMPSA, en Mendoza, para observar el desarrollo del CAREM.

En aquella oportunidad, Gustavo Béliz, –conocido por sus vínculos con el lobby estadounidense y acusado de ser quien pisaba el avance de las inversiones chinas en el país— fue citado por el bloque del Frente de Todos en el Congreso, por las demoras para activar la última etapa de las inversiones en Atucha III. Horacio Verbitsky daba cuenta de este rol del ahora ex funcionario en una nota del Cohete a la Luna del 10 de abril del año pasado titulada “Beliz, el radiactivo”

“Un informe sin firma que está circulando dentro del sector nuclear, sostiene que Béliz y su equipo de trabajo ‘han sido consistentemente esquivos a darle la celeridad que requiere la negociación financiera asociada al contrato comercial por Atucha III con el consorcio de bancos liderados por el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC)’. Hace un mes que Béliz no responde a un pedido de audiencia presentado por el presidente del Directorio de Nucleoeléctrica Argentina S.A. Tampoco asistió a la Quinta Reunión del Mecanismo de Diálogo Estratégico para la Cooperación y la Coordinación Económica (DECCE) desarrollada de forma virtual el 27 de enero de 2022” en donde la Cancillería argentina acordó con la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma china el listado de los 10 proyectos prioritarios a incluir en el Plan Quinquenal de Infraestructura, entre los que se encuentra el proyecto Atucha III”. La contraparte china ha solicitado sin éxito que se formalice la solicitud del 100% del financiamiento del proyecto Atucha III, para poder comenzar con las negociaciones correspondientes”

La China atómica.

Las preocupaciones de EEUU sobre proyectos nucleares chinos van mucho más allá de la Argentina y están asentados en los planes nucleares chinos, que como siempre son a gran escala y a largo plazo.

China planea construir al menos 168 nuevos reactores en los próximos 15 años, más de los que el resto del mundo ha construido en los últimos 35. El esfuerzo podría costar hasta 440.000 millones de dólares. A mediados de esta década, el país superará a EEUU como mayor generador de energía nuclear del mundo.

China tiene actualmente 51 reactores en operación, 18 en construcción, 37 planeados (7 de ellos comenzarán a construirse este año) y un total de 168 reactores propuestos. Con unos tiempos de construcción rondando los cinco años, es fácil predecir que a finales de esta década China será el país con mayor producción nuclear del mundo, superando con creces a Francia y a Estados Unidos, con 56 y 93 reactores respectivamente.

De hecho el gobierno chino señaló a la energía atómica como la única forma de energía con objetivos provisionales específicos en su plan quinquenal oficial. El objetivo: 200 gigavatios de energía para 2035, suficientes para abastecer a más de una docena de ciudades del tamaño de Pekín y combinado con una nueva tecnología que pueda reducir los residuos para evitar contaminar.

China afirma que sus planes podrían evitar unos 1.500 millones de toneladas de emisiones anuales de carbono, más de lo que generan el Reino Unido, España, Francia y Alemania juntos, informa Bloomberg. Y tiene además la fuente de financiación, ya que alrededor del 70% del coste de los reactores chinos está cubierto por préstamos de bancos estatales.

Si bien puede rastrearse un motor de estos proyectos en la promesa medioambiental de Xi Jinping de que China alcanzará un pico en las emisiones de dióxido de carbono antes de 2030 y la neutralidad de carbono antes de 2060, el interés chino no es solamente ecológico sino que como todas las decisiones de los estados en este último tiempo tiene como telón de fondo el avance hacia tensiones de un mundo que avanza hacia el desacople comercial y tecnológico movido por las perspectivas de guerra. La energía, como otros insumos críticos, son un arma.

Por último, pero fundamental en el debate de los avances nucleares, China afirma haber desarrollado un sistema que permite reutilizar los residuos radiactivos de las centrales nucleares como nuevo combustible apto para esas mismas plantas. La nueva tecnología crea un ciclo infinito para el uranio, evitando la generación de residuos radiactivos, cuyo tratamiento y deposición es el talón de Aquiles de la energía de fisión nuclear.

Las preocupaciones estadounidenses tienen, por supuesto, fundamento de cara a la disputa por la energía, uno de los vórtices centrales de la contienda por la hegemonía mundial.

La ruta atómica de la seda

El proyecto de potencia nuclear de China no se reduce a su propio territorio, también espera que sus proyectos nacionales convenzan a los posibles compradores extranjeros. En 2019, el ex presidente de China National Nuclear dijo que China podría construir 30 reactores en el extranjero, que podrían hacer ganar a las empresas chinas 145.000 millones de dólares para 2030 a través de su Iniciativa Belt and Road (La Ruta de la Seda).

La propuesta inicial acordada entre China y Argentina en 2014 tuvo sucesivos capítulos que se fueron moldeando de acuerdo a los vaivenes políticos internos y de la diplomacia argentina, que suele ir variando a medida que cambian de signo político los gobiernos.

Las negociaciones entre China y Argentina contemplan la construcción de una central nuclear de tecnología china con un reactor Hualong-1, de diseño chino de agua a presión HPR-1000, perteneciente a la llamada Generación III, de 1200 MW, que se ubicará en el Complejo Nuclear Atucha situado en la localidad de Lima, Provincia de Buenos Aires. De ahí el nombre de Atucha III.

Complejo Nucelar Atucha

El financiamiento liderado por el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC) prevé el otorgamiento de un crédito de tipo concesional del orden de los 7900 millones de dólares, que alcanzaría el 85 % del precio del reactor. Este financiamiento incluye un período de gracia equivalente a la duración del proyecto (8 años), un período de repago extendido (12 años) y una tasa de interés única para este tipo de proyectos.

Según la cancillería argentina el proyecto “generaría unos 7000 puestos de trabajo directos durante el pico del proceso de construcción, a los que se deberían sumar las fuentes de trabajo generadas de forma indirecta, así como también el impacto positivo en las industrias locales que participen en el suministro de insumos, componentes electromecánicos y servicios asociados a su ejecución.”

Los intentos del lobby estadounidense para frenar esta obra empezaron en 2015 y lograron detener el avance de la obra pese al apoyo que se había generado en los profesionales de Nucleoeléctrica Argentina SA (NA-SA) y la Comisión Nacional de Energía Atómica.

Washington comunicó, durante la visita de Trump al país, su oposición a las centrales nucleares que la Argentina había acordado construir con la ayuda de Rusia y China. En las sucesivas reuniones bilaterales que el presidente Macri tuvo con los líderes de esa potencia, la Casa Rosada dejó en claro que ambos proyectos se daban por cancelados, con la excusa de la falta de fondos.

El proyecto, reactivado durante el gobierno de Alberto Fernandez, pese a las maniobras de personeros como Gustavo Béliz, entra nuevamente en una nebulosa con la reciente visita de los funcionarios nucleares yanquis y el rol del FMI ante la desesperante necesidad de divisas de la Argentina que seguramente empujara a políticas de mayor obediencia con la potencia del norte.

¿Qué hacer frente a la disputa de las potencias?

Argentina enfrenta en este ámbito múltiples retos. Pero sobre todo el de armar un camino propio, en medio de la disputa mundial, que permita y apuntale el desarrollo, pero con la traba de la falta de financiación propia.

Al respecto aclara el panorama Rodolfo Kempf, (físico de la UBA, docente, investigador, miembro de la CTA, especialista en Combustibles Nucleares, y Coordinador de Transición Energética en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Industria (CNTI)), quien asegura que “el orden de magnitud en dinero de costo de una central nuclear es de 5.000 millones de dólares. El financiamiento que hace la corporación nuclear china, hacia la central Hualong, es lo que facilita la posibilidad de, en pocos años tener esta central nuclear, y teniendo por parte de los chinos un comprador calificado, de los más calificados en el mundo. Por lo tanto, la principal limitante en una economía dependiente y devastada por las políticas macristas de endeudamiento a más de 100 años es el financiamiento que proveen los chinos”

Según argumenta Kempf el emplazamiento de esta nueva central fue una pelea que han dado por más de 15 años los trabajadores y trabajadoras del área nuclear, del sistema de ciencia y tecnología y del área energética, alcanzando que se cumplan dos condiciones al mismo tiempo: por un lado, la transferencia de tecnología del combustible para su fabricación en Argentina y todas las áreas asociadas, es decir, los estructurales, el combustible, la producción de polvo de dióxido de uranio por vías que minimicen los residuos del ciclo de combustible, que son radiactivos, y que son mínimos con respecto a otras fuentes de energía.

“Esa transferencia de tecnología nos permitiría conservar una singularidad que mantiene Argentina, no solo los 72 años de tecnología nuclear que nos ponen con muchos más años de desarrollo nuclear que otras potencias, estando constantemente a la vanguardia, sino que mantenemos nuestra tradición de fabricación del combustible” asegura.

Lo que está claro es que el camino hacia un desarrollo energético propio no será fácil, ni sin presiones, pero algo es seguro, la carrera comenzó hace rato, Argentina es parte y muchos nos quieren afuera.

(*) Germán Mangione. Periodista. Miembro del Foro por la recuperación del Paraná y Soberanía Popular San Lorenzo.

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INTERNACIONALES

“Nuestros” recursos

Por Germán Mangione (*)

Compartimos nota recientemente publicada en Revista Zoom.

 

Desde hace pocos meses, Estados Unidos viene transformando en debate público lo que hasta ahora se trataba de una disputa velada. Entre otros fines, se intenta empujar a a los gobiernos de la región a definiciones más claras sobre sus posicionamientos en un mundo que vuelve a dividirse en bloques.

Estados Unidos, China, Argentina y el litio.

Ni la injerencia estadounidense, ni el avance de las inversiones chinas en América Latina son fenómenos nuevos o que puedan sorprender a quienes siguen el acontecer de la política internacional de la región.

Sin embargo, lo que hasta hace unos meses fue una disputa velada que no trascendía algunos ámbitos especializados de la política internacional se transformó –luego de la pandemia y de la invasión rusa a Ucrania— en un debate público que escala mes a mes y que intenta empujar a los gobiernos de la región a definiciones más claras sobre sus posicionamientos en un mundo que vuelve a dividirse en bloques.

Un caso paradigmático de esa nueva política de disputa pública es el rol que ha tomado la generala Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM), quien se ha transformado en la principal voz crítica a la presencia China en la región, en esta etapa en donde Estados Unidos ha vuelto a poner su mirada imperial en su “patio trasero”.

Fue Richardson la que alertó el pasado jueves contra “la injerencia externa y las coacciones” de China en Latinoamérica y el Caribe, donde aseguró que Pekín está expandiendo su influencia económica, diplomática, tecnológica y militar.

Las declaraciones se dieron en el marco de la presencia de la generala junto al jefe del Comando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD), general Glen Van Herck, ante el comité de Servicios Armados del Senado de Estados Unidos para hablar de presupuesto de defensa para 2024.

Según la funcionaria militar yanqui, China ha ampliado su capacidad de extraer recursos y consigue el 36% de sus importaciones de alimentos de la región y el 75% del litio de Sudamérica y afirmó que Pekín lidera la pesca furtiva en las aguas del continente americano, causando una pérdida de beneficios de unos 3.000 millones de dólares.

“China ha establecido también puertos en varios países, manipula a los Gobiernos a través de prácticas inversoras depredadoras”, subrayó Richardson, una de las principales críticas de la iniciativa de La Ruta de la Seda impulsada por Xi Jumping desde 2013, y que ya cuenta con la adhesión de 19 países de Latinoamérica entre ellos la Argentina, adherida el año pasado.

La pelea por el futuro

Lo que más preocupa a Richardson y su gobierno es sin duda el control de los recursos de la región y no hacen ningún esfuerzo por disimularlo.

En una entrevista para el Atlantic Council, un organismo vinculado a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y hablando sobre la importancia que América Latina tiene para Estados Unidos planteó que el 60% del litio del mundo se encuentra en un triángulo que comparten Argentina, Bolivia y Chile, y se trata de un elemento «necesario hoy en día para la tecnología».

En la misma entrevista, difundida por redes sociales (que causó incluso la respuesta de funcionarios argentinos como el gobernador de Tierra del Fuego Gustavo Melella), la generala también se refirió a las reservas de petróleo, y mencionó que Estados Unidos tiene mucho por hacer para “proteger” lo que denominó “nuestros” recursos.

Sin dudas que el caso del litio es uno de los paradigmáticos en el enfrentamiento con China, por la presencia del gigante asiático en el sector en nuestra región, y por la importancia estratégica de este elemento en el futuro inmediato.

Argentina junto con Bolivia y Chile conforma el Triángulo del Litio, donde se aloja el 55% de las reservas mundiales de este producto considerado “oro blanco”. Argentina es uno de los países con más proyectos de explotación en curso y con menor cantidad de regulaciones al respecto y en el último tiempo recibió una avalancha de inversiones y anuncios de capitales chinos para su extracción y explotación.

Así, este “oro blanco” se ha convertido en uno de los sectores económicos de más rápido crecimiento del país, aunque sólo se encuentre en unas pocas provincias. En Salta está el 41% de las reservas, mientras que en Catamarca está el 22%, y en Jujuy el 21,45 %.

Múltiples compañías estadounidenses y europeas se han percatado de este escenario y han tratado de ingresar en el negocio pero, por el momento, Argentina ha favorecido el desembarco chino y los ha dejado en desventaja.

El precio del principal material para la fabricación de las baterías de litio se ha triplicado aproximadamente en el último año y es más de un 1.150 % más alto que en julio de 2020 y se estima que seguirá creciendo.

China es el principal consumidor de la materia prima extraída de la minería ya que en este país se encuentra la mayor parte de las plantas de conversión y la mayor producción de autos eléctricos del mundo. Esto sumado a los altos precios registrados durante el 2022 (según datos de la consultora S&P Global Platt’s los precios del carbonato de litio han aumentado un 531% en un año) empuja al gigante asiático a salir a la búsqueda de nuevas fuentes de aprovisionamiento, además de las tradicionales como Australia, el mayor productor de litio del mundo.

Esto implicó por ejemplo que en el primer semestre del año los envíos de carbonatos de litio desde Chile a China tuvieran un incremento del 601,5%, al totalizar ventas por más de US$ 81,6 millones, según consignó la aduana chilena.

La búsqueda de fuentes de aprovisionamiento incluye el aumento o la concreción de inversiones que habían sido anunciadas. Y en ese aspecto Argentina aparece en un rol central como receptora de las mismas.

Argentina es el país con mayor cantidad de proyectos en desarrollo. Desde finales de 2020 hubo 13 anuncios de inversión en proyectos vinculados a litio en el país, por más de US$4.000 millones.

Hoy solo dos proyectos se encuentran operando comercialmente: Salar de Olaroz, en Jujuy de la empresa australiana Allkem (fusión de Galaxy Resources y Orocobre); y Fénix en Catamarca, de la estadounidense Livent.

Se calcula que para 2025 estarán operando ampliaciones de estos dos emprendimientos y otros ocho que están en la actualidad en etapa de construcción. Además existen 35 proyectos en etapas de factibilidad, pre factibilidad, evaluación económica preliminar y exploración avanzada.

Según se desprende de los informes de la Secretaría de Minería de Argentina son las empresas chinas las que aceleran sus inversiones y anuncios en medio del “boom” del litio argentino.

Empresas como Jiangxi Ganfeng Lithium Co., Hanaq Group, Tsingshan Holding Group, Zangge Mining Group Ltd. y Tibet Summit Resources son controlantes o tienen participación accionaria en numerosos proyectos en estados avanzados de desarrollo. Ganfeng está en Cauchari, Jujuy; Tsingshan en el yacimiento Centenario Ratones, en Salta; Zangge en Laguna Verde, Catamarca; Jiangxi Ganfeng en el de Mariana, Salta; Tibet Summit Resources en Sal de los Ángeles, Salta; y Zijin en Tres Quebradas, de Catamarca.

De los 9 proyectos mineros que hoy cuentan con capitales chinos en el país, 6 son de litio y en 2021 se observó el predominio total de exportaciones de carbonato de litio, con el 98,2 por ciento del total de las exportaciones mineras al país asiático. El 42,3 por ciento del total de exportaciones de este commodities fueron destino a China, por 88 millones de dólares, según consigan el periodista económico Néstor Restivo en “Cash”, suplemento económico de Página12.

Esto es una gigantesca preocupación para Estados Unidos que intenta reducir su dependencia de China en todos los ámbitos. En el del litio la cuestión es crítica. Las importaciones de iones de litio de Estados Unidos alcanzaron un récord de 142.053 toneladas métricas en el primer trimestre de 2022, un aumento del 153,9 % con respecto al año anterior, y del 38,7 % con respecto al cuarto trimestre de 2021. Y China representó el 77,5 % de las importaciones de baterías de iones de litio de Estados Unidos. En el primer trimestre de este año con 110.081 toneladas métricas, frente a las 83.306 toneladas métricas del cuarto trimestre de 2021.

Las inversiones chinas en Argentina son vistas por Estados Unidos en esa sintonía, como demostraron las declaraciones de la general del Ejército de los Estados Unidos y jefa del Comando Sur, Laura Richardson, quien en reunión con ministros de Defensa de América Latina el 14 y el 15 de septiembre y utilizando una narrativa de supuesta defensa ambiental criticó fuertemente las inversiones chinas en América Latina como “problemas de seguridad nacional”.

En un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de Washington publicado por Página12, Estados Unidos aborda abiertamente el tema del litio en clave de seguridad nacional.

“Dado el conflicto comercial geopolítico con China, ésta podría usar su posición para dirigir el futuro de la transición mundial a una energía limpia. En vistas del estado actual de la cadena de suministro de litio, Estados Unidos se encuentra muy poco preparado para satisfacer el aumento exponencial de la demanda durante la próxima década y con posterioridad”, asegura el informe, que hace hincapié también en las facilidades que brinda la Argentina a la inversión extranjera por su falta de regulaciones y su provincialización de la administración del litio.

Lo que está claro que en la perspectiva de la nueva situación mundial signada por la amenaza de guerra y el corte de los suministros mundiales, la energía y en especial el litio se va transformando en un bien estratégico y en un arma de presión.

Las decisiones que tome Argentina, estarán signadas por la presión de las grandes potencias que se disputan ese recurso único, y el desafío será aprovechar soberanamente el mismo para el desarrollo autónomo (con industrialización y agregado de valor) o quedar preso de la guerra del oro blanco y los intereses externos.

Así en el cielo como en el agua

Pero no solo el litio está en la mira de la disputa interimperialista, en su primera visita a la Argentina, en abril del 22, la representante militar del comando sur mantuvo reuniones con las máximas autoridades de las Fuerzas Armadas argentinas, el ministro de Defensa, Jorge Taiana, y la vicepresidenta, Cristina Kirchner y en declaraciones a la prensa dejó claro “las líneas de trabajo” que seguirán en la región.

“La pesca ilegal, no reportada y no regulada está absolutamente ligada a China. En un día cualquiera, tenemos entre 350 y más de 600 embarcaciones chinas en el área bajo la órbita del Comando Sur. China obtiene el 36% de sus fuentes de alimentación en la región, no sólo en Argentina, sino en toda la región. Nosotros llamamos a esto actividades maliciosas; extraen recursos, pero no generan inversiones para el país”, afirmó casi desconociendo la historia de saqueo de Estados Unidos en la región.

Y se refirió también a la presencia “militar” china en nuestro país a través de la base en Neuquén. “Yo lo veo así: son instalaciones de un gobierno autoritario, que no deja que los argentinos accedan a ellas, excepto si van de visita. ¿En qué andan? Ellos no tienen las mismas preocupaciones que nosotros en términos de libertad y de un hemisferio occidental libre, seguro y próspero. Me preocupa. Y está manejado por una empresa del Estado y del Ejército Popular de China. ¿Para qué están usando eso?”

Mientras Richardson realiza estas denuncias públicas, con cierto tono de escandalizada, su país avanza por ejemplo en la ejecución del plan Maestro en Paraguay, que permitirá instalar una base controlada por el cuerpo de ingenieros del ejército de Estados Unidos sobre el Paraná para terciar en la disputa por el control de la hidrovía. Haz lo que yo digo, pero…

El imperialismo y sus modales

Si bien el reforzamiento de la presencia política de Estados Unidos sobre la región es cada vez más evidente (y toma cada vez mayor estado público), lo hace de la mano de los demócratas que (sin éxito) intentan buenos modales en la disputa. Distinto es el caso de la congresista republicana de Estados Unidos, María Elvira Salazar, quien la semana pasada directamente amenazó al Gobierno de Argentina con que su país tomará acciones ante un supuesto acuerdo de la nación austral con China para fabricar aviones caza JF-17.

“Lo voy a decir en español para que quede muy bien claro a mis amigos argentinos. Su presidenta (en referencia a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner) y su presidente (Alberto Fernández) están haciendo un pacto con el diablo que puede tener consecuencias de proporciones bíblicas. EE.UU. no se va a quedar con los brazos cruzados, porque no se puede tener un aliado que fabrique y exporte aviones militares chinos y que los venda a los vecinos”, señaló la legisladora en una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes.

Salazar indicó en su sitio oficial que la política argentina sigue la tendencia de acuerdos similares que los chinos hicieron con Venezuela y Bolivia.

La congresista que preside el Subcomité del Hemisferio Occidental de la cámara baja pidió mayor atención a la administración de Joe Biden. Denunció que el Departamento de Estado “ni siquiera parecía estar al tanto de la existencia de esta estación espacial en el suelo argentino” y que eso le causaba “decepción”.

Esa peligrosa disputa

Lo que es innegable es que Argentina, y toda la región, están en medio de la disputa de los intereses de las grandes potencias en un mundo que se abroquela en bloques y se prepara para la agudización de los enfrentamientos.

Y esto, más allá, de las supuestas intenciones de las políticas locales de mantener y sostener el multilateralismo, ira tensionando el escenario internacional y puede empujar bruscos cambios del escenario político en países como el nuestro.

La preocupación por defender “nuestros” recursos, y recuperar los que hoy están en manos extranjeras, debería ser sin dudas la que presida la política Argentina para pensar cualquier proyecto de futuro próspero y de desarrollo, en un mundo donde su posesión se ha transformado en un arma.

 

(*) Germán Mangione. Periodista. Miembro del Foro por la recuperación del Paraná y Soberanía Popular San Lorenzo.

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RIO PARANÁ SOBERANÍA

¿Nada que ver con la soberanía?

Por Germán Mangione (*)

Este lunes se realizó en la ciudad de San Lorenzo el “1er Foro Nacional e Internacional del Hub San Lorenzo con el título “¿Qué Hidrovía queremos?” organizado por la Unión de Comerciantes e Industriales de San Lorenzo (UCI).

Y no es casualidad que sea esta ciudad y esta región la que intenta tallar en uno de los debates centrales de la Argentina, porque es aquí donde se concentra el complejo agroexportador más grande del país por donde sale el 80% de la agroexportación y por donde entran uno de cada 4 dólares que se exportan.

En este evento se expresaron, salvo honrosas excepciones, las voces del lobby agroexportador con sede en la región en torno a cuál debe ser el destino de la administración de nuestro río Paraná hoy momentáneamente en manos del estado después de 25 años de privatización.

Si bien el evento, que duro más de 4 horas, tuvo decenas de expositores del ámbito político y empresarial me quiero concentrar en la exposición de quien en estos últimos años se ha transformado en una de las principales voces del lobby en contra de la recuperación por parte de los argentinos y argentinas de las atribuciones de administración total de nuestro río, y en favor de los intereses del minúsculo grupo de empresas extranjeras  que orienta el sector: Luis Zubizarreta (CEO de la agroexportadora Luis Dreyfus y presidente de la Cámara de Puertos Privados de la Argentina).

Este personaje del mundo empresario se ha posicionado, junto a otros como Gustavo Idígoras de CIARA-CEC, en los más férreos defensores del modelo privatizador de los 90 para nuestro río y contra cualquier intento de que la Argentina vuelva a ser protagonista de la planificación de uno de sus recursos más importantes: el río Paraná.

En esta ocasión en el panel “Mirada empresarial internacional y nacional” Zubizarreta volvió a dejar claro que el sector empresario agroexportador no está dispuesto a ceder ni un ápice del control absoluto que durante estos años tuvo de nuestro río y del comercio exterior, con un estado mirando para otro lado y a lo sumo legitimando el saqueo.

Luego de la introducción obligada, que se repitió en casi toda la jornada, con reclamo de obras por parte del estado (porque para eso si se ve que sirve el estado, para hacer las obras que les mejoren la rentabilidad) el CEO de la multinacional francesa apuntó directo al caracú del asunto: “vemos que lamentablemente ha habido mucha confusión con algunos términos y eso ha generado unas discusiones que no han tenido mucho sentido uno es el tema de la soberanía”

Y antes de seguir algunas aclaraciones. ¡ No hay ninguna confusión en el tema Luis!. Quienes venimos luchando y organizando foros soberanos en todo el país desde hace más de 2 años para que el Paraná y todos nuestros recursos vuelvan a manos argentinas estamos clarísimos en el tema. Estamos claros que tenemos visiones antagónicas a las que vos y el lobby agroexportador expresan y quieren imponer en la política argentina. Estamos claros más que nunca que lo que se está discutiendo en el futuro de la Argentina es la soberanía y la necesidad de recuperar lo nuestro. En todo caso es el sector que representas el que quiere enmascarar esta tan importante discusión en un problema técnico, que de técnico no tiene nada. Prosigamos.

Para argumentar que esto no tienen nada que ver con la soberanía Luis argumento desde el estrado que “nadie discute la necesidad de que el Estado Nacional controle,supervise a través de los órganos que tiene como lo ha venido haciendo en todos estos años, supervise los flujos de carga los barcos a través de la Prefectura Nacional a través de la Aduana a través del Senasa a través de Migraciones.”

Y acá me surge siempre la misma pregunta (y siempre la misma respuesta)

¿Se puede controlar lo que entra y lo que sale por el Paraná y por nuestros puertos sin tener la administración completa del río? NO.

Y la respuesta no es solo por principio político y convencimiento de la necesidad de soberanía sobre el sector, sino que deviene de la experiencia.

Una experiencia que mostro como en 25 años de gestión privada, y con el estado supuestamente controlando como pide Zubizarreta, lo único que creció en nuestros puertos fue la evasión impositiva de empresas como la que él representa, robándole al estado y a todos los argentinos y argentinas y llegando según los cálculos más optimistas a 1/3 de la cosecha.

Lo que creció fue el narcotráfico por el Paraná y nuestros puertos como plataforma de exportación mundial de estupefacientes como vemos en los pocos cargamentos que se interceptan.

Y esto no se soluciona con el mismo sistema pero con más gente, sino tomando el control y la administración total de la vía navegable.

Como respuesta e intentando mimetizar sus intereses con los de los productores Don Luis vuelve a plantear que el río en manos privadas haría también ganar a TODOS LOS PRODUCTORES.

“Es que necesitamos una mejor infraestructura que nos permita cargar barcos más grandes generando una economía logística que va a redundar en el bolsillo del productor, porque cada dólar menos que logremos que tengan nuestro fletes hacia nuestros destinos somos un país que está alejado de los principales compradores. Va a ser un dólar más que va a recibir el bolsillo del productor con lo cual, nosotros lo que estamos planteando para ser muy claros, es que haya una obra de dragado y balizamiento controlada por el Estado Nacional y por las provincias pero replicar como dice el gobernador Omar Perotti las cosas que se hicieron bien y mantenerlas y no tratar de repartir de nuevo hay cosas que se hicieron bien desde los 90 y creo que estamos todos de acuerdo”, afirma.

Yo no sé si durante los 90 y las décadas siguientes el CEO de los franceses vivió en el mismo país que nosotros. Y si no fue así se ve que le contaron alguna historia medio cambiada.

Habría que contarle que con el modelo agroexportador y de control privado de los puertos y el Paraná de los 90, más precisamente a partir del 95 con la entrega del río, los que hicieron realmente grandes ganancias fue el puñado de agroexportadoras extranjeras que se fueron asentando a la vera del Paraná, y en todo caso el selecto grupo de grandes productores terratenientes asociados a ellos. Sino es inentendible la desaparición de más de 80 mil pequeños y medianos productores desde 2002 como arrojan los datos definitivos del Censo Agropecuario 2018, publicados recientemente. Desaparición que tuvo como contrapartida el aumento de escalas productivas y concentración de la producción y la tierra.

Y por supuesto para afirmar las barbaridades que dice tiene que apoyarse en la idea con la que machacan una y otra vez desde las usinas del poder como la UCI, el Concejo Agroindustrial ¿Argentino? o La Bolsa de Comercio de Rosario: tienen que ser privado porque Argentina no puede.

“Antes era el Estado quien hacía las obras y no las podía hacer porque no tenía recursos las dragas no funcionaban no tenían todo lo que ya sabemos entonces lo que nosotros desde nuestra cámara junto con otras instituciones venimos pidiendo es que haya un llamado a una licitación privada. Entonces esto no tiene nada que ver con la soberanía”, insiste el CEO de los franceses.

¿Qué no podía hacer la Argentina? ¿Dragar sus ríos?

Como tantas veces explicaron valiosísimos compañeros como Luciano Orellano y el capitán Feliciano Ramos se creó esa idea de que no tenemos cómo mantener el río para justificar este negocio privado, un negocio montado sobre el patrimonio intelectual público de 123 años de conocimiento del río. Un negocio que como hizo la belga Jan De Nul cuando se le adjudico la administración del Paraná se realizó con gran parte de las dragas nacionales. Tenemos las dragas, tenemos la flota, tenemos el conocimiento, tenemos la experiencia para recuperar el Paraná, no recibimos más espejitos de colores de un supuesto progreso que luego nunca derrama a cambio de entregar nuestro patrimonio.

Finalmente el señor de las exportadoras arremetió contra uno de los pocos buenos anuncios oficiales que vimos en los últimos tiempos en el tema: la realización del canal Magdalena.

Durante el comienzo del foro con las palabras de Alejandro Echevarne, director Nacional de Control de Puertos y Vías Navegables(en representación del Ministro de Transporte de Nación Diego Giuliano) llegaron los murmullos.

Y fue sobre un breve planteo final  que realizo sobre que “se estarían anunciando en poco tiempo el inicio de las obras para el Canal Magdalena”.

Varios de los oradores recogieron ese guante, pero Zubizarreta fue el más directo y el más tajante al respecto.

“Nadie está en contra que haya un segundo canal por supuesto que está buenísimo que haya dos o tres canales, lo que nosotros planteamos es que justamente en un país con recursos muy limitados hay que definir muy claramente las prioridades y nosotros creemos que el país no está hoy en condiciones y lo decimos así de hacer una inversión de 300 millones de dólares en un nuevo canal paralelo a uno existente cuando hay seguramente otras acciones para realizar y para gastar ese dinero y que tengan un retorno mucho más claro”, dijo sin tapujo el jefe de los puertos privados.

Así nomás, dejo expuesto el lugar que piensan que tienen (o que algunos sectores políticos les dan), el de decidir directamente las políticas públicas, los planes de inversión y la orientación al fin y al cabo de la política Argentina.

Y por si alguien del público seguía dudando finalizo su alocución explicando que “nuestro mensaje es claro, trabajemos en una licitación a riesgo empresario que nos traiga competencia que nos permita acceder al peaje más bajo posible”

O la política se orienta a los intereses nacionales y de las mayorías, o la seguirán orientando las oligarquías locales, los terratenientes y los monopolios extranjeros.

¿De verdad a esta altura alguien piensa la discusión de la administración del Paraná, nuestros puertos y recursos no tiene que ver con la soberanía?

 

(*) Germán Mangione. Periodista. Miembro del Foro por la recuperación del Paraná y Soberanía Popular San Lorenzo.

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PUERTO SOBERANÍA TRABAJADORES

Histórica lucha de los portuarios de Rosario

Los dos últimos meses los trabajadores del puerto de Rosario protagonizaron una histórica lucha, con bloqueos y piquetes, frente a la intransigencia de los estafadores de Vicentin y los fascistas chilenos de Ultramar (ambas concesionarias del puerto en Terminal Puerto Rosario), y la inacción y complicidad del gobierno de Perotti y Javkin.

Frente a condiciones muy difíciles se conquistaron gran parte de los reclamos en este primer round de una lucha que esté en el centro de la política santafesina y puso de manifiesto la necesidad de reformular el manejo de los puertos públicos.

La lucha fue protagonizada por los trabajadores portuarios de Rosario, organizados primero en su gremio SUPA, y en una segunda etapa por los trabajadores que quedaron afuera del acuerdo firmado por el gremio, y los trabajadores contratados. Allí fue muy importante la solidaridad  de muchas organizaciones sociales, políticas y sindicales de la región.

El conflicto tuvo su punto de partida en la defensa de los puestos de trabajo y el incumplimiento por parte de la empresa de los acuerdos salariales, pero que también puso sobre la mesa la necesidad de rediscutir la concesión del puerto de la ciudad, uno de los más importantes de la cuenca del Plata, hoy en manos de empresas mafiosas como Vicentín y Ultramar.

Desde que se concesionó el Puerto de Rosario, que es patrimonio público de todos los santafesinos, TPR opera las terminales I y II donde trabajan unos 400 empleados fijos bajo convenio y otros 600 de rotación eventual. La empresa presiona desde unos años para reducir la cantidad de trabajadores, e imponer un sistema de tercerización de los eventuales que queden sin protección gremial.

A fines del año pasado escaló el conflicto con paros y amenazas de despidos, pero se llegó a un acuerdo. En agosto de este año la empresa suspendió el pago de los aumentos salariales comprometidos a los estibadores y el gremio, con gran protagonismo del conjunto de los trabajadores, comenzó con los bloqueos de los accesos a la terminal portuaria. La respuesta de la empresa fue la suspensión de 600 trabajadores.

La empresa alega problemas de costos y presiona a los estibadores para que acepten una baja de las asignaciones y cargas sociales como condición para pagar los acuerdos salariales. No es extraño viniendo de una empresa como Vicentin que estafó a miles de productores y al estado argentino, que quiera utilizar nuevamente las arcas del estado (que se perdería de recibir las cargas sociales) para financiar el aumento comprometido.

Según el mismo gremio en realidad lo que ocurre es que desde hace meses TPR buscaba generar un conflicto para presionar al gobierno provincial para que invierta el dinero que ellos no quieren invertir en los muelles (que se caen a pedazos) o que, a cambio de hacer las inversiones que ellos están obligados por contrato a hacer, les extiendan varias décadas la concesión.

Al Enapro (el organismo público/privado que administra el puerto) la empresa ya le debe 140 millones de pesos porque dejó de pagar el canon, y hace años que no paga el impuesto municipal del Drei, ni gestionó nunca el permiso municipal para funcionar.

En 2020 con el cambio de autoridades en el Enapro se cayeron los planes que la empresa había acordado con funcionarios anteriores como Angel Elías de que el estado se hiciese cargo de las mismas, en lo que hubiese sido una estafa mayor al estado.

La histórica lucha

Con asambleas masivas en las entradas del puerto, movilizaciones por la ciudad y sostenidos piquetes, los trabajadores y sus familias, dieron muestra de gran combatividad frente a la intransigencia y las provocaciones empresarias.

La semana pasada el gremio portuario (Sindicato Unido de Portuarios Argentinos (Supa)) firmó un acuerdo con la empresa Puerto Terminal Rosario (TPR) y el Ministerio de Trabajo de la Nación, que incluyó el aumento pedido más un bono de Navidad, el pago de salarios caídos y veinte reincorporaciones, de los 25 operarios que habían sido cesanteados. Para los 5 restantes se acordó el pago de indemnización y cobertura de la obra social por 6 meses.

Pero un sector de los trabajadores cuestionó el acuerdo y sostuvo los piquetes en la entrada del puerto, con el apoyo de gran parte de los trabajadores contratados del puerto y organizaciones sociales, políticas y sindicales.

A lo largo del conflicto llevaron su apoyo el diputado provincial Carlos del Frade, la ex diputada y presidenta del PTP Santa Fe Mercedes Meier, y el referente del Foro por la Recuperación del Paraná Luciano Orellano.

El conflicto fue escalando, y los trabajadores fueron recibidos por monseñor Emilio Cardarelli e integrantes de la Pastoral Social, del arzobispado de Rosario, que se comprometieron a interceder para destrabar el conflicto lo que auguraba cierta posibilidad de acuerdo, sin embargo este lunes el gobierno provincial ordenó una represión policial en un intento de liberar el ingreso al puerto, que tuvo como saldo trabajadores y familiares de los mismos heridos y la detención de 3 trabajadores portuarios, que luego de una gran movilización al Centro de Justicia Penal fueron liberados, pero a los que la justicia les inició causas penales.

El paro se dio en condiciones muy duras, y con una gran campaña de demonización y aislamiento por parte de los principales medios de comunicación y el lobby empresarial de la región,  y demostró una vez más la importancia estratégica del puerto de Rosario, que durante el conflicto tuvo más de 1000 contenedores inmovilizados y generó el reclamo del sector empresario que utiliza el puerto para sus exportaciones e importaciones, como General Motors o Acindar, por ejemplo.

Si bien no lograron todo lo que reclamaban el balance de los trabajadores es positivo por el sostenimiento de la lucha, que se dio con una gran unidad y porque lograron el ingreso de 20 de 25 de los cesanteados. Ahora la pelea sigue desde adentro del puerto.

Recuperar el puerto, recuperar soberanía.

El actual estado de la política portuaria fue delineado primigeniamente por la dictadura militar asociada al capital transnacional, consagrada y profundizada durante el menemismo. Por lo tanto sigue siendo una deuda pendiente desde el punto de vista de los intereses nacionales recuperar lo nuestro y empezar a poner en discusión el rol estratégico del sistema portuario, así como también el rol activo que el Estado provincial debe tener en el mismo. 

Desde hace meses el Foro por la recuperación del Paraná comenzó una convocatoria para recuperar el puerto de Rosario, que cuenta con la participación de un amplio abanico de referentes políticos y sindicales de Santa Fe.

“Es hora de que el pueblo pueda conocer el contrato de concesión y las condiciones en que se entregó el patrimonio público. Tenemos que recuperar los puertos de Santa Fe para el Estado, en el marco de la pelea por la recuperación de la soberanía portuaria y comercial”, afirmó en aquella oportunidad Luciano Orellano, referente del Foro.  En el mismo sentido el diputadoCarlos Del Frade planteó que “vamos por el final de la concesión de Vicentin en el puerto rosarino, por la nacionalización de los puertos y la recuperación del comercio exterior en defensa de las fuentes laborales y en contra del narcotráfico. El puerto de Rosario es nuestro”.

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PUERTO TRABAJADORES

Recuperar el Puerto de Rosario.

Por Germán Mangione (*)

Estas últimas semanas los trabajadores portuarios de Rosario, organizados en su gremio SUPA, vienen protagonizando una gigantesca y combativa lucha, que tuvo su punto de partida en la defensa de los puestos de trabajo y el cumplimiento de los acuerdos salariales, pero que también puso sobre la mesa la necesidad de rediscutir la concesión del puerto de la ciudad, uno de los más importantes de la cuenca del plata, hoy en manos de empresas mafiosas como Vicentín y Ultramar.

El bloqueo del puerto, las movilizaciones y los cortes de ruta que difundieron esta semana los medios de comunicación son la profundización de un reclamo y un plan de lucha que lleva varios meses desarrollándose por parte de los portuarios rosarinos, sin obtener respuestas (más que amenazas de despidos y quita de derechos) de Terminal Puerto Rosario, la empresa compuesta por los estafadores de Vicentin y el grupo chileno de origen alemán Ultramar (vinculados al nazismo), que tiene a su cargo lo esencial del puerto local.

Un conflicto de larga data.

Muchos rosarinos y rosarinas conocieron estas últimas semanas el conflicto a partir de que los trabajadores se vieron obligados a llevarlo a la calle ante la falta de respuestas, pero la cosa viene complicada desde hace rato.

Desde que se concesionó el Puerto de Rosario, que es patrimonio público de todos los santafecinos, TPR opera las terminales I y II donde trabajan unos 400 empleados fijos bajo convenio y otros 600 de rotación eventual. La empresa presiona desde unos años para reducir la cantidad de trabajadores, e imponer un sistema de tercerización de los eventuales que queden sin protección gremial.

A fines del año pasado escaló el conflicto con paros y amenazas de despido, pero se llegó a un acuerdo.En agosto de este año la empresa suspendió el pago de los aumentos salariales comprometidos a los estibadores y el gremio, con gran protagonismo del conjunto de los trabajadores, comenzó con los bloqueos de los accesos a la terminal portuaria. La respuesta de la empresa fue la suspensión de 600 trabajadores.

La empresa alega problemas de costos y presiona a los estibadores para que acepten una baja de las asignaciones y cargas sociales como condición para pagar los acuerdos salariales. No es extraño viniendo de una empresa como Vicentin que estafó a miles de productores y al estado argentino, que quiera utilizar nuevamente las arcas del estado (que se perdería de recibir las cargas sociales) para financiar el aumento comprometido.

Pero la extorsión de TPR al estado va más allá. Como denunció Cesar Aybar, titular del gremio “En realidad, lo que ocurre es que desde hace meses, entre presiones para despedir y suspender compañeros y ahora directamente no abonando los aumentos acordados, lo que TPR busca es que nosotros saltemos y generemos un conflicto laboral y social para así culparnos de la crisis, pero su objetivo de fondo es presionar al gobierno provincial para que invierta el dinero que ellos no quieren invertir en los muelles o que, a cambio de hacer las inversiones que ellos están obligados por contrato a hacer, les extiendan varias décadas la concesión. Al Enapro (el organismo público/privado que administra el puerto) la empresa ya le debe 140 millones de pesos porque dejó de pagar el canon”

Esta semana el Supa decreto huelga por tiempo indeterminado en el puerto de Rosario y en todos los muelles del sur de la ciudad (puerto de Servicios Portuarios, concesionario de los muelles VI y VII de puerto de Rosario, de Cargill en Villa Gobernador Gálvez y Alvear, de Dreyfus en General Lagos y de ADM en Arroyo Seco) y de no resolverse el conflicto se anunciarían medidas de carácter nacional.

Empresas piratas, en busca de la plata del estado.

Vicentín controla el puerto de Rosario desde 2010 y 2 años después se asoció con la chilena Ultramar. En los últimos años la empresa dejó de invertir en el puerto (la mitad de los muelles que tiene TPR no pueden ser usados por riesgo de derrumbe ante la falta de obras de fondo y de mantenimiento) y comenzó a presionar al estado provincial mejores condiciones, extensión del contrato y aportes del estado como condición para hacerlas. Con el default de Vicentín las inversiones se alejaron aún más. Y en 2020 con el cambio de autoridades en el Enapro se cayeron los planes que la empresa había acordado con funcionarios anteriores como Angel Elías de que el estado se hiciese cargo de las mismas, en lo que hubiese sido una estafa mayor al estado.

La socia de Vicentín es Ultramar que viene realizando planes de ajuste en todas sus terminales en el mundo, inclusoen el puerto de Montevideo. Controla 12 puertos concesionados en Chile, Brasil, Argentina y Uruguay y tiene operaciones en una decena más de países de la región.  Como explica Javier Corizzo, del Foro por la recuperación del Paraná de Rosario en su nota “Ultramar, el socio fascista de Vicentín”:“Ultramar no solo es una empresa de capitales chilenos con peso internacional. Tiene una identidad histórica vinculada con el fascismo, de la cual, hasta hace algún tiempo atrás, hacían gala en sus sitios oficiales”

Recuperar el puerto, recuperar soberanía.

El actual estado de la política portuaria fue delineado primigeniamente por la dictadura militar asociada al capital transnacional, consagrada y profundizada durante el menemismo. Por lo tanto sigue siendo una deuda pendiente desde el punto de vista de los intereses nacionales recuperar lo nuestro y empezar a poner en discusión el rol estratégico del sistema portuario, así como también el rol activo que el Estado provincial debe tener en el mismo. 

Desde hace meses el Foro por la recuperación del Paraná comenzó una convocatoria para recuperar el puerto de Rosario, que cuenta con la participación de un amplio abanico de referentes políticos y sindicales de Santa Fe.

“Es hora de que el pueblo pueda conocer el contrato de concesión y las condiciones en que se entregó el patrimonio público. Tenemos que recuperar los puertos de Santa Fe para el Estado, en el marco de la pelea por la recuperación de la soberanía portuaria y comercial”, afirmó en aquella oportunidad Luciano Orellano, referente del Foro.  En el mismo sentido el diputadoCarlos Del Frade planteó que “vamos por el final de la concesión de Vicentin en el puerto rosarino, por la nacionalización de los puertos y la recuperación del comercio exterior en defensa de las fuentes laborales y en contra del narcotráfico. El puerto de Rosario es nuestro”.

En Santa Fe mediante la Ley provincial N° 11.011 son los “Entes administradores Puerto Santa Fe y Puerto Rosario” los quese encargan de la administración, funcionamiento y explotación de los mismos, con participación público privada, pero que en el práctica ceden esa administración a los privados. En medio del conflicto por ejemplo ingreso a la mesa directiva del ENAPRO un representante de La Bolsa de Comercio de Rosario.

Es fundamental modificar dicha ley para aumentar el poder de decisión y participación a favor de la representación estatal.

Y sobre todo en este momento es fundamental que el gobierno provincial deje de estar ajeno a lo que sucede en uno de los puertos más importantes de la Cuenca del Plata, que en 2021 facturó $3745 millones  y está en el puesto 778 entre las mil empresas que más facturan en Argentina, siendo la quinta terminal portuaria que más facturó en el país.

Es urgente que el gobierno de Santa Fe intervenga directamente para garantizar la continuidad de los puestos de trabajo y la recuperación de la soberanía rescindiendo el contrato a estas empresas y recuperando el puerto para los santafesinos y santafesinas en el marco de un proyecto productivo e industrial para la región.

(*) Germán Mangione. Periodista. Miembro del Foro por la recuperación del Paraná y Soberanía Popular San Lorenzo.

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ECONOMIA SOBERANÍA

Dólar soja II ¿Y la soberanía monetaria?

Por Germán Mangione (*)

Este lunes se oficializó un nuevo tramo del “Dólar Soja” que otorga a los exportadores un precio preferencial de dólar para la exportación de la oleaginosa, que los grandes productores todavía guardan en los silos. Con esta medida del gobierno se vuelve a instalar la lógica de la extorsión y se pulveriza cualquier posibilidad de decisión soberana sobre nuestro comercio y nuestra moneda. 

El formalmente llamado “Programa de Incremento Exportador” regirá desde este lunes 28 de noviembre hasta el viernes 30 de diciembre un tipo de cambio diferencial para que los productores vendan los granos que aún conservan en sus silos, mediante el cual los agroexportadores recibirán $230 por cada dólar230 vs los 165 de la cotización oficial. 

Los sectores concentrados de la producción y la exportación (porque los productores medios y pequeño no tienen espalda para guardar el cereal y especular) retienen la producción (se calcula que todavía retienen granos por más de U$s 5000 millones) presionando por una devaluación o una mejora del precio del dólar pagado por el estado que les genere mayores ganancias.

Lo demostraron durante septiembre durante la primera aplicación del dólar soja, cuando se comercializaron unas 14 millones de toneladas de producto y se liquidaron divisas por u$s8.123 millones de dólares, a instancias de un tipo de cambio diferencial de 200 pesos por dólar, cuando el oficial estaba a 153 pesos.

Es que en lo que va de noviembre el sector había ingresado menos de u$s1.000 millones con una liquidación diaria promedio de apenas u$s50 millones. Probaron su poder de fuego y ahora lo volvieron a utilizar.

¿Soberanía monetaria?

La soberanía monetaria según las definiciones académicas es el derecho exclusivo del Estado de emitir billetes de curso legal, modificar su valor en relación a otros activos (la tasa de interés) y otras monedas (el tipo de cambio), y regular su uso. La mayoría de las economías tienen moneda propia, y este esquema se ha sostenido y fortalecido con el tiempo. 

Y en la práctica es la posibilidad de decidir sobre el sistema financiero y monetario en pos del beneficio y la felicidad de la mayoría de nuestro pueblo, organizando la economía para mejorar sus condiciones de vida.

En los hechos un grupo de monopolios exportadores, en su mayoría extranjeros, y un reducido grupo de terratenientes definen en su propio beneficioel valor del dólar y por tanto del peso argentino, trasladando además los altos precios de las materias primas al mercado interno impulsando a la alza la insostenible inflación que sufrimos.

Esto es posible porque el comercio exterior argentino, principal fuente de ingreso de divisas, está en manos extranjeras. En el año 2021, Cargill(EEUU) terminó siendo el principal exportador de granos de Argentina, (12,9 % del total), en el segundo puesto del ranking de exportadores se ubicó el holding estatal chinoChina NationalCereals, Oil&Foodstuffs (Cofco)  con 14,4 millones de toneladas (12,3 % del total), apenas por debajo, en el tercer puesto del ranking se encuentra Viterra, (ex Glencore, socio de la estafa de Vicentin a los productores y el estado) exportando 14,35 Mt (12,3 % del total). Le siguen las yanquis ADM, Bunge y la europea Louis Dreyfus.

Estas empresas se nuclean en la Cámara de la Industria Aceitera Argentina (CIARA) con quien el gobierno acordó este nuevo plan soja con la promesa de la liquidación de U$s 3000 antes de fin de año para recomponer las escasas reservas del Banco Central de la Argentina.

Son las mismas empresas que se concentran en la dirección de la Bolsa de Comercio de Rosario, uno de los principales órganos de poder de la Argentina, que influye y define sobre las políticas públicas, la inversión y hasta la construcción de las leyes.Este mes se renovaron autoridades de la institución y se incorporaron Martín Spino (Cofco) y Pablo Cechi (AFA), sumándose a otros miembros representantes de los exportadores como Mario Sampaolesi(Dreyfus) y Gerardo Calace (Glencore).

No solo consiguieron que Sergio Massa les de un dólar diferencial financiado por el estado, sino que además consiguieron la vuelta del diferencial en las retenciones para el aceite y la harina. Actualmente pagan 33% al igual que el poroto, pero volverán a tributar el 31%.

Y por supuesto los exportadores no se conforman con estas ganancias sino que siempre van por todo, como queda claro en el comunicado público de CIARA en el que piden la eliminación de retenciones y un dólar más alto de forma permanente.

Parche sobre parche

Esta medida lejos de atacar los problemas de fondo que generan la inflación y el aumento del dólar vuelve a intentar poner un parche al puente para llegar al año electoral con cierta estabilidad.Incluso en el mismo decreto advierte que la secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca tiene el poder de “ampliar de manera extraordinaria y excepcional los plazos de cumplido de las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE)”. Les avisa a los exportadores y terratenientes que si necesitan puede ser que se extienda. Solo tienen que presionar no liquidando.

Esta medida se da en el marco de que se cumplen 3 años desde que la empresa Vicentín estafó a cientos de productores y al estado argentino con el famoso “strees financiero” que no fue otra cosa que el vaciamiento de la empresa en pos de la timba financiera propiciada por el macrismocomplice de la estafa.

Es importante recorrer la historia del caso Vicentin para pensar el problema de nuestra soberanía comercial y monetaria. No solo porque con este caso quedo sobre la mesa el entretejido de delitos que hoy organiza la mayoría de nuestro comercio exterior fugando millones de dólares al exterior (subfacturación, triangulación, paraísos fiscales, falta de controles), sino porque también poner de manifiesto la falta de voluntad del gobierno de avanzar en resolver los problemas que están por detrás de los parches.

Con la participación estatal en Vicentin, en cualquiera de sus formas, la Argentina no solo recuperaría el control de una porción del ingreso de dólares (Vicentín era la 6º exportadora cuando declaró el stress financiero, y hoy su cuota de mercado se la quedaron las multinacionales), sino que hubiese permitido tener una referencia estatal que permita desbaratar parte de las maniobras que hoy le impiden el acceso de dólares a nuestras reservas

Argentina necesita tener el control de su riqueza, administrar su riqueza, organizar su riqueza y poder planificar la Argentina, y para eso necesita tener el control del comercio, recuperar su soberanía comercial para poder recuperar su soberanía monetaria y a partir de ahí podemos plantear otra Argentina.

(*) Germán Mangione. Periodista. Miembro del Foro por la Recuperación del Paraná.

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RIO PARANÁ

La disputa mundial navega el Paraná.

(*) Publicado en revistazoom.com.ar

Repasamos el conflicto que hay entre EEUU y China respecto a la vía troncal navegable entre Argentina y Paraguay. Sus razones, los intereses de cada país en ella y como afecta la presencia de dos potencias en Latino América.

La vía troncal navegable, (mal) conocida como Hidrovía Paraguay/Paraná, es la arteria comercial más importante de América Latina por la que entra y sale la mayor parte del comercio internacional del subcontinente. Por eso su control se ha transformado en prenda de disputa de las potencias imperiales con presencia en nuestra región, disputa que se agudiza tras la invasión rusa a Ucrania y un mundo que marcha a la guerra.

Desde el comienzo de la historia de nuestras civilizaciones un principio geopolítico se ha mantenido inalterable: quien controle el sistema de ríos y mares controla el comercio, pero por sobre todo controla el contacto de nuestros países con el mundo. Su importancia es ante todo geopolítica. Lo supieron los ingleses y los franceses en los siglos precedentes. Hoy lo saben China y Estados Unidos.

En esa disputa se inscribe el avance de Estados Unidos en los acuerdos con el gobierno de la República del Paraguay, con el llamado “Plan Maestro” que a partir de la colaboración del cuerpo de ingenieros de EEUU le permitirían tener presencia militar en la Cuenca del Plata. Necesidad que tiene su origen no solo en el aspecto comercial sino en contrarrestar el avance chino en la infraestructura fluvial de América Latina, que se va consolidando con la adhesión de varios países (entre ellos Argentina) a la iniciativa de La Ruta de la Seda.

En la nueva fase de la disputa por el reparto del mundo, abierta tras la invasión rusa a Ucrania, ningún diplomático de las grandes potencias parece estar preocupado en disimular sus intenciones, ni disfrazar las disputas con el velo de la “guerra comercial”, como ocurría en la fase anterior de la geopolítica mundial, que voló por los aires con el primer tiro ruso sobre Ucrania, demostrando una vez más que la supuesta convivencia globalizadora era solo un momento en la dinámica natural de la fase imperial del mundo en la que la guerra abierta es la regla para resolver las necesidades del capital.

Por eso los funcionarios estadounidenses y sus organizaciones para América Latina pasaron de las sugerencias y las preocupaciones a la crítica abierta y el pedido de rechazo a las inversiones chinas en la región.

El río, una cuestión de seguridad nacional

En mayo de este año la Eno Center for Transportation, organización compuesta por un staff de referentes de grandes empresas multinacionales y políticos yanquis, que analiza y opina sobre temas de la logística de EEUU, alertaba sobre la presencia china en nuestro continente.

En el informe titulado “inversiones estadounidenses y extranjeras en vías navegables interiores” ENO advierte en el capítulo dedicado al futuro de la Hidrovía que “las empresas chinas, como una subsidiaria de China Communications Construction Company (CCCC) conocida como Shanghai Dredging Company, tienen sus propios puertos, embarcaciones y dragas en la vía fluvial. El mayor fabricante y comerciante de alimentos de China, COFCO, se convirtió en el mayor exportador de granos en Argentina a partir de 2018, transportando la mayoría de sus exportaciones a través de la HPP”

El paper explica que existen dos amenazas a la competitividad y el comercio estadounidense por vía fluvial. Una de esas amenazas es interna y está vinculada a la falta de inversión en infraestructura propia. La segunda: China.

“La segunda amenaza es externa. Mientras Estados Unidos ha estado mejorando la infraestructura de vías navegables internas, otros países han estado haciendo lo mismo para su propia ventaja militar y comercial. Las inversiones en desarrollo económico e infraestructura han impulsado el tráfico en ríos como el Amazonas y el Yangtze. Parte de esta inversión proviene de empresas estatales en países como China, lo que podría poner a los exportadores estadounidenses en una desventaja competitiva”

Y aclaran en el mismo trabajo que no es solo un problema comercial, sino de “seguridad nacional”.

En un apartado titulado “Vías navegables interiores y seguridad nacional” explican que “este informe está principalmente interesado en cómo las vías navegables interiores en los Estados Unidos y en el extranjero influyen en la competitividad económica de los Estados Unidos. La competitividad económica se vincula estrechamente con la seguridad nacional a medida que las empresas o los gobiernos extranjeros están cada vez más interesados en invertir en infraestructura portuaria global y cadena de suministro, particularmente en los países en desarrollo. Los estudios de caso seleccionados y el análisis de los mismos incluye una discusión sobre la inversión extranjera directa, particularmente de China (cuando corresponda) en lo que respecta a la seguridad nacional. La competitividad económica es seguridad nacional, y las inversiones en la red de vías navegables nacionales de EE. UU. Actúan como una inversión estratégica

El largo brazo de la ruta de la seda

La preocupación estadounidense es proporcionalmente directa a como se han concentrado las inversiones China en el exterior, sobre todo en infraestructura. Estas inversiones se desprenden en primer lugar del plan chino que desde principios del 2000 se lanzó a la conquista del mercado global con su estrategia Go Out o Go Global.

Salir al mundo a invertir. ¿Pero para qué? Ni más ni menos que para resolver su creciente demanda de productos primarios por un lado, mientras paralelamente se abren nuevos mercados para las mercaderías propias. Nada nuevo en la relación entre países opresores y países oprimidos desde el comienzo del siglo XX, pero sí para la República Popular China que venía concentrada en equilibrar internamente su economía con contactos menores con el mundo globalizado.

Las inversiones impulsadas por el Go Out, sin embargo, no están vinculadas a cualquier sector económico, ni las mismas para con todos los “socios comerciales”. En países como los nuestros, proveedores de materia prima, el acento está puesto en mejorar los costos y la infraestructura de transporte para sacarla.

De allí las grandes inversiones en el sistema ferroviario argentino, como las del Belgrano Cargas, que aseguran no solo mejorar los costos de la llegada a los puertos de la materia prima proveniente de zonas más lejanas al cinturón productivo pampeano, sino también contratos que implican el suministro del material rodante (locomotoras y vagones), los rieles y hasta los durmientes, por parte de la industria china. Un negocio redondo.

Esta iniciativa centrada en la infraestructura y el transporte termino de tomar cuerpo cuando Xi Jinpin, presidente chino recientemente reelecto en su tercer mandato, anunció en 2013 el lanzamiento de una plan bautizado como «One Belt, One Road» («Una Franja, Una Ruta»), proyecto difundido mundialmente como «la nueva Ruta de la Seda», haciendo alusión a las antiguas rutas que conectaban a china con el mundo.

El proyecto consiste en un megaplan de infraestructura que mejorará la conexión logística, comercial y cultural entre China y cerca de 68 países, sobre un área de influencia que abarca a más de 4.400 millones de personas, que explican más del 65% de la población mundial. En ese plan los puertos y las vías navegables tienen un peso fundamental, y están enmarcados en la denominada “Ruta Marítima de la Seda”. El plan está en marcha y según distintas estimaciones en la actualidad ha conseguido que empresas del gigante asiático controlen cerca de 100 puertos en más de 60 países y lidere la producción de maquinaria marítima. Cuenta con la segunda mayor flota comercial. Su flota naval ya es la más numerosa del mundo.

Según un informe de previsión emitido por la Academia de Ciencias de China, China tendrá 9 de los mayores 20 puertos de contenedores del mundo a finales de este año. Un plan que no se ha detenido a pesar de la pandemia, ni de las crisis de fletes provocadas por la epidemia de COVID y el cual esta semana ha encendido las alarmas en Europa con el anuncio de la posible entrada de capitales chinos al puerto de Hamburgo, en Alemania.

Si bien el plan está concentrado en Asia, Europa y África, relegando a un lugar secundario a América Latina, el mismo ha tenido su capítulo local.

China llegó… Hace rato.

Con la firma el 6 de febrero último del Memorándum de Entendimiento en Materia de Cooperación realizada por el canciller argentino Santiago Cafiero y el ministro a cargo de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma china, He Lifeng, la Argentina formalizó su incorporación a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR), y anunció la obtención de un financiamiento por US$ 23 mil millones, para distintas obras de infraestructura.

Pero esta firma no fue el puntapié inicial de la presencia china en nuestras vías navegables y nuestro comercio exterior, ni mucho menos. China estaba presente desde mucho antes en nuestro río Paraná.

En 2014, solo un año después de lanzada la iniciativa de La Ruta de la Seda, la empresa estatal china Cofco llegaba a la Argentina y en pocos años se transformaba en la mayor exportadora de granos en el país superando por primera vez a la estadounidense Cargill que históricamente ocupaba ese lugar.
La empresa estatal de alimentos compró el 51 % del paquete accionario de Nidera, para luego comprar el 51 % del capital de Noble Group. A fines de 2015 y 2016 el holding termina adquiriendo el total del paquete accionarial de ambos grupos, accediendo no solo a todo el paquete tecnológico desarrollado por la holandesa Nidera, sino también a varios puertos en las costas del Paraná.

Esto le permitió desde la campaña 2015/16 transformarse en el principal exportador de granos y subproductos de la Argentina, muy seguido de cerca por Cargill, que en la campaña 2016/17 llegó a superar levemente a COFCO, para volver a ceder el puesto en 2020 y recuperarlo el año pasado.
Acorde a una empresa organizada según las necesidades y las prioridades del estado chino, es de resaltar que COFCO concentra su negocio en la exportación de granos sin procesar, siendo por lejos su principal actividad aunque no la única.

Los puertos y el río también

Pero las intenciones de inversiones chinas vinculadas a nuestra vía fluvial no quedaron solo en los puertos.
Cuando China lanzó la nueva Ruta de la Seda, en nuestro país hacía solo tres años que se había renovado la concesión de la infraestructura más importante para el comercio de toda América Latina: el corredor fluvial Paraná/Paraguay.
Casi sin debate público, en el 2010 la entonces presidenta Cristina Fernandez de Kirchner renovaba por 10 años la concesión de la vía fluvial a la empresa Hidrovía S.A, compuesta por la argentina EMEPA y la empresa Belga Jan de Nul. La renovación extendía la concesión de la privatización del Paraná perpetrada por Carlos Menem en 1995. Habrían de pasar esos 10 años para que con el nuevo vencimiento de la extensión de la concesión se abriera un debate público y masivo (que dura hasta hoy) sobre qué destino debería tener la administración de nuestra principal vía navegable.
Las inversiones chinas que comenzaron a llegar a la Argentina tuvieron su continuidad durante todos los gobiernos de la última década. Con gran impulso durante el kirchnerismo que transformó la relación bilateral en “Estratégica integral” continuó con Mauricio Macri quién visitó China de manera oficial en 2017 para «consolidar la Asociación Estratégica».
En aquella ocasión Macri participó del Primer Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional en mayo de 2017 y que volvió a quedar marcado por las representaciones de ambos países un año después cuando en 2018 Xi visitó Argentina en el marco del G-20.

“Coincidieron en que la Iniciativa de la Franja y la Ruta inyectará dinamismo a la cooperación sino-argentina. Destacaron que la Asociación Estratégica Integral entre ambos países es extensible a la relación con la Iniciativa de la Franja y la Ruta y coincidieron en promover acciones conjuntas para la cooperación de empresas de ambos países en mercados de terceros Estados en proyectos relacionados”, aseguraba la comunicación oficial argentina.
En 2019 aparecieron más claras las señales del interés chino en el control del Paraná. Corría el 22 de marzo de ese año y la Bolsa de Comercio de Rosario, cumpliendo su función de órgano del poder real de la región, era anfitriona de una reunión que por primera vez dejaba claro públicamente el interés chino por nuestro río. El viceprimer ministro chino Hu Chunhua se reunía en Rosario con el entonces Ministro de Agricultura del macrismo Luis Miguel Etchevehere, autoridades de la Bolsa de Comercio y el gobernador de Santa Fe, Miguel Liftchitz.
“Otro tema a considerar son las inversiones chinas en nuestra provincia, como la participación de la compañía Cofco en la adquisición de Nidera en 2017, líder mundial en el sector de agricultura de precisión, desarrollo y certificación de semillas. En 2018, capitales chinos destinaron recursos a la adquisición de activos fijos en frigoríficos radicados en nuestra provincia y se han mostrado interesados en participar de proyectos PPP vinculados al desarrollo de infraestructura dentro del sector de comunicaciones y transporte” se entusiasmaba el fallecido líder socialista que por entonces gobernaba la provincia y encontraba en la promoción del perfil agroexportador su punto de unión tanto con el lobby representado por La Bolsa de Comercio como con los referentes del macrismo.
El anuncio chino sobre su interés en la administración del Paraná despertó la alarma de otros sectores interesados en mantener el status quo geopolítico en el tema.
Otra vez con la Bolsa de Comercio como telón de fondo el portal PuntoBiz daba cuenta en 2019 de una reunión “reservada” entre los empresarios de la entidad, enviados de la empresa dragado Jan de Nul y las máximas autoridades del Sindicato de Dragado y Balizamiento para rechazar la posibilidad de la llegada de los capitales chinos al manejo de la hidrovía.
Los tres actores del debate “coincidieron en dejar expuesto los supuestos riesgos de la avanzada china sobre la hidrovía. Es que la dragadora oriental Shangai Dressing Compañy, peso pesado global, ya mostró su interés por el contrato. Aseguraron que las rebajas excesivas de peaje, que es la punta de lanza de la propuesta china, pueden significar una menor inversión en seguridad; al tiempo que resaltaron los inconvenientes técnicos que tuvieron los chinos en el dragado del canal Martín García”, afirma el portal.
Recién asumido el gobierno de Mauricio Macri, la compañía china lo tentó con una tarifa de peaje que pudiese bajar los costos como le reclamaban las agroexportadoras, pero la iniciativa no prosperó.

Lo barato puede salir caro

Shanghai Dredging es una subsidiaria del holding estatal chino Communications Construction Company (CCCC), que solamente en América Latina tiene a cargo más de 50 grandes proyectos de infraestructura.
Y es que para una parte del sector empresario, a pesar de verse tentados por conseguir un peaje más barato, el prontuario de la empresa china no les genera confianza. Shanghai Dredging tiene antecedentes en la Argentina con el dragado del canal Martín García y el dragado del canal Norte y Acceso a Puerto Buenos Aires, ambos en Buenos Aires.
Pero esos antecedentes no son alentadores. En 2015, la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP) convocó a los privados para recuperar el Canal Martín García a las condiciones de diseño y mantenerlo posteriormente por un período de un año renovable. La licitación fue ganada por Shangai Dredging Corporation y la argentina Servimagnus S.A
A los 8 meses ambos estados contratantes, Argentina y Uruguay, debieron rescindir el contrato por incumplimientos de la empresa.
En julio de 2021, la misma Shanghai Dredging Corporation fracasó en su trabajo de profundizar el canal de acceso al estratégico puerto de Barranquilla y su incapacidad puso en jaque a la logística colombiana.

Es la geopolítica, estúpido

Sin embargo no es solo un problema técnico, sino principalmente el geopolítico el que intenta bloquear la llegada de capitales chinos a la administración del Paraná.
Para dimensionar la disputa hay que tener en cuenta que el propio secretario de Estado de EEUU Michael Pompeo en agosto de 2020 criticó públicamente al gigante portuario estatal chino afirmando que “CCCC y sus subsidiarias han participado en (hechos) de corrupción, financiamiento predatorio, destrucción medioambiental y otros abusos en todo el mundo”.
Y es que así como EEUU penetra el subcontinente con su “cuerpo de ingenieros” que vienen a “ayudar técnicamente” pero dependen del ejército, la empresa china también tiene relación directa con sus fuerzas armadas, y agudiza las contradicciones de las potencias en la región ante el avance de los factores de guerra mundial y de división del mapa mundial en bloques.

Licitación fallida y después

Más allá de las advertencias de los lobbys con intereses propios en el tema, el estado argentino avanzó este año en un intento de licitación para la contratación de la obra de dragado de mantenimiento de la vía navegable troncal por el término de 180 días corridos prorrogables, con un presupuesto oficial estimado de USD 80,28 millones que terminó en un escándalo y con la compañía china presentándose a la justicia por supuestas discriminaciones en la elección de licitantes que terminó quedando desierta y suspendida, otorgándole el actual control provisorio de la administración a la Administración General de Puertos y los trabajos a la empresa Jan de Nul (hoy con el nombre de Compañía Sudamericana)
La unión transitoria de empresas integrada por la empresa estatal china CCCC Shanghai Dredging Corporation, la belga Dredging International y la argentina Servimagnus, una empresa Grupo Loginter, del empresario local Ricardo Román, se presentó en la licitación en competencia con la Compañía Sudamericana de Dragados (Jan de Nul), la danesa Rhode Nielsen sucursal Argentina y EMEPA, de Gabriel Romero, en unión transitoria; y la holandesa Boskalis International con su filial.
La descalificación Shanghai Dredging Corporation y sus socios fue “arbitraria e improcedente”, según los chinos, que fueron descalificados en la etapa técnica antes de poder dar su oferta económica, que era su fuerte a la hora de competir. Pero no fueron los únicos en quedar afuera, de hecho Sudamericana (Jan de Nul) es la única que hubiese quedado habilitada para la apertura del sobre 2 con la oferta económica.
La licitación sigue en veremos y no hubo novedades sobre el interés chino que algunos especulan podría perderse ante las trabas burocráticas. Aunque en el marco de la situación mundial esa opción no parece la más lógica.
La batalla por el control de nuestra vía navegable va mucho más allá de la administración del dragado y balizamiento del Paraná. Es una disputa compleja que incluye el control de las exportaciones, la marina mercante, la industria naval y por supuesto el control del Paraná. Una disputa que hoy sigue teniendo la balanza inclinada hacia la mayor potencia del mundo y con mayor presencia en nuestra región y nuestro río que es Estados Unidos. Posición que está demostrando va a defender incluso si es necesario con presencia militar.
El mundo convulsionado y la batalla entre las potencias, aquí tienen color marrón, como nuestro Paraná.

Germán Mangione. Periodista. Director del Observatorio de Actividad de los capitales chinos en Argentina y América Latina

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EDUCACIÓN

La Bolsa y la mala educación

La Bolsa de Comercio de Rosario, el Ente Administrador del Puerto de Rosario (ENAPRO), y de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA), con el aval del Ministerio de educación de santa Fe,  anunciaron esta semana la puesta en marcha de un programa llamado “El río educa” para “educar a los niños y niñas de Santa Fe” sobre el río Paraná y el complejo agroexportador.

¿Pueden quienes quieren mantener el río privatizado y para provecho de unos pocos enseñar sobre un bien común como el Paraná? ¿Que pueden compartir sobre biodiversidad de nuestro delta quienes a diario lo contaminan y propician su devastación para ampliar un modelo productivo que los beneficia? ¿El estado provincial avala la tercerización del conocimiento en manos de estas instituciones?

Hace mucho tiempo venimos advirtiendo que La Bolsa de Comercio de Rosario, además de concentrar el poder económico de la provincia y el país, es la usina ideológica que genera la producción intelectual para justificar el saqueo en la Argentina.

Con un trabajo sostenido sobre los profesionales en formación moldea los programas de las Universidades públicas, como la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad del Litoral, principales objetivos de esta usina de los monopolios agroexportadores y los grandes propietarios de la tierra.

Con cursos, becas y hasta una Diplomatura en Gestión de Puertos y Vías Navegables en la UNR, se impone la visión de La Bolsa, Jan de Nul (la empresa belga que tiene hace 25 años el dragado del Paraná) y las empresas privadas del rubro por encima de cualquier visión crítica basada en los intereses de los argentinos y argentinas.

Por otro carril, desde la entidad, influyen sobre los grandes medios de comunicación intentando generar consensos y aceptación sobre el rumbo económico que intentan impulsar en el país, las obras que consideran necesarias y las políticas económicas que quieren o que rechazan, siempre para su propio beneficio.

No hay otra manera que trabajando sobre las ideas de la sociedad de que este rumbo, que va demostrando a cada paso su grosera inequidad y perjuicio para las grandes mayorías, pueda ser aceptado.  En este último tiempo redoblan esfuerzos por blindar sus ideas para explicar lo inexplicable: como crecen la producción y el ingreso de divisas a niveles inusitados, record de las últimas décadas, mientras 9 de cada 10 trabajadores no sobrepasa la línea de la pobreza y crecen la desocupación y el hambre.

Pero esta semana cruzaron una línea que es escandalosa.

Quienes pugnan por mantener privatizado el rio y el comercio exterior en manos de monopolios extranjeros para sostener el saqueo, impedir el efectivo control de lo que circula por nuestras vías navegables, y en última instancia impedir la soberanía plena de la Argentina, se proponen como educadores de nuestros pibes y pibas sobre el Paraná.

¿Pero por qué quieren educar a nuestros hijos e hijas sobre el Paraná?

En primer lugar parece una respuesta a la fenomenal movilización, que estos últimos años, desarrollan miles de militantes; intelectuales; periodistas y referentes políticos, sociales y sindicales rescatando la concepción de soberanía tan pisoteada en nuestro país.

Libros, conferencias, charlas, videos y encuentros siembran soberanía, hacen docencia patriótica advirtiendo la necesidad de recuperar lo nuestro, hoy en manos de unos pocos monopolios extranjeros y sus socios locales y socializar así la felicidad entre nuestro castigado pueblo.

La educación de los poderosos, a diferencia de la educación popular nacida de las entrañas de las mayorías, tiende a conservar las cosas como son. A que no haya grandes transformaciones. Educan para sostener un rumbo que sòlo a ellos favorece.

Lo hacen, por supuesto, presentándose como grandes benefactores desinteresados. Como escribía el gran Eduardo Galeano  en “Patas Arriba: Escuela del Mundo al Revés”:

“En estos tiempos neoliberales, los derechos públicos se reducen a favores del poder, y el poder se ocupa de la salud pública y de la educación pública, como si fueran formas de la caridad pública, en vísperas de elecciones”

El programa acordado entre las entidades esta semana se llama “El Río Educa” y contempla visitas de los estudiantes de primaria y secundaria al museo de la Bolsa para conocer la historia de la institución, de sus mercados y del comercio de granos en la región, una charla informativa en la nueva terminal fluvial y un viaje en barco para “conocer desde el río lo que es el puerto de Rosario, la vía navegable troncal, la zona de humedales y el puente Rosario Victoria, desde donde dónde podrán ver el polo agroindustrial más importante del mundo”

Según Miguel Simeoni, presidente de la BCR, “creemos que a través de esta iniciativa, cuando los alumnos conozcan lo que es la Bolsa, los mercados y puedan ver el trabajo que se hace en el puerto con las embarcaciones, podrán compartir con sus familias los conocimientos y generar un circulo virtuoso de información”

¿Qué pueden enseñar sobre los humedales y la conservación de nuestro ambiente quienes diariamente arrojan miles de litros de desechos sin control a nuestro Paraná como mostramos en el documental “Los 100 caños, enemigos ocultos del Paraná”?

¿Qué pueden explicar sobre el funcionamiento de los mercados quienes esta misma semana protestaban y rechazaban los controles de la AFIP y la Aduana por “burocráticos”  como hizo Ciara esta semana en su cuenta de Twitter, mientras se comprueba a cada paso las maniobras de evasión de impuestos y subfacturación de sus empresas? Son los que rechazan los pocos controles que todavía sostiene el estado en los enclaves coloniales en que se han trasformado los puertos de nuestra región.

¿Cuando dicen que enseñarán la historia de la institución, le contarán a nuestros pibes y pibas que Alberto Padoan era presidente de la entidad cuando estafó a miles de productores agrarios y al Banco Nación con Vicentin?

¿Cómo pueden explicarle a nuestros niños y niñas el trabajo que se hace en el río los que mienten sistemáticamente sobre la capacidad humana y técnica de la Argentina, en la fabricación y desarrollo de las dragas necesarias para hacer, por nosotros mismos, el trabajo que hacen los privados desde el menemismo?

Y es preocupante, aunque no inesperado, que esto se lleve adelante con el aval del Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe. Ya en mayo se firmó un convenio entre la BCR y el Ministerio de Educación de Santa Fe para que estudiantes secundarios de escuelas técnicas y agro técnicas realicen prácticas profesionales. Y esto sigue la misma línea.

Y no es un problema en este caso de articulación público/privada, o de lo que puedan aprender los y las estudiantes del mundo productivo, sino que son instituciones que representan a quienes tienen intereses contrapuestos con los de la patria y los de las mayorías populares.

Como explica Paulo Freire en su “Pedagogía del oprimido” hablando de los mecanismos de dominación cultural que utilizan los poderosos en la educación:

“En verdad, toda dominación implica una invasión que se manifiesta no solo físicamente, en forma visible, sino a veces disfrazada y en la cual el invasor se presenta como si fuese el amigo que ayuda. En el fondo, la invasión es una forma de dominar económica y culturalmente al invadido. En la invasión cultural, es importante que los invadidos vean su realidad con la óptica de los invasores y con la suya propia. Cuanto más mimetizados estén los invadidos, mayor será la estabilidad de los invasores. Una condición básica para el éxito de la invasión cultural radica en que los invadidos se convenzan de su inferioridad intrínseca”

Es fundamental ante estos intentos de colonizar cada vez más temprano las cabezas de nuestro pueblo, avanzar en la educación liberadora, que tienda a transformar lo que hay que transformar para desarrollar nuestro proyecto colectivo de país. Una educación que además no solo sea de especialistas sino que se apoye en la vastísima experiencia de nuestro pueblo y los actores que han construido el entramado productivo que nos llevó a ser potencia en otros tiempos.

Los y las trabajadoras vinculados al sector de las vías navegables, pescadores, aquellos militantes que ponen el cuerpo para defender el ambiente agredido por estos monopolios a diario, intelectuales comprometidos con su patria, docentes que militan diariamente por una patria justa, libre y soberana y muchos actores más.

En ese protagonismo educativo reside nuestra esperanza y ante este avance de la pedagogía de los poderoros, de la maña educación, seguimos trabajando en alimentar la “contraescuela” que Galeano supo definir tan brillantemente.

“El mundo al revés nos enseña a padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y a aceptar el futuro en lugar de imaginarlo: así practica el crimen, y así lo recomienda. En su escuela, escuela del crimen son obligatorias las clases de impotencia, amnesia y resignación. Pero está visto que no hay desgracia sin gracia, ni cara que no tenga su contracara, ni desaliento que no busque su aliento. Ni tampoco hay escuela que no encuentre su contraescuela”

(Eduardo Galeano – El mundo patas para arriba)


Germán Mangione. Periodista, miembro del Foro por la Recuperación del Paraná y Soberanía Popular San Lorenzo y del Instituto Soberanía.

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